2 Tesalonicenses 2.
ENSEÑANZA Y EXHORTACIÓN ACERCA DE LA
CONSUMACIÓN ANTICRISTIANO DEL MAL: Vers. (1-2) Pablo
anhela que permanezcan firmes en la fe que han recibido, (3-8) muestra que
habrá un apartamiento de la fe (9-14) y que el anticristo, se manifestará antes
de que venga el día del Señor; (15-17) por lo tanto, les repite su anterior
exhortación y ora por ellos.
1 Pero con respecto a la venida
de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, 2
que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis,
ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el
sentido de que el día del Señor está cerca.
3 Nadie os engañe en ninguna
manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el
hombre de pecado, el hijo de perdición, 4 el cual se opone y se levanta contra
todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el
templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.
5 ¿No os acordáis que cuando yo
estaba todavía con vosotros, os decía esto? 6 Y ahora vosotros sabéis lo que lo
detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. 7 Porque ya está en
acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene,
hasta que él a su vez sea quitado de en medio. 8 Y entonces se manifestará
aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá
con el resplandor de su venida;
9 inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás,
con gran poder y señales y prodigios mentirosos,
10 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden,
por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
11 Por esto Dios les envía un
poder engañoso, para que crean la mentira,
13 Pero nosotros debemos dar
siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de
que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la
santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,
15 Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra. 16 Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, 17 conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra. (2Tesalonicenses 2).
1. Venida. Gr. parousía (ver com. Mat. 24:3). El tema de Pablo
en los vers. 1-12 gira en torno al regreso de Cristo.
Nuestra reunión. Uno de los principales propósitos
del retorno de Cristo es el de congregar a sus elegidos (ver com. Mat. 24:31;
Juan 14:3) para que puedan estar "siempre con el Señor" (1 Tes.
4:17). Pablo invoca la perspectiva de ese suceso para que los pensamientos de
los tesalonicenses se concentren en ese tema y mediten en él con solemnidad.
Os rogamos. Sin duda estaban circulando en la iglesia de
Tesalónica ideas erróneas acerca de la enseñanza de Pablo en cuanto a la
proximidad de la venida de Cristo; y para corregir esas tergiversaciones escribió
esta segunda epístola. Trata el tema con gran tacto, pues se dirige a sus
lectores no como a inferiores sino como a hermanos, y les ruega que presten
atención a las enseñanzas que está por impartirles. Desea reanimar y no
desanimar a los temerosos.
2. Dejéis mover. Los tesalonicenses no debían
dejarse arrancar del fundamento de su firme convicción y ser "llevados por
doquiera de todo viento de doctrina" (Efe. 4:14). Los cristianos deben ser
firmes en su modo de pensar.
Conturbéis. Gr. throéò, "clamar en voz alta", "asustarse", de ahí "conturbarse". Se refiere aquí a un estado de agitación o excitación nerviosa. El pensamiento de que la venida del Señor era inminente, había mantenido a los tesalonicenses en un estado de continua alarma.
Espíritu. Sin duda aquí se refiere al espíritu o don de profetizar.
(cf. com. 1 Cor. 7:40; 12:10).
Palabra. O enseñanza oral.
Carta. Es decir, comunicación escrita.
Como si fuera nuestra. Puede entenderse que esta frase
se refiere a las tres clases de comunicación que se mencionan, como si todas
ellas hubieran procedido de Pablo. Muchos intérpretes consideran que Pablo se
refiere a alguna comunicación fraguada en su nombre. Es posible que Pablo
pensara que se pudiera redactar algún escrito en su nombre, por lo cual quizá
tenía la precaución de firmar las cartas con su propia mano (ver com. cap.
3:17). Otros creen que si ése hubiese sido el caso, quizá habría tratado este
asunto con más vigor. Sugieren que es más probable que se estuviera
tergiversando alguna declaración de sus enseñanzas, o de alguna de sus
pláticas, o de la redacción de su primera epístola (ver com. 1 Tes. 4:15,17; 2
Tes. 2:1; cf. HAp 214).
El día del Señor. En cuanto a la expresión "el
día del Señor", ver com. Hech. 2:20.
Está cerca. Gr. enístèmi, "estar cerca", "ser
inminente", o en la forma en que está aquí, "ha llegado",
"ha sobrevenido". En Gál. 1:4, Pablo emplea el participio de este
mismo verbo, que se ha traducido como "presente". Pablo había
destacado en su primera epístola -así como el Señor lo había hecho en sus
enseñanzas- que los cristianos deben vivir preparados para el regreso del Señor
(Mat. 24:42,44, 1 Tes. 1:10; 5:23); deben velar y estar listos, pero nunca
estar tan preocupados por la inminencia del segundo advenimiento, que lleguen a
un estado de agitación irrazonable.
3. Nadie os engañe. El apóstol reconoce que el
peligro de un engaño es real y grave (cf. Mat. 24:4). Los métodos de engaño
serían muchos, y Pablo no trataba de limitarlos a los tres mencionados (2 Tes.
2:2), sino que añade: "en ninguna manera". El enemigo de la iglesia
hará señales y milagros aparentes para inducir a los incautos a que acepten el
gran engaño o mentira (vers. 9-11). El pueblo de Dios debe, por lo tanto, estar
alerta para no ser descarriado. Su fe debe fundarse en las claras afirmaciones
de la Palabra de Dios.
Porque no vendrá. Estas palabras no están en el
texto griego. Los omite la BJ. Se han añadido para que el pensamiento sea más
claro. Es obvio que la reunión de Cristo con los suyos es lo que "no
vendrá" hasta que se revele el anticristo. Esto era lo que perturbaba a
los tesalonicenses (vers. 1).
La apostasía. Gr. apostasía. Este vocablo griego aparece en el NT
sólo aquí y en Hech. 21:21. El artículo definido indica que se hace referencia
a una apostasía definida, e implica que esa defección era algo bien conocido
por los lectores. Pablo sin duda había dado instrucciones personalmente a los
tesalonicenses acerca de la apostasía que vendría. Algunos años más tarde en su
plática a los ancianos de la iglesia de Éfeso, predijo que la apostasía se
debería a hombres que se levantarían dentro de la iglesia "para arrastrar
tras sí a los discípulos" (Hech. 20:30). El amonestó a Timoteo acerca de
peligros similares, añadiendo que llegaría el tiempo cuando los hombres
preferirían las fábulas y cerrarían sus oídos a la verdad (1 Tim. 4:1-3; 2 Tim.
4:3-4). Pedro y Judas hablan en tono duro acerca de los que han abandonado la
senda recta (2 Ped. 2:1, 12-22; Jud. 4, 10-13); y Juan testifica que en el
tiempo cuando escribía habían surgido muchos anticristos (1Juan 2:18). El Señor
mismo instó a sus seguidores a que se cuidaran de los falsos profetas (Mat.
7:15; 24:24), y predijo que muchos tropezarían (Mat. 24:10).
Pablo No Define Específicamente La Forma De La Apostasía, pero se puede deducir de los pasajes mencionados; sin embargo, lo siguiente es claro: (1) la apostasía es religiosa, es una rebelión espiritual que tiene una relación primordial con la política; (2) esa defección aún era futura cuando escribía Pablo; (3) la apostasía no sólo sería antes del segundo advenimiento (2 Tes. 2:2), sino que serviría como una señal de la proximidad del regreso de Cristo. Por eso no se debía esperar la venida del Señor sin que sobreviniera antes la apostasía.
La profecía acerca de esta caída espiritual parcialmente se cumplió
en los días de Pablo, y mucho más durante la llamada Edad Media; pero su
cumplimiento completo ocurrirá en los días inmediatamente previos al regreso de
Jesús (cf.Nota Adicional de Rom. 13). Ver t. VI, pp. 65-68.
Se manifieste. Gr. apokalúptò, "descubrir", "quitar
un veló", "exponer", "hacer saber" (cf. com. Apoc.
1:1). Este verbo se repite en 2 Tes. 2:6,8, y se usa en otras partes del NT
para referirse a revelaciones sobrenaturales (cf. Mat. 16:17; Luc. 10:22,
etc.), y especialmente para referirse a la aparición de Cristo (cf. Luc. 17:30.
El sustantivo afín apokálupsis, "revelación", ocurre en 1 Cor. 1:7,
"manifestación"; en 2 Tes. 1:7, "manifieste"; en 1 Ped. 1:7,13,
"manifestado"; en cap. 4:13, "revelación"). Esto sugiere
que la manifestación del "hombre de pecado" implicaría elementos
sobrenaturales y que su esfera de acción sería claramente de carácter
religioso. El hecho de que, el "hombre de pecado" va a
"manifestarse", significa que estaría oculto hasta cierto momento, y
entonces se manifestaría al mundo -del cual hasta ese tiempo se había
escondido-, o que se quitaría su disfraz y aparecería tal como es, o que se le
quitaría su disfraz y se daría a conocer su verdadera naturaleza ante los
habitantes de la tierra.
El hombre de pecado. Es decir, el hombre cuya
característica distintiva es el pecado. La evidencia textual se inclina (cf. p.
10) por el texto "hombre de ilegalidad" (anomía), que se ha traducido
de diversas formas: "hombre impío" (BJ); "hombre de la
iniquidad" (NC). Cf. com. vers. 8 donde "aquel 'inicuo" es literalmente
"el Impío" (BJ). El artículo definido "el" indica que Pablo
se está refiriendo a un enemigo acerca del cual ya había hablado a los
tesalonicenses, y que esperaba que ellos supieran de qué estaba escribiendo. El
hecho de que emplee el sustantivo "hombre' (Gr. ánthropos) indica también
una persona definida o un poder definido. En cuanto a la identidad de esa
persona o ese poder, ver com. vers. 4.
El hijo de perdición. O "hijo de destrucción", es decir, un hijo destinado a la destrucción. Este es otro título o descripción del "hombre de pecado". Hay sólo un lugar más en las Escrituras donde se usa esta denominación.
El Salvador la aplicó a Judas
(ver com. Juan 17:12), apóstol que una vez fue compañero de los otros
discípulos e igual a ellos, pero que permitió de tal manera que Satanás entrara
en su corazón (Juan 13:2,27), que traicionó a su Señor (Mat. 26:47-50).
4. Se opone. Gr. antíkeimai, "ser adversario de",
"resistir", "oponerse".
Se levanta. Del verbo griego huperáiò, "levantarse por
encima", "alzarse sobre" algo.
Todo lo que se llama Dios. Esto incluye todas las formas de
deidad, tanto verdaderas como falsas, y no debe limitarse al Dios de los
cielos.
O es objeto de culto. Gr. sébasma, "objeto de
adoración"; en el plural, como aquí, "culto". Las palabras de
Pablo describen a un poder arrogante que se opone a todo competidor en el
terreno de la religión, y no permite que ningún rival reciba el culto que exige
para sí mismo.
Tanto que. Estas palabras indican el propósito de los hechos
del altivo poder.
En. En el sentido de "dentro de",
"en", lo cual indica la entrada de este poder en el templo de Dios y
su establecimiento allí.
Templo. Gr. naós, el santuario interior, o santuario, en
contraste con hierón, que indica todo el predio del templo. Basándose en. 1 Cor.
3:16; 2 Cor. 6:16; Efe. 2:21, algunos creen que "templo" se refiere
aquí a la iglesia; otros, que Pablo usa el término "templo" en sentido
figurado para representar un centro de culto religioso. Este "inicuo"
(vers. 8) se sentaría en el lugar dedicado al culto del Dios verdadero,
exigiendo que se le rinda adoración.
Como Dios. La evidencia textual favorece (cf. p. 10) la
omisión de estas palabras. Las omiten la BJ, BC, BA y NC. Esta omisión no
afecta el significado del pasaje, pues el pensamiento está implícito en las
palabras que siguen. Este arrogante poder usurpa prerrogativas divinas que
corresponden al verdadero Dios, y no simplemente a deidades paganas.
Haciéndose pasar. Gr. apodéiknumi, "mostrar",
"exhibir", "declarar". Al sentarse en el santuario interior
del templo, revela que pretende establecerse "como Dios", más aún,
que considera que "es Dios". No puede haber una blasfemia mayor.
Para quienes están familiarizados con la Biblia ya son bien conocidas las señales de identidad enumeradas en los vers. 3 y 4, puesto que se encuentran en otras partes de la Palabra inspirada. Una comparación con la profecía de Daniel acerca del poder blasfemo sucesor de la Roma pagana (ver com. Dan. 7:8, 19-26), y con la descripción que hace Juan de la bestia semejante a un leopardo (ver com. Apoc. 13:1-18), revela muchas similitudes entre las tres descripciones.
Esto lleva a la conclusión de que
Daniel, Pablo y Juan están hablando del mismo poder, a saber: el papado (CS
53-58, 405).
Muchos comentadores aplican el
término "anticristo", "el que se opone a Cristo", o
"el que está en el lugar de Cristo" (cf. com. 1 Juan 2:18), al poder
aquí descrito. En los comentarios de los pasajes mencionados de Daniel y del
Apocalipsis se tratan ampliamente las diversas señales de identificación.
El poder que aquí se describe
Puede identificarse en un sentido más amplio con Satanás, quien por muchísimo
tiempo se ha esforzado por ser "semejante al Altísimo" (ver com. Isa.
14:14).
"Satanás está obrando con suma intensidad para presentarse como Dios, y para destruir a todos los que se oponen a su poder. Y hoy el mundo se está postrando delante de él. Se recibe su poder como poder de Dios" (2JT 369).
"La resolución del anticristo de llevar a cabo la rebelión empezada por él en el cielo, continuará animando a los hijos de desobediencia" (3JT 393-394).
"En esta época aparecerá el
anticristo como si fuera el Cristo verdadero, y entonces la ley de Dios será
completamente invalidada... Pero el verdadero director de toda esta rebelión es
Satanás vestido como un ángel de luz. Los hombres serán engañados y lo
exaltarán en lugar de Dios, y lo deificarán" (TM 62). "El último gran
engaño se desplegará pronto ante nosotros. El anticristo va a efectuar ante
nuestra vista obras maravillosas" (CS 651).
5. ¿No os acordáis? En sus dos epístolas a los tesalonicenses, el apóstol recurre con frecuencia a su enseñanza oral anterior.
(cf.
1Tes. 2:1,9,11,13; 3:4; 4:1; 5:1-2; 2 Tes. 2:15; 3:10).
Os decía. O "solía deciros", como lo indica el
griego. Habría sido extraño que un maestro tan cuidadoso como Pablo hubiera
dejado de instruir a sus conversos en un tema tan importante. El hecho de que
sin reservas pudiera recordar a sus lectores sus enseñanzas previas, demuestra
que sus puntos de vista acerca de la venida de Cristo no habían sufrido un
cambio, y que antes no había esperado la aparición inmediata del Señor. Al
mismo tiempo es cuidadoso en lo que escribe, quizá para evitar complicaciones
políticas si su carta caía en manos de adversarios.
6. Y ahora vosotros sabéis. Pablo recuerda de nuevo a sus
lectores un tema acerca del cual al menos estaban parcialmente informados. Los
estudiantes posteriores de las palabras del apóstol tienen la desventaja de no
conocer el pleno contenido de su enseñanza oral.
Detiene. Gr. katéjò, "detener",
"contener", "restringir"; literalmente "y ahora lo que
detiene" o "la cosa que retiene", pues en griego se usa el
género neutro. En el vers. 7 Pablo usa una expresión similar, pero emplea el
género masculino: "el que ahora le retiene" (BJ); "el que lo detiene"
(BC).
Los comentadores reconocen que
hay grandes dificultades en los vers. 6-12, y las atribuyen al hecho de que
Pablo al dirigirse a los tesalonicenses hace referencia a circunstancias
creadas por informaciones previamente impartidas, que nosotros ahora no
conocemos. De modo que cualquier explicación que se presente de este pasaje
tendrá un elemento de conjetura, y deberá ser cuidadosamente examinada dentro
del contexto del mensaje de Pablo para los tesalonicenses.
Algunos afirman que el poder que retenía
era el Imperio Romano. Las persecuciones paganas impedían la tendencia de la
iglesia de adoptar costumbres y creencias paganas, y así detenían la aparición
del papado (CS. 53). Quizá Pablo no identifica aquí al poder que retiene porque
está tratando un tema delicado, y no se atreve a ser más explícito por temor de
causar otra persecución sobre sus conversos si la carta caía en manos de
enemigos.
Otros creen que esta frase tiene una aplicación más amplia. Piensan que la forma masculina "hay quien... lo detiene" se refiere a Dios.
Pero "lo que lo detiene" (género
neutro) podría considerarse como una referencia a las circunstancias dispuestas
y permitidas por Dios (cf. com. Dan. 4:17) para demorar la manifestación aún
futura del anticristo, tanto en su aspecto histórico como en su manifestación
final (ver com. 2 Tes. 2:4). En cuanto a la forma en que Dios restringe a los
poderes del mal, ver com. Apoc. 7:1.
A su debido tiempo. Es decir, en el tiempo u oportunidad que Dios señale, y no en un tiempo determinado por "el hombre de pecado". El anticristo se manifestará cuando llegue el tiempo debido. Cuando esto se aplica al papado histórico (ver com. vers. 4), se ha entendido que se refiere al período de 1.260 años de predominio de ese poder religioso (ver com. Dan. 7:25; Apoc. 12:6).
Cuando se le da una aplicación más amplia (ver com. 2
Tes. 2:4), se considera que el pasaje también se refiere al tiempo cuando
Satanás desempeñará un papel personal en los acontecimientos de los últimos
días, cuando será desenmascarado su plan cuidadosamente preparado para asegurar
el dominio mundial y sea evidente su verdadera naturaleza (ver com. 2 Tes. 2:4;
Apoc. 17:16).
Se manifieste. Pablo no identifica específicamente quién es el que se manifestará, pero por el contexto es evidente que se refiere al "hombre de pecado" (vers. 3-4).
En cuanto a "manifieste", ver com. vers.
3.
7. Ya está en acción. Gr. energéo (ver com. Fil. 2:13).
Pablo se está refiriendo a un agente que ya estaba en actividad. La apostasía
comenzó en los días de Pablo (ver com. 2 Tes. 2:3). Con el transcurso del
tiempo esa apostasía tomó la forma de las pretensiones papales. De modo que,
desde el punto de vista histórico moderno, "el misterio de iniquidad"
puede ser identificado con el poder papal (CS 53-60). Por esto puede
considerarse que "el hombre de pecado" y "el misterio de
iniquidad" representan el mismo poder papal apóstata (CS 405). Detrás de
todas las manifestaciones de iniquidad está Satanás, el cual desempeñará
inmediatamente antes del fin un papel personal en un esfuerzo para someter a todo
el mundo (ver com. vers. 4,9).
Misterio de iniquidad. Gr. mustèrion tès anomías.
En cuanto al significado de mustèrion como algo oculto,
ver com. Rom. 11:25, y en cuanto a anomía, "desprecio y violación de la
ley", "ilegalidad", "iniquidad", ver com. "el
hombre de pecado" (2 Tes. 2:3).
El título se refiere a un poder que se caracteriza por su desobediencia. La referencia a "la ley" es particularmente significativa por el intento de cambiar la ley al cual se hace referencia en Dan. 7:25 (ver el respectivo comentario).
En último término, esta descripción se aplica a Satanás, el autor de toda desobediencia (TM 364-365); pero por lo general el diablo ha disfrazado su personalidad actuando mediante diversos instrumentos. Pero en los últimos días desempeñará personalmente un papel más directo, y su engaño culminará falsificando personalmente la venida de Cristo (ver com. 2 Tes. 2:4,9). Sólo. Con este adverbio comienza el elemento que fija límites a la acción del misterio de iniquidad.
Detiene. Gr. katéjò (ver com. vers. 6). La mayoría de los
comentadores concuerdan en que la construcción griega pide la añadidura de una
palabra o palabras explicativas como "que hay quien" (que no están en
el texto griego), para completar el pensamiento de la sentencia. "Porque
ya está obrando el misterio de iniquidad: solamente espera hasta que sea
quitado de en medio el que ahora impide" (RVA). El verbo esperar, en
cursiva, significa que fue añadido para aclarar el pensamiento de Pablo. Algunos
creen que aquí, como en el vers. 6, se hace referencia al Imperio Romano;
otros, que Dios es el que detiene (ver com. vers. 6).
Sea quitado de en medio. Los que afirman que el poder que
"detenía" era el Imperio Romano, creen que ese poder es el que sería
"quitado de en medio". Los que creen que Dios es el que
'detiene", parafrasean así la segunda mitad del versículo: "El
Retenedor, Dios, quien mantiene refrenado el mal (CS 656, 672), continuará
deteniéndolo hasta que venga el tiempo cuando se 'manifestará' (vers. 8) el
misterio de iniquidad y será 'quitado de en medio' ". Estos comentadores
consideran que esta frase asegura al creyente que a pesar de la acción del
poder apóstata, éste no continuará para siempre. A su debido tiempo, Dios hará
que terminen sus actividades (ver com. Mat. 24:21-22).
8. Entonces. Los que afirman que el "quitado de en
medio" (vers. 7) es el Imperio Romano, entienden que el adverbio
"entonces" se refiere al tiempo cuando ascendió al poder la Roma
papal (ver com. Dan. 7:8). Los que afirman que el "quitado de en
medio" es el anticristo (ver com. "aquel inicuo"), creen que
"entonces" se aplica a un tiempo todavía futuro, cuando el papado
experimentará un breve período de reavivamiento (ver com. Apoc. 13:3), después
del cual quedará desenmascarada su verdadera naturaleza (ver com. Apoc. 17:16-17),
o, dentro de una aplicación más amplia, al tiempo cuando Satanás, el anticristo
supremo, actúe personalmente en los acontecimientos de los últimos días, hasta
que quede al descubierto la falsedad de sus pretensiones de ser dios (ver com. 2
Tes. 2:4).
Debe recordarse que el apóstol no
trataba de presentar un resumen doctrinal completo de los acontecimientos de
los últimos días, sino que sólo procuraba proporcionar a los tesalonicenses una
información profética que impidiera que fueran engañados acerca del tiempo del
regreso del Señor. Por lo tanto, no debemos esperar una cronología completa de
los sucesos que precederán al "día del Señor".
Se manifestará. Gr. apokalúptò (ver com. vers.
3). Si se aplicara al papado, se referiría a su elevación al poder después de
la declinación del Imperio Romano; pero la referencia también podría ser al
tiempo, aún futuro, cuando el poder papal se refortalecerá (ver com. Apoc. 13:8),
y al tiempo cuando, después de ese breve período de reavivamiento, se desenmascarará
o manifestará la verdadera naturaleza de ese sistema (ver com. Apoc. 17:16-17).
Si esta manifestación o
quitamiento del velo se aplica a Satanás, se referiría a su pretendida
falsificación de la venida de Cristo (ver com. vers. 9).
Aquel inicuo. Gr.
ho ánomos, literalmente "el sin ley", por lo tanto, "el violador
de la ley", "el desobediente"; o el "impío" (BJ, BC). Se
hace referencia al "hombre de pecado" (vers. 3) o "misterio de
iniquidad" (vers. 7). De acuerdo a un punto de vista, "el violador de
la ley" es el papado (ver com. vers. 4; cf. CS 405, 636); según un segundo
enfoque, no es sólo el papado sino ante todo Satanás, el anticristo supremo,
cuando personificará a Cristo precisamente antes del último día (ver com. vers.
4,9).
El Señor. Algunos MSS dicen "Señor Jesucristo";
otros dicen sólo "Señor". Sin embargo, la evidencia textual se
inclina (cf. p. ID) por el texto "Señor Jesús". Esto armoniza mejor
con el contexto que habla del glorioso regreso de Cristo.
Matará. Gr. analískò, "consumir",
"aniquilar", "destruir". Aunque algunos MSS tienen el verbo
anairéò, "anular", "abolir", "matar", la
evidencia textual se inclina (cf. p. 10) por el verbo analískò. Ver com. "destruirá".
Espíritu de su boca. Es decir, el aliento de su boca
(cf. com. Luc. 8:55; Apoc. 19:15). Aquí puede haber una alusión a las palabras
de Isa. 11:4.
Destruirá. Gr. kalargéò, "inutilizar", por lo tanto, "dejar anulado e inútil" (ver com. Rom. 3:3).
Este significado
corresponde bien con la descripción de la suerte que aguarda al papado, o más
específicamente a Satanás en la segunda venida de Cristo (cf. com. Apoc.
20:1-6). El papado deja de existir y se desmorona el designio cuidadosamente
elaborado por Satanás.
Las palabras de este versículo se
han usado a veces para describir la destrucción de los impíos en la segunda
venida de Cristo. Es cierto que entonces los impíos vivos serán súbitamente
destruidos; pero Pablo se está refiriendo a la suerte de "aquel
inicuo", "el impío", y no a la de los impíos en general.
Resplandor. Gr. epifáneia, "epifanía",
"manifestación", palabra que se usaba con frecuencia en el griego
clásico para describir la aparición gloriosa de los dioses paganos.
"Manifestación" (BJ, NC). En el NT se emplea exclusivamente para
describir los dos gloriosos advenimientos del Señor Jesús: el primero (2 Tim.
1:10) y el segundo (1 Tim. 6:14; 2 Tim. 4:1,8; Tito 2:13).
Venida. Gr. parousía, palabra que generalmente se usa para
la segunda venida de Cristo (cf. com. 2 Tes. 2:1; Mat. 24:3).
9. Advenimiento. Gr. parousía, la misma palabra que describe la venida de Cristo en el vers. 8 (ver com. allí).
Muchos afirman que el apóstol se está refiriendo a la imitación que hará Satanás de la venida en gloria de nuestro Señor, debido (1) al significado técnico que tiene el término parousía, (2) al uso frecuente de esta palabra para describir la segunda venida de Cristo y (3) a la yuxtaposición de parousía (ver com. inmediato anterior). En cuanto al hecho de que Satanás imitará una parousía, ver CS 651, 681-683; 5T 698; SC 64.
Debemos estar agradecidos porque la Palabra de Dios proporciona claras descripciones de la venida de Cristo para que los creyentes no sean engañados.
El mismo Señor "descenderá del cielo" (1 Tes. 4:16)
"con las nubes" (Apoc. 1:7), así como los discípulos le habían
"visto ir al cielo" (Hech. 1:11), y su venida será "como el
relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente" (Mat. 24:27),
y por lo tanto "todo ojo le verá" (Apoc. 1:7). No le será posible a
Satanás falsificar exacta y completamente la parousía del Señor (ver CS 683). El
pueblo de Dios podrá escapar del engaño satánico (ver com. Mat. 24:24) si
estudia diligentemente las Sagradas Escrituras y recuerda bien los detalles
proféticos del segundo advenimiento del Señor.
Por. Gr. katá, "de acuerdo con", "en
conformidad con" (cf. 8T 226).
Obra de Satanás. O de acuerdo con el método propio
de Satanás.
Poder y señales y prodigios mentirosos. El adjetivo "mentirosos" modifica a los tres sustantivos. Las palabras "poder", "señales", "prodigios" también se aplican a los milagros de Jesús (ver t. V, p. 198); pero las obras maravillosas del Señor eran genuinas y "señales" que atestiguaban su naturaleza divina Juan 10:25, 37-38).
Los milagros que producen actos de creación exceden, por supuesto, al poder de Satanás; sin embargo, se registra que Satanás tiene poder para afligir a los hombres con dolencias físicas (cf. Luc. 13:16). Es, pues, evidente que tiene poder para aliviarlos de esas dolencias cuando así conviene a sus propósitos.
Satanás y sus agentes harán obras maravillosas de
curaciones aparentemente iguales a las que hizo Cristo (CS 645-646, 651; TM
364-366; 3JT 285; 5T 698). Satanás hará obras maravillosas y recurrirá a
manifestaciones espiritistas de poder sobrenatural en su intento final por
engañar al mundo.
10. Todo engaño de iniquidad. Es decir, todo engaño que procede
de iniquidad. Esto identifica aún más la naturaleza de la falsificación, pues
pone de manifiesto su propósito: engañar, y su origen: iniquidad.
Para los que se pierden. Esta misma frase se emplea en 2 Cor. 2:15 y 4:3. Satanás logra engañar a los réprobos; pero los elegidos no serán engañados (cf. Mat. 24:23-27).
Recibieron. Gr. déjomai, "aceptar", "dar la
bienvenida" (ver com. 2 Cor. 6:1). Pablo aquí indica la razón por la cual
serán engañados los incrédulos: tuvieron la oportunidad de amar la verdad, pero
despreciaron ese privilegio que se les brindó.
El amor de la verdad. Los que no aceptan la salvación
no sólo la rechazan sino que aun se resisten a abrigar amor por la verdad, es
decir, la odian. Esta actitud no se refiere a una verdad abstracta sino a
"la verdad", a la única gran verdad que procede de Dios, la que está personificada
en Cristo Jesús. La condenación final de los pecadores se deberá a que
rechazaron a Jesús, el cual es "la verdad" (Juan 14:6). Su negación a
albergar amor por lo que es verdadero los hace propensos a la influencia de
todo lo que es engañoso, a todas las artimañas del inicuo.
Para ser salvos. El rechazo de la verdad que es en
Cristo Jesús, significa muerte; pero su aceptación produce vida para salvación
eterna.
11. Por esto. Es decir, debido a que los incrédulos rehúsan amar
la verdad y creer en ella. Lo que sigue es un resultado de su obstinada
actitud.
Dios les envía. Mientras el "inicuo"
está inundando el mundo con sus engaños (8-10). En la etapa final de la
historia del mundo que aquí se predice, los impíos claramente habrán preferido
la mentira antes que la verdad, y por esta razón no puede alcanzarlos la
redención. Por eso Dios los abandona para que sigan lo que han elegido (ver
com. Rom. 1:18,24). En las Escrituras se dice con frecuencia que Dios hace lo
que no impide (ver com. 1 Sam. 16:14; 2 Crón. 18:18).
Un poder engañoso. "Energía de engaño" o
"fuerza de error" (cf. com. vers. 9), es decir, una acción que
conduce al error final que resulta en una condenación irrevocable.
La mentira. Es decir, el engaño culminante cuando Satanás
personificará a Cristo. No puede haber peor mentira que ésa, que el autor del
mal se presente como Cristo, el Origen de la verdad. Los que creen que Satanás
es Jesús, no pueden ser salvos.
12. A fin de que sean condenados. Gr. kríno,
"juzgar". El resultado de este juicio debe deducirse del contexto y
no de kríno (ver com. Rom. 2:2).
No creyeron a la verdad. Una definición negativa de aquellos
que se dice que creen a "la mentira" (vers. 11), de los cuales
también se dice que no recibieron el amor de la verdad (vers. 10).
Se complacieron. Esto es lo que la Inspiración
dice de la mentalidad de los que se perderán. Prefirieron el pecado a la
justicia; se complacieron haciendo lo incorrecto antes que lo correcto.
13. Debemos dar siempre gracias. Cf. com. cap. 1:3.
Aquí hay una
transición. Después de completar su tema acerca del "hombre de
pecado" y del "inicuo" (vers. 1-12), el apóstol piensa en el
maravilloso medio que Dios proporciona en el Evangelio para que nadie sea engañado
y se pierda. También está reanimando a sus lectores después del sombrío cuadro
de los vers. 1-12.
Amados por el Señor. Cf. com. 1 Tes. 1: 4, donde los conversos son llamados "amados de Dios".
Os haya escogido. Cf. com. Efe. 1:4; Col. 3:12; 1
Tes. 1:4; 5:9. Que. Dios no elige arbitrariamente, se muestra por las palabras
que siguen. La elección depende de la santificación de los escogidos.
Desde el principio. La evidencia textual se inclina (cf. p. 10) por el texto "como primicias". Los tesalonicenses eran primicias de la obra de evangelización en Grecia.
Sin embargo, es muy claro que
el plan de salvación se originó "desde el principio" (cf.1Juan 1:1;
2:13). Pablo recuerda a sus lectores que Dios los había elegido "desde el
principio". Esto es paralelo con el pensamiento expresado en otras
epístolas (Efe. 1:4; 2Tim. 1:9; cf. com. Rom. 16:25; Efe. 3:11; 1 Ped. 1:20;
Apoc. 13:8; cf. DTG 13-14).
Mediante la sanfificación por el Espíritu. O "en santificación de espíritu".
Sin embargo, se reconoce que toda verdadera
santificación es obra del Espíritu Santo (cf. com. 1 Ped. 1:2). Esa
santificación más "la fe en la verdad" son el medio para que se
efectúe la salvación en la vida del creyente.
Fe en la verdad. Un nítido contraste con la
creencia en "la mentira" (vers. 11), que es el resultado de ser
víctima de los engaños del anticristo.
14. A lo cual os llamó. Una clara demostración de que el
versículo anterior no enseña la predestinación de algunos y la condenación de
otros (ver com. 1 Tes. 1:4). Como Dios tiene el propósito de salvar a los
hombres sin tener en cuenta la raza, el Señor inspiró en Pablo el ferviente
deseo y la determinación de predicar el Evangelio a los gentiles. El
llamamiento que presenta la buena nueva de salvación mediante Jesucristo, fue
proclamado sin reservas. Del individuo dependía su aceptación o su
rechazo. Los que creyeron y aceptaron el
llamamiento estaban siendo transformados por el Espíritu Santo (ver com. Rom.
8:28-30).
Nuestro evangelio. Ver com. 1 Tes. 1:5.
Alcanzar la gloria. El propósito del Evangelio es que
los que lo acepten, puedan participar de la gloria de Cristo (cf. 1 Tes. 5:9). Esta
"gloria" podría referirse a la belleza del carácter de Cristo, de la
que participarán todos los redimidos (ver com. 1 Juan 3:2), y a la gloria del
reino eterno de Cristo (ver com. Juan 1:14; Rom. 8:17,30).
15. Así que, hermanos. Los tesalonicenses se habían
desanimado por las desorientadoras enseñanzas acerca del inminente retorno de
Cristo. La enseñanza de Pablo tenía el propósito específico de reanimarlos. En
cuanto al frecuente uso que hace el apóstol del vocablo "hermanos",
ver com. 1 Tes. 1:4.
Estad firmes. Gr. stékò (ver com. Fil. 1:27).
Una correcta comprensión de la
"esperanza bienaventurada" es un gran incentivo para la firmeza de
carácter (ver com. Tito 2:12-13). La mala comprensión conduce a perturbaciones
y quizá al fanatismo (ver com. 2Tes. 2:2).
Retened. Gr. kratéò, "mantener con firmeza",
"guardar cuidadosamente" (cf. Mar. 7:8; Heb. 4:14; Apoc. 3:11).
Doctrina. Gr. parádosis, literalmente "entrega",
"transmisión" (ver com. Mar. 7:3). Significa cosas entregadas,
comunicadas o transmitidos por medio de enseñanza o doctrina. La idea
intrínseca en la palabra es la de autoridad superior a la del maestro. Por lo
tanto, aquí se refiere a mensajes inspirados, recibidos por Pablo y sus
compañeros y fielmente transmitidos a los tesalonicenses.
Por palabra, o por carta nuestra. El adjetivo "nuestra"
se aplica a "palabra" y a "carta" (cf. com. vers. 2). Con
esta frase Pablo abarca todas las fuentes de enseñanza aceptable. Su redacción
también coloca estas dos formas de enseñanza en el mismo nivel, en lo que atañe
a la inspiración.
16. Y. "Que" (BJ). La conjunción "que"
expresa mejor el pensamiento de Pablo, como si él, después de instar a los
creyentes a mantenerse firmes (vers. 15), deseara dejar en claro que la única
base de estabilidad es Dios.
Y el mismo Jesucristo Señor nuestro. La forma acostumbrada de Pablo es mencionar primero al Padre al dirigir la palabra y orar (cf. 1 Tes. 1:1; 3:11; 2 Tes. 1:1-2, 11-12); sin embargo, aquí menciona primero al Hijo (cf. 2 Cor. 13:14; Gál. 1:1).
Este orden quizá se deba a la
referencia previa del apóstol (2 Tes. 2:14) a "la gloria de nuestro Señor
Jesucristo". Esta conjetura está apoyada por la sintaxis griega, en la
cual la palabra que se traduce "mismo" está primero en la sentencia,
por lo cual recibe el énfasis.
Nos amó. El verbo está en singular, sin embargo podría
considerarse que se aplica tanto al Hijo como al Padre. Esta estrecha relación
confirma el concepto de Pablo de que el Hijo y el Padre son igualmente divinos.
La flexión del verbo -pretérito indefinido- muestra que el autor tiene en cuenta
un suceso histórico específico: se está refiriendo al acto único del amor de
Dios al dar a su Hijo como sacrificio por nuestros pecados y a la abnegación de
nuestro Salvador al darse a sí mismo (Juan 3:16; Tito 2:14). El apóstol no
puede aludir a una evidencia mayor que la cruz, como la manifestación suprema
del amor de Dios y la base segura de consuelo y esperanza.
Consolación eterna. Gr. paráklésis aiónion. En cuanto a paráklésis, ver com. Hech. 9:31; y en lo que respecta a aiónion, ver com. Mat. 25:41.
El consuelo se funda en que el amor del Padre y del Hijo no es transitorio, como lo es con frecuencia el consuelo terrenal, sino que dura eternamente.
Esta dádiva tenía sin duda que reanimar a los temerosos entre los
tesalonicenses, fortaleciéndoles para que pudieran resistir cualquier enseñanza
perturbadora acerca del regreso de Cristo (1 Tes. 5:11,14; 2 Tes. 2:2). Las
almas que se sienten pequeñas no deben ser menospreciadas, sino reanimadas (ver
Rom. 14:1; Heb. 12:12).
Buena esperanza por gracia. La esperanza de la redención
cuando Cristo venga es "buena" porque es genuina y, por lo tanto,
digna de confianza, en contraste con las falsas esperanzas suscitadas por la
enseñanza errónea de que el regreso del Salvador sería inmediato. Con justicia
se la llama "la esperanza bienaventurada" (Tito 2:13). Como todos los
dones de Dios para los hombres, es concedida gratuitamente de acuerdo con la
abundante gracia del cielo (cf. com. Efe. 2:5,8).
17. Conforte. Gr. parakaléò (ver com. Mat. 5:4). Aunque las flexiones
verbales "conforte" y "confirme" están en singular, el
consuelo y la confirmación provienen tanto del Padre como del Hijo (ver com. 2
Tes. 2:16).
Os confirme. En el griego no aparece este pronombre. La sintaxis
exige que sea "vuestro corazón" el consolado y confirmado por Dios y
Jesucristo (vers. 16). "Consuele vuestros corazones y los afiance en toda
obra y palabra buena" (BJ). Sólo el poder divino puede realmente afianzar
el corazón, por eso Pablo oraba por que Dios y Jesús lo hicieran.
Toda buena palabra y obra. La evidencia textual establece
(cf. p. 10) el orden inverso: "obra y palabra" (BJ, BC, BA y NC). Con
estas dos palabras se cubre el total de la vida. Dios consuela y fortalece el
corazón del creyente para que sus obras y sus palabras sean aceptables. (7CBA).
COMENTARIOS DE EGW
2-4. HAp 215; 9-12; 15-17. HAp 216.
EN SU SEGUNDA CARTA, Pablo procuró corregir su errónea comprensión de la enseñanza que les había dado, y trató de presentarles lo que en verdad creía. Expresó de nuevo su confianza en la integridad de ellos, así como su gratitud porque la fe de ellos era fuerte y porque abundaban en amor mutuo y para con la causa de su Señor. Les dijo que los presentaba a otras iglesias como ejemplo de la fe paciente y perseverante que soporta valerosamente persecución y tribulación; y dirigió su atención hacia el tiempo de la segunda venida de Cristo, cuando el pueblo de Dios descansará de todos sus cuidados y perplejidades. 215
"Nosotros mismos
escribió nos gloriarnos de vosotros en las iglesias de Dios, de vuestra
paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que sufrís: . .
. Y a vosotros que sois atribulados, dar reposo con nosotros, cuando se
manifestará el Señor Jesús del cielo con los ángeles de su potencia, en llama
de fuego, para dar el pago a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al
evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales serán castigados de eterna
perdición por la presencia del Señor, y por la gloria de su potencia.... Por lo
cual, asimismo oramos siempre por vosotros, que nuestro Dios os tenga por
dignos de su vocación, e hincha de bondad todo buen intento, y toda obra de fe
con potencia, para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado en
vosotros, y vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor
Jesucristo."
PERO antes de la
venida de Cristo, iban a producirse importantes acontecimientos en el mundo
religioso, predichos en la profecía.
EL APÓSTOL DECLARÓ: "No os
mováis fácilmente de vuestro sentimiento, ni os conturbéis ni por espíritu, ni
por palabra, ni por carta como nuestra, como que el día del Señor esté cerca.
No os engañe nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin que venga antes la
apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,
oponiéndose y levantándose contra todo lo que se llama Dios, o que se adora;
tanto que se asiente en el templo de Dios como Dios, haciéndose parecer
Dios."
Las palabras de Pablo
no debían ser mal entendidas. No estaban destinadas a enseñar que él, por
revelación especial, había anunciado a los tesalonicenses la inmediata venida
de Cristo. Esa idea hubiera provocado confusión de fe; porque el desengaño
conduce a menudo a la incredulidad.
EL APÓSTOL, POR LO
TANTO, PREVINO A LOS HERMANOS que no recibiesen tal mensaje
como si viniera de él; y procedió a recalcar el hecho de que el poder papal, tan claramente
descrito por el profeta Daniel, estaba todavía por levantarse y que guerrearía
contra el pueblo de Dios. Hasta que ese poder no realizara
su obra 216 mortal y blasfema,
sería inútil para la iglesia esperar la venida de su Señor.
"¿No os
acordáis preguntó Pablo que cuando estaba todavía con vosotros, os decía
esto?" Terribles habrían de ser las pruebas que sobrevendrían a la verdadera
iglesia.
YA EN EL TIEMPO en que el
apóstol Pablo escribía, el "misterio de iniquidad" había comenzado a
obrar.
LOS SUCESOS Que Se
Iban A Producir En Lo Futuro Serían "según operación de Satanás,
con grande potencia, y señales, y milagros mentirosos, y con todo engaño de
iniquidad en los que perecen." Especialmente solemne es la declaración del
apóstol respecto a aquellos que rehusaran recibir "el amor de la
verdad." "Por tanto, pues declaró concerniente a todos los que
deliberadamente rechazaran los mensajes de verdad, les envía Dios operación de
error, para que crean a la mentira; para que sean condenados todos los que no
creyeron a la verdad, antes consintieron a la iniquidad."
LOS HOMBRES no
pueden rechazar con impunidad las amonestaciones que Dios les envía en su
misericordia. De aquellos que persisten en apartarse de sus amonestaciones,
Dios retira su Espíritu y los abandona a los engaños que aman.
ASÍ BOSQUEJÓ PABLO la nefasta obra de aquel poder del mal que
subsistiría durante largos siglos de tinieblas y persecución antes de la
segunda venida de Cristo.
LOS CREYENTES
TESALONICENSES HABÍAN ESPERADO INMEDIATA LIBERACIÓN; ahora se les alentó a
emprender valerosamente, en el temor de Dios, la obra que tenían por delante. El apóstol les
recomendó que no descuidaran sus deberes ni se entregaran a la espera ociosa.
Después de sus brillantes expectativas de inmediata liberación, la rutina de la
vida diaria y la oposición que debían afrontar podían parecerles doblemente
penosas. Por lo tanto los exhortó a estar firmes en la fe: "Estad firmes,
y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta
nuestra. Y el mismo Señor nuestro Jesucristo, y Dios y Padre nuestro, el cual
nos amó, y nos dio 217 consolación eterna, y buena esperanza
por gracia, consuele vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y
obra."
7-8. CS 405. El apóstol
Pablo advirtió a la iglesia que no debía esperar la venida de Cristo en tiempo
de él. "Ese día -dijo- no puede venir, sin que" haya venido
"primero la apostasía," y sin que haya sido "revelado el hombre
de pecado." (2 Tesalonicenses 2: 3, V.M.) Sólo después que se haya
producido la gran apostasía y se haya cumplido el largo período del reino del
"hombre de pecado," podemos esperar el advenimiento de nuestro Señor.
El "hombre de pecado," que también es llamado "misterio de
iniquidad," "hijo de perdición" y "el inicuo,"
representa al papado, el cual, como está predicho en las profecías, conservaría
su supremacía durante 1.260 años. Este período terminó en 1798. La venida del
Señor no podía verificarse antes de dicha fecha. San Pablo abarca con su aviso
toda la dispensación cristiana hasta el año 1798. Sólo después de esta fecha
debía ser proclamado el mensaje de la segunda venida de Cristo.
Semejante mensaje no se predicó
en los siglos pasados. San Pablo, como lo hemos visto, no lo predicó; predijo a
sus hermanos la venida de Cristo para un porvenir muy lejano. Los reformadores
no lo proclamaron tampoco. Martín Lutero fijo la fecha del juicio para cerca de
trescientos años después de su época. Pero desde 1798 el libro de Daniel ha
sido desellado, la ciencia de las profecías ha aumentado y muchos han
proclamado el solemne mensaje del juicio cercano.
9-11. CS 440. Cuando se
levantan maestros verdaderos para explicar la 440 Palabra de Dios, levántanse también hombres de saber, ministros
que profesan comprender las Santas Escrituras, para denunciar la sana doctrina
como si fuera herejía, alejando así a los que buscan la verdad. Si el mundo no
estuviese fatalmente embriagado con el vino de Babilonia, multitudes se
convencerían y se convertirían por medio del conocimiento de las verdades
claras y penetrantes de la Palabra de Dios. Pero la fe religiosa aparece tan
confusa y discordante que el pueblo no sabe qué creer ni qué aceptar como
verdad. La iglesia es responsable del pecado de impenitencia del mundo.
El mensaje del segundo ángel de
Apocalipsis 14 fue proclamado por primera vez en el verano de 1844, y se
aplicaba entonces más particularmente a las iglesias de los Estados Unidos de
Norteamérica, donde la amonestación del juicio había sido también más
ampliamente proclamada y más generalmente rechazada, y donde el decaimiento de
las iglesias había sido más rápido. Pero el mensaje del segundo ángel no
alcanzó su cumplimiento total en 1844. Las iglesias decayeron entonces
moralmente por haber rechazado la luz del mensaje del advenimiento; pero este
decaimiento no fue completo. A medida que continuaron rechazando las verdades
especiales para nuestro tiempo, fueron decayendo más y más. Sin embargo aún no
se puede decir: "¡Caída, caída es la gran Babilonia, la cual ha hecho que
todas las naciones beban del vino de la ira de su fornicación!" Aún no ha
dado de beber a todas las naciones. El espíritu de conformidad con el mundo y
de indiferencia hacia las verdades que deben servir de prueba en nuestro
tiempo, existe y ha estado ganando terreno en las iglesias protestantes de
todos los países de la cristiandad; y estas iglesias están incluidas en la
solemne y terrible amonestación del segundo ángel. Pero la apostasía aún no ha
culminado.
La Biblia declara que antes de la
venida del Señor, Satanás obrará con todo poder, y con señales, y con
maravillas mentirosas, y con todo el artificio de la injusticia," y que
todos aquellos que "no admitieron el amor de la verdad para" ser 441 "salvos," serán dejados
para que reciban "la eficaz operación de error, a fin de que crean a la
mentira." (2 Tesalonicenses 2:9-11, V.M.)
La Caída De
Babilonia no será completa sino cuando la iglesia se encuentre en este estado, y la
unión de la iglesia con el mundo se haya consumado en toda la cristiandad. El
cambio es progresivo, y el cumplimiento perfecto de Apocalipsis 14:8 está aún
reservado para lo por venir.
A pesar de las tinieblas
espirituales y del alejamiento de Dios que se observan en las iglesias que
constituyen Babilonia, la mayoría de los verdaderos discípulos de Cristo se
encuentran aún en el seno de ellas. Muchos de ellos no han oído nunca proclamar
las verdades especiales para nuestro tiempo. No pocos están descontentos con su
estado actual y tienen sed de más luz. En vano buscan el espíritu de Cristo en
las iglesias a las cuales pertenecen. Como estas congregaciones se apartan más
y más de la verdad y se van uniendo más y más con el mundo, la diferencia entre
ambas categorías de cristianos se irá acentuando hasta quedar consumada la
separación. Llegará el día en que los que aman a Dios sobre todas las cosas no
podrán permanecer unidos con los que son "amadores de los placeres, más
bien que amadores de Dios; teniendo la forma de la piedad, mas negando el poder
de ella."
El capítulo 18 del Apocalipsis
indica el tiempo en que, por haber rechazado la triple amonestación de
Apocalipsis 14:16-12, la iglesia alcanzará el estado predicho por el segundo
ángel, y el pueblo de Dios que se encontrare aún en Babilonia, será llamado a
separarse de la comunión de ésta. Este mensaje será el último que se dé al
mundo y cumplirá su obra. Cuando los que "no creen a la verdad, sino que
se complacen en la injusticia" (2 Tesalonicenses 2:12, V.M.), sean dejados
para sufrir tremendo desengaño y para que crean a la mentira, entonces la luz
de la verdad brillará sobre todos aquellos cuyos corazones estén abiertos para
recibirla, y todos los hijos del Señor que quedaren en Babilonia, oirán el
llamamiento: "¡Salid de ella, pueblo mío!" (Apocalipsis 18:4.) 442
CS 497. Siempre que la
iglesia alcanzó el poder civil, lo empleó para castigar a los que no admitían
todas sus doctrinas. Las iglesias protestantes que siguieron las huellas de
Roma al aliarse con los poderes mundanos, manifestaron el mismo deseo de
restringir la libertad de conciencia. Ejemplo de esto lo tenemos en la larga
persecución de los disidentes por la iglesia de Inglaterra. Durante los siglos
XVI y XVII miles de ministros no conformistas fueron obligados a abandonar sus
iglesias, y a muchos pastores y feligreses se les impusieron multas,
encarcelamientos, torturas y el martirio.
Fue la apostasía lo que indujo a
la iglesia primitiva a buscar la ayuda del gobierno civil, y esto preparó el
camino para el desarrollo del papado, simbolizado por la bestia. San Pablo lo 497 predijo al anunciar que vendría
"la apostasía," y sería "revelado el hombre de pecado." (2
Tesalonicenses 2:3, V.M.) De modo que la apostasía en la iglesia preparará el
camino para la imagen de la bestia.
La Biblia declara que antes de la venida del Señor habrá un estado de decadencia religiosa análoga a la de los primeros siglos. "En los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, jactanciosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a sus padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, incontinentes, fieros, aborrecedores de los que son buenos, traidores, protervos, hinchados de orgullo, amadores de los placeres, más bien que amadores de Dios; teniendo la forma de la piedad, más negando el poder de ella."
(2 Tim. 3:1-5 V.M.)
"Empero el Espíritu dice
expresamente, que en tiempos venideros algunos se apartarán de la fe, prestando
atención a espíritus seductores, y a enseñanzas de demonios." (1 Timoteo
4:1, V.M.) Satanás obrará "con todo poder, y con señales, y con maravillas
mentirosas, y con todo el artificio de la injusticia." Y todos los que
"no admitieron el amor de la verdad, para que fuesen salvos," serán
dejados para que acepten "operación de error, a fin de que crean a la
mentira." (2Tesalonicenses 2:9-11, V.M.) Cuando se haya llegado a este
estado de impiedad, se verán los mismos resultados que en los primeros siglos.
Muchos consideran
la gran diversidad de creencias en las iglesias protestantes como prueba
terminante de que nunca se procurará asegurar una uniformidad forzada. Pero
desde hace años se viene notando entre las iglesias protestantes un poderoso y
creciente sentimiento en favor de una unión basada en puntos comunes de
doctrina. Para asegurar tal unión, debe necesariamente evitarse toda discusión
de asuntos en los cuales no todos están de acuerdo, por importantes que sean
desde el punto de vista bíblico.
Carlos Beecher, en un sermón
predicado en 1846, declaró 498 que
el pastorado de "las denominaciones evangélicas protestantes no está
formado sólo bajo la terrible presión del mero temor humano, sino que vive, y
se mueve y respira en una atmósfera radicalmente corrompida y que apela a cada
instante al elemento más bajo de su naturaleza para tapar la verdad y doblar la
rodilla ante el poder de la apostasía. ¿No pasó así con la iglesia romana? ¿No
estamos reviviendo su vida? ¿Y qué es lo que vemos por delante? ¡Otro concilio
general! ¡Una convención mundial! ¡Alianza evangélica y credo universal!"
-Sermón, "The Bible a Sufficient Creed," pronunciado en Fort Wayne,
Indiana, el 22 de febrero de 1846. Cuando se haya logrado esto, en el esfuerzo
para asegurar completa uniformidad, sólo faltará un paso para apelar a la
fuerza.
10-12. CS 484. La condición de los judíos incrédulos ilustra el estado de los indiferentes
e incrédulos entre los profesos cristianos, que 484 desconocen voluntariamente la obra de nuestro misericordioso
Sumo Sacerdote. En el servicio típico, cuando el sumo sacerdote entraba en el
lugar santísimo, todos los hijos de Israel debían reunirse cerca del santuario
y humillar sus almas del modo más solemne ante Dios, a fin de recibir el perdón
de sus pecados y no ser separados de la congregación. ¡Cuánto más esencial es
que en nuestra época antitípica de la expiación comprendamos la obra de nuestro
Sumo Sacerdote, y sepamos qué deberes nos incumben!
Los hombres no pueden rechazar
impunemente los avisos que Dios les envía en su misericordia. Un mensaje fue
enviado del cielo al mundo en tiempo de Noé, y la salvación de los hombres
dependía de la manera en que aceptaran ese mensaje. Por el hecho de que ella había
rechazado la amonestación, el Espíritu de Dios se retiró de la raza pecadora
que pereció en las aguas del diluvio. En tiempo de Abrahán la misericordia dejó
de alegar con los culpables vecinos de Sodoma, y todos, excepto Lot con su
mujer y dos hijas, fueron consumidos por el fuego que descendió del cielo. Otro
tanto sucedió en días de Cristo. El Hijo de Dios declaró a los judíos
incrédulos de aquella generación: "He aquí vuestra casa os es dejada
desierta." (Mateo 23: 38.) Considerando los últimos días, el mismo- Poder
Infinito declara respecto de los que "no recibieron el amor de la verdad
para ser salvos:" "Por lo tanto, les envía Dios operación de error,
para que crean a la mentira; para que sean condenados todos los que no creyeron
a la verdad, antes consintieron a la iniquidad." (2 Tesalonicenses 2:
10-12.) A medida que se rechazan las enseñanzas de su Palabra, Dios retira su
Espíritu y deja a los hombres en brazos del engaño que tanto les gusta.
Pero Cristo intercede aún por el
hombre, y se otorgará luz a los que la buscan. Aunque esto no lo comprendieron
al principio los adventistas, les resultó claro después, a medida que los
pasajes bíblicos que definen la verdadera posición de ellos empezaron a hacerse
inteligibles. 485
14. DTG 309. Ante los hombres y los ángeles, Satanás se ha revelado como el enemigo y destructor del hombre; Cristo, como su amigo y libertador. Su Espíritu desarrollará en el hombre todo lo que ennoblece el carácter y dignifica la naturaleza. Regenerará al hombre para la gloria de Dios, en cuerpo, alma y espíritu.
"Porque no nos ha dado Dios el espíritu de temor, sino el de fortaleza, y de amor, y de templanza [griego, mente sana]."* (2 Timoteo 1:7). Él nos ha llamado "para alcanzar 309 la gloria -el carácter--de nuestro Señor Jesucristo;" nos ha llamado a ser "hechos conformes a la imagen de su Hijo." *(2 Tesalonicenses 2:14; Romanos 8:29).
Y las almas que han sido degradadas en instrumentos de
Satanás siguen todavía mediante el poder de Cristo, siendo transformadas en
mensajeras de justicia y enviadas por el Hijo de Dios a contar "cuán
grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti."
310
Ministerio Hno. Pio
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