1 Timoteo 1.
SALUDO, EL ENCARGO DE REPROCHAR A LOS MAESTROS DE DOCTRINAS PERVERTIDAS: Vers. (1-4) Se le recuerda a Timoteo el encargo que le hizo Pablo cuando éste partió para Macedonia. (5-10) Sobre el correcto uso y fin de la ley. (11-19) El llamado de Pablo a ser apóstol. (20) Apostasía de Himeneo y Alejandro.
1 Pablo, apóstol de Jesucristo
por mandato de Dios nuestro Salvador, y del Señor Jesucristo nuestra esperanza,
5 Pues el propósito de este
mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe
no fingida, 6 de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana
palabrería, 7 queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan
ni lo que afirman.
8 Pero sabemos que la ley es
buena, si uno la usa legítimamente; 9 conociendo esto, que la ley no fue dada
para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y
pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas,
para los homicidas, 10 para los fornicarios, para los sodomitas, para los
secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la
sana doctrina,
11 según el glorioso evangelio
del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado. 12 Doy gracias al que me
fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome
en el ministerio. 13 habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador;
mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad.
14 Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es
en Cristo Jesús.
15 Palabra fiel y digna de ser
recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores,
de los cuales yo soy el primero. 16 Pero por esto fui recibido a misericordia,
para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo
de los que habrían de creer en él para vida eterna. 17 Por tanto, al Rey de los
siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los
siglos de los siglos. Amén.
18 Este mandamiento, hijo Timoteo,
te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a
ti, milites por ellas la buena milicia, 19 manteniendo la fe y buena
conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos, 20 de los
cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan
a no blasfemar. (1 Timoteo 1).
1. Pablo. Presentar el nombre del autor en el saludo de una
carta era lo común en la antigüedad (ver com. Rom. 1:1).
Apóstol. Ver com. Hech. 1:2; Rom. 1:1. Pablo no era de los
doce, pero fue llamado directamente por Cristo (Hech. 13:2; 20:24; Gál. 1:11-12,
15; ver com. Hech. 9:15).
Mandato. Gr. epitag', "orden",
"requerimiento". Nadie podía presentar credenciales más solemnes que
la autorización directa concedida a Pablo como apóstol. El pleno apoyo de la
autoridad de Pablo fortalecería el liderazgo de Timoteo en medio de las
dificultades que enfrentaba en Éfeso.
Salvador. Pablo da este título tanto al Padre (cap. 2:3,5)
como a Jesús (Fil. 3:20; 2Tim.1:10; Tito 1:4; 2:13; 3 6). Los atributos de
cada miembro de la Deidad pertenecen a todos ellos (ver com. Col. 2: 9). Todos
los miembros de la Trinidad participan en la obra de la salvación del hombre,
cada uno con su misión específica.
Señor Jesucristo. La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto "Cristo Jesús"
(BJ, BA, BC, NC).
Esperanza. Cf. Rom. 15:13; ver com. Rom. 5:4; 8:24; 12:12. Cristo
es no sólo el objeto de la esperanza del hombre, sino también su origen. Los
seres humanos encuentran en Cristo la base para su "esperanza" de
apoyo terrenal así como de la inmortalidad futura (ver. com. Col. 1:27).
2. Timoteo. Para una breve reseña biográfica de Timoteo, ver
com. Hech. 16:1.
Verdadero. Gr. gn'sios, "legítimo",
"sincero", "verdadero". Tal vez Pablo destaque que mediante
su ministerio Timoteo se había convertido y se había preparado para ser
ministro del Evangelio, o que Timoteo era especialmente notable por su genuina
consagración a la causa de Cristo y personalmente a Pablo.
Fe. Probablemente significa el sistema de creencias
cristianas.
Gracia. Ver com. Rom. 3:24; 1 Cor. 1:3.
Misericordia y paz. Compárese con la introducción de Pablo en 1 Cor. 1:1-3.
Esta secuencia de bendiciones espirituales corresponde con la experiencia de la persona justificada delante de Dios. Cuando el hombre comprende plenamente y acepta el plan de Dios para ser restaurado del pecado, tal como ese plan se revela en las muchas manifestaciones de la misericordia divina, una nueva paz se difunde por el alma. (ver com. Rom. 5:1).
Padre y de Cristo Jesús. Ver com. Rom. 1:7.
3. Te rogué. Timoteo había acompañado a Pablo en su primer viaje
por Macedonia (Hech. 16:1-12; 20:1-4). El apóstol se refiere a un viaje
posterior, después de su primera prisión en Roma (ver t. VI, p. 104). Timoteo
deseaba mucho permanecer al lado de Pablo, pero la joven iglesia necesitaba su
fiel cuidado pastoral.
Mandases. Gr. paraggéllÇ, "ordenar",
"declarar". Pablo a menudo hace valer su autoridad apostólica para
que las iglesias jóvenes no sufrieran debido a algunos que menospreciaban su
apostolado (ver cap. 4:11; 5:7,21; 6:13,17).
Algunos. O "ciertos". Pablo evita discretamente magnificar el problema.
(ver com. Gál. 1:7).
Diferente doctrina. Es decir, cualquier enseñanza
contraria a la verdad enseñada por los apóstoles (ver com. Gál. 1:8).
4. Fábulas. Gr. múthos, "mito", "invento", "falsedad". Quizá Pablo aquí se refiera a las invenciones rabínicas como las que más tarde se incorporaron en la Mishnah y otros escritos judíos (ver t. V, pp. 97-102).
Pero probablemente también esté advirtiendo contra una
forma incipiente de gnosticismo (ver t. V, pp. 174, 870-871, 891; t. VI, pp.
56-59).
Genealogías. Una posible referencia a la práctica judaica de
rastrear el linaje familiar para comprobar que existía descendencia del rey
David o de alguna familia sacerdotal.
Muchas de las enseñanzas y de las predicaciones de los judíos se basaban
en rebuscadas alegorías que agradaban a la imaginación de la gente, pero sin
alimentar su alma. Ver Tito 1:14.
Acarrean. O "causan", o "promueven" (BJ);
"promover" (BC).
Disputas. Gr. ekz't'sis, "investigación",
"especulación".
Edificación. Aunque unos pocos MSS dicen
"edificación", la evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto
oikonomía, es decir "administración", "economía", "mayordomía"
o "plan". La BJ dice que "las fábulas y genealogías
interminables" son "más a propósito para promover disputas que para
realizar el plan de Dios, fundado en la fe". Las disputas que sólo sirven
para satisfacer la curiosidad inútil nunca promueven el bienestar de la
iglesia, que es la economía de Dios en la tierra.
5. Mandamiento. Gr. paraggelía, es decir, el
encargo o comisión que Pablo dio a Timoteo (vers. 3).
Amor. Gr. agáp' (ver com. 1 Cor. 13:1). La misión que
Pablo dio a Timoteo (1 Tim. 1:3) se originó en el amor, y tenía el propósito de
engendrar un espíritu de amor en los corazones de los miembros de la iglesia de
Efeso. El resultado de debates infructuosos acerca de mitos y genealogías sin
fin no era el amor sino disputas y divisiones.
Corazón limpio. Ver com. Sal. 24:4; Mat. 5:8.
No fingida. Es decir, sin excusas, sin disimulos. El amor
procede únicamente de corazones puros e íntegros, de una buena conciencia y una
fe leal, y no de inútiles especulaciones que sólo producen más
"disputas" (vers. 4). Sólo el amor unirá a los miembros de la iglesia
y revelará a Cristo ante el mundo.
6. Desviándose. Literalmente "habiendo
errado el blanco". Es decir, no acertando con las tres fuentes del
verdadero amor del vers. 5.
Vana palabrería. Gr. mataiología, "habla sin
valor" (cf. 1 Cor. 15:17). Si el amor no es el resultado o la meta de la
actividad del hombre, lo que se hace no conduce a nada permanente o
satisfactorio.
7. Doctores de la ley. Cf. com. Luc. 5:17. Aparentemente,
esos maestros eran judíos.
"Maestros de la ley" (BJ, BA).
Sin entender. Cristo reprochó la incapacidad de los escribas y
maestros para comprender el significado de la ley (ver com. Mat. 22:29). Opiniones
personales y verdades asimiladas a medias son las mercaderías que ofrecen los
inmaduros y supuestos maestros llenos de prejuicios. Las palabras de un maestro
tienen profunda influencia, y cuando sus palabras se pronuncian sin
discriminación ni la debida comprensión, sólo pueden confundir.
8. Ley. Como esos supuestos maestros (vers. 7) elaboraban
sus mitos inútiles sacándolos supuestamente de la ley judaica y pervirtiendo
las solemnes verdades del Evangelio, Pablo presenta la "ley" en su
debida perspectiva. No quiere que su crítica contra los "doctores de la
ley" (vers. 7) se interprete como que estuviera desestimando la
"ley". Que Pablo incluye aquí preceptos morales es evidente por los
vers. 9 y 10, que resumen varios principios del Decálogo (cf. Exo. 20:1-17).
Buena. Gr. kalós, "excelente". La ley es
"buena" porque cumple bien el propósito para el cual fue hecha.
Legítimamente. Es decir, con el propósito para el cual se dio.
Considerarla
como una simple colección de reglamentos para argumentar en cuanto a ellos, o
como tema para una inútil discusión filosófica (vers. 3-7), o como un medio de
salvación (ver com. Rom. 3:20; cf. Rom. 4:14; Gál. 3:17, 19-25; 5:4), es pervertir
la ley y abusar de ella. En cuanto a la naturaleza eterna y el propósito de la
ley moral, ver com. Rom. 3:31.
9. Para el justo. El apóstol no enseña que el
cristiano ya no está obligado a obedecer los Diez Mandamientos (ver com. Rom.
3:31). Jesús no vino para liberar a los hombres de la observancia de los
mandamientos, sino para mostrarles la posibilidad de la obediencia y proporcionar
el poder necesario para una victoria completa sobre el pecado (ver. com. Rom.
8:4); sin embargo, la ley no continúa condenando al que ha sido justificado,
aunque permanece como su norma de conducta (ver com. Rom. 6:14).
Transgresores. Es decir, los que se oponen a la ley, o no la
cumplen.
Desobedientes. O "rebeldes". El pecado es rebelión contra la autoridad de Dios. Cuando un ser creado se resiste a vivir en armonía con las leyes del universo, presume que su opinión es más sabia que la de Dios. La rebelión contra la autoridad produce la dramática lista que sigue. Impíos. Es decir, irreligiosos.
Profanos. Los que no hacen distinción entre lo santo y lo
secular, los que no tienen en cuenta al Dios viviente y sólo viven en un plano
secular como sucedió con Esaú (Heb.12:16). Este término y los cinco anteriores
se refieren específicamente a la violación de los primeros cuatro mandamientos
del Decálogo. En 1 Tim. 1:10 se describen las transgresiones de un ser humano
contra otro.
10. Fornicarios. Ver com. Exo. 20:14.
Sodomitas. U homosexuales.
Secuestradores. O "traficantes de
esclavos". La esclavitud ha pesado como una maldición sobre la humanidad
desde la antigüedad. Dios se esforzó por medio de Israel para restablecer la
dignidad individual (ver com. Exo. 21:16; Deut. 24:7). Pablo también amplía
aquí el verdadero valor del individuo.
Mentirosos. Ver com. Exo. 20:16.
Perjuros. Los que mienten después de haber jurado decir la
verdad.
Sana. Gr. hugiáinÇ, "estar sano". Aquí y en el
vers. 9 Pablo presenta un severo cuadro de los que desafían la ley de Dios. El
oponerse a la voluntad de Dios produce un deterioro del cuerpo, la mente y el alma
(ver com. Rom. 1:21-32). La verdad practicada en la vida es lo único que puede
traer paz a la mente y vitalidad al cuerpo. La palabra "higiene"
deriva de hugiáinÇ.
11. Evangelio. Continúa Pablo con su condenación de los impíos que aspiraban a ser "maestros" en la iglesia. Esos pretendidos maestros estaban aplicando la ley en una forma contraria a su legítimo propósito.
La ley,
en vez de revelarles sus pecados (vers. 9), se convirtió en una fuente de
especulaciones intelectuales y de minuciosos argumentos (ver com. vers. 4). Para
usar la ley "legítimamente" (vers. 8) debe vérsela dentro del
contexto del "glorioso evangelio del Dios bendito" y usársela
debidamente. La ley y el "evangelio" no pueden estar separados porque
se necesitan mutuamente dentro del plan de Dios (PVGM 99).
La ley usada
"legítimamente" (ver com. Rom. 3:20,31; Gál. 3:24) amplía la gloria
"del Dios bendito" y revela cuán oportuno y adecuado es realmente el
"evangelio". Pablo les da su debido lugar a ambos: a la ley y al
Evangelio.
El Evangelio revela la gloria de Dios.
El hombre puede ahora contemplar en Jesucristo el solícito interés de su
Padre celestial, que no ha dejado nada sin hacer en el programa de revelar su
amor y misericordia para los seres humanos (2 Cor. 4:6; Efe. 1:6).
A mí me ha sido encomendado. O "se me ha confiado"
(BJ). Este solemne sentido de responsabilidad era la fuerza que impulsaba el
ministerio de Pablo y le daba autoridad para escribir cartas como 1 Timoteo
(ver com. cap. 1:1). Cada ministro debe experimentar la convicción básica de
que a él le ha sido confiada la solemne obra de revelar la gloria de Dios.
12. Doy gracias. Por el honor de habérsele confiado el Evangelio (vers. 11).
Los vers. 12-16 revelan cuán humilde era Pablo al
evaluar sus propias insuficiencias; sin embargo, al usar
"legítimamente" la ley (vers. 8) llegó a ser un hombre nuevo y un
testigo viviente del poder salvador de Dios. Por lo tanto, lo que Dios pudo
hacer con él, el "primero" de los pecadores (vers. 15), podía también
hacerlo con cualquier otro hombre.
Fortaleció. Gr. endunamóÇ, "dar poder". Pablo no
dependía de sus propios méritos para llevar a cabo la misión divina. Cada
pastor puede valerse de los recursos del poder divino al enfrentarse a los
problemas del ministerio.
Fiel. Es decir, digno de confianza. El cálido corazón de
Pablo se llenaba de gratitud al considerar que Dios lo honraba con su confianza.
La respuesta de una persona sincera es hacer todo lo posible para defender la
confianza que Dios le dispensa.
Ministerio. O "servicio".
13. Blasfemo. Pablo había sido un "blasfemo" (ver com.
Hech. 9:4-5; 26:9-11); pero ahora repasa su vida para hacer resaltar el poder
de la gracia de Dios (ver com. 1 Tim. 1:14) y el resultado de usar
"legítimamente" de la ley (ver com. vers. 8).
Perseguidor. Ver com. Hech. 9:1, 4-5; 22:4; 26:9-14; Gál.
1:13,23; Fil. 3:6.
Injuriador. O "insolente" (BJ, BC). Ver com. Rom. 1:30.
Por ignorancia. Pablo sinceramente creía que
estaba sirviendo a Dios (ver com. Juan 16:2; Hech, 23:1; 24:16; 26:9). Su
conducta equivocada no había llegado al punto de hacer que pecara
voluntariamente contra su conciencia y el Espíritu Santo (ver com. Mat. 12:31-32;
Heb. 10:26-27; ver 2JT 141). Pero cuando vio claramente la majestad de Jesús,
su incredulidad fue vencida, fue obediente a "la visión celestial"
(ver com. Hech. 26:19).
14. Gracia. Ver com. Rom. 3:24; 1 Cor. 1:3. Pablo no se jacta
por su conversión. Sin el interés y la fortaleza de Dios habría continuado
siendo Saulo el perseguidor.
Más abundante. Cf. Rom. 5:20. La gracia es dada en proporción con
la necesidad del hombre. Los que se han debilitado más con el pecado, necesitan
más abundante gracia. Pablo no quiere decir que Dios da arbitrariamente a los
hombres diversas medidas de gracia, con el resultado de que algunos nunca se
convierten porque Dios no quiere darles suficiente gracia.
Fe. Una leal amistad con Jesucristo reemplazó a la "incredulidad"
(vers. 13) anterior de Pablo. Ver com. Rom. 3:22; 4:3.
Amor. El violento comportamiento del fanático fue
sustituido por un espíritu nuevo de compasión y gratitud. La fe y el amor son
una prueba elocuente de que la "gracia" rige la vida. En cuanto a una
definición de "amor", ver com. Mat. 5:43; 1 Cor. 13:1.
15. Fiel. O "digna de confianza". La frase
"palabra fiel" se halla únicamente en las epístolas pastorales (1
Tim. 3:1; 4:9; 2 Tim. 2:11; Tito 3:8).
Digna. La creencia fundamental de que Jesús vino a redimir
a los hombres puede ser aceptada sin vacilaciones ni dudas. Nada es digno de
mayor atención.
Vino. Pablo afirma la preexistencia de Cristo (ver com.
Juan 1:1-3; 16:28; 17:5).
Salvar. Desde que el pecado entró en el mundo, Dios ha
estado poniendo en función su plan para salvar a los seres humanos de la
destrucción eterna. Hacer que las personas conozcan a Jesucristo es la obra de
los ángeles y de las personas piadosas. Este versículo no limita la gracia de
Dios a unos pocos escogidos, sino que destaca que está al alcance de todos los
"pecadores" (ver com. Mat. 1:21).
Primero. Pablo continuaba considerándose indigno aun después
de su conversión. No dice "fui el primero", sino "soy el primero"
(ver com. 1 Cor. 15:9-10). Su humildad se debía a su recuerdo de haber
agraviado y perseguido a Dios y a su iglesia en lo pasado (ver com. 1 Tim. 1:
13), y también porque comprendía su insuficiencia si no recibía diariamente
poder de Dios. El cristiano verdaderamente convertido nunca deja de sentir la
indignidad que sintió la primera vez que entregó su voluntad a Cristo. Sabe que
si diariamente no mora en él el poder de Dios, su vida no revelará los
atributos del carácter cristiano. "Mientras más nos acerquemos a Jesús y
más claramente apreciemos la pureza de su carácter, más claramente
discerniremos la excesiva pecaminosidad del pecado y nos sentiremos menos
inclinados a ensalzarnos a nosotros mismos" (PVGM 124).
La única salvaguardia del
cristiano es recordar el abismo de donde fue "arrancado" (Isa. 51:1;
cf. Sal. 40:2), no confiar en sí mismo y someter alegremente, día tras día, su
voluntad a los deseos de Dios.
16. Por esto. Pablo llegó a ser un modelo de lo que Dios puede hacer con cualquier hombre, aunque haya sido insolente, blasfemo y perseguidor (ver com. vers. 13).
Por eso cualquiera puede pensar que si Dios tuvo
suficiente paciencia y amor para perdonar a un hombre tan pecador como Pablo,
también debe tener suficiente paciencia y amor para perdonarlo a él. Jesús
soportó mucho a Pablo, pues sabía que su conversión llegaría a ser un motivo de
ánimo para los seres humanos de todos los siglos.
Jesucristo. La gloria de la conversión de Pablo era la
revelación de la clemencia y del amor de Cristo que se extienden a todos los
hombres.
Ejemplo. De lo que Dios puede hacer con todo el que se
somete a su amor. Cuando Pablo declara que era el "primero" (vers.
15) no quiere decir que él era el único ejemplo de la paciencia divina. Cada
converso es un monumento viviente o un "ejemplo" del insondable amor
y de la clemencia de Dios.
Creer. O "confiar" (ver com. Rom. 3:3).
17. Rey de los siglos. Expresión que aparece sólo aquí
en el NT. Destaca el carácter eterno del reino universal de Dios (ver Rom. 16:26).
Al referirse a Dios como
"Rey" Pablo quizá pensaba en el absoluto contraste entre el Señor y
el infame emperador Nerón, que pronto haría matar al apóstol. Pero en el reino
eterno Pablo, con todos los redimidos, poseerá una vida que no le podrá ser
quitada (ver 1 Tim. 6:11-16).
Al repasar su nueva vida en
Cristo contrastándola con su antigua vida de intolerancia y odio, Pablo
prorrumpe en una gloriosa doxología de gratitud. Hay himnos similares de
alabanza en Rom. 11:36; 16:27; Gál. 1:5; Efe. 3:21; Fil. 4:20; 1 Tim. 6:15-16.
Inmortal. Gr. áfthartos, "imperecedero",
"incorruptible", "inmortal". Compárese con el uso de esta
palabra en 1 Cor. 9:25; 15:52; 1 Ped. 1:4,23.
Invisible. O "no visto" (ver Heb. 11:27; com. Col.
1:15).
Unico y sabio Dios. La evidencia textual establece (cf. p. 10) la omisión del adjetivo "sabio". Lo omiten la BJ, BC, BA y NC. Dios no tiene rivales en el afecto de los hombres, pues no hay otro que posea las cualidades que aquí se le atribuyen.
Sólo una relación de amor con el
Dios "inmortal" puede garantizar la vida eterna para cada ser humano.
Honor y gloria. Es decir, la reverencia y el
servicio incondicionales del hombre y sus espontáneas exclamaciones de amorosa
gratitud.
18. Este mandamiento. Es decir, la entrega que Pablo
hacía a Timoteo de los deberes pastorales en Éfeso (ver com. vers. 3,5).
Hijo. Gr. téknon, "niño", "uno
nacido". En este caso, la descendencia espiritual de Pablo (ver com. vers.
2).
Profecías. Pablo quizá se refiera a las predicciones hechas cuando Timoteo fue ordenado, que describían su futura consagración y éxito en el ministerio (ver Hech. 16:2).
Estas palabras también podrían indicar que la "recomendación" confiada a Timoteo de que corrigiera a los que enseñaban una doctrina diferente (ver com. 1 Tim. 1:3-4), fue asimismo aprobada por Dios mediante los profetas de la iglesia (ver com. Hech. 13:1; 1 Tim. 4:14).
En cuanto a los deberes de un profeta, ver com. Mat. 11:9.
Por ellas. Timoteo se sentía animado y fortalecido frente a
los difíciles problemas que soportaba la iglesia de Éfeso, porque sabía que los
dirigentes de la iglesia, de más edad y mayor experiencia que él, tenían
confianza. Evidentemente habían "profetizado" que Timoteo sería fiel
y útil a la iglesia.
Milicia. "Combate" (BJ, NC); "batalla"
(BA). El empeño de Timoteo para que su liderazgo fuera tan firme como el de
Pablo y para que su lucha contra el pecado fuera exitosa, podía asemejarse a
una campaña militar o guerra de la justicia contra el mal (ver com. 2 Cor. 10:3-
4, Efe. 6:10-17; 2 Tim. 2:3-4).
19. Manteniendo la fe. Timoteo debía estar persuadido
por la convicción de que Dios había hablado por medio de Pablo y de los
profetas de la iglesia cuando le confiaron el liderazgo y el ministerio
evangélico y le predijeron su futura utilidad. Timoteo sólo podía tener éxito
si mantenía la convicción de que hombres de Dios le habían comunicado la
voluntad del Señor para él, y que al cumplir fielmente con su misión podía
estar seguro de la bendición divina. El inconfundible consejo de la Palabra de
Dios, en ese tiempo el AT, sería un arma adicional en la "milicia"
(vers. 18), o "combate", contra los maestros que fomentaban
divisiones (vers. 37).
Buena conciencia. Esta debía ser la segunda arma de
Timoteo en la guerra contra el error y el pecado. Cualesquiera que fueran los
problemas que enfrentara Timoteo, su fortaleza consistiría en un sincero
esfuerzo para proceder de acuerdo con los principios establecidos por Pablo y
la Palabra de Dios. Los misioneros cristianos de hoy día también descubrirán
que sus más profundas convicciones se apagan y debilitan si su conducta
personal no confirma el mensaje que predican.
Desechando. Gr. apothéo, "expulsar", "rechazar"
(ver Hech. 13:46). Pablo describe a los que voluntariamente rechazaban la voz
de la conciencia. Los trágicos pasos de la apostasía son: (1) la violación de
una conciencia pura; (2) la pérdida de la convicción en cuanto a la importancia
de los principios cristianos; (3) el rechazo voluntario de la fe.
La fe. La fe de los que no prestaron atención a la voz de
la conciencia.
Naufragaron. Si el capitán de un barco se aparta de su brújula
para depender de su propio juicio, causará un desastre. También el cristiano
naufragará en su fe si se aparta de la segura Palabra de Dios para confiar en
su propio juicio o en el de otra persona.
20. Himeneo. Quizá el mismo maestro de falsas doctrinas
mencionado en 2 Tim. 2:17.
Alejandro. Nada más se sabe con certeza en cuanto a este
hombre.
Entregué a Satanás. Algunos comentadores piensan que
esta expresión equivalía a una sentencia judicial en la sinagoga judía. La
frase podría haberse originado en el relato de Job, cuando su fe fue puesta en
duda, y el Señor lo entregó a Satanás para ser probado (Job 2:6). Pero es
evidente que Pablo no usó esta frase con la idea de que la pureza de los que
entregaba a Satanás sería manifiesta, sino que pensaba que así las acciones de
ellos serían condenadas como espiritualmente incompatibles con las normas de la
iglesia cristiana. Esta frase, como 1 Cor. 5:3-5, se refiere específicamente a
expulsar de la iglesia; era la extrema medida disciplinaria que una
congregación cristiana podía aplicar a uno de sus miembros que persistía en el
pecado. Como el transgresor había rechazado uno o más de los principios
fundamentales de la fe cristiana (1 Tim. 1:19), en rigor se había separado a sí
mismo del espíritu y del cuerpo de la iglesia por sus propios actos.
En este mundo sólo hay dos reinos
espirituales: el de Dios y el de Satanás. El que renuncia a servir al reino de
Dios, automáticamente se pone al servicio del reino de Satanás. La iglesia no
hace ese cambio, sino que ratifica la elección que ha hecho el pecador (ver
com. 1 Cor. 5:5).
Aprendan. Gr. paidéuo, "educar a niños",
"enseñar", "instruir". Aunque la expulsión de la iglesia es
una medida drástica, tiene el propósito de corregir. La impresión recibida al
ser finalmente separado de la comunión de la iglesia, podría hacer comprender
al pecador descuidado la peligrosa situación de su alma. Como el transgresor ya
no era miembro de la familia visible de Cristo, entonces podría darse cuenta de
su necesidad de arrepentimiento y contrición. De ese modo la medida extrema de
expulsar de la iglesia podría ser el único medio de hacer volver al pecador a
la senda de "la fe y buena conciencia" (vers. 19) y de hacerle
comprender su verdadera condición delante de Dios.
Blasfemar. Quizá Pablo se refiera a los actos perversos de los
que hacen uso indebido de la ley (ver com. vers. 3-7). La ley es una expresión
de la voluntad y del carácter de Dios, por esta razón cualquier uso pervertido
de ella deshonra a Dios y deforma sus propósitos. Todo lo que deshonra a Dios
es una blasfemia. (7CBA).
COMENTARIOS DE EGW
2. HAp 166. EN TIMOTEO, PABLO vio uno que
comprendía la santidad de la obra del ministerio; uno que no desmayaba frente
al sufrimiento y la persecución; y que estaba dispuesto a ser enseñado. Sin
embargo, el apóstol no se atrevió a asumir la responsabilidad de darle a Timoteo,
un joven inexperto, una preparación en el ministerio evangélico, sin
satisfacerse antes plenamente respecto a su carácter y su vida.
El padre de Timoteo
era griego y su madre judía. Desde la niñez había conocido las Escrituras. La
piedad que vio en su vida de hogar era sana y cuerda. La fe de su madre y de su
abuela en los oráculos sagrados era para él un constante recuerdo de la
bendición que acarrea el hacer la voluntad de 166 Dios. La
palabra de Dios era la regla por la cual esas dos piadosas mujeres habían
guiado a Timoteo. El poder espiritual de las lecciones que había recibido
de ellas conservó puro su lenguaje y evitó que le contaminaran las malas
influencias que le rodeaban. Así las que le instruyeron en el hogar habían
cooperado con Dios en prepararlo para llevar responsabilidades.
PABLO VIO A TIMOTEO
FIEL, FIRME Y SINCERO, y le escogió como compañero de labor y de viaje. Las que habían
enseñado a Timoteo en su infancia fueron recompensadas viendo al hijo de su
cuidado unido en estrecho compañerismo con el gran apóstol.
TIMOTEO ERA SÓLO UN
JOVEN cuando fue escogido por Dios como maestro; pero sus principios habían
sido tan bien establecidos por su primera educación que era digno del puesto de
ayudante de Pablo. Y aunque joven, llevó sus responsabilidades con mansedumbre
cristiana.
Como Medida De
Precaución, Pablo aconsejó prudentemente a Timoteo que
se circuncidase, no porque Dios lo requiriese, sino para eliminar del
pensamiento de los judíos algo que pudiera llegar a ser una objeción contra el
ministerio de Timoteo.
EN SU OBRA, PABLO había de viajar
de ciudad en ciudad, en muchas tierras, y con frecuencia tenía oportunidad de
predicar a Cristo en las sinagogas de los judíos, como también en otros lugares
de reunión.
Si llegaban a saber
que uno de sus compañeros era incircunciso, su obra quedaría grandemente
estorbada por los prejuicios y el fanatismo de los
judíos. Por doquiera el apóstol afrontaba resuelta oposición y severa
persecución.
DESEABA IMPARTIR A
SUS HERMANOS JUDÍOS, tanto como a los gentiles, el conocimiento del Evangelio; y por eso
procuraba, en la medida consecuente con su fe, quitar todo pretexto de
oposición.
SIN EMBARGO, mientras
condescendía así con el prejuicio judío, creía y enseñaba que la circuncisión y
la incircuncisión nada eran, y que el Evangelio de Cristo era todo. Pablo amaba
a Timoteo, su "hijo en la fe." (1 Tim. 1:2).
4. 1JT 101. Cristo Es La Fuente De Nuestra
Fortaleza. Él es la vid, nosotros los pámpanos. Debemos recibir nutrición de la Cepa
viva. Privados de la fuerza y nutrición de aquella Cepa, somos como miembros
del cuerpo sin cabeza, y estamos en la misma posición en la cual Satanás quiere
que estemos, para poder dominarnos como le agrade. El obra "con todo
engaño de iniquidad en los que perecen; por cuanto no recibieron el amor de la
verdad para ser salvos. Por lo tanto, pues, les envía Dios operación de error,
para que crean a la mentira." El espiritismo es una mentira. Se basa en la
gran mentira original:" No moriréis." Miles cortan la Cabeza y el
resultado es que los miembros actúan sin Jesús como cabeza, y otro guía al
cuerpo. Satanás los domina.
CEDEN
A SATANÁS. Me fue mostrado que Satanás no puede dominar la mente a menos que ésta le
sea entregada. Los que se apartan de lo recto están en grave peligro ahora. Se
separan de Dios y del cuidado vigilante de sus ángeles, y Satanás, siempre
listo para destruir las almas, empieza a presentarles sus engaños. Los tales
corren el mayor peligro; y si lo ven y tratan de resistir a las potestades de
las tinieblas, no les resultará fácil libertarse de la trampa de Satanás. Se
han aventurado en el terreno de Satanás, y él los declara suyos. No vacilará en
empeñar todas sus energías y llamar en su ayuda a toda su hueste maligna para
arrancar a un solo ser humano de las manos de Cristo.
Los que han tentado al diablo a
que los tiente, tendrán que hacer esfuerzos desesperados para librarse de su
poder. Pero cuando empiecen a trabajar, entonces los ángeles de Dios a quienes
han agraviado acudirán en su auxilio. Satanás y sus ángeles no están dispuestos
a perder su presa. Contienden y pelean
con los santos ángeles, y el conflicto es intenso. Pero si los que han errado
continúan orando y con profunda humildad 101 confiesan sus yerros, los ángeles
que son poderosos en fortaleza prevalecerán y los arrebatarán del poder de los
ángeles malos.
Al levantarse el telón y
mostrárseme la corrupción de esta época, mi corazón se condolió y mi espíritu
casi desmayó dentro de mí. Vi que los habitantes de la tierra estaban llenando
la copa de su iniquidad. La ira de Dios está encendida, y no se apagará hasta
que los pecadores estén destruidos sobre la tierra. Satanás es el enemigo
personal de Cristo. Es el que origina y encabeza toda especie de rebelión en el
cielo y en la tierra. Su ira aumenta; nosotros no nos damos cuenta de su poder.
Si nuestros ojos fuesen abiertos
y pudiéramos discernir la obra que efectúan los ángeles caídos con aquellos que
se sienten tranquilos y seguros, no nos sentiríamos tan seguros. Los malos
ángeles nos siguen en todo momento. Es lógico que los hombres malos estén
dispuestos a obrar como les sugiere Satanás; pero mientras que nuestra mente no
está en guardia contra sus agentes invisibles, ellos asumen nuevas posiciones y
obran maravillas y milagros ante nuestros ojos. ¿Estamos preparados para
resistirles por la Palabra de Dios, la única arma que podemos usar con éxito?
Algunos estarán tentados a
recibir estos prodigios como provenientes de Dios. Habrá enfermos que sanarán
delante de nosotros. Se realizarán milagros ante nuestra vista. ¿Estamos
preparados para la prueba que nos aguarda cuando se manifiesten más plenamente
los milagros mentirosos de Satanás? ¿No serán entrampadas y apresadas muchas
almas? Al apartarse de los claros preceptos y mandamientos de Dios, y prestar
oído a las fábulas, la mente de muchos se está preparando para aceptar estos
prodigios mentirosos. Todos debemos procurar armamos ahora para la contienda en
la cual pronto deberemos empeñarnos. La fe en la Palabra de Dios estudiada con
oración y puesta en práctica, será nuestro escudo contra el poder de Satanás y
nos hará vencedores por la sangre de Cristo.102
15. CC 35,
40. Cuando Satanás viene a decirte que eres un gran pecador, mira a tu
Redentor y habla de sus méritos. Lo que te ayudará será el mirar su luz.
Reconoce tu pecado, pero di al enemigo que "Cristo Jesús vino al mundo
para salvar a los pecadores" (1 Timoteo 1:15) y que puedes ser salvo por
su incomparable amor.
Jesús hizo una
pregunta a Simón con respecto a dos deudores. El primero debía a su señor una
suma pequeña y el segundo una muy grande; pero él perdonó a ambos, y Cristo
preguntó a Simón cuál deudor amaría más a su señor. Simón contestó: “Aquel a
quien más perdonó" (Lucas 7:43).
Hemos sido grandes
deudores, pero Cristo murió para que fuésemos perdonados. Los méritos de su
sacrificio son suficientes para presentarlos al Padre en nuestro favor.
Aquellos a quienes ha perdonado más, lo amarán más, y estarán más cerca de su
trono alabándolo por su grande amor e infinito sacrificio. Cuanto más
plenamente comprendemos el amor de Dios, más nos percatamos de la pecaminosidad
del pecado. Cuando vemos cuán larga es la cadena que se nos ha arrojado para
rescatarnos, cuando entendemos algo del sacrificio infinito que Cristo ha hecho
en nuestro favor, el corazón se derrite de ternura y contrición.
CC 40. * Después de que Adán
y Eva hubieron comido de la fruta prohibida, los embargó un sentimiento de
vergüenza y terror. Al principio solamente pensaban en cómo podrían excusar su
pecado y escapar de la terrible sentencia de muerte. Cuando el Señor les habló tocante
a su pecado, Adán respondió, echando la culpa en parte a Dios y en parte a su
compañera: "La mujer que pusiste aquí conmigo me dio del árbol, y
comí". La mujer echó la culpa a la serpiente, diciendo: "La serpiente
me engañó, y comí" (Génesis 3:12, 13) ¿Por qué hiciste la serpiente?
¿Por 40 qué le permitiste que entrase en el Edén?
Esas eran las
preguntas implicadas en la excusa de su pecado, haciendo así a Dios responsable
de su caída. El espíritu de justificación propia tuvo su origen en el padre de la
mentira y ha sido exhibido por todos los hijos e hijas de Adán. Las confesiones
de esta clase no son inspiradas por el Espíritu divino y no serán aceptables
para Dios.
El arrepentimiento
verdadero induce al hombre a reconocer su propia maldad, sin engaño ni
hipocresía.
Como el pobre
publicano que no osaba ni aun alzar sus ojos al cielo, exclamará: "Dios,
ten misericordia de mí, pecador", y los que reconozcan así su iniquidad
serán justificados, porque Jesús presentará su sangre en favor del alma
arrepentida.
Los ejemplos de
arrepentimiento y humillación genuinos que da la Palabra de Dios revelan un
espíritu de confesión sin excusa por el pecado, ni intento de justificación
propia.
San Pablo no procura
defenderse; pinta su pecado como es, sin intentar atenuar su culpa. Dice: "Lo cual
también hice en Jerusalén, encerrando yo mismo en la cárcel a muchos de los
santos habiendo recibido autorización de parte de los jefes de los sacerdotes;
y cuando se les daba muerte, yo echaba mi voto contra ellos. Y castigándolos
muchas veces, por todas las sinagogas, les hacia fuerza para que blasfemasen; y
estando sobremanera enfurecido contra ellos, iba en persecución de ellos hasta
las ciudades extranjeras". (Hechos 26:10,11).
Sin vacilar
declara: "Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores; de los
cuales yo soy el primero" (1 Timoteo 1:15). 41
Ministerio Hno. Pio
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