jueves, abril 08, 2021

REFLEXIÓN 635. JERUSALÉN REPRENDIDA POR SUS PECADOS. CASTIGO SOBRE TODAS LAS NACIONES Y PROMESAS DE RESTAURACIÓN (SOFONÍAS 3).

Sofonías 3. Aguda reprobación contra Jerusalén por sus diversos pecados. (1-7) .

Castigo Sobre Todas Las Naciones (8) Exhortación a esperar en las promesas de restauración de Israel (9-13) y a regocijarse por su salvación de parte de Dios (14-20). 

1 ¡Ay De la ciudad rebelde y contaminada y opresor! No escuchó la voz, ni recibió la corrección; no confió en Jehová, no se acercó a su Dios. 3 Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes; sus jueces, lobos nocturnos que no dejan hueso para la mañana. Sus profetas son livianos, hombres prevaricadores; sus sacerdotes contaminaron el santuario, falsearon la ley. 5 Jehová en medio de ella es justo, no hará iniquidad; de mañana sacará a luz su juicio, nunca faltará; pero el perverso no conoce la vergüenza. Hice destruir naciones; sus habitaciones están asoladas; hice desiertas sus calles, hasta no quedar quien pase; sus ciudades están asoladas hasta no quedar hombre, hasta no quedar habitante. Dije: Ciertamente me temerá; recibirá corrección, y no será destruida su morada según todo aquello por lo cual la castigué. Mas ellos se apresuraron a corromper todos sus hechos.

Por tanto, esperadme, dice Jehová, hasta el día que me levante para juzgaros; porque, mi determinación es reunir las naciones, juntar los reinos, para derramar sobre ellos mi enojo, todo el ardor de mi ira; por el fuego de mi celo será consumida toda la tierra.

En aquel tiempo devolveré yo a los pueblos pureza de labios, para que todos invoquen el nombre de Jehová, para que le sirvan de común consentimiento. 10 De la región más allá de los ríos de Etiopía me suplicarán; la hija de mis esparcidos traerá mi ofrenda. 11 En aquel día no serás avergonzada por ninguna de tus obras con que te rebelaste contra mí; porque entonces quitaré de en medio de ti a los que se alegran en tu soberbia, y nunca más te ensoberbecerás en mi santo monte. 12 Y dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, el cual confiará en el nombre de Jehová. 13 El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa; porque ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice.

14 Canta, oh hija de Sión; da voces de júbilo, oh Israel; gózate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén. 15 Jehová ha apartado tus juicios, ha echado fuera tus enemigos; Jehová es Rey de Israel en medio de ti; nunca más verás el mal. 16 En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: No temas; Sión, no se debiliten tus manos. 17 Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos. 18 Reuniré a los fastidiados por causa del largo tiempo; tuyos fueron, para quienes el oprobio de ella era una carga. 19 He aquí, en aquel tiempo yo apremiaré a todos tus opresores; y salvaré a la que cojea, y recogeré la descarriada; y os pondré por alabanza y por renombre en toda la tierra. 20 En aquel tiempo yo os traeré, en aquel tiempo os reuniré yo; pues os pondré para renombre y para alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando levante vuestro cautiverio delante de vuestros ojos, dice Jehová. (Sofonías 3).

1. ¡Ay! Volviéndose a Jerusalén, Sofonías la amonesta de que el castigo de Dios para los impíos también incluirá a los endurecidos pecadores de Judá (vers. 1-5).

Rebelde. Del verbo hebreo mara'.  Según algunas autoridades significa "ser rebelde"; según otras, "ser inmundo". 

2. La voz. Es decir, la voz de Dios, tal como se expresa en la ley y en los profetas (Jer. 7:23-28; 9: 13). Corrección. La que Dios envió para bien de la nación, y que ella no "recibió". No confió. En tiempos de angustia, con frecuencia Judá esperaba la ayuda de aliados extranjeros, de ídolos, pero no confiaba "en Jehová".

3. Leones rugientes. Los caudillos de Judá devoraban al pueblo como a una presa (cf. Prov. 28: 15). Durante la minoría de edad del rey Josías, ese proceder era comparativamente fácil. Lobos nocturnos. Cf. Eze. 22: 27; Hab. 1: 8. Esas bestias de presa cazaban y devoraban a sus indefensas víctimas principalmente de noche.

4. Profetas. Es decir, los falsos profetas (Miq. 2: 11; 3:5). Livianos. "Insolentes", "disolutos", "fanfarrones" (BJ). Santuario. Esos sacerdotes impíos no hacían diferencia entre lo santo y lo profano (cf. Eze. 22: 26).

Ley. Heb. torah (ver com. Deut. 31: 9; Prov.3: 1). Los sacerdotes que deberían haber sido los guardianes de las enseñanzas de Dios y los que diseminaran la luz de la verdad divina (ver com. 2 Crón 15: 3), fueron precisamente los que descarriaron al pueblo apartándolo de la ley de Dios.

5. En medio. Severamente se hace recordar a los transgresores que Dios está siempre en medio de ellos, testificando de la justicia divina mediante el templo, sus servicios y sus verdaderos adoradores con lo que quitaba toda excusa para que desobedecieran su voluntad.

6. Destruir. Bien sabían los transgresores que Jehová en lo pasado había destruido naciones impías, tales como los cananeos, cuando los israelitas poseyeron la tierra prometida y también el reino septentrional de Israel, destruido por Asiria. Así Judá es aquí advertida, junto con otras naciones, del continuo castigo de Dios debido al pecado.

No quedar hombre. Esta profecía algo simbólica se cumplió durante el asedio final de Jerusalén, aun antes de que cayera la ciudad (ver com. Jer. 32: 43). Este lenguaje simbólico sólo significaba que Judá quedaría desolada.

7. Ciertamente. Los castigos pasados infligidos sobre las "naciones" (ver com. vers. 6) debieran haber enseñado a los israelitas para que se arrepintieran y obedecieran a Dios.

Todo aquello por lo cual la castigué. O,"todo aquello con que yo la he visitado" (BJ). Ver com. Sal. 8: 4; 59: 5. La LXX reza: "Todo cuanto la castigué". En otras palabras, si Jerusalén y Judá no se reformaban, recibirían tan seguro castigo.

Se apresuraron. "Han madrugado" (BJ). Modismo hebreo que significa hacer algo ávida o fervientemente (ver com. Jer. 7: 13).

8. Por tanto. Si los pecadores no se arrepienten, el castigo divino es inevitable. 

Día. Quizá una referencia al castigo que los babilonios infligieron sobre Judá y otras naciones. Las naciones. Tal vez aquí el profeta se refiere en forma especial a las naciones mencionadas en cap. 2: 4-15 (ver com. Joel 3: 2). Toda la tierra. Ver com. cap. 1: 2. Los masoretas (t. I, pp. 38-39) señalaron que éste es el único versículo del AT que contiene las 22 letras del alfabeto hebreo.

9. En aquel tiempo. Este pasaje indica claramente un tiempo de restauración para Israel. No importa de qué nación o lengua fueran, todos los que se unieran con Israel para adorar al Dios verdadero hablarían con "pureza de labios", no más contaminados por la idolatría en cualquiera de sus formas (Sal. 16: 4; Ose. 2: 17).

10. Más allá. Cualquier cosa "más allá" de Etiopía era un símbolo de los confines más apartados de la tierra. Etiopía. Heb. Kush (ver com. cap. 2: 12). Ofrenda. Heb. minjah, que se usa aquí como de un presente dado a Dios (ver com. Lev. 2: 1).

11. En aquel día. El profeta anticipa un tiempo cuando los hijos del Señor le servirían sinceramente y de todo corazón.

Quitaré. En aquel día serían destruidos los que con suficiencia propia y "soberbia" hubieran hecho su propia voluntad, confiando en lo material y secular en vez de confiar en Dios (Isa. 2: 12-22). Santo monte. Ver com. Isa. 11: 9.

12. Humilde. El profeta está describiendo las cualidades de carácter del remanente. El propósito de Dios era que no hubiera entre sus hijos quienes fueran altivos, autosuficientes y vanidosos.

13. Remanente. Ver com. Joel 2: 32. El "remanente" a que aquí se hace referencia es el grupo mencionado en el vers. 12 que confiaría "en el nombre de Jehová".  Son los que permanecerían en Judá después de que hubieran sido eliminados los pecadores del país. 

El profeta aquí anticipa el tiempo de la restauración que mencionará en los vers. 14-20.

Apacentados. O "pastoreados". Aquí el profeta emplea una figura familiar del AT por la que el pueblo de Dios es comparado con ovejas cuidadas por un buen "pastor" (Sal. 23).

14. Hija de Sión. Es decir, Jerusalén (ver com. Isa. 1: 8).

15. Apartado. El profeta aquí muestra que Jerusalén se regocijaría porque sus "juicios" -necesarios debido a sus pecados- han sido apartados y sus "enemigos" han sido "echados fuera".

Tus enemigos. Es decir, los que han oprimido a Judá. Aquí Sofonías se refiere particularmente a Babilonia. En medio. Cf. Isa. 12: 6; Apoc. 21: 3; 22: 3.

16. No se debiliten tus manos. Expresión idiomática que significa "descorazonarse" o "desanimarse".

17. En medio. Cf. vers. 5, 15. Callará de amor. "Te renueva por su amor" (BJ).  La LXX concuerda con la BJ.

Con cánticos. Es tan grande el amor de Dios por su pueblo y su gozo, que se lo representa con cánticos.

18. Fastidiados. Mientras estaban en el exilio, los fieles de Dios no podían asistir a las fiestas santas (ver com.  Ose. 2: 11). Por fe el profeta anticipa un tiempo cuando los verdaderos hijos de Dios se reunirán para adorarlo sin ningún "oprobio".

19. Apremiaré. "Haré exterminio" (BJ). Salvaré a la que cojea. El Señor siempre se ocupa de ayudar a los que necesitan auxilio, los que quizá tropiecen a lo largo del camino de la vida.  Dios espera que cooperemos con él prodigando esa ayuda a otros (6T 458).

20. Os traeré. El profeta termina su libro con un cuadro glorioso de promesa que hace resaltar el día futuro de la restauración después del cautiverio babilónico (pp. 33-34).

Alabanza. Dios quería que Israel recibiera la máxima alabanza "entre todos los pueblos".  Pero Israel no vivió a la altura de sus posibilidades, y esas gloriosas promesas sólo se cumplen plenamente mediante la iglesia redimida del Señor (pp. 37-38).

https://elaguila3008.blogspot.com/2020/08/el-papel-de-israel-en-la-profecia-del.html

Dice Jehová. Las últimas palabras de la profecía de Sofonías confirman la certeza del mensaje del profeta porque descansa sobre la infalible Palabra de Dios. (4CBA).

COMENTARIOS DE (EGW).

16-17. ES GRAVE RECHAZAR LA LUZ. Cuando la convicción es desatendida, cuando la evidencia es rechazada, los hombres se ven obligados a adoptar una postura de activa oposición y obstinada resistencia (Manuscrito 13, 1892).

UN TRABAJO FERVOROSO POR LAS ALMAS. Trabajad por la salvación de las almas como si estuvierais a la plena vista de todo el universo del cielo.  Todos los ángeles de la gloria están interesados en la obra que se realiza por la salvación de las almas.  No estamos despiertos como debiéramos.  Todos los miembros de la hueste angélica son nuestros ayudadores.  "Jehová en medio de ti, poderoso, él salvará; gozaráse sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cantar". ¿Entonces por qué trabajamos con valor y fe?  "En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: No temas; Sión, no se debiliten tus manos" (Sof. 3: 16).  Tan sólo tened fe.  Orad y creed, y veréis la salvación de Dios (Carta, 126, 1896). Ev 209

17.  Jesús condenaba la complacencia propia en todas sus formas; sin embargo, era de naturaleza sociable. Aceptaba la hospitalidad de todas las clases, visitaba los hogares de los ricos y de los pobres, de los sabios y de los ignorantes, y trataba de elevar sus pensamientos de los asuntos comunes de la vida, a cosas espirituales y eternas. 

No autorizaba la disipación, y ni una sombra de liviandad mundanal manchó su conducta; sin embargo, hallaba placer en las escenas de felicidad inocente, y con su presencia sancionaba las reuniones sociales. Una boda entre los judíos era una ocasión impresionante, y el gozo que se manifestaba en ella no desagradaba al Hijo del hombre. Al asistir a esta fiesta, Jesús honró el casamiento como institución divina. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, la relación matrimonial se emplea para representar la unión tierna y sagrada que existe entre Cristo y su pueblo. 

En el pensar de Cristo, la alegría de las festividades de bodas simbolizaba el regocijo de aquel día en que él llevará la Esposa a la casa del Padre, y los redimidos juntamente con el Redentor se sentarán a la cena de las bodas del Cordero. El dice: "De la manera que el novio se regocija sobre la novia, así tu Dios se regocijará sobre ti" "Ya no serás llamada Dejada, . . . sino que serás llamada mi Deleite,  . . .porque Jehová se deleita en ti." "Jehová . . . gozaráse sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cantar." (Isaías 62:5,4 VM.; Sofonías 3:17). DTG 125

DEBEMOS tener presente el gran gozo manifestado por el Pastor al recobrar la oveja perdida. Llama a sus vecinos y dice: "Dadme el parabién, porque he hallado la oveja que se había perdido." Y por todo el cielo repercute la nota de gozo. El Padre mismo se regocija con canto por el alma rescatada. ¡Qué santo éxtasis de gozo se expresa en esta parábola!  Y es nuestro privilegio participar de este gozo. ¿Estáis vosotros, los que veis este ejemplo, cooperando con el que está tratando de salvar a los perdidos? ¿Sois colaboradores con Cristo? ¿No podéis soportar por su causa sacrificios, padecimientos y pruebas?  

Hay oportunidad de hacer bien a las almas de los jóvenes y de los que yerran. Si veis a alguno cuyas palabras o actitud demuestran que está separado de Dios, no le culpéis.  No es obra vuestra condenarle, sino acercaros a su lado para darle ayuda. Considerad la humildad de Cristo, su mansedumbre y sumisión, obrad como él obró, con el corazón lleno de ternura santificada. "En aquel tiempo, dice Jehová, yo seré por Dios a todos los linajes de Israel, y ellos me serán a mí por pueblo. Así ha dicho Jehová: Halló gracia en el desierto el pueblo, los que escaparon del cuchillo, yendo yo para hacer hallar reposo a Israel.  Jehová se manifestó a mí ya mucho tiempo ha, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto te soporté con misericordia." (Jer. 31: 13)

Para obrar como Cristo obró, debemos crucificar el yo. Es una muerte dolorosa; pero es vida para el alma, "Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados." (Isa. 57: 15). 2JT 408

EL PODER DE LOS CANTOS SAGRADOS. Los que tienen el don del canto son necesarios.  El canto es uno de los medios más efectivos para impresionar la verdad espiritual en el corazón.  Con frecuencia, mediante las palabras del canto sagrado, han sido rotos los sellos de los resortes del arrepentimiento y la fe.  Los miembros de iglesia, jóvenes y viejos, debieran ser educados para salir a proclamar este último mensaje al mundo.  Si van con humildad, los ángeles de Dios irán con ellos, enseñándoles la forma de elevar la voz en oración, cómo elevar la voz en el canto y cómo proclamar el mensaje del Evangelio para este tiempo (Review and Herald, 6-6-1912). 

LOS CORAZONES CONMOVIDOS POR CANTOS SENCILLOSAprended a cantar los himnos más sencillos.  Os ayudarán en vuestra obra de casa en casa, y los corazones serán conmovidos por la influencia del Espíritu Santo.  A Cristo se le oía cantar con frecuencia himnos de alabanza; y sin embargo he oído a algunas personas que dicen "Cristo nunca sonreía". ¡Cuán equivocadas son sus ideas en cuanto al Salvador!  Había gozo en su corazón.  Sabemos por la Palabra que hay gozo en las huestes angélicas por un pecador arrepentido y que el Señor mismo se regocija con cánticos por su iglesia (Id., 11-11-1902). MB 98

20. Es propósito de Dios que su pueblo sea un pueblo santificado, purificado y santo, que comunique luz a cuantos le rodean.  Es su propósito que, al ejemplificar la verdad en su vida, le alabe en el mundo.  La gracia de Cristo basta para realizar esto.  Pero deben recordar los hijos de Dios que únicamente cuando ellos crean en los principios del Evangelio y obren de acuerdo con ellos, puede él hacer de ellos una alabanza en la tierra.  Únicamente en la medida en que usen las capacidades que Dios les ha dado para servirle, disfrutarán de la plenitud y el poder de la promesa en la cual la iglesia ha sido llamada a confiar.  Si los que profesan creer en Cristo como su Salvador alcanzan tan sólo la baja norma de la medición mundanal, la iglesia no dará la rica mies que Dios espera.  "Hallada falta," será escrito en su registro.

La comisión que Cristo dio a sus discípulos precisamente antes de su ascensión es la magna carta misionera de su reino.  Al darla a los discípulos el Salvador los hizo embajadores suyos y les dio sus credenciales.  Si, más tarde, se les lanzaba un desafío y se les preguntaba con qué autoridad ellos, pescadores sin letras, salían como maestros y senadores, podrían contestar: "Aquel a quien los judíos crucificaron, pero que resucitó de los muertos, nos designó para el ministerio de su Palabra, declarando: 'Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.' "

Cristo dio esta comisión a sus discípulos como sus ministros principales, los arquitectos que habían de echar el fundamento de su iglesia.  Les impuso a ellos, y a todos los que habrían de sucederles como sus ministros, el encargo de comunicar este Evangelio de generación en generación, de era en era. 206

Los discípulos no habían de aguardar que la gente acudiese a ellos.  Ellos debían ir a la gente y buscar a los pecadores como el pastor busca a la oveja perdida.  Cristo les presentó el mundo como su campo de labor.  Debían ir "por todo el mundo" y, predicar "el evangelio a toda criatura." (Mar. 16: 15.)  Habían de predicar acerca del Salvador, acerca de su vida de amor abnegado, su muerte ignominiosa, su amor sin parangón e inmutable.  Su nombre había de ser su consigna, su vínculo de unión.  En su nombre habían de subyugar las fortalezas del pecado.  La fe en su nombre había de señalarlos como cristianos.

El Poder Prometido. El dar más indicaciones a los discípulos, Cristo dijo: "Mas recibiréis la virtud del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, y en toda Judea, y Samaria, y hasta lo último de la tierra." "Mas vosotros asentad en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de potencia de lo alto." (Hech. 1: 8; Luc. 24: 49.)

En obediencia a la palabra de su Maestro, los discípulos se congregaron en Jerusalén para aguardar el cumplimiento de la promesa de Dios.  Allí pasaron diez días, que dedicaron a escudriñar profundamente su corazón.  Desecharon todas las divergencias y unánimes se acercaron unos a otros en compañerismo cristiano.

Al fin de los diez días, el Señor cumplió su promesa con un derramamiento maravilloso de su Espíritu.  "Y de repente vino un estruendo del cielo como de un viento recio que corría, el cual hinchió toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, que se asentó sobre cada uno de ellos.  Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, como el Espíritu les daba que hablasen." "Y fueron añadidas a ellos aquel día como tres mil personas." (Hech. 2: 2-4, 41.)

"Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, obrando con ellos el Señor, y confirmando la palabra con las señales que se 207 seguían." (Mar. 16: 20.)  No obstante la fiera oposición que los discípulos encontraron, en poco tiempo el Evangelio del reino fue proclamado en todas las partes habitadas de la tierra.

La comisión dada a los discípulos nos es dada a nosotros también.  Hoy como entonces, el Salvador crucificado y resucitado debe ser exaltado delante de los que están sin Dios y sin esperanza en el mundo.  El Señor llama a pastores, maestros y evangelistas.  De puerta en puerta han de proclamar sus siervos el mensaje de la salvación.  Las nuevas del perdón por Cristo han de ser comunicadas a toda nación, tribu, lengua y pueblo.

Una Promesa Inmutable. El mensaje ha de darse, no en forma tímida y sin vida, sino con expresión clara, decidida, conmovedora.  Centenares están aguardando la amonestación a escapar por su vida.  El mundo necesita ver en los cristianos la evidencia del poder del cristianismo.  No sólo se necesita a los mensajeros de la misericordia en unos pocos lugares, sino en todas partes del mundo.  De todo país proviene el clamor: "Pasa . . . y ayúdanos." Ricos y pobres, humildes y encumbrados, están pidiendo luz.  Hombres y mujeres tienen hambre de la verdad tal cual es en Jesús.  Cuando oigan el Evangelio predicado con poder de lo alto, sabrán que el banquete está preparado para ellos, y responderán a la invitación: "Venid, que ya está todo aparejado." (Luc. 14: 17.)

Las palabras: "Id por todo el mundo; predicad el evangelio a toda criatura" (Mar. 16: 15), se dirigen a todos los que siguen a Cristo.  Todos los que son ordenados a la vida de Cristo están ordenados para trabajar por la salvación de sus semejantes.  Ha de manifestarse en ellos el mismo anhelo que él sintió en su alma por la salvación de los perdidos.  No todos pueden desempeñar el mismo cargo, pero hay cabida y trabajo para todos.  Todos aquellos a quienes han sido concedidas las bendiciones de Dios deben responder sirviendo realmente; y han de emplear todo don para el progreso de su reino. 208

Cristo hizo provisión completa para que continuara la obra confiada a sus discípulos, y se encargó él mismo de la responsabilidad de su éxito.  Mientras ellos obedeciesen a su Palabra y trabajasen en relación con él, no podían fracasar.  Id a todas las naciones, les ordenó.  Id a los confines más lejanos del globo habitable, y sabed que mi presencia estará allí.  Trabajad con fe y confianza; porque nunca llegará el momento en que yo os abandone.

A nosotros también se dirige la promesa de la presencia permanente de Cristo.  El transcurso del tiempo no ha cambiado la promesa que hizo al partir.  El está con nosotros hoy tan ciertamente como estuvo con los discípulos, y estará con nosotros "hasta el fin."

"Id a predicar el Evangelio a todas las naciones -nos dice el Salvador,- para que puedan llegar a ser hijos de Dios.  Os acompaño en esta obra, enseñándoos, guiándoos, y fortaleciéndoos, dándoos éxito en vuestra obra impregnada de abnegación y sacrificio.  Obraré en los corazones, convenciéndolos de pecado y apartándolos de las tinieblas a la luz, de la desobediencia a la justicia.  En mi luz verán luz.  Arrostraréis los agentes satánicos; pero confiad en mí.  Nunca os faltaré."

¿No pensáis que Cristo aprecia a los que viven totalmente para él? ¿No pensáis que él visita a los que, como el amado Juan, se hallan por su causa en condiciones penosas y difíciles?  El encuentra a sus fieles, mantiene comunión con ellos, los alienta y los fortalece.  Y los ángeles de Dios, excelsos en fortaleza, son enviados por Dios a ministrar a sus obreros humanos que predican la verdad a los que no la conocen. 3JT 205-208

Ministerio Hno. Pio

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