Tito 2.
LA SANA DOCTRINA PRODUCE UN EXCELENTE CARÁCTER: Vers. (1-8) Instrucciones dadas a Tito para su doctrina y su vida. (9-15) Sobre los deberes de los siervos, y en general de todos los cristianos.
1 Pero tú habla lo que está de
acuerdo con la sana doctrina. 2 Que los ancianos sean sobrios, serios,
prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia. 3 Las ancianas así
mismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino,
maestras del bien; 4 que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a
sus hijos,
9 Exhorta a los siervos a que se
sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones; 10 no
defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la
doctrina de Dios nuestro Salvador. 11 Porque la gracia de Dios se ha
manifestado para salvación a todos los hombres, 12 enseñándonos que,
renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria,
justa y piadosamente,
13 aguardando la esperanza
bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador
Jesucristo, 14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda
iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. 15 Esto
habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie. (Tito 2).
1. Tú habla. Pablo destaca el contraste entre el contenido y la forma de las enseñanzas de Tito en comparación con los falsos maestros de Creta (ver com. cap. 1:10-16).
El apóstol bosqueja ahora las tres tareas que le
correspondían a Tito: (1) organizar a los hermanos de Creta e informarlos
acerca del gobierno de la iglesia (cap. 1:5-8); (2) refutar a los
"habladores de vanidades y engañadores" (vers. 10) que estaban
enseñando falsas doctrinas y rebajando el nivel moral de toda la iglesia con
sus vidas impías (vers. 9-16); (3) comunicar con claridad y exactitud la verdad
del Evangelio.
Sana doctrina. Ver com. cap. 1:9.
2. Ancianos. Gr. presbútes, "anciano",
"venerable"; cf 1Tim. 5:1. Ver com. Hech. 11:30.
Sobrios. Gr. nefálios, "abstemio de vino" (ver
com. 1Tim. 3:2-3).
Serios. Gr. semnós, "digno de honor",
"graves" (BC, NC). Ver 1Tim. 3:8.
Prudentes. Gr. sofron, "prudente"; "sensatos"
(BJ). Ver com. 1Tim. 3:2. Los varones mayores de la iglesia debían ser respetados
por sus sabios consejos. Cuando uno es enseñado por Dios, un consejo tal no
debe ser tomado livianamente.
Sanos en la fe. Ver com. cap. 1:13.
Amor. Ver com. 1 Cor. 13:1.
Paciencia. Gr. hupomone, "aguante", "paciencia",
"perseverancia" (ver com. Rom. 5-3). Estas cualidades siempre deben
mantenerse vivas. Los seres humanos pueden cansarse con el transcurso del
tiempo y su fe contaminarse con tradiciones y supersticiones; su amor puede
debilitarse y convertirse en un simple sentimiento, y su paciencia degenerar en
un conformismo apático. La vida de Pablo fue una magnífica ilustración del
ideal que aquí se expone: un modelo acabado para todos.
3. Ancianas. Cf 1Tim. 5:2. El cristianismo elevó la condición de
la mujer a una altura desconocida hasta ese momento; pero esa nueva condición
exigía una debida respuesta de las mujeres cristianas: debían cumplir el
propósito original de Dios de ser modelos de ternura y dedicación. Las mujeres
cristianas debían presentarse de ese modo como un dechado de pureza y
dedicación al hogar y a los hijos, tanto para sus hijas como para sus vecinas
paganas (cf. Tito 2:4).
Reverentes en su porte. O "en conducta como personas
sagradas". Es decir, tanto en su vestido como en su porte y conducta
debían comportarse como quienes se ocupaban del servicio sagrado.
No calumniadoras. Ver com. 2Tim. 3:3.
No esclavas del vino. Con más precisión, "no esclavizadas por mucho vino". Ver com.1Tim. 3:8. No hacía mucho que se había establecido la iglesia de Creta, por eso las "ancianas" eran quienes habían vivido la mayor parte de su vida regidas por las normas y los hábitos de la sociedad pagana. Beber vino era común en la zona del Mediterráneo. Creta tiene todavía una gran producción de uvas. Después de una larga vida en tal costumbre, ser esclava del vino era la regia y no la excepción.
Maestras del bien. En contraste con el esparcimiento
de chismes, calumnias o "fábulas profanas y de viejas" (1Tim. 4:7).
4. Las mujeres jóvenes. Las virtudes femeninas se
transmiten mejor de una generación a otra mediante mujeres emocionalmente
maduras, que han aprendido bien las lecciones de disciplina propia y piedad
personal. Es una tragedia que las mujeres jóvenes asuman los deberes conyugales
y maternales sin haber sido debidamente enseñadas por precepto y ejemplo en las
responsabilidades de la femineidad cristiana.
Maridos. La esposa sensata se da cuenta de que la armonía y
la fortaleza del hogar dependen de su papel como colaboradora de su esposo, y
no como su competidora.
Hijos. Pablo destaca la ley básica que rige la seguridad
de la familia y el desarrollo emotivo. Nada hay que equivalga a la contribución
de una madre amante, que consecuente y desinteresadamente se entrega a cada
hijo que cría. Los hijos no deben ser considerados como barreras para la
felicidad de los adultos, ni como seres que automáticamente desarrollan
virtudes nobles y dignas de respeto.
5. Prudentes. Gr. sofron, "prudente", "con dominio
propio"; "sensatas" (BJ). El énfasis que Pablo pone
frecuentemente sobre el adjetivo sofron en sus diversas formas, en sus cartas a
Timoteo y Tito (1Tim. 2:9, 15; 3:2; 2Tim. 1:7; Tito 1:9; 2:2, 4-6, 12), refleja
un esfuerzo cuidadoso para resolver un importante problema en la organización
de la iglesia y en el desarrollo del carácter. El dominio propio significa
victoria sobre el egoísmo. Los deseos
personales deben ser subordinados al bien más amplio de la familia y de otros,
y deberá hacerse frente a las frustraciones con valor y buen ánimo.
Cuidadosas de su casa. Las madres que pasan gran parte
de su tiempo fuera del hogar, a veces descuidan las responsabilidades
familiares. Permitir que los hijos entren y salgan sin la vigilancia de los
padres, o dejarlos al cuidado de extraños, no satisface la clara instrucción
divina.
Buenas. La descripción que hace Pablo de una mujer
cristiana equivale al retrato clásico de la madre y esposa digna de Prov.
31:10,31.
Sujetas. Ver com. Efe. 5:22; 1 Tim. 2:11.
Blasfemada. Como los cristianos llevan el nombre de su Dios y
afirman que lo representan, Pablo insta a que se examinen cuidadosamente los
hábitos diarios por los cuales se juzga el poder de la religión. Muchos
miembros de iglesia prefieren, como los paganos, cumplir con un ritual
complicado en vez de vivir fielmente para Dios día tras día. El fiel
cumplimiento de las tareas diarias constituye la primera responsabilidad de una
mujer cristiana. Ningún deber para la iglesia, no importa cuán bien se cumpla,
puede compensar la falta del debido cuidado a los hijos o la inmadurez de los
sentimientos.
Si los no cristianos en el tiempo
de Tito veían que las mujeres cristianas no tenían más dominio y sentido de
responsabilidad que las mujeres no cristianas, paganas, la causa del cristianismo
sufría gran pérdida. Como los conceptos cristianos en cuanto al papel de la
mujer en el hogar y en la iglesia eran más elevados, el mundo pagano se
sentiría inclinado a examinar cuidadosamente los resultados de esa profesión de
fe. La preocupación especial de Pablo era que la iglesia estuviera establecida
sobre principios correctos, pues sabía que el tono moral y espiritual del hogar
y de la comunidad es determinado en gran medida por sus mujeres.
6. Los jóvenes. En contraste con "los
ancianos" (vers. 2).
Prudentes. Ver com. vers. 4-5. Tito era joven, y quizá podría
tener más éxito al aconsejar a los de su misma edad.
7. Presentándote. Los cristianos cretenses y sus vecinos paganos tenían derecho de esperar que el pastor cristiano ejemplificara fielmente los principios del cristianismo.
Es muy probable que Tito se hubiera
criado en un hogar pagano, quizá en la lujuriosa e impía ciudad de Antioquía. Había
sido atraído al servicio del Maestro en la frescura de su juventud, y probado en
el horno de los esfuerzos y las dificultades. Pablo le recuerda a Tito que su
más eficaz inspiración para los creyentes de Creta dependería de su ejemplo de
dominio propio y de su condición de disciplinado varón cristiano.
En todo. Compárese con un consejo similar que se le da a Timoteo
(ver com. 1Tim. 4:12). El verdadero cristianismo incluye toda actividad de la
que pueda ocuparse un hombre cuyo pensamiento está cautivo a la voluntad de
Dios (2 Cor. 10:5).
Enseñanza. . . seriedad. Mejor "en la enseñanza, incorruptibilidad".
Cf. 2Tim. 3:10.
Integridad. O "sanidad". Cf. vers. 1.
Seriedad. Gr. semnótes, "dignidad" (ver com. 1Tim.
2:2).
8. Sana. Un énfasis frecuente en esta epístola (cap. 1:9,13;
2:1-2, 8). La naturaleza humana está enferma debido al pecado; pero el
Evangelio es la receta del cielo para eliminar la causa de la enfermedad y para
que los seres humanos recuperen la salud física, mental y espiritual. Las
falsas enseñanzas, como las panaceas de los curanderos, no curan la enfermedad
sino que con frecuencia la complican. Pablo le recuerda a Tito que sus
adversarios observarán atentamente su vida y sus palabras para encontrar algo
contra él; pero si se cuidaba de hablar con precisión, con esmero y con
oración, tendrían sus adversarios que avergonzarse. No tendrían motivo para
criticarlo.
El adversario. Ni "los habladores de vanidades y
engañadores" (cap. 1:10), que estaban dentro de la iglesia, ni los
paganos, debían tener base para criticar.
9. Siervos. O "esclavos" (ver com. Juan 8:34).
Agraden en todo. La conversión de los esclavos al
cristianismo no debían transformarlos en obreros menos satisfactorios, sino que
su sombría desobediencia debía transformarse en alegre utilidad. En cuanto al
consejo de Pablo acerca de los esclavos cristianos, ver com. Efe. 6:5-9; Col.
3:22 a 4:1; 1Tim. 6:1-2.
10. Defraudando. O "malversando",
"desfalcando". Con frecuencia se confiaba a los esclavos el
cumplimiento de ciertos deberes, además de las actividades propias de la casa o
del campo. Algunos debían realizar actividades comerciales, para lo cual se les
concedía mucha libertad. Eso les daba la oportunidad de robar. A veces se les
daba una esmerada preparación como artistas o médicos para que trabajaran para
sus amos. Por eso, en los días de Pablo un esclavo tenía muchas oportunidades
para desfalcar a sus amos. Robar o malversar la propiedad del amo era tan
frecuente en Creta, que muchas veces a los siervos se los llamaba ladrones. Los
esclavos cristianos debían demostrar que estaban por encima de esas prácticas,
siendo leales y honrados.
Fieles en todo. Los esclavos cristianos debían
ser completamente dignos de confianza en el servicio de sus amos terrenales.
Adornen. Ver com. 1 Tim. 2:9. Pablo afirma que únicamente
una vida semejante a la de Cristo puede representar debidamente al Evangelio
ante el mundo. Hombres nuevos -no necesariamente métodos nuevos constituyen el
plan de Dios para la promoción del Evangelio (ver com. 1Tim. 4:16; 2 Ped.
3:12).
Doctrina de Dios. Probablemente "doctrina
acerca de Dios", la fuente de toda esperanza cristiana, pensamiento que
Pablo desarrolla en los vers. 11-15.
11. Gracia. Gr. járis (ver com. Juan 1:14; Rom. 1:7; 3:24; 1Cor. 1:3).
Los ancianos (Tito 2:2), las ancianas (vers. 3), las mujeres jóvenes (vers. 4), los jóvenes (vers. 6), Tito (vers. 7-8) y los esclavos (vers. 9-10), sólo podían cumplir con sus responsabilidades diarias mediante la gracia de Dios.
La nota triunfal del Evangelio de Pablo es
que los hombres y las mujeres alcanzan la victoria sobre el pecado: que una vida
semejante a la de Cristo, que se manifestó una vez en carne y sangre, puede
reproducirse en cada hombre o mujer movidos por el Espíritu. Toda orden de Dios
va acompañada por su "gracia": el poder para cumplir los propósitos
divinos (ver com. 2Cor. 12:9; Heb. 13:9).
Se ha manifestado. La "gracia", es decir
el abundante amor redentor de Dios manifestado a los pecadores siempre ha
estado a disposición de los hombres (ver com, Sal. 5; 117; Nota Adicional de
Sal. 36). Pero el plan de Dios para salvar a los hombres se hizo más claro con
la venida de Jesús.
Todos los hombres. Cf. Juan 1:9; 3:17; 1Tim. 2:4; 2Ped.
3:9. A todos los hombres se les da suficiente oportunidad para que se salven;
pero la tenaz negativa de muchos a aceptar la "gracia de Dios" da
como resultado muerte eterna; por lo tanto, hasta este punto se desvirtúa el
propósito de Dios y se menosprecia la dádiva de la salvación. Los cristianos
deben representar debidamente los principios de una vida semejante a la de
Cristo para que los incrédulos sean impresionados con la superioridad del
cristianismo. Este es el tema del consejo de Pablo en este capítulo.
12. Enseñándonos. Gr. Paidéuo, "educar",
"instruir", usado con frecuencia para describir el proceso de criar
un niño. La gracia salvadora no sólo ayuda a los hombres a eliminar las
prácticas pecaminosas, sino que activamente desarrolla hábitos nuevos y deseables.
Esta instrucción diaria que procede de Dios podría ser descrita como el proceso
de la santificación (ver com. Rom. 6:19; 1Tes. 4:3).
Deseos. Los que sólo van tras los placeres de este mundo. Cf. 1Juan 2:15-16.
Este siglo. Ver com. 1Tim. 6:17.
Sobria. Gr. sofrónos, "sensatamente" (ver com.
vers. 5). El cristiano genuino reconoce sus responsabilidades sociales Y sus
deberes espirituales como hijo de Dios. La "gracia de Dios imparte
suficiente poder para que los hombres puedan demostrar verdadero dominio propio
(ver com. Efe. 4:13)
Piadosamente. Gr. eusebos (ver com. 2Tim.3:12).
13. Aguardando. Gr. prosdíjomai, "esperar",
"estar a la expectativa". Pablo añade un segundo incentivo a su
exhortación a los miembros de la iglesia de Creta para que vivan como
representantes de Jesucristo. Además de vivir una vida mejor, el cristiano es
recompensado con la dádiva inconmesurable de la vida eterna; por lo tanto, la
vida diaria debe estar en armonía con el anhelo que siente el cristiano por el
pronto regreso de Jesús. Así como Simeón
fue recompensado cuando contempló a Jesús (ver com. Luc. 2:25) porque
"esperaba" (prosdéjomai), de la misma manera un gran número de
cristianos sentirán un día -encontrarán- su máximo gozo cuando sean testigos de
la gloria de la segunda venida de Cristo.
Esperanza bienaventurada. La esperanza del regreso de
Cristo ha sido el gran incentivo de la fe cristiana durante casi 2.000 años. Ha
reanimado el espíritu del creyente y fortalecido su valor en medio de todas las
vicisitudes de la vida. Los oscuros momentos de desánimo, desilusión, o dolor
propios de la condición humana son superados gloriosamente por la esperanza
cristiana del segundo advenimiento.
Manifestación gloriosa. O "aparición de la
gloria". En cuanto a epifáneia, "aparición visible", ver com.
1Tim. 6:14. La expresión "esperanza bienaventurada" está en aposición
con "manifestación gloriosa", o "aparición de la gloria";
es decir, la aparición constituye la esperanza bienaventurada. La traducción
"aparición de la gloria" sugiere que se manifestarán los atributos
divinos de Cristo cuando vuelva a la tierra como Rey de reyes, rodeado por el
glorioso esplendor de miríadas de ángeles celestiales.
Nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Cf. 2Tes. 2:8;
1Tim. 6:14; 2Tim. 4:1,8. El texto griego de este pasaje es ambiguo. Por eso no
se puede saber con exactitud si Pablo está hablando tanto del Padre como del
Hijo, o sólo de Cristo. Muchos comentadores prefieren considerar que esta expresión
se refiere sólo a Cristo. No hay ninguna dificultad si se interpreta así, pues
Pablo atribuye a Jesús las prerrogativas de la Divinidad (ver com. Rom. 1:7,
Fil. 2:6; Col. 2:9; 1 Tim. 1:1). En
cuanto a la deidad de Cristo, ver t. V, p. 894. Hay una construcción griega
similar en 2Ped. 1:1. El contexto de Pablo es la "manifestación" de
Cristo en el segundo advenimiento, como Jesús lo prometió (ver com. Juan
14:1-3). Debido a estos dos grandiosos hechos aquí revelados: que Jesucristo es
Dios en el más pleno sentido de la palabra, y que su regreso a este mundo
constituye el gran clímax de la historia, este versículo ha sido un motivo
excepcional de consuelo para los cristianos en todos los siglos.
14. Se dio a sí mismo. Pablo describe la obra del Hijo de Dios al cumplir la misión de "Salvador" (vers. 13). El papel de Cristo como Salvador y Mediador de la humanidad perdida no le fue impuesto por la voluntad arbitraria del Padre.
Cristo "se dio a sí mismo" como un sacrificio voluntario en favor de sus criaturas extraviadas (ver com. Juan 10:17-18; Hech. 3:15). Dios reveló su amor divino en la persona de Jesucristo. Aunque sus hijos e hijas sufren las consecuencias de la transgresión moral y física, Dios ha manifestado su amor al compartir con el hombre el dolor causado por el pecado. La entrega que hizo Cristo de sí mismo elimina toda duda acerca del supremo amor que Dios siente por los que desobedecen su voluntad.
Desde el
comienzo del pecado Dios ha sufrido el dolor de su amor no correspondido. La
vida de Cristo en la tierra es causa suficiente para que lo alaben los redimidos
por toda la eternidad. Los ángeles se sumen en silencioso asombro porque la
obligación del hombre sólo consiste en aceptar el amor incomparable del
Salvador y en regresar a la familia de Dios.
Redimirnos. Gr. lutróo, "liberar-", "redimir", "rescatar". En cuanto al sustantivo afín lútron, ver com. Mat. 20:28. Cf. Sal. 130:8.
El plan de Dios es restaurar en los perdidos la imagen original con que fueron creados.
El pecado no debe ser pasado
por alto, sino erradicado. El proceso de santificación consiste en que la
gracia de Dios actúe en la voluntad humana plenamente entregada, de modo que
cada vestigio de pecado pueda ser completamente eliminado de la vida (ver com.
Rom. 3:24; 5:1; 6:19). Se necesita nada menos que el poder de Dios para liberar
al ser humano del poder seductor del pecado y para que practique hábitos de
rectitud. Debido a los hábitos pecaminosos profundamente arraigados en su vida,
el único recurso del hombre para alcanzar una completa liberación, es aferrarse
de la mano redentora de Dios. Sin embargo, aunque los mundos que giran en el
espacio responden instantáneamente a las órdenes de Dios, el hombre -obra
maestra de la creación- con frecuencia pone límites al poder y a los designios
de Dios con su rebelde voluntad humana.
Iniquidad. Gn anomía, "ilegalidad", "desacato a
la ley".
Purificar. Ver com. 1Juan 1:7,9; 3:3. Ningún ritual ni ninguna
ceremonia judaica son suficientes para esto (cf. Hech. 15:9). El resultado de haber sido
rescatado el hombre del poder del pecado por la gracia de Dios, es una vida
limpia de todo mal pensamiento y de todo hecho perverso.
Propio. Gr. periousios, "escogido", es decir, por
Dios y para sí mismo.
La iglesia
cristiana es la sucesora de
Israel como el agente especial de Dios para la comunicación del Evangelio (ver
com, 1 Ped. 2:9). La misma misión, los mismos privilegios y las mismas
responsabilidades que tuvo el Israel literal, se transfirieron al Israel
espiritual (ver t. IV pp. 37-38).
Celoso. Mientras la iglesia cristiana aguarda el segundo
advenimiento, también cumple la misión que una vez se le encomendó a la nación
judía: revelar por precepto y por ejemplo los principios del gobierno de Dios.
15. Habla. Pablo presenta tres métodos para enseñar y conducir
a las congregaciones cristianas: "habla, exhorta y reprende". Algunos
miembros de la iglesia anhelan escuchar; otros necesitan, además, que se los
exhorte y se les dé un consejo más directo; y hay otros más que, por diversas
razones, necesitan una admonición más fuerte unida a pruebas incontrovertibles.
Autoridad. La autoridad del ministro del Evangelio se basa
definitivamente no en su cargo, sino sobre su misión divina y en la integridad
de su ministerio.
Menosprecie. Tito debía presentar su enseñanza con tanta
persuasión, que sus oyentes honestamente no pudieran eludir lo que decía ni
encontrar que sus argumentos eran ilógicos, pues esto haría que perdieran su
confianza en él. (7CBA).
COMENTARIOS DE EGW
1-2. 1JT 164. La verdad debe
ser presentada de una manera que la haga atractiva para el espíritu
inteligente. No se nos comprende como pueblo, sino que se nos considera como
personas degradadas, de intelecto débil y humilde condición. Por lo tanto, cuán
importante es que todos los que enseñan la verdad y todos los que la creen
estén de tal manera afectados por su influencia santificadora que su vida
consecuente y elevada demuestre a los incrédulos que han estado equivocados con
respecto a este pueblo. Cuán importante es que la causa de la verdad quede
despojada de todo lo que se parezca a una excitación falsa y164 fanática, a fin
de que la verdad se destaque por sus propios méritos, revelando su pureza
original y su carácter excelso.
Vi que es sumamente importante
que aquellos que prediquen la verdad sean de modales refinados, y que rehúyan
las rarezas y excentricidades, y presenten la verdad en su pureza y claridad.
Se me refirió a Tito 1:9: "Retenedor de la fiel palabra que es conforme a
la doctrina: para que también pueda exhortar con sana doctrina, y convencer a
los que contradijeren." En el versículo 16, Pablo habla de una clase que
profesa conocer a Dios, pero lo niega por sus obras, siendo "reprobados
para toda buena obra." Exhorta así a Tito: "Empero tú, habla lo que
conviene a la sana doctrina, que los viejos sean templados, graves, prudentes,
sanos en la fe, en la caridad, en la paciencia. . . . Exhorta asimismo a los
mancebos a que sean comedidos; mostrándote en todo por ejemplo de buenas obras;
en doctrina haciendo ver integridad, gravedad, palabra sana, e irreprensible;
que el adversario se avergüence, no teniendo mal ninguno que decir de
vosotros." (Tito 2:1-8.) Esta instrucción fue escrita para beneficio de
todos aquellos a quienes Dios ha llamado a predicar la Palabra y también para
beneficio de sus hijos que la oyen.
LA VERDAD ELEVA. La verdad de
Dios no degradará nunca al que la reciba, sino que lo elevará, refinará su
gusto, santificará su juicio y lo perfeccionará para que pueda estar en
compañía de los ángeles puros y santos en el reino de Dios. A algunos la verdad
los encuentra toscos, rudos, singulares, jactanciosos; son personas que se
aprovechan de sus vecinos si pueden, para beneficiarse a sí mismas y que yerran
de muchas maneras; sin embargo, cuando creen en la verdad de todo corazón, ésta
realiza un cambio completo en su vida.
Comienza inmediatamente una obra de reforma.
La influencia pura de la verdad
elevará a todo el ser. En su trato comercial con sus semejantes, tendrá
presente el 165 temor de Dios; amará
a su prójimo como a sí mismo y lo tratará como quisiera ser tratado. Su conversación será veraz, casta y de un
carácter tan elevado que los incrédulos no podrán valerse de ella ni decir mal
de él con justicia, ni quedarán disgustados por sus modales descorteses y
conversación inconveniente. Introducirá
la influencia santificadora de la verdad en su familia, y delante de ella
dejará brillar su luz de tal manera que, viendo sus buenas obras, pueda
glorificar a Dios. En todas las
ocupaciones de la vida, ejemplificará la de Cristo.
6-8. HAp 297. A
TITO ESCRIBIÓ: "Exhorta asimismo a
los mancebos a que sean comedidos; mostrándote en todo por ejemplo de buenas
obras; en doctrina haciendo ver integridad, gravedad, palabra sana, e
irreprensible; que el adversario se avergüence, no teniendo mal ninguno que
decir de vosotros." (Tito 2:6-8.)
NO
HAY NADA MÁS PRECIOSO A LA VISTA DE DIOS QUE los
ministros de su Palabra, que penetran en los desiertos de la tierra para
sembrar las semillas de verdad, esperando la cosecha. Ninguno sino Cristo puede
medir la solicitud de sus siervos mientras buscan al perdido. Él les imparte su
Espíritu, y por sus esfuerzos las almas son inducidas a volverse del pecado a
la justicia.
DIOS
LLAMA A HOMBRES DISPUESTOS A DEJAR SUS GRANJAS, SUS NEGOCIOS, si
es necesario sus familias, para llegar a ser misioneros suyos. Y el llamamiento
hallará respuesta. En lo pasado hubo 298 hombres que,
conmovidos por el amor de Cristo y las necesidades de los perdidos, dejaron las
comodidades del hogar y la asociación de los amigos, aun la de la esposa y los
hijos, para ir a tierras extranjeras, entre idólatras y salvajes, a proclamar
el mensaje de misericordia.
MUCHOS
PERDIERON LA VIDA EN LA EMPRESA, pero se
levantaron otros para continuar la obra. Así, paso a paso, la causa de Cristo
ha progresado, y la semilla sembrada con tristeza ha producido una abundante
cosecha.
EL
CONOCIMIENTO DE DIOS Ha Sido Extendido Ampliamente, Y El Estandarte De La Cruz
Ha Sido Plantado En Tierras Paganas.
POR
LA CONVERSIÓN DE UN PECADOR, el ministro
somete a máximo esfuerzo sus recursos. El alma que Dios ha creado y Cristo ha
redimido es de gran valor, por causa de las posibilidades que tiene por
delante, las ventajas espirituales que se le han concedido, las capacidades que
puede poseer si la vivifica la Palabra de Dios, y la inmortalidad que puede
obtener mediante la esperanza presentada en el Evangelio.
Y
SI CRISTO DEJÓ LAS NOVENTA Y NUEVE para poder
buscar y salvar a la única oveja perdida, ¿podemos justificarnos nosotros si
hacemos menos que esto?
EL
DEJAR DE TRABAJAR COMO CRISTO TRABAJÓ, De Sacrificarse Como Él Se Sacrificó,
¿No Es Una Traición De Los Cometidos Sagrados, Un Insulto A Dios?
11. CS 304. El decaimiento
espiritual que se había dejado sentir en Inglaterra poco antes del tiempo de
Wesley, era debido en gran parte a las enseñanzas contrarias a la ley de Dios,
o antinomianismo. Muchos afirmaban que Cristo había abolido la ley moral y que
los cristianos no tenían obligación de observarla; que el creyente está libre
de la "esclavitud de las buenas obras." Otros, si bien admitían la
perpetuidad de la ley, declaraban que no había necesidad de que los ministros
exhortaran al pueblo a que obedeciera los preceptos de ella, puesto que los que
habían sido elegidos por Dios para ser salvos eran "llevados por el
impulso irresistible de la gracia divina, a practicar 304 la piedad y la virtud," mientras los sentenciados a eterna
perdición, "no tenían poder para obedecer a la ley divina."
Otros, que también sostenían que
"los elegidos no pueden ser destituídos de la gracia ni perder el favor
divino" llegaban a la conclusión aun más horrenda de que "sus malas
acciones no son en realidad pecaminosas ni pueden ser consideradas como casos
de violación de la ley divina, y que en consecuencia los tales no tienen por
qué confesar sus pecados ni romper con ellos por medio del
arrepentimiento." -McClintock and Strong, Cyclopedia, art. Antinomians.
Por lo tanto, declaraban que aun uno de los pecados más viles "considerado
universalmente como enorme violación de la ley divina, no es pecado a los ojos
de Dios," siempre que lo hubiera cometido uno de los elegidos,
"porque es característica esencial y distintiva de éstos que no pueden
hacer nada que desagrade a Dios ni que sea contrario a la ley."
Estas monstruosas doctrinas son
esencialmente lo mismo que la enseñanza posterior de los educadores y teólogos
populares, quienes dicen que no existe ley divina como norma inmutable de lo
que es recto, y que más bien la norma de la moralidad es indicada por la
sociedad y que ha estado siempre sujeta a cambios. Todas estas ideas son
inspiradas por el mismo espíritu maestro: por aquel que, hasta entre los seres
impecables de los cielos, comenzó su obra de procurar suprimir las justas
restricciones de la ley de Dios.
La doctrina de los decretos
divinos que fija de una manera inalterable el carácter de los hombres, había
inducido a muchos a rechazar virtualmente la ley de Dios. Wesley se oponía
tenazmente a los errores de los maestros del antinomianismo y probaba que son
contrarios a las Escrituras. "Porque la gracia de Dios que trae salvación
a todos los hombres, se manifestó." "Porque esto es bueno y agradable
delante de Dios nuestro Salvador; el cual quiere que todos los hombres sean
salvos, y que vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un Dios, asimismo
un mediador entre Dios y los hombres, 305
Jesucristo hombre; el cual se dio a sí mismo en precio del rescate por
todos." (Tito 2: 11; 1 Timoteo 2:3- 6.) El Espíritu de Dios es concedido
libremente para que todos puedan echar mano de los medios de salvación. Así es
cómo Cristo "la Luz verdadera," "alumbra a todo hombre que viene
a este mundo." (Juan 1:9.) Los hombres se privan de la salvación porque
rehusan voluntariamente la dádiva de vida.
En contestación al aserto de que
a la muerte de Cristo quedaron abolidos los preceptos del Decálogo juntamente
con los de la ley ceremonial, decía Wesley: "La ley moral contenida en los
diez mandamientos y sancionada por los profetas, Cristo no la abolió. Al venir
al mundo, no se propuso suprimir parte alguna de ella. Esta es una ley que
jamás puede ser abolida, pues permanece firme como fiel testigo en los
cielos.... Existía desde el principio del mundo, habiendo sido escrita no en
tablas de piedra sino en el corazón de todos los hijos de los hombres al salir
de manos del Creador. Y no obstante estar ahora borradas en gran manera por el
pecado las letras tiempo atrás escritas por el dedo de Dios, no pueden serlo
del todo mientras tengamos conciencia alguna del bien y del mal. Cada parte de
esta ley ha de seguir en vigor para toda la humanidad y por todos los siglos;
porque no depende de ninguna consideración de tiempo ni de lugar ni de ninguna
otra circunstancia sujeta a alteración, sino que depende de la naturaleza de
Dios mismo, de la del hombre y de la invariable relación que existe entre uno y
otro.
" 'No he venido para
abrogar, sino a cumplir.' . . . Sin duda quiere [el Señor] dar a entender en este
pasaje -según se colige por el contexto- que vino a establecerla en su plenitud
a despecho de cómo puedan interpretarla los hombres; que vino a aclarar
plenamente lo que en ella pudiera haber de obscuro; vino para poner de
manifiesto la verdad y la importancia de cada una de sus partes; para demostrar
su longitud y su anchura, y la medida exacta de cada mandamiento que la ley
contiene y al mismo tiempo la altura y la profundidad, la 306 inapreciable pureza y la espiritualidad de ella en todas sus
secciones." -Wesley, sermón 25.
11-14. HAp 167. EL GRAN APÓSTOL
SONDEABA A MENUDO AL DISCÍPULO MÁS JOVEN, preguntándole 167 en
cuanto a la historia bíblica; y al viajar de lugar en lugar, le enseñaba
cuidadosamente cómo trabajar con éxito. Pablo y Silas, en toda su asociación
con Timoteo, trataban de ahondar la impresión ya hecha en su mente, de la
sagrada y seria naturaleza de la obra del ministro evangélico.
EN SU TRABAJO, Timoteo buscaba
constantemente el consejo y la instrucción de Pablo. No actuaba por impulso,
sino con reflexión y serenidad, preguntando a cada paso: ¿Es éste el camino del
Señor?
EL ESPÍRITU SANTO encontraba en él uno que podía ser amoldado y modelado
como un templo para la morada de la divina Presencia.
LAS LECCIONES de la
Biblia, al entretejerse en la vida diaria, tienen una profunda y perdurable
influencia en el carácter.
ESTAS LECCIONES LAS
APRENDÍA Y PRACTICABA TIMOTEO. No tenía talentos especialmente
brillantes; pero su trabajo era valioso porque usaba en el servicio del Señor
las capacidades que Dios le daba. Su conocimiento de la piedad experimental le
distinguía de otros creyentes, y le daba influencia.
LOS QUE TRABAJAN
POR LAS ALMAS deben obtener un conocimiento más profundo, más pleno y más claro
de Dios que el que se puede adquirir mediante un esfuerzo ordinario. Deben
poner todas sus energías en la obra del Señor.
ESTÁN OCUPADOS EN
UNA ALTA Y SAGRADA VOCACIÓN, y si ganan almas como salario,
deben asirse firmemente de Dios, y recibir diariamente gracia y poder de la
Fuente de toda bendición. "Porque la gracia de Dios que trae salvación a
todos los hombres, se manifestó, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y
a los deseos mundanos, vivamos en este siglo templada, y justa, y píamente,
esperando aquella esperanza bienaventurada, y la manifestación gloriosa del
gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo, que se dio a sí mismo por nosotros para
redimirnos de toda iniquidad, y limpiar para sí un pueblo propio, celoso de
buenas obras." (Tito 2: 11-14).
12. HAp 402. A
VECES LOS MINISTROS DEL EVANGELIO causan mucho
daño al permitir que su lenidad hacia los que yerran degenere en tolerancia de
pecados y hasta en su participación en ellos. De este modo son inducidos a
excusar y no darle importancia a lo que Dios condena; y después de un tiempo se
ciegan de tal modo que son capaces de elogiar a los mismos a quienes Dios les
ordenó reprender. El que ha embotado sus percepciones espirituales al tolerar
pecaminosamente a los que Dios condena, no tardará en cometer un pecado mayor
al manifestar severidad y dureza hacia aquellos a quienes Dios aprueba. 402 Debido
al orgullo de la sabiduría humana, el desprecio por la influencia del Espíritu
Santo y la aversión por las verdades de la Palabra de Dios, muchos que profesan
ser cristianos y que se sienten competentes para enseñar a otros, serán
inducidos a apartarse de los requerimientos de Dios.
PABLO
LE DIJO A TIMOTEO: "Porque
vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de
oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y
apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas".
EL
APÓSTOL NO SE REFIERE AQUÍ A LOS ABIERTAMENTE IRRELIGIOSOS, sino
a los profesos cristianos que han hecho de sus inclinaciones la norma, y que
así se han esclavizado al yo. Los tales están deseosos de oír solamente las
doctrinas que no reprenden sus pecados ni condenan su afán de placeres. Se
ofenden ante las sencillas palabras de los fieles siervos de Cristo, y escogen
a los maestros que los alaban y lisonjean. Y entre los profesos ministros de
Cristo hay quienes predican las opiniones de los hombres en vez de la Palabra
de Dios. Infieles a su cometido, desvían a los que buscan en ellos orientación
espiritual.
EN
LOS PRECEPTOS DE SU SANTA LEY, Dios ha dado
una perfecta norma de vida; y ha declarado que hasta el fin del tiempo esa ley,
que no ha cambiado ni en una sola jota ni en una tilde, sostendrá su vigencia
ante los seres humanos.
CRISTO
VINO PARA MAGNIFICAR LA LEY Y ENGRANDECERLA.
Mostró que se funda en el amplio conocimiento del amor a Dios y al hombre, y
que la obediencia a sus preceptos abarca todos los deberes de éste. Su propia
vida es un ejemplo de obediencia a la ley de Dios. En el sermón del monte
demostró que sus requerimientos se refieren no sólo a las acciones externas
sino que abarcan los pensamientos y las intenciones del corazón.
LA
LEY, cuando es obedecida, induce a los hombres a
renunciar "a la impiedad y a los deseos mundanos" y a vivir "en
este siglo sobria, justa y piadosamente" (Tito 2:12).
PERO
EL ENEMIGO DE TODA JUSTICIA ha sometido
el mundo a cautiverio, y ha instigado a la humanidad 403 a
desobedecerla. Como Pablo lo previó, multitudes se han apartado de las claras y
escrutadoras verdades de la Palabra de Dios, y han elegido maestros que les
presentan las fábulas que desean. Muchos, tanto pastores como miembros de
iglesia, están pisoteando los mandamientos de Dios. Así se insulta al Creador
del mundo, y Satanás se ríe triunfalmente al verificar cuánto éxito obtienen
sus estratagemas.
CON
EL DESPRECIO CRECIENTE QUE SE MANIFIESTA HACIA LA LEY DE DIOS, aumenta
la aversión hacia la religión. Aumenta asimismo el orgullo, el amor a los
placeres, la desobediencia a los padres y la complacencia propia; y la gente
que piensa se pregunta por doquier ansiosamente: "¿Qué se puede
hacer para impedir este alarmante avance del mal?"
LA
RESPUESTA la hallamos en la exhortación de Pablo a
Timoteo: "Predica la palabra". En la Biblia se encuentran los únicos
principios que, al aplicarlos, nos darán seguridad al actuar. Es el trasunto de
la voluntad de Dios; la expresión de la sabiduría divina. Capacita a los
hombres para comprender los grandes problemas de la vida; y para todo el que
tenga en cuenta sus preceptos será una guía infalible que le evitará consumir
su vida en esfuerzos mal orientados.
DIOS
HA DADO A CONOCER SU VOLUNTAD, y es
insensato que el hombre ponga en tela de juicio lo que ha salido de sus labios.
Después que ha hablado la Sabiduría Infinita, el hombre no tiene dudas que
aclarar, ni divergencias que ventilar. Todo lo que el Señor requiere de él es
un sincero y fervoroso acatamiento de su expresa voluntad.
La
obediencia es el mayor dictado de la razón, tanto como la conciencia.
15. 1JT 342. DESPRECIADORES DE LOS REPROCHES. EL APÓSTOL Pablo afirma
claramente que lo experimentado por los israelitas en sus viajes fue registrado
para beneficio de los que viven en esta época, aquellos en quienes los fines de
los siglos han parado. No consideramos que nuestros peligros sean menores que
aquellos que corrieron los hebreos, sino mayores. Seremos tentados a manifestar
celos y a murmurar, y habrá rebelión abierta, según se registra acerca del
antiguo Israel. Habrá siempre un espíritu tendiente a levantarse contra la
reprensión de pecados y males. Pero, ¿deberá callarse la voz de reprensión por
causa de esto? En tal caso, no estaremos en mejor condición que las diversas
denominaciones del país que temen mencionar los errores y pecados predominantes
en el pueblo.
Aquellos a quienes Dios apartó
como ministros de la justicia tienen solemnes responsabilidades en lo que se
refiere a reprender los pecados del pueblo. Pablo ordenó a Tito: "Esto
habla y exhorta, y reprende con toda autoridad. Nadie te desprecie." (Tito
2:15.) Siempre habrá quienes desprecien al que se atreva a reprender el pecado;
pero hay ocasiones en que debe darse la reprensión. Pablo incitó a Tito a que
reprendiese severamente a ciertas clases de personas, para que fuesen sanas en
la fe.
Los hombres y las mujeres de
diferentes temperamentos que se reúnen para formar la iglesia, tienen
peculiaridades y defectos. A medida que éstos se desarrollen, requerirán
reprensión. Si los que se hallan en puestos importantes no los reprendiesen
nunca ni exhortasen, pronto se produciría una condición de desmoralización que
deshonraría grandemente a Dios. Pero, ¿cómo será dada la reprensión? Dejemos
contestar al apóstol: 343 "Con toda paciencia y doctrina." (2Tim.
4:2.) Los buenos principios deben aplicarse a la persona que necesite
reprensión, pero nunca se deben pasar por alto, con indiferencia, los males que
haya entre el pueblo de Dios.
Habrá hombres y mujeres que
desprecien la reprensión y que siempre se rebelarán contra ella. No es
agradable que se nos presenten las cosas malas que hacemos. En casi cualquier
caso en que sea necesaria la reprensión, habrá quienes pasen completamente por
alto el hecho de que el Espíritu del Señor ha sido contristado y su causa
cubierta de oprobio. Estos se compadecerán de los que merecían reprensión,
porque se han herido sus sentimientos personales. Toda esta simpatía no
santificada hace que los simpatizantes participen de la culpa del que fue
reprendido.
En nueve casos de cada diez, si se hubiese
permitido que la persona reprendida comprendiese su mala conducta, se le habría
ayudado a reconocerla y por lo tanto se habría reformado. Pero los
simpatizantes entrometidos y no santificados atribuyen falsos motivos al que
reprende y a la naturaleza del reproche, y, simpatizando con la persona
reprendida, la inducen a pensar que realmente se la maltrató y sus sentimientos
se rebelan contra el que no ha hecho sino cumplir con su deber. Los que cumplen
fielmente sus deberes desagradables, conociendo su responsabilidad ante Dios,
recibirán su bendición. Dios exige que sus siervos estén siempre dispuestos a
hacer su voluntad con fervor. En el encargo que da el apóstol a Timoteo, le
exhorta así: "Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de
tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina." (2
Tim. 4:2.)
Los hebreos no estaban dispuestos
a someterse a las instrucciones y restricciones del Señor. Querían simplemente
hacer su voluntad, seguir los impulsos de su propia mente y ser dominados por
su propio juicio. Si se les hubiese
concedido esta libertad, no habrían proferido queja contra Moisés; pero se
amotinaron bajo la restricción.
Dios quiere que su pueblo sea
disciplinado y que obre con 344 armonía, a fin de que lo vea todo unánimemente
y tenga un mismo sentir y criterio. Para producir este estado de cosas, hay
mucho que hacer. El corazón carnal debe ser subyugado y transformado. Dios
quiere que haya siempre un testimonio vivo en la iglesia, Será necesario
reprender y exhortar, y a algunos habrá que hacerles severos reproches, según
lo exija el caso. Oímos el argumento: "¡Oh, yo soy tan sensible que no
puedo soportar el menor reproche!" Si estas personas presentasen su caso
correctamente, dirían: "Soy tan voluntarioso, tan pagado de mi mismo, tan
orgulloso que no tolero que se me den órdenes; no quiero que se me reprenda.
Abogo por los derechos del juicio individual; tengo derecho a creer y hablar
según me plazca." El Señor no desea que renunciemos a nuestra
individualidad. Pero, ¿qué hombre es juez adecuado para saber hasta dónde debe
llevarse este asunto de la independencia individual?
Pedro recomienda a sus hermanos:
"Igualmente, mancebos, sed sujetos a los ancianos; y todos sumisos unos a
otros, revestíos de humildad; porque Dios resiste a los soberbios y da gracia a
los humildes." (1 Ped. 5:5.) También el apóstol Pablo exhorta a sus
hermanos filipenses a tener unidad y humildad: "Por tanto, si hay alguna
consolación en Cristo; si algún refrigerio de amor; si alguna comunión del
Espíritu; si algunas entrañas y misericordias, cumplid mi gozo; que sintáis lo
mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria;
antes bien en humildad, estimándoos inferiores los unos a los otros: No mirando
cada uno a lo suyo propio, sino cada cual también a lo de los otros. Haya,
pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús." (Filip.
2:1-5.) Y Pablo vuelve a exhortar así a sus hermanos: "El amor sea sin
fingimiento: aborreciendo lo malo, llegándoos a lo bueno; amándoos los unos a
los otros con caridad fraternal; previniéndoos con honra los unos a los
otros." (Rom.12:9, 10.)
"Sujetaos los unos a los otros en el temor de Dios." (Efe. 5:21.) 345
La historia de los israelitas nos
presenta el grave peligro del engaño. Muchos no se dan cuenta del carácter
pecaminoso de su propia naturaleza ni de lo que es la gracia del perdón. Están
en las tinieblas de su naturaleza, sujetos a tentaciones y gran engaño. Viven
lejos del Señor: y sin embargo están muy satisfechos de su vida cuando Dios
aborrece su conducta. Esta clase de personas guerreará siempre contra la
dirección del Espíritu de Dios, especialmente con la reprensión. No quiere ser
perturbada. Ocasionalmente experimenta temores egoístas y buenos propósitos y a
veces pensamientos de ansiedad y convicción; pero no tiene experiencia profunda
porque no está ligada con la Roca eterna. Esta clase de personas no ve nunca la
necesidad del testimonio claro. El pecado no le parece tan grave, porque no
anda en la luz como Cristo está en la luz.
Hay aún otra clase de personas
que tiene gran luz y convicción especial, y una verdadera experiencia en la
obra del Espíritu de Dios. Pero la han
vencido las múltiples tentaciones de Satanás. No aprecia la luz que Dios le ha
dado. No escucha las amonestaciones y reprensiones del Espíritu de Dios. Está
bajo condenación. Dichas personas resistirán siempre el testimonio recto,
porque éste las condena.
Dios quiere que su pueblo sea una
unidad; que sus hijos tengan un mismo parecer, un mismo ánimo y un mismo
criterio. Esto no puede lograrse sin un testimonio claro, recto y vivo en la
iglesia. La oración de Cristo era que los discípulos fuesen uno como él era uno
con su Padre. "Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que
han de creer en mí por la palabra de ellos. Para que todos sean una cosa; como
tú, oh Padre, en mi, y yo en ti, que también ellos sean en nosotros una cosa;
para que el mundo crea que tú me enviaste. Y yo, la gloria que me diste les he
dado; para que sean una cosa, como también nosotros somos una cosa. Yo en
ellos, y tú en mí, para que sean consumadamente una cosa; y que el mundo
conozca que tú me enviaste, y que los has amado, como también a mí me has
amado." (Juan 17:20-23) 346
Ministerio Hno. Pio
No hay comentarios:
Publicar un comentario