viernes, octubre 22, 2021

REFLEXIÓN 882. UNA NUEVA EXHORTACIÓN CON UN PARÉNTESIS DOCTRINAL: AMONESTACIÓN CONTRA DOS ERRORES: Contra El Judaísmo Y Contra El Materialismo: La Mente Sensual Contra La Mente Espiritual. (FILIPENSES 3).

Filipenses 3. 

AMONESTACIÓN CONTRA DOS ERRORES: 1°.- Contra El Judaísmo: Las Obras En Oposición A La Gracia, Versículos 1-16: El apóstol amonesta a estar alerta contra los falsos maestros de la circuncisión. (1-3) Muestra que él tiene más motivos que los tales para confiar en la justicia de la ley, pero resta importancia a sus antecedentes hebreos. (4-6) Y sin embargo la estima en menos que nada para poder ganar a Cristo y su justicia, (7-11) con lo cual reconoce su propia imperfección. (12-14) Exhorta a sentir una misma cosa, (15-16)

2°.- Contra El Materialismo: La Mente Sensual Contra La Mente Espiritual, Versículos (17) Pides Que Lo Imiten A Él. (18-19) Amonestación Contra Los Sensuales, Apartándose De Las Costumbres De Los Cristianos Carnales. (20-21) Teniendo En La Mira La Bendita Esperanzan En Jesús Y En Su Venida…

1 POR lo demás, hermanos, gozaos en el Señor. A mí no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro. 2 Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo. 3 Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.

4 Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: 5 circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; 6 en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible.

7 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. 8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, 9 y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; 10 a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, 11 si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.

12 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. 13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

15 Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. 16 Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa.

17 Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. 18 Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; 19 el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.

20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; 21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas. (Filipenses 3).

1. Por lo demás. Gr. to loipón, literalmente "lo que queda"; expresión que puede significar "finalmente" o "además" (ver 2 Cor. 13:11; Efe. 6:10; 1 Tes. 4:1; 2 Tes. 3:1, donde también se traduce "por lo demás"). Algunos sugieren que Pablo estaba por terminar su carta cuando dirigió su pensamiento en otra dirección e incluyó los pensamientos que comienzan con Fil. 3:2. Otros creen que el apóstol está terminando un tema y comenzando otro, y que el verdadero fin de la epístola viene naturalmente después (cap. 4:20-23).

Gozaos en el Señor. El gozo "en el Señor" es la nota tónica de toda la epístola (ver pp. 144-145). Se ordena a los filipenses a gozarse con ese gozo que proviene del Señor y que sólo se alcanza teniendo comunión con él (cf. cap. 4:4).

Molesto. Nada que fuera para el bien de sus amigos era molesto para Pablo. Podría haber parecido que las muchas preocupaciones y pruebas que lo asediaban en Roma habrían distraído su atención; pero sus problemas personales no podían alejar su mente de las necesidades ajenas.

Las mismas cosas. Algunos comentadores ven en estas palabras una referencia a cartas anteriores escritas por Pablo a los filipenses. 

Otros prefieren limitar la referencia a temas ya tratados en la epístola, como las disensiones incipientes a las que hizo alusión (cf. cap. 1:27-30), y a las cuales ahora se refiere en forma más específica (cap. 3:2, 18-19).

Seguro. En su admonición Pablo tenía en cuenta la seguridad de los filipenses. Estaban expuestos a peligros que hacían necesarias sus advertencias.

2. Guardaos de los perros. El artículo definido destaca un determinado grupo de personas. La repetición del imperativo "guardaos" es para dar mayor énfasis. Parece que Pablo se refiere en los tres casos a la misma clase de personas. Su triple descripción abarca diferentes aspectos de las actividades de los mismos adversarios.

En el Cercano Oriente por lo general los perros no tenían dueños y vagaban por las calles y los campos. En la ley levítica se los consideraba como inmundos (cf. com. Lev. 11: 2-7), y llamar a alguien perro era despreciarlo en sumo grado (1 Sam. 17:43; 2 Rey. 8:13). Para los judíos, los gentiles eran como perros (ver com. Mat. 7:6; 15:26), y los gentiles no demoraban en devolver ese insulto. El nombre "perro" describe a los que son desvergonzados, descarados, perversos, murmuradores, descontentos y peleadores.

Quizá Pablo se esté refiriendo a una facción bien conocida de aparentes cristianos: los judaizantes (ver t. VI, pp. 32-35; cf. com. Fil. 1:16), cuya forma de atacar los hacía merecedores de ser llamados "perros". Aunque el apóstol no describe con muchos detalles a los que ocasionaban dificultades, muchas de sus características pueden deducirse por los siguientes versículos (cap. 3:3-11), donde describe las cualidades positivas opuestas.

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Malos obreros. Es decir, los judaizantes, "obreros fraudulentos" de 2 Cor. 11:13. 

Mutiladores. "Falsos circuncisos" (BJ).  Gr. katatom', "mutilación", y usado como juego de palabras con peritom', "circuncisión", término despectivo para los judaizantes, quienes procuraban que se exigiera a los gentiles que se circuncidaran y se hicieran judíos para poder ser cristianos. Esta circuncisión resultaría perjudicial, pues los obligaría a observar todo el caduco sistema judaico (Gál. 5:3) o sea sin significado, por lo tanto una "mutilación". Esta advertencia se dirige a los gentiles, puesto que los judíos no necesitaban un consejo tal.

3. Nosotros. El pronombre es redundante en griego, pero da más énfasis. El apóstol establece un contraste entre él y los filipenses por un lado y los judaizantes por el otro.

Circuncisión. Es decir, los "circuncisos" (BJ). La sentencia puede resumiese de esta manera: "Nosotros los cristianos somos los circuncisos". ¿Dice, acaso, Pablo: "Nosotros [no otros judíos] somos los cristianos circuncisos?" No. Se está dirigiendo a gentiles (ver com. vers. 2). 

Por lo tanto quiere decir: "Guardaos de los que quieren circuncidados. Porque nosotros somos los circuncisos; nosotros, los que somos cristianos, que adoramos a Dios en el Espíritu y no confiamos en la carne". Esto concuerda con otras afirmaciones de Pablo de que la verdadera circuncisión es espiritual, no de la carne sino del corazón mediante la eliminación del pecado, circuncisión que, en Cristo, está al alcance de los gentiles (Rom. 2:25-29; Col. 2:11,13). Lo gentiles, salvados por la gracia, aunque fue tan llamados incircuncisos ya no seguían estando "alejados de la ciudadanía de Israel" sino que eran ciudadanos (Efe. 2:8-13, 19) En cuanto a la relación de los cristianos gentiles con el Israel de los pactos, las promesas las profecías, ver el t. IV, pp. 37-38.

https://elaguila3008.blogspot.com/2020/08/el-papel-de-israel-en-la-profecia-del.html

En espíritu. Ver com. Juan 4:23-24. Los de la verdadera circuncisión ofrecen un culto espiritual a Dios, y no se satisfacen con los ritos y las tradiciones de los hombres. Pablo dice que nosotros, los cristianos, no sólo tenemos la verdadera circuncisión sino también el único verdadero culto.

Servimos. Del verbo griego latréuÇ, "servir", que se usa especialmente para el servicio dedicado a Dios (ver Mat. 4:10; com. Rom. 1:25).

Dios. La evidencia textual se inclina (cf. p. 10) por el texto "los que servimos en el Espíritu de Dios" (NC).

Nos gloriamos. Gr. kaujáomai, "jactarse", "gloriarse" (ver com. Rom. 5:2).

No teniendo confianza. Es decir, no hemos confiado.

En la carne. Los judaizantes, contra lo cuales amonesta Pablo, tenían gran confianza en su linaje y en las cosas que hacían esforzándose para ganar la salvación. 

En cuanto a la interpretación de la frase "en la carne", ver Fil. 3:4-6; com. 2 Cor. 11:18; Gál. 6:13-14.  Para Pablo la carne está en conflicto con todo lo que es espiritual.

4. Yo tengo también. Es decir, además de su confianza en Cristo, poseía las ventajas exigidas por los judaizantes. Ahora comprendía que sus ventajas en la carne no tenían valor respecto a la salvación. Cuando Dios eligió a Pablo como su testigo especial de que para la salvación no son necesarios los privilegios heredados, escogió a uno que no sólo poseía todo aquello de lo cual podía posiblemente jactarse un israelita, sino a uno que era muy consciente de su linaje y orgulloso de él. Dentro de este ambiente es que adquiere su verdadera fuerza el testimonio de Pablo. El apóstol confesaba que ninguna ventaja de nacimiento ni de educación podía producir paz o conseguir el favor de Dios.

5. Circuncidado al octavo día. Pablo no era un prosélito circuncidado ya adulto, sino un judío de nacimiento que había pasado por el rito del pacto a la edad prescrita (vercom Gén. 17:11-12; Lev. 12:3; Luc. 2:21).

Del linaje de Israel. Un descendiente de Jacob. Tribu de Benjamín. Pablo procedía de la tribu que dio su primer rey a Israel (1 Sam 9:1-2), la única que había sido fiel a Judá cuando se produjo la división del reino (1 Rey. 12:21) y la que había mantenido el puesto de honor en el ejército (Juec. 5:14; Ose. 5:8). Saulo, el nombre de Pablo, probablemente derivaba de Saúl -el rey-, un benjamita.

Hebreo de hebreos. Es decir, un hebreo que provenía de hebreos. Quizá quería decir que no había mezcla extranjera en sus antepasados, quizá que era un judío que hablaba hebreo. En cuanto al término "hebreo", ver com. Hech. 6:1, y en cuanto al linaje de Pablo, ver el t. VI, pp. 208-210.

La ley. En el texto griego no está el artículo "la"; Pablo sin duda estaba pensando en la ley mosaica (ver com. Rom. 2:12). La observancia estricta de todo el código era una característica resaltante del fiel fariseo (t. V, pp. 53-54).

Fariseo. No dependió de Pablo el que hubiera nacido en la tribu de Benjamín, que sus padres fueran hebreos y que hubiera recibido una educación hebrea; pero ahora enumera sus decisiones personales. Eligió ser fariseo (ver com. Hech. 22:3; 23:6). No hay duda de que ninguno de los judaizantes podía haber sido más ferviente en su legalismo que lo que había sido el apóstol antes de que Cristo se le apareciera en el camino a Damasco (ver com. 2 Cor 11: 22; Gál. 1:14).

6. Celo. Gr. z'los (ver com. Juan 2:17; Rom. 10:2). Pablo no solo había sido fariseo, sino un fariseo enérgico y entusiasta. Cumplía rigurosamente con los preceptos de su secta, pensando que servía a Dios cuando perseguía a los que consideraba herejes (ver com. Hech. 8:1,3; 9:1; 22:4; 26:10-11).

Justicia. Ver com. Mat. 5:6, 20; Luc. 1:6; cf. com. Fil. 3:9. En la ley. Estas palabras definen la "justicia" a la cual Pablo se refiere (ver com. Rom. 10:3-4). En Fil. 3:9 el apóstol llama la "propia justicia, que es por la ley", y la hace contrastar con "la justicia que es de Dios por la fe". Ver com. Gál. 2:21; 3:21.

Irreprensible. Es decir, ante los ojos de sus correligionarios, debido a la rígida observancia de la ley. Pablo no descuidaba ningún deber que creyera que imponía la ley. Su vida era estrictamente recta y nadie podía acusarlo de violar la ley. Parece que Pablo era un joven de comportamiento ejemplar antes de su conversión, libre de las depravadas complacencias en que con frecuencia caen los jóvenes. Es cierto que se refiere a sí mismo como "el primero" de "los pecadores" (1 Tim. 1:15) y como indigno de "ser llamado apóstol" (1 Cor. 15:9); pero nunca da el menor indicio de que su vida anterior hubiera estado mancillada con pecados groseros. Después se encontró con Cristo y aprendió en cuanto a la inutilidad de sus propios esfuerzos para ganar la salvación.

7. Pero. Pablo desea destacar el contraste entre su condición previa y la posición que aceptó al hacerse cristiano.

Cuantas cosas eran para mí ganancia. Con "ganancia" se refiere a las ventajas innatas y adquiridas que enumera en los vers. 5 y 6. Pablo nunca disminuyó el valor de su pasado, sino que más bien se gloriaba en él y lo consideraba como una ganancia o utilidad sólo desde el punto de vista humano. La palabra griega para ganancia es kérdos, que en este pasaje está en plural, por lo que podría traducirse como "ganancias".

Estimado. Del verbo griego h'géomai (ver com. cap. 2:3); se usa aquí con el sentido de "computar". Hay un paralelo entre el renunciamiento de Cristo (cap. 2:7) y el de Pablo.

Pérdida. Gr. z'mía, "detrimento", "pérdida", o sea lo que se computa en la "columna de los débitos en la contabilidad" (Robertson). Z'mía está en singular; el que se refiere a "ganancia", en plural. Las diferentes ganancias se cuentan como una pérdida por causa de Cristo.

Por amor de Cristo. Literalmente "por Cristo". En todo lo relacionado a Cristo y su religión, Pablo consideraba como inútiles todas sus "ganancias" terrenales. Todos los cristianos están llamados en cierta medida a hacer renunciamientos similares. ¡Bienaventurados los que pueden hacerlo tan alegremente y de corazón como lo hizo Pablo!

8. Y ciertamente. O "pero, más que eso". El apóstol procura reforzar la expresión enfática de sus convicciones. El vers. 8 es una prolongación del vers. 7.

Estimo. Del mismo verbo griego usado en el vers. 7, pero en tiempo presente para mostrar que Pablo continuaba estimando sus "ganancias" previas como "pérdida".

Todas las cosas. En el vers. 7 Pablo dice que estimaba como pérdida todas las cosas mencionadas previamente; pero en este versículo va más allá al declarar que estima todas las cosas como pérdida. Estaba dispuesto a renunciar no sólo a las cosas que había especificado sino a todo lo que se pudiera imaginar. Si toda la riqueza y el honor concebibles hubiesen sido suyos, gozosamente renunciaría a ellos para poder conocer a Cristo.

Por. Mejor "por causa de", "por razón de", "a causa de"; es decir, todo lo demás le parecía insignificante debido al sobresaliente valor de conocer personalmente a Cristo.

Excelencia. Literalmente "superioridad"; "sublime" (NC), "emineíicia" (BC). Pablo comprendía que un conocimiento personal de Cristo sobrepujaba en valor a todas las demás adquisiciones (ver com. Juan 17:3).

Mi Señor. Hay un cálido afecto en la expresión "Cristo Jesús, mi Señor". Muestra algo de la íntima comunión entre el apóstol y el Salvador. Otros títulos dados a Jesús en esta epístola aparecen con la siguiente frecuencia: Cristo (21 veces), Cristo Jesús (11), Jesucristo (6), Señor Jesucristo (3), Señor Jesús (1), Jesús (1), Salvador (1), además de una cantidad de referencias al "Señor".

Lo he perdido. Gr. z'mióÇ, "sufrir daño", "perder"; se usa aquí con el sentido de "renunciar", "dejar". Como el tiempo del verbo griego está en pasado, la referencia debe ser al tiempo de la conversión de Pablo, cuando perdió todos sus privilegios heredados por seguir a Cristo.

Lo tengo. Es decir, continúo considerándolo así, aunque la pérdida ocurrió en un tiempo pasado.

Basura. Gr. skúbalon, "basura", "desecho", palabra que se refiere tanto a los desechos de los seres humanos y de los animales como a los desperdicios de alimentos que se tiran de la mesa. Este último sentido es más apropiado en este caso. Los judaizantes pensaban que ellos eran los que participaban del banquete en la mesa del Padre. Se imaginaban que los cristianos de origen gentil eran perrillos que ávidamente arrebataban los desechos de alimento que caían de la mesa. Pero Pablo invierte aquí la imagen. Los verdaderos cristianos están disfrutando del banquete, y los judaizantes son los perros (vers. 2) que devoraban los privilegios de su cuna hebrea y de su educación, las cuales Pablo había desdeñado voluntariamente.

Ganar. Gr. kerdáinÇ, "ganar", verbo relacionado con el sustantivo kérdos, "ganancia", que aparece en plural en el vers. 7. Pablo anhelaba fervientemente poseer a Cristo para que a su vez Cristo fuera completamente su dueño. La intensidad de su deseo se refleja en que en los vers 7 y 8 usa dos veces la palabra "pérdida" y una vez el verbo "perder". El haber ganado a Cristo era para él la máxima "ganancia".

9. Ser hallado. Algunos ven en esta expresión una referencia al último día, pero el contexto (vers. 10) se inclina por la vida actual.

En él. Es decir, en unión con Cristo (ver com. Juan 15:4-9; 2 Cor. 5:17; Gál. 2:20).

Mi propia justicia. Ver com. vers. 6. Estrictamente hablando no hay justicia personal (ver com. Rom. 3:12; 10:3), pero Pablo usa estas palabras para describir su conducta.

Que es por la ley. Es decir, que procede de la ley, que se basa en el cumplimiento de la ley. Pablo presenta la inutilidad de tal "justicia". Ninguna observancia de la ley puede limpiar nuestro corazón de la contaminación del pecado ni darnos poder para resistirlo. La verdadera observancia de la ley únicamente puede producirse por la transformación de la mente mediante la gracia divina (ver com. Rom. 3:31).

Por la fe de Cristo. Ver com. Rom. 3:22. En cuanto a que la justicia depende de la fe en Jesucristo, ver com. Rom. 3:21-26.

Que es de Dios. Es decir, "que viene de Dios". Así se explica el origen de la justicia, que se presenta como procedente de Dios. Cf. com. Rom. 1:17.

Por la fe. Mejor "basada en la fe"; es decir, que se apoya en la fe. El ser humano sólo puede recibir la Injusticia que proviene de Dios si ejerce fe en Jesús, mediante el cual Dios ha manifestado su justicia.

10. A fin de conocerle. En, el sentido de "llegar a conocerle". Esta frase está íntimamente relacionada con el vers. 8, donde se muestra que la ganancia suprema es un conocimiento personal de Cristo Jesús. Pablo abandonó todo para poseer ese conocimiento. Sabía que la única forma de adquirir ese conocimiento íntimo del Hijo de Dios era por medio de la unión con él (vers. 9).

Poder de su resurrección. Pablo no sólo deseaba llegar a conocer el poder que hizo posible la resurrección de Cristo, sino que anhelaba que ese poder actuara también en él. Y para que ese deseo se cumpliera, Pablo tendría que vivir una vida semejante a la de Cristo; por esto expresa el deseo de tener el mismo poder para vencer el pecado así como Cristo venció. La manifestación decisiva de ese poder sería una realidad con la resurrección de Pablo. Ver com. Rom. 4:25; 6:4-11. Se necesita el mismo poder que resucitó a Cristo de los muertos para resucitar a un pecador muerto en sus pecados y crear de nuevo en él la imagen divina.

Participación. Gr. koinÇnía (ver com. Hech. 2:42; Rom. 15:26; Fil. 1:5), que aquí se usa en el sentido de "unión" o "participación"; "comunión" (BJ).

Padecimientos. El que está unido con Cristo (vers. 9) y siente dentro de sí la operación del poder de su resurrección, inevitablemente llegará a participar de los sufrimientos de Cristo (ver com. Mat. 10:17-24; 20:22-23; 2 Cor. 1:5; Col. 1:24; 1 Ped. 4:13). 

Esta participación no es sólo teórica o ética, aunque sin duda estos aspectos están implicados, sino una realidad (cf. 2 Tim. 3:12). El que vive la vida de Cristo, sufrirá algo del oprobio que él sufrió (Juan 15:18-21; 17:14). 

Pablo lo comprendía plenamente (ver com. Hech. 9:16), y no trataba de eludir el sufrimiento; más bien le daba la bienvenida porque lo hacía participar de una unión más íntima con su Salvador. 

Un registro parcial de los sufrimientos del apóstol (2 Cor. 11:23-27) demuestra la impresionante magnitud de los dolores y pesares que Pablo compartió con su Maestro.

Llegando a ser semejante. O "conformándose a Él en su muerte" (NC). El apóstol deseaba ser en todo como su Maestro, aun en su muerte. Esa semejanza se cumplió en dos maneras: (1) Mediante la vida diaria de Pablo, pues compartía la humildad y sumisión de Cristo, el amor abnegado y la dedicación del Salvador así como su angustia causada por los pecados humanos. La conformación de Pablo con el espíritu de Cristo lo capacitó para decir con verdad: "Cada día muero" (1 Cor. 15:31); "Con Cristo estoy juntamente crucificado" (Gál. 2: 20). La abnegación de Pablo y su vida de sacrificio eran un poderoso testimonio de la eficacia de la muerte del Salvador (ver com. 2 Cor. 4:10). (2) Mediante la disposición de Pablo para morir si fuera necesario, y finalmente por medio de su muerte. El martirio no era una posibilidad remota para Pablo. Durante muchos años había hecho frente a la muerte, y ahora no la eludía (ver Hech. 20:22-24).

11. Si en alguna manera. La forma griega es difícil de traducir, pero la cláusula condicional usada (de primera clase) indica que Pablo da por sentado que la condición se cumplirá y él será resucitado. Siempre existe la posibilidad de que un cristiano se aparte de la fe (1 Cor. 10:12; Gál. 3:3; 5:4), y en 1 Cor. 9:27.

Pablo admite la posibilidad de no alcanzar él mismo la salvación. Sin embargo, en este pasaje la construcción gramatical muestra que Pablo no tenía dudas de que su Salvador, a quien él había acompañado en sus padecimientos, sería totalmente capaz de devolverle la vida en la resurrección.

Llegase. Gr. katantáÇ, "llegar", "arribar" (Hech. 16:1; 27:12; Efe. 4:13); pero metafóricamente "lograr", "alcanzar".

Resurrección de entre los muertos. Pablo aseguraba que participaría de la resurrección de los justos (1 Tes. 4:13-18; 1 Cor. 15:51-57; ver com. Apoc. 20:5-6).

12. No que. Cf. cap. 4:11,17.

Alcanzado. Gr. lambánÇ, "recibir", "obtener" (cf. 1 Cor. 9:24, donde se aplica a ganar un premio). Pablo se está refiriendo a toda su vida cristiana hasta ese momento, y reconoce que aún no se habían cumplido completamente los sagrados deseos expresados en Fil. 3:9-10. Así esperaba corregir el orgullo espiritual que parece que perturbaba la unidad de los filipenses (cap. 2:2-4).

Que ya sea perfecto. O "que ya haya sido perfeccionado". Con "alcanzado" Pablo abarca toda su vida pasada; ahora se refiere a su condición actual sin pretender haber llegado a un estado de absoluta perfección. Continúa en el proceso de ocuparse de su salvación (ver com. cap. 2:12).

Prosigo. Gr. diÇko, "perseguir", "correr". Quizá Pablo se refiere a la carrera claramente implícita en el vers. 14.

Para ver si logro. Estas palabras expresan propósito o designio, y no duda.

Asir. Gr. katalambánÇ, "aferrarse de", "conseguir" (ver com. Juan 1:5; Rom. 9:30). En el texto griego katalambánÇ está precedido por kaí, "también", lo que significa que Pablo tenía el propósito no sólo de proseguir sino también de alcanzar.

Aquello para lo cual. Una referencia al propósito que Cristo tenía cuando convirtió a Pablo (Hech. 9:15-16; 26:16-18).

Fui también asido. O "fui alcanzado"; es decir, en el momento de su conversión. Pablo sabía que Cristo lo había asido con un propósito, y el apóstol estaba determinado a cumplir ese designio aferrándose a aquello para lo cual Cristo lo había tomado. El deber del cristiano es proseguir siempre en la carrera cristiana, porque este es el propósito para el cual lo llamó Cristo. Por ejemplo, Dios tomó a Saúl, el hijo de Cis, y también al joven rico, pero ellos no prosiguieron para alcanzar la meta a la cual habían sido llamados.

13. Hermanos. Pablo se dirige de esta manera a sus lectores para llamarles la atención. Repasa lo que ya ha abarcado en los versículos anteriores.

Pretendo. Gr. logízomai, "pensar", "computar" (ver com. Rom. 3:28), generalmente se refiere al razonamiento. Pablo estima aquí su propio estado espiritual en relación con la norma divina puesta delante de él.

Haberlo ya alcanzado. Ver com. vers. 12.

Una cosa hago. El único propósito del apóstol era cumplir el plan del Señor al llamarlo. No tenía más que una meta. No procuraba al mismo tiempo riquezas y honores aquí y la salvación y la corona en el más allá. De la unidad de su propósito provenía su profunda espiritualidad y el éxito de su ministerio.

Olvidando. Es decir, descartando o intencionalmente eliminando de la mente; no se refiere a tener mala memoria.

Lo que queda atrás. Pablo sabía que las victorias ya conquistadas, aunque hubieran sido gloriosas, no eran suficientes para afirmar la seguridad presente y futura.

Extendiéndome. Gr. epektéinÇ, "estirarse hacia"; figura tomada de las carreras en las cuales el atleta corría, avanzando hacia la meta con el cuerpo inclinado hacia adelante, estirando manos y pies. La figura describe vívidamente la dedicación indivisa de Pablo al plan presentado ante él por Cristo. Una dedicación tal no deja tiempo para echar miradas hacia atrás, ya sea por el impulso de la curiosidad o por el pesar por lo que se ha dejado atrás.

Lo que está delante. Pablo no enumera las cosas que tiene en cuenta, pues están implícitas en su razonamiento y se hallan en el vers. 14. Para el que participa en una carrera, el único objeto digno de atención es la meta final, y eso sucedía con Pablo en su carrera espiritual. Fijaba los ojos en la meta de la vida eterna y en una herencia en el mundo del más allá. Una clara visión de esta meta estimula al cristiano para que fiel y gozosamente corra la carrera que tiene por delante (Heb. 12:12).

14. Prosigo. Gr. diÇkÇ, "perseguir", verbo que también está en el vers. 12. En ambos pasajes muestra que Pablo mantenía los ojos fijos en la meta y sólo tenía en cuenta su propósito. Sabía que el que quiere triunfar debe percibir con claridad la meta y el galardón. El que concursa no debe dejarse distraer por aplausos o insultos, no debe ceder, ni tropezar, ni detenerse, sino proseguir continuamente hacia adelante hasta conquistar la meta.

Meta. Gr. skopós, "blanco", "meta". Este sustantivo se relaciona con el verbo skopéÇ, "observar", "mirar atentamente" (ver com. cap. 2:4). Skopós sólo se usa aquí en el NT.  En la LXX se emplea para la meta a la cual apunta un arquero (Job 16:19; Lam. 3:12).

Premio. Gr. brabéion, "recompensa", "premio", generalmente para el ganador de una competencia o combate. En las carreras terrenales sólo puede haber un vencedor (1Cor. 9:24), pero en la carrera cristiana todos tienen la oportunidad de ser vencedores y de recibir el premio.

Supremo llamamiento. Literalmente "llamamiento de arriba", es decir, un llamamiento de Dios a Pablo para que dirigiera su atención a las cosas celestiales. Este llamado no sólo lo recibió en el momento de su conversión, sino que constantemente resonaba en sus oídos. Dios nunca cesa de llamar a los cristianos a buscar el cielo.

En Cristo Jesús. Dios hace el llamamiento en la vida y en la persona de su Hijo. El ejemplo de Jesús constituye un continuo estímulo para el creyente (Heb. 12:12).

15. Los que somos. El apóstol abandona la consideración exclusiva de su propia carrera cristiana para aplicar la lección a las vidas de sus amigos filipenses, y con tacto se incluye a sí mismo en la exhortación.

Perfectos. Gr. téleios, "maduro", "adulto" (ver com. Mat. 5:48), en contraste con n'pios,"niño" (ver 1 Cor. 13:11; Efe. 4:13-14; Heb. 5:13-14) con referencia a la madurez en el pensar del cristiano. El concepto que aquí se expresa no contradice la declaración de Fil. 3:12, donde Pablo niega que hubiera alcanzado la perfección final. Aquí está empleando el vocablo "perfectos" en sentido relativo. Ver com. Mat. 5:48.

Esto mismo sintamos. O "esto pensemos". El apóstol exhorta a todos los cristianos maduros a que asuman hacia el crecimiento cristiano la misma actitud que él tiene. Los amonesta a continuar esforzándose con el propósito de ganar el premio.

Otra cosa sentís. Es decir, si los puntos de vista de los filipenses especialmente acerca de la perfección no coincidían con los de Pablo. El apóstol no exigía una conformidad completa con su modo particular de pensar; daba lugar para que hubiera diferentes puntos de vista, pues creía que el Señor instruiría a los sinceros creyentes.

Revelará. Gr. apokalúptÇ, "descubrir", "poner al descubierto lo oculto". Si algún cristiano maduro no veía la necesidad de abandonar lo pasado y de proseguir hacia la perfección, Pablo estaba seguro de que Dios le revelaría esta necesidad a ese cristiano. Cuando fervientemente proseguimos avanzando en la carrera cristiana, Dios nos hace ver los errores de doctrina o de práctica (Juan 6:13; cf. Efe. 1:17).

16. Llegado. En realidad Pablo está diciendo: Descubrid lo que ha contribuido al desarrollo cristiano en lo pasado, y seguid el mismo plan en lo futuro. El método del progreso cristiano no cambia. Desafortunadamente hay muchos que comienzan el camino cristiano con largos pasos, pero después se cansan y no continúan con el mismo empeño con que comenzaron. Sienten que dependen de experiencias pasadas en vez de disfrutar de nuevas victorias y conquistar renovados progresos. El satisfacerse con triunfos pasados induce al descuido. Las victorias de ayer no son suficientes para el día de hoy. El cristiano debe avanzar continuamente.

Sigamos una misma regla. La evidencia textual favorece (cf. p. 10) la omisión de la última frase del versículo que aparece en la RVR. La omiten la BJ, BC, BA, NC. El verbo que la RVR traduce como "sigamos una misma regla" es stoijéÇ, "marchar en fila", es decir: los cristianos deben vivir en armonía con lo que saben (ver DHH: "Debemos vivir de acuerdo con lo que ya hemos alcanzado"). El apóstol insta a seguir adelante, en el camino ascendente. Esto es parte de la amorosa advertencia y admonición que, si hubiera sido aceptada, habría impedido la entrada de errores capaces de trastornar la iglesia de Filipos.

17. Sed imitadores. La oración podría literalmente traducirse: "Sed todos a una imitadores de mí" (VM).  Pablo había estado aconsejando a sus conversos en cuanto a sus actividades mentales, y ahora presenta la vida de él como un ejemplo que harían bien en imitar. Se daba cuenta que había seguido la voluntad de Dios al apartarse del pasado y al extenderse hacia las cosas que aún estaban delante de él. Estaba consciente de que correspondía proseguir con celo y sin abandonar los medios de crecimiento que tanto habían contribuido para su vida cristiana. Por lo tanto, se sentía perfectamente en libertad de animar a sus amigos filipenses a seguir su ejemplo. No estaba tratando de ninguna manera de desviar la atención de ellos de Cristo hacia sí mismo; lo que quería era conducirlos a Cristo por medio del ejemplo de su vida cristiana (cf. 1 Cor. 4:16; 1 Tes. 1:6).

Mirad. Gr. skopéÇ (ver com. cap. 2:4).

Los que así se conducen. Cristo es el único cuyo ejemplo debe ser seguido en todas las cosas, pero las vidas de sus seguidores pueden servir para animarnos o desanimarnos. En la iglesia había algunos que se estaban esforzando por vivir en la forma que Pablo había descrito: renunciando a toda confianza en la carne y esforzándose por ganar el galardón. Aquí se exhorta a observar a los que así vivían, con el propósito de imitarlos. Esta clase de imitación produce inspiración sin caer en ninguna adoración (cf. Juan 8:39). Los ejemplos de los seres humanos piadosos pueden inspirarnos a caminar más cerca de Dios (cf. 1 Cor. 4:16; Ed 141).

Ejemplo. Gr. túpos (ver com. Rom. 5:14), de donde deriva "tipo".

Nosotros. Es decir, Pablo, Timoteo, Epafrodito y otros obreros cristianos conocidos por los filipenses.

18. Andan muchos. El verbo "andar" se usa aquí en sentido figurado para indicar una forma de conducta. Estos "muchos" y los del vers. 19 han sido identificados de diferentes maneras: (1) los judaizantes (ver com. vers. 2); (2) cristianos de nombre, pero descarriados (cf. Rom. 16:17-18); (3) apóstatas ante cuya influencia estaban peligrosamente expuestos los creyentes.

Os dije muchas veces. Durante el tiempo de la primera visita de Pablo a Filipos (Hech. 16:12), o en posibles visitas posteriores, o por cartas que había escrito.

Llorando. Expresión de profundo sentimiento, que implica que la preocupación de Pablo se refería a cristianos apóstatas y no a paganos impíos. Su amor por esos apóstatas lo conmovía hasta las lágrimas (cf. Luc. 19:41).

Enemigos de la cruz. Si esas personas hubiesen sido manifiesta y declaradamente enemigas de la cruz, o si hubiesen negado que Cristo murió para expiar los pecados, no hubieran sido tan peligrosas para la iglesia; pero pretendían seguir al Salvador mientras sus vidas mostraban que no conocían el poder del Evangelio. Sus mentes se preocupaban por las cosas terrenales (vers. 19), y "la amistad del mundo es enemistad contra Dios" (Sant. 4:4). Una vida inmoral es enemistad contra la cruz, pues Cristo murió para santificamos.

19. El fin de los cuales. Es decir, toda la tendencia de esos "enemigos de la cruz" era hacia su destrucción final. Perdición. Gr. apÇleia (ver com. Juan 17:12), que se usa con frecuencia para referirse a la pérdida de la vida eterna. Cuyo dios es el vientre. Es decir, sus apetitos sensuales dominan en sus vidas. Estas personas se jactan de su libertad y la pervierten convirtiéndola en libertinaje (cf. Rom. 16:18; 2 Ped. 2:12-13, 19). No viven para la gloria de Dios (1 Cor. 10:31), sino para su complacencia propia y su satisfacción sensual. Vergüenza. Se jactan de su libertad, la cual se convierte en un motivo de oprobiosa vergüenza.

Que sólo piensan en lo terrenal. Se preocupan por las cosas terrenales y las aprecian más que las espirituales. Esta es una de las características de los enemigos de la cruz. Los placeres, las ganancias, los honores han absorbido la atención de muchos impidiendo el crecimiento espiritual y convirtiéndolos en enemigos de la cruz de Cristo.

20. Mas. Pablo establece ahora un contraste entre los pensamientos del verdadero cristiano y los de los mundanos mencionados en los vers. 18-19.

Ciudadanía. Cf. com. cap. 1:27.

Está. Pablo destaca el hecho de que la ciudadanía del cristiano está en el cielo, aunque por ahora tiene que vivir en la tierra (cf. Efe. 2:19; Col. 3:3; 1 Juan 3:2).

Cielos. El cristiano necesita recordar siempre que es ciudadano del cielo. El afecto a nuestra patria nos induce a ser leales a ella, y dondequiera que vivamos nos conducimos de tal manera que honramos el buen nombre de nuestro país. El pensar en la vida que esperamos vivir en el cielo sirve para guiarnos en nuestra vida terrenal. En este mundo se pueden demostrar la pureza, la humildad, la gentileza y el amor que anticipamos experimentar en la vida venidera. Nuestras acciones deben demostrar que somos ciudadanos del cielo. Nuestra relación con otros debe hacer que el cielo sea atrayente para ellos. De donde. Es decir, del cielo.

Esperamos. Del verbo griego apekdéjomai (ver com. Rom. 8:19), que expresa una ansiosa expectativa de parte del que aguarda. Apekdéjomai se usa frecuentemente en relación con la bendita esperanza del retorno de Cristo (cf. Rom. 8:19, 23, 25; Gál. 5:5; Heb. 9:28). Los que con urgencia esperan la venida de Cristo, desearán prepararse para ese acontecimiento (cf. com. 1 Juan 1:3); sentirán que los asuntos terrenales son insignificantes, pues pronto terminarán los afanes de esta tierra.  Vivirán por encima del mundo, deseando constantemente la aparición del Señor

Al Salvador. Literalmente "a un Salvador".

Señor Jesucristo. Ver com. cap. 2:5.

21. Transformará. Gr metasj'matízÇ, "cambiar la forma de", "transfigurar" (ver com. 1 Cor. 4:6; cf. 2 Cor. 11: 13-15); de metá, "después", y sj'ma, "forma" (ver com. Fil. 2:8). Metasj'matízÇ significa que habrá un cambio radical en los cuerpos de los que serán redimidos, aunque se conservará su identidad original (ver com. 1 Cor. 15:35-50).

El cuerpo de la humillación nuestra. Esta descripción contrasta con la del cuerpo glorioso que poseerán los santos en el mundo venidero.

Para que sea semejante. En el vers. 10 Pablo muestra que la vida del cristiano debe conformarse con la de Cristo; aquí indica que finalmente también el cuerpo se asemejará al de Cristo.

Cuerpo de la gloria suya. El cuerpo que ahora tiene el Cristo glorificado, cuerpo que se puede comparar con el "cuerpo espiritual" de los santos resucitados (ver com. Luc. 24:39; 1Cor. 15:42-49; cf. Juan 20:17, 25, 27; DTG 769). 

Los redimidos no sólo poseerán el carácter de Cristo, sino que también serán revestidos con un cuerpo inmortal similar al que poseyó Jesús después de su resurrección (ver com. 1 Cor 15:51-53). Esta transformación completa la obra redentora en la que Pablo había puesto su corazón. El cristiano se asemejará completamente a su Maestro.

Poder. Gr. enérgeia, "energía"; aquí, poder sobrenatural (cf. com. cap. 2:13).

Puede. La garantía de que Cristo es capaz de transformar nuestros cuerpos viles a la semejanza de su cuerpo glorificado radica en el poder que tiene sobre toda la creación.

Sujetar. Gr. hupotássÇ (ver com. 1 Cor. 15:27).

Todas las cosas. Ver com. 1 Cor. 15:27-28. La transformación de los cuerpos y de los caracteres de los hombres es sólo una manifestación del poder soberano de Cristo. Su obra completa abarca la sujeción de todos los aspectos de la creación al dominio divino. (7CBA).

COMENTARIOS DE EGW

1-21. TM 221. Ruego por causa de Cristo que no permitáis que salgan de vuestros labios expresiones apresuradas o ásperas, que no uséis un lenguaje extravagante, que no expreséis nada que tenga sabor de crítica, porque todo esto es humano. Cristo no tiene parte en ello. Sean cuidadosos los escritores ligeros de cómo usan su pluma, no sea que parezcan ridiculizar la posición de creyentes o no creyentes. Nuestra única seguridad la hallaremos al conservar el espíritu humilde de Cristo, y al hacer derechos pasos a nuestros pies, para que lo cojo no salga fuera del camino. La mansedumbre y la humildad de Cristo deben tomar posesión del alma.

Satanás está ejerciendo su poder para presentar engaños magistrales, de manera que logre que ocurra lo que no está de acuerdo con la voluntad de Dios. No den ocasión aquellos que creen la verdad, a que nuestros enemigos afirmen la oposición, y den pie a una falsa presentación que los hombres usarían para oponerse al avance de la verdad. Por causa de Cristo, realice cada obrero esfuerzos que anulen los asertos de Satanás, y no se empeñe en nada que Dios no pidió de sus manos. Bajo la dirección del General del cielo hemos de trabajar de acuerdo con la voluntad de Dios, y el éxito coronará nuestros esfuerzos. Dad a Dios una oportunidad de trabajar, y dejad que los hombres hagan lo que él desea que realicen para hacer progresar su verdad. 222

Ministerio Hno. Pio


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