jueves, noviembre 04, 2021

REFLEXIÓN 898. RUEGOS FINALES, ADMONICIONES Y ÓRDENES/ ORACIONES Y SALUDOS FINALES (2TESALONICENSES 3).

2 Tesalonicenses 3. 

RUEGOS FINALES, ADMONICIONES…: Vers. (1-2) Pablo pide las oraciones a su favor, (3-4) manifiesta la confianza que tiene en ellos, (5) y ruega a Dios en su favor; (6-15) les da diversos preceptos, especialmente a huir de la pereza y las malas compañías, (16-18) y concluye con oración y saludos.

1 POR lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros, 2 y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe.

3 Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal. 4 Y tenemos confianza respecto a vosotros en el Señor, en que hacéis y haréis lo que os hemos mandado.

5 Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo.

6 Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros. 7 Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros,

8 ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; 9 no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis.

10 Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. 11 Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. 12 A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan.

13 Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien. 14 Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence. 15 Mas no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano.

16 Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros. 17 La salutación es de mi propia mano, de Pablo, que es el signo en toda carta mía; así escribo. 18 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén. (2 Tesalonicenses 3). 

1. Por lo demás, hermanos. Cf. com. Fil. 3:1; 1 Tes. 4:1. Estas palabras dan comienzo a la conclusión de la epístola de Pablo.

Orad por nosotros. El apóstol acaba de registrar una oración en favor de sus conversos, para que fueran confirmados y consolados (cap. 2:17). 

Ahora les ruega que ellos, a su vez, lo recuerden a él y a sus compañeros.

 (cf. 2 Cor. 1:11; Fil. 1:19; 1 Tes. 5:25). 

Pablo siempre sentía su insuficiencia y comprendía su necesidad del poder divino (ver 2 Cor. 2:16; 3:5).

Palabra del Señor. Pablo no sentía egoísmo alguno cuando pidió las oraciones de los tesalonicenses. Lo único que anhelaba era que la Palabra de Dios se difundiera mediante su ministerio y el de sus colaboradores.

Corra. Gr. tréjÇ, "correr", aquí en sentido metafórico. 

Parece que en la ciudad de Corinto la Palabra de Dios no estaba "corriendo" tan rápidamente como lo deseaba el apóstol. Quizá encontraba una firme oposición de parte de los judíos (ver com. 1 Tes. 3:7). Bien puede ser que en respuesta a las oraciones unidas de los tesalonicenses, le fue dada a Pablo una visión reanimadora, y más tarde fue liberado de un complot de los judíos para poner fin a su obra en esa ciudad (Hech. 18:9-17).

El permaneció en Corinto durante un año y medio y fundó una iglesia importante. 

En condiciones normales, "la palabra del Señor" vivificada por el Espíritu Santo hace rápidos progresos. Es "viva y eficaz" (Heb. 4:12). 

"Velozmente corre su palabra" (Sal. 147:15). Crece y se multiplica (Hech. 12:24).

Sea glorificada. La Palabra del Señor es glorificada en las vidas transformadas de los que son guiados por ella. 

El Evangelio es embellecido por las vidas piadosas aun de los cristianos más humildes: esclavos convertidos que no estafaban, sino que eran completamente honrados y fieles en el servicio que prestaban (Tito 2:9-10; cf. com. Mat. 5:16).

Como lo fue entre vosotros. Pablo recordaba el gozo con que los tesalonicenses recibieron el Evangelio y la eficacia que tuvo en ellos (1 Tes. 2:13). 

2. Seamos librados. Gr. rúomai, "rescatar". Aunque este segundo pedido tiene un sabor netamente personal, el apóstol no se preocupa en primer lugar por su seguridad personal, sino que desea estar seguro de que sus compañeros en la tarea de evangelización queden en libertad para continuar con su piadosa obra.

Perversos. Del adjetivo griego átopos; literalmente, "fuera de lugar", y por lo tanto "impropio", "malo", "equivocado". En el texto griego está precedido por el artículo definido. "Los hombres perversos" (BJ, NC). Esto significaría que Pablo se está refiriendo a un grupo específico de adversarios, sin duda los judíos que se unieron para atacarlo y llevarlo ante Galión, el procónsul romano (ver com. Hech. 18:9-17). Esos judíos eran más perversos que muchos paganos porque obstinadamente resistían el testimonio de las Sagradas Escrituras y los milagros efectuados por el Espíritu Santo como demostración del poder de Dios. Algunos de ellos aun llegaron a veces hasta el punto de blasfemar (Hech. 13:45).

No es de todos la fe. Probablemente sea una referencia a los judíos incrédulos que rechazaban la fe cristiana. Los tesalonicenses habían creído con prontitud, pero no debían sorprenderse de que no sucediera lo mismo con todos los demás. Quienes se han entregado completamente al mal tienen sus conciencias cauterizadas (1 Tim. 4:2).

Algunos que cierran del todo su mente ante la evidencia demostrada en su corazón por el Espíritu Santo, se colocan más allá del alcance del Evangelio. Cuando el Señor demostró indiscutiblemente su divinidad mediante sus maravillosas obras en la carne, hubo algunos que insensibilizaron hasta tal grado su corazón para no aceptar que él era el Mesías, que atribuyeron su poder milagroso a Satanás.

El Señor les advirtió que estaban en peligro de cometer el pecado imperdonable, más aún, que quizás ya lo habían cometido. Algunos que aún no han llegado hasta ese punto se han endurecido tanto por los afanes de este mundo, que el Evangelio no puede penetrar en su corazón, así como la buena semilla no puede arraigarse en la tierra pisada junto al camino (Luc. 8:5,12). Necesitan que el terreno de su corazón sea arado por un sincero arrepentimiento, para que la Palabra pueda arraigar en ellos y dar fruto de fe (ver Ose. 10:12).

3. Fiel es el Señor. Frente a la infidelidad del hombre, especialmente la de los judíos que dieron la espalda a la verdad de Dios, contrasta la invariable fidelidad del Señor (ver com. 1 Cor. 1:9). 

Pablo podía testificar personalmente que se puede confiar en Dios, porque le había prometido su liberación en Corinto, y cumplió su promesa (Hech. 18:9-17).

Afirmará. Gr. st'rízÇ, "confirmar", "establecer", "fortalecer". Pablo ya había orado para que sus conversos fueran confirmados (cap. 2:17); ahora expresaba su confianza de que así sería.

Guardará del mal. Literalmente "os guardará del maligno". La referencia puede ser al mal en general, o a Satanás, el maligno (cf. Mat. 13:19,38; Efe. 6:16; 1 Juan 2:13-14; 3:12; 5:18). En esta epístola corresponde que la referencia sea a Satanás, pues Pablo ha hecho resaltar la obra del maligno y de sus agentes (ver com. 2 Tes. 2:3-12). 

El apóstol asegura a sus lectores que el Señor a quien ellos servían, los protegería fielmente aun de sus peores enemigos.

4. Confianza... en el Señor. El pensamiento de la infidelidad de otros hace que Pablo tenga en cuenta la necesidad de los fieles tesalonicenses. Pero aunque el apóstol está animando a creyentes humanos, aclara que la base de su confianza está "en el Señor" y no en los hombres (cf. Gál. 5:10).

Hacéis y haréis. Una exhortación presentada en forma atrayente. Pablo tiene órdenes específicas para los tesalonicenses, pero con todo tacto expresa su convicción de que ya están haciendo lo que él les pide, y que continuarán haciéndolo. Sus órdenes provenían de Dios, y ellos las habían aceptado como tales y habían recibido el poder del Espíritu de Dios para cumplirlas (1 Tes. 2:13). El apóstol creía que el Señor, que había comenzado una buena obra en sus vidas, la terminaría y los prepararía para su gloriosa aparición (cf. Fil. 1:6).

Lo que os hemos mandado. No se especifica en este versículo qué había mandado el apóstol, pero sus órdenes se enumeran en los vers. 6-15.

5. Encamine. Gr. kateuthúnÇ, "dirigir en línea directa", "guiar correctamente". Es parte de la petición de Pablo: "El Señor encamine".

Corazones. Gr. kardía, que aquí incluye la mente, sede de la inteligencia (cf. com. Rom. 1:21; 10:10; Efe. 1:18). Necesitamos que el Señor guíe continuamente nuestro razonamiento y nuestras emociones. Ha prometido hacernos recordar las verdades que se nos han enseñado, revelarnos su significado y guiarnos para que comprendamos completamente su voluntad (Juan 14:26; 16:13).

Al amor de Dios. Estas palabras definen la primera de dos áreas hacia las cuales Pablo desea que sus lectores dirijan el corazón. Son posibles dos interpretaciones: (1) que sean encaminados al amor de Dios; (2) que puedan llegar a poseer el amor de Dios, o a compartirlo. Por analogía con las palabras finales del versículo, es preferible la segunda alternativa.

Paciencia. Gr. hupomon' (ver com. Rom. 2:7; cf. com. Heb. 12:1). Puede significar la paciencia manifestada por Cristo, o un ánimo semejante al de Cristo; sin embargo, el contexto hace posible aplicar el propósito de la oración de Pablo al tema particular de esperar con paciencia el regreso del Salvador.

6. Os ordenamos. Pablo comienza ahora a registrar sus órdenes específicas para los tesalonicenses (cf. com. vers. 4). En su primera epístola había exhortado a la iglesia para que amonestara a los fanáticos que había en ella (1 Tes. 5:14). Parece que su exhortación sólo tuvo un éxito parcial, pues ahora recurre a medidas más severas y da órdenes (cf. com. 1 Tes. 4:2,11).

Nuestro. En cuanto al significado de la frase, "en el nombre de nuestro Señor", ver com. Hech. 3:6; 1 Cor. 5:4. Pablo invoca el nombre del Señor en apoyo de las órdenes que está dando a los creyentes (cf. com. 1 Tes. 4:2; 2 Tes. 3:12).

Apartéis. Gr. stéllomai apó, "mantenerse lejos", "apartarse de", "retirarse". El hecho de que los miembros más fieles de la iglesia interrumpieran su trato íntimo con los que andaban mal, debía dar como resultado que estos últimos volvieran en sí, se avergonzaran (vers. 14) y abandonaran sus malos caminos. Este era un paso necesario en la disciplina eclesiástica (cf. Mat. 18:15-18), pero no era una excomunión. Esa medida final estaba reservada para las faltas más graves (ver com. 1 Cor. 5:5).

Todo hermano. La instrucción dada por Pablo era abarcante; todos los casos estaban comprendidos. Desordenadamente. Gr. atáktÇs (ver com. 1 Tes. 5:14).

Enseñanza. Gr. parádosis (ver com. cap. 2:15).

7. Vosotros mismos sabéis. Cf. palabras similares en 1 Tes. 2:1-2, 5; 3:3; 5:2.

Imítarnos. Gr. miméomai, "imitar". Compárese con el uso de esta palabra en Heb. 13:7; 3 Juan 11. La enseñanza que Pablo y sus compañeros habían dado no quedó perturbada por ninguna inconsecuencia en las vidas de ellos. El ejemplo presentado ante los tesalonicenses había sido digno (cf. com. 1 Cor. 4:16; Fil. 3:17). Pablo podía instar a los cristianos a que lo imitaran porque él imitaba a Cristo (1 Cor. 11:1). Si pensaban en la conducta humilde y cuidadosa de Pablo, semejante a la de Cristo, iban a saber lo que el Señor exigía de ellos. Todo ministro debe vivir de tal manera que su vida concuerde con su enseñanza.

No anduvimos desordenadamente. Este andar desordenado al cual alude Pablo (vers. 6), parece ser fruto de la fanática idea de que como el Señor estaba por volver, era demasiado tarde para seguir con las ocupaciones de todos los días. Los que estaban dominados por ese pensamiento, quizá propugnaban el principio de la comunidad de bienes en la iglesia por razones de conveniencia propia, para aprovecharse del trabajo de otros. Pablo condenaba a esos perturbadores insolentes (vers. 11), pero primero recordaba a los hermanos que el ejemplo de él había sido positivo. Con la frente alta podía referirse a su laboriosa vida, conocida por ellos.

8. De balde. Compárese con 2 Cor. 11:7-9, donde Pablo se jacta de no haber sido una carga para los corintios.

Con afán y fatiga. Ver com. 1 Tes. 2:9. Estas palabras destacan cuán cuidadosos eran Pablo y sus compañeros de presentar el debido ejemplo ante la gente para evitar todo posible motivo de crítica. Día y noche. Ver com. 1 Tes. 2:9.

Ser gravosos. Gr. epibaréÇ, "pesar encima", "ser una carga". Pablo no quería ser una carga para los tesalonicenses.

9. Derecho. Gr. exousía, "derecho", "autoridad" (ver com. Juan 1:12; Hech. 1:7). 

El apóstol deseaba aclarar que no se oponía a un ministerio sostenido por la iglesia. En otro pasaje enseñó la obligación específica de la iglesia de sostener a los llamados por Dios para ministrar a sus miembros (1 Cor. 9:9-14).

Apreció las dádivas que le enviaron los filipenses para su sostén, y las llamó un sacrificio aceptable, "agradable a Dios" (Fil. 4:17-18). Pero en Tesalónica renunció al derecho que tenía de ser sostenido por la iglesia para dar a los miembros un ejemplo digno de imitar.

Ejemplo. Gr. túpos, "imagen", "figura" (ver com. Rom. 5:14).

Imitaseis. Gr. miméomai (ver com. vers. 7).

10. Cuando estábamos con vosotros. Cf. com. 1 Tes. 3:4; 2 Tes. 2:5.

Os ordenábamos. Son admirables los alcances de las enseñanzas dadas por Pablo a los tesalonicenses. En el corto tiempo que estuvo con ellos parece que abarcó todo tema vital y aplicó sus enseñanzas a las necesidades inmediatas de ellos. Por eso, estando ausente, podía referirse a las órdenes que personalmente les había dado.

No quiere trabajar. Es evidente que Pablo se está refiriendo a los que, anticipando el regreso inmediato de Cristo, se oponen a ocuparse en un trabajo normal afirmando que era innecesario en vista de la prontitud de la segunda venida.

Tampoco coma. El apóstol se opone brevemente al razonamiento de los fanáticos con una concisa declaración que puede haber sido común en los días del apóstol, o que pudo haberse originado con él. Este fallo suyo también tiene valor ahora. El trabajo es una bendición; la ociosidad, una maldición (ver DTG 52; PVGM 293).

Dios proporciona alimento para los animales, pero éstos deben buscarlo. A Adán se le dijo: "Con el sudor de tu rostro comerás el pan" (Gén. 3:19). El Maestro, "el carpintero" de Nazaret, nos dio un digno ejemplo (Mar. 6:3). El cristiano debe hacer todo lo que pueda para no ser una carga para otros. Debe trabajar para que, además de sostenerse a sí mismo, pueda ayudar a los necesitados (Efe. 4:28).

11. Porque oímos. Parecería que Pablo había recibido noticias poco antes de Tesalónica, y estaba escribiendo en cuanto a una situación entonces presente.

Algunos de entre vosotros. Aunque el apóstol hacía responsables a los tesalonicenses por la situación de su iglesia, sin embargo no incluía a todos en su condenación pues reconocía que la dificultad se limitaba a "algunos".

Desordenadamente. Gr. atáktÇs (ver com. 1 Tes. 5:14).

No trabajando... entremetiéndose. En griego hay un evidente juego de palabras que podría corresponder a "no ocupados, sino ocupándose en lo que no les importa". "No ocupados en ningún trabajo, sino ocupados en mariposear" (BC). Los entremetidos se ocupan de cosas sin importancia, en lo que no les concierne, en lo ajeno y no en lo propio. El trabajo honrado es el mejor remedio para tales personas, pues los que son cuidadosos en el cumplimiento de sus deberes, no tienen ni tiempo ni inclinación para inmiscuirse en asuntos ajenos (cf. com. 1 Tes. 4:11; 1 Tim. 5:13-14; 1 Ped. 4:15).

Los chismes y la maledicencia son el pasatiempo favorito de los ociosos y entremetidos. El resultado es una doble maldición que es peor para el chismoso que para los que perjudica (ver 2JT 83, 252-253; 5T 176; Ed 231).

12. Por nuestro Señor Jesucristo. En esta exhortación llena de tacto que añade Pablo, no sólo presenta la autoridad del Señor sino que sugiere que aquellos a quienes es dirigida están dentro del redil. El apóstol siempre anhelaba mantener dentro de la iglesia a todos los que querían permanecer dentro de ella; pero además deseaba que vivieran de acuerdo con las normas establecidas.

Tabajando sosegadamente. Cf. com. 1 Tes. 4:11. La exhortación se refiere a una vida consecuente, piadosa y sosegada, de trabajo útil, en contraste con la de un chismoso entremetido. El verdadero cristiano se ocupa de sus deberes callada y modestamente, es diligente en sus actividades y sirve al Señor (ver Rom. 12:11); de modo que, como Pablo, no procurará depender de otro sino que se esforzará por ganarse el pan cotidiano (cf. com. vers. 8).

13. Hermanos, no os canséis. El apóstol se dirige de nuevo a la iglesia en conjunto (cf. vers. 6), incluso a los miembros fieles que no habían sido engañados por los fanáticos perturbadores.  

Los hijos de Dios no deben cansarse ni desanimarse en su determinación de hacer el bien debido a presiones, ya sean internas o externas. Cf. com. Gál. 6:9-10, donde se refiere a la obra de ayudar a los necesitados. El hecho de que haya haraganes, imprevisores e indignos que aspiran a que la iglesia los sostenga, no debe ser un motivo para que se sequen completamente las fuentes de la generosidad cristiana. 

La iglesia necesita de la bendición que proporciona el ayudar a sus pobres. Es un privilegio compartir nuestras bendiciones materiales con los menos afortunados, y ser así mutuamente útiles (ver 2 Cor. 8:14; 9:7-12; 3JT 404; MB 42-45).

14. No obedece a lo que decimos. Pablo deseaba que la iglesia comprendiera que la epístola estaba llena de autoridad. Era la Palabra inspirada por Dios, escrita en el nombre del Señor. Exigía obediencia. Los miembros debían ayudar a apoyar sus instrucciones.

No os juntéis con él. Ese deliberado ostracismo practicado por los cristianos leales, tenía que ser un remedio eficaz. Los culpables se verían más fácilmente a sí mismos como otros los veían, y se avergonzarían. Este avergonzamiento por su reprobable conducta los induciría a arrepentirse, y serían salvos.

15. No lo tengáis por enemigo. Esta palabra de advertencia es muy necesaria en la iglesia, pues es fácil que los cristianos sean duros en su juicio de un hermano culpable.

Como a hermano. Pablo no quería que el culpable fuera excomulgado. Deseaba que aún fuera considerado como hermano, y que se lo amonestara como tal. Si la disciplina tenía el efecto esperado, sería sensible ante el consejo fraternal y estaría listo a interpretar nuevamente la verdad en forma equilibrada. Este proceder no es fácil para ninguna de las partes, pero es el ideal por el que debe luchar la iglesia.

16. Señor de paz. En 1 Tes. 5:23 Pablo habla del "Dios de paz" refiriéndose al Padre, cuyos atributos comparte el Hijo. El título "Príncipe de paz" se aplica proféticamente al Mesías, (Isa. 9:6). En los Evangelios se muestra a Cristo impartiendo paz a sus seguidores (Juan 14:27; 16:33; 20:19,26). El apóstol Pablo describe a Cristo como "nuestra paz" (Efe. 2:14). Pablo reconoce que sólo un Cristo tal podía traer verdadera paz a los conturbados corazones de los tesalonicenses.

Siempre. El apóstol deseaba que sus conversos disfrutaran de la paz de Cristo en todo momento, no importa cuán difíciles pudieran ser sus situaciones.

En toda manera. Es decir, en toda forma necesaria.

Todos vosotros. El apóstol incluye en esta oración a toda la iglesia de Tesalónica, a los miembros obstinados e indóciles no menos que a los más fieles. Deseaba que la presencia del Señor habitara continuamente con todos ellos (cf. 1 Tes. 5:26; 2 Tes. 1:3; 3:18). La presencia divina en el corazón de cada creyente será la mejor garantía de paz para la iglesia en la tierra y del gozo de la paz eterna en el mundo venidero.

17. Salutación. Gr. aspasmós (ver com. Col. 4:18; 1 Tes. 5:26). La referencia es a la bendición de despedida (2 Tes. 3:18); pero el saludo tiene un significado mayor, puesto que fue escrito por la misma mano de Pablo (cf. com. 1 Cor. 16:21; Gál. 6:11; Col. 4:18; File. 19). El autógrafo personal no era raro en las cartas dictadas, pero puede haber tenido un significado especial en esta epístola en vista del posible peligro de que se falsificaran cartas (ver com. 2 Tes. 2:2). Aun cuando no existiera ese peligro, ver el saludo escrito de puño y letra haría que la carta fuera recibida en Tesalónica más afectuosamente.

Signo. Gr. s'méion, "señal" (ver com. Luc. 2:34). Se refiere no tanto al saludo como al hecho de que fue escrito por la propia mano de Pablo.

En toda carta. Esto demuestra que Pablo tenía la costumbre de firmar de puño y letra todo lo que escribía, aunque no lo mencione específicamente en cada carta.

18. La gracia de nuestro Señor. Cf. Rom. 16:24. En cuanto al significado de la frase, ver com. Rom. 1:7. Cf. com. 1 Tes. 5:28. 

Amén. La evidencia textual se inclina (cf. p. 10) por la omisión de esta palabra. 

La omiten la BJ, BA, BC y NC.

En la RVA aparecía esta nota: "La segunda Epístola a los Tesalonicenses fue escrita de Atenas". Es una añadidura que no forma parte de la carta original. Esta Epístola fue escrita en Corinto, ver pp. 232-233. (7CBA)

COMENTARIOS DE EGW

3-5; 12, 15. HAp 217. LOS CREYENTES TESALONICENSES HABÍAN ESPERADO INMEDIATA LIBERACIÓN; ahora se les alentó a emprender valerosamente, en el temor de Dios, la obra que tenían por delante. El apóstol les recomendó que no descuidaran sus deberes ni se entregaran a la espera ociosa. Después de sus brillantes expectativas de inmediata liberación, la rutina de la vida diaria y la oposición que debían afrontar podían parecerles doblemente penosas. Por lo tanto los exhortó a estar firmes en la fe: "Estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra. Y el mismo Señor nuestro Jesucristo, y Dios y Padre nuestro, el cual nos amó, y nos dio 217 consolación eterna, y buena esperanza por gracia, consuele vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra."

"Más fiel es el Señor, que os confirmará y guardará del mal. Y tenemos confianza de vosotros en el Señor, que hacéis y haréis lo que os hemos mandado. Y el Señor enderece vuestros corazones en el amor de Dios, y en la paciencia de Cristo."

LA OBRA DE LOS CREYENTES LES HABÍA SIDO DADA POR DIOS. Por su fiel adhesión a la verdad habían de dar a otros la luz que habían recibido. El apóstol les recomendó que no se cansaran de hacer el bien, y les señaló su propio ejemplo de diligencia en los asuntos temporales mientras trabajaba con incansable celo en la causa de Cristo. Reprobó a aquellos que se habían entregado a la pereza y a la excitación sin propósito, y les indicó que, "trabajando con reposo," comieran "su pan."

TAMBIÉN ORDENÓ A LA IGLESIA que excluyera de su comunión a cualquiera que persistiera en descuidar la instrucción dada por los ministros de Dios. "Mas no lo tengáis como a enemigo ­añadió,­ sino amonestadle como a hermano." 
TAMBIÉN ESTA EPÍSTOLA la termina Pablo con una oración, en la que pide que en medio de los afanes y pruebas de la vida, la paz de Dios y la gracia del Señor Jesucristo los consolasen y sostuviesen. 218

8-9; 10-12. HAp 280. TESALÓNICA es el primer lugar acerca del cual leemos que trabajó Pablo con sus manos para sostenerse mientras predicaba la Palabra. Escribiendo a la iglesia de creyentes de allí, les 280 recordó que podía haberles sido "carga," y añadió: "Hermanos, os acordáis de nuestro trabajo y fatiga: que trabajando de noche y de día por no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios." (1 Tes. 2: 6, 9.) Y de nuevo, en su segunda Epístola a los Tesalonicenses, declaró que él y sus colaboradores, durante el tiempo que habían estado con ellos, no habían comido "el pan de ninguno de balde." Noche y día trabajamos, escribió, "por no ser gravosos a ninguno de vosotros; no porque no tuviésemos potestad, sino por daros en nosotros un dechado, para que nos imitaseis." 
(2 Tes. 3: 8, 9.)

EN TESALÓNICA Pablo había encontrado personas que se negaban a trabajar con las manos.

Respecto a esta clase escribió más tarde: "Andan algunos entre vosotros fuera de orden, no trabajando en nada, sino ocupados en curiosear. Y a los tales requerimos y rogamos por nuestro Señor Jesucristo, que, trabajando con reposo, coman su pan." Mientras trabajaba en Tesalónica, Pablo había tenido cuidado de presentar a los tales un ejemplo correcto. "Porque aun estando con vosotros ­escribió, ­os denunciábamos esto: Que si alguno no quisiere trabajar, tampoco coma." (2 Tes. 3:11,12,10.)

EN TODO TIEMPO SATANÁS Ha Tratado De Perjudicar Los Esfuerzos De Los Siervos De Dios Introduciendo En La Iglesia Un Espíritu De Fanatismo. Así era en los días de Pablo, y así fue en los siglos ulteriores, durante el tiempo de la Reforma.

WICLEF, LUTERO, y muchos otros que beneficiaron al mundo por su influencia y fe, afrontaron los ardides por los cuales el enemigo procura arrastrar a un fanatismo excesivamente celoso las mentes desequilibradas y profanas.

CIERTAS ALMAS EXTRAVIADAS han enseñado que la adquisición de la verdadera santidad eleva la mente por encima de todo pensamiento terrenal e induce a los hombres a abstenerse enteramente del trabajo.

OTROS, INTERPRETANDO CON EXTREMISMO cierto texto de la Escritura, han enseñado que es un pecado trabajar, que los cristianos no debieran preocuparse de su bienestar temporal y del de sus familias, sino que deberían dedicar sus días enteramente a las cosas espirituales. 281

La Enseñanza Y El Ejemplo Del Apóstol Pablo Son Un Reproche Contra Semejantes Conceptos Extremos.

11. HAp 212. EL CRISTIANO VIGILANTE es el cristiano que trabaja, que procura celosamente hacer todo lo que puede para el adelantamiento del Evangelio. Como crece el amor por su Redentor, así también crece su amor por su prójimo.

Tiene severas pruebas, como su Señor; pero no permite que las aflicciones agríen su 212 temperamento y destruyan su paz mental. Sabe que la prueba, si se la soporta bien, le refinará y purificará, y le unirá más con Cristo.

Los que son participantes de los sufrimientos de Cristo, serán también participantes de su consolación, y al fin compartirán también su gloria. "Os rogamos, hermanos ­continuó Pablo en su carta a los tesalonicenses,­ que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan: y que los tengáis en mucha estima por amor de su obra. Tened paz los unos con los otros."

LOS CREYENTES TESALONICENSES SE VEÍAN MUY MOLESTADOS Por Hombres Que Se Levantaban Entre Ellos Con Ideas Y Doctrinas Fanáticas. Algunos andaban "fuera de orden, no trabajando en nada, sino ocupados en curiosear." La iglesia había sido debidamente organizada, y se habían nombrado dirigentes para que actuaran como ministros y diáconos. Pero había algunos voluntariosos e impetuosos que rehusaban someterse a aquellos que ocupaban puestos de autoridad en la iglesia. Los tales aseveraban tener no solamente derecho a juzgar por su cuenta, sino también a presentar insistentemente sus conceptos a la iglesia.

En vista de esto, Pablo llamó la atención de los tesalonicenses al respeto y la deferencia debidos a aquellos que habían sido escogidos para ocupar puestos de autoridad en la iglesia. En su ansia de que los creyentes de Tesalónica anduvieran en el temor de Dios, el apóstol les suplicó que manifestaran piedad práctica en la vida diaria. "Resta pues, hermanos ­escribió,­ que os roguemos y exhortemos en el Señor Jesús, que de la manera que fuisteis enseñados de nosotros de cómo os conviene andar, y agradar a Dios, así vayáis creciendo. Porque ya sabéis qué mandamientos os dimos por el Señor Jesús. Porque la voluntad de Dios es vuestra santificación: que os apartéis de fornicación." "Porque no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación."

Ministerio Hno. Pio


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