Temas Que Comprende Proverbios 1.
1
Utilidad de los proverbios. 7 Exhortación a temer a Dios y creer en su palabra.
10 Evitar los engaños de los pecadores. 20 Llamado de la sabiduría. 24 La
sabiduría amenaza a los que la desprecian.
1 LOS
proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel.
2
Para entender sabiduría y doctrina, Para conocer razones prudentes,
3
Para recibir el consejo de prudencia, Justicia, juicio y equidad;
4
Para dar sagacidad a los simples, Y a los jóvenes inteligencia y cordura.
5
Oirá el sabio, y aumentará el saber, Y el entendido adquirirá consejo,
6
Para entender proverbio y declaración, Palabras de sabios, y sus dichos
profundos.
7 El
principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
Los insensatos desprecian la
sabiduría y la enseñanza.
8 Oye,
hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre;
9
Porque adorno de gracia serán a tu cabeza, Y collares a tu cuello.
10
Hijo mío, si los pecadores te quisieran engañar, No consientas.
11 Si
dijeren: Ven con nosotros; Pongamos asechanzas para derramar sangre,
Acechemos
sin motivo al inocente;
12
Los tragaremos vivos como el Seol, Y enteros, como los que caen en un abismo;
13
Hallaremos riquezas de toda clase, Llenaremos nuestras casas de despojos;
14
Echa tu suerte entre nosotros; Tengamos todos una bolsa,-
15
Hijo mío, no andes en camino con ellos. Aparta tu pie de sus veredas,
16
Porque sus pies corren hacia el mal, Y van presurosos a derramar sangre.
17
Porque en vano se tenderá la red Ante los ojos de toda ave;
18
Pero ellos a su propia sangre ponen asechanzas,
Y a sus almas tienden lazo.
19
Tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia,
La cual quita la vida
de sus poseedores.
20 La
sabiduría clama en las calles, Alza su voz en las plazas;
21
Clama en los principales lugares de reunión;
En las entradas de las puertas de
la ciudad dice sus razones.
22
¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza,
Y los burladores desearán
burlar,
Y los insensatos aborrecerán la ciencia?
23
Volveos a mi reprensión; He aquí yo derramaré mi espíritu sobre vosotros,
Y os
haré saber mis palabras.
24
Por cuanto llamé, y no quisisteis oír, Extendí mi mano, y no hubo quien
atendiese,
25
Sino que desechasteis todo consejo mío Y mi reprensión no quisisteis,
26
También yo me reiré en vuestra calamidad, Y me burlaré cuando os viniere lo que
teméis;
27
Cuando viniere como una destrucción lo que teméis, Y vuestra calamidad llegare
como un torbellino; Cuando sobre vosotros viniere tribulación y angustia.
28
Entonces me llamarán, y no responderé; Me buscarán de mañana, y no me hallarán.
29
Por cuanto aborrecieron la sabiduría, Y no escogieron el temor de Jehová,
30 Ni
quisieron mi consejo, Y menospreciaron toda reprensión mía,
31
Comerán del fruto de su camino, Y
serán hastiados de sus propios consejos.
32
Porque el desvío de los ignorantes los matará, Y la prosperidad de los necios
los echará a perder;
33
Mas el que me oyere, habitará confiadamente Y vivirá tranquilo, sin temor del
mal. (Proverbios 1).
1. Los proverbios de Salomón.
En
cuanto al significado de la palabra "proverbios",
(El título, Proverbios, se tomó de las primeras palabras del libro.
La palabra hebrea traducida como "proverbios" deriva de la raíz mashal,
que significa "ser semejante", "comparar".
El sustantivo ha acumulado varios significados:
La idea de comparación que hay en la raíz verbal mashal, se halla en muchas de estas definiciones).
Estos proverbios o aforismos, se presentan en el paralelismo típico de la poesía hebrea. La capacidad de Salomón estuvo a la altura de su tarea de escribir estos dichos. Fue dotado con tal grado de sabiduría, que maravillaba a todo el mundo (1 Rey. 3: 12; 10: 23-25). Era un observador diligente de las obras creadas por Dios, y su trato con personas de todas las naciones aumentó su caudal de conocimiento y comprensión. (1 Rey. 4: 29-34; 10: 1-3).
(El título, Proverbios, se tomó de las primeras palabras del libro.
La palabra hebrea traducida como "proverbios" deriva de la raíz mashal,
que significa "ser semejante", "comparar".
El sustantivo ha acumulado varios significados:
(1) parábola (ver Eze. 17: 2; 20: 49; 24.
3-5),
las parábolas con las que enseñó el Salvador
son, en este sentido,
propiamente meshalim;
(2) dicho proverbial, una sentencia popular
breve.
(1 Sam. 10: 12; 24: 13; Eze. 12: 22, 23; 18: 2, 3);
(3) Refrán (Deut. 28:
37; 1 Rey. 9: 7; Sal. 44: 14);
(4) discurso profético simbólico (Núm.
23: 7, 18; 24: 3, 15);
(5) Poema de varios tipos: a. oda (Núm.
21: 27-30); b. poema didáctico (Sal. 49: 3,4; 78:2); c. poema formado por
frases cortas de sabiduría ética, por ejemplo, muchos de los proverbios de
Salomón. La idea de comparación que hay en la raíz verbal mashal, se halla en muchas de estas definiciones).
Estos proverbios o aforismos, se presentan en el paralelismo típico de la poesía hebrea. La capacidad de Salomón estuvo a la altura de su tarea de escribir estos dichos. Fue dotado con tal grado de sabiduría, que maravillaba a todo el mundo (1 Rey. 3: 12; 10: 23-25). Era un observador diligente de las obras creadas por Dios, y su trato con personas de todas las naciones aumentó su caudal de conocimiento y comprensión. (1 Rey. 4: 29-34; 10: 1-3).
2. Sabiduría. Heb. jokmah. Aparece 141 veces en el AT y casi
siempre se traduce como "sabiduría".
Jokmah abarca una cantidad de ideas: (1) pericia técnica (Exo. 28: 3;
35: 26; 1 Rey. 7: 14); (2) talento, sagacidad (1 Rey. 2: 6; 3: 28; Job 39: 17;
Isa. 10: 13; 29: 14); (3) sabiduría terrenal práctica (1 Rey. 4: 30; Isa. 47:
10); (4) sabiduría piadosa (Deut. 4: 6; Sal. 37: 30; 90: 12; Prov. 10: 31; Isa.
33: 6; Jer. 8: 9); (5) sabiduría como un atributo de Dios (Sal. 104: 24; Prov.
3: 19; Jer. 10: 12; 51: 15); (6)sabiduría divina personificada (Prov. 8: 1-36;
9: 1-6); (7) sabiduría humana ideal (Sal. 111: 10; Prov. 1: 2), etc.
LA
"SABIDURÍA" se distingue del "conocimiento"
(Heb. dá'ath, cap. 2: 6), en que " sabiduría" atañe al carácter y la
conducta, en tanto que "ciencia" se refiere principalmente a la
cultura intelectual.
El conocimiento puede ser sólo una acumulación
de hechos inconexos, sin la capacidad de aplicarlos a la vida práctica. En cambio la sabiduría es la facultad que
permite aplicar los hechos en la vida práctica.
Un estado intermedio podría hallarse en la expresión "razones
prudentes" (Heb. binah, vers. 2).
En este "entendimiento" o "comprensión" (binah) está
implícita la capacidad de evaluar y organizar hechos, condición esencial para
alcanzar la sabiduría.
La
sabiduría, tan ensalzada en el libro de los Proverbios, es perspicacia práctica
tal como la que se revela en los ideales morales y el carácter religioso. Los diversos aspectos de la sabiduría corresponden
con las características del que está a la altura de las normas de Dios. La sabiduría que describe Salomón es
abarcante en el sentido de que cubre todas las fases de la vida práctica. No separa la piedad de los deberes comunes de
la vida. El que tiene la verdadera sabiduría, refleja los
requerimientos de Dios en cada pensamiento y acto.
En vez de presentar la "sabiduría"
ideal, el NT habla de "justicia" (Mat. 6: 33), "santidad"
(2 Cor. 7: 1; Heb. 12: 10), "amor" (1 Cor. 13); pero estos conceptos
abarcan una característica similar a la "sabiduría" del AT. En todos ellos el énfasis está en el carácter
antes que en el ritualismo o aun el dogma, en cuanto éste se refiere al
cristianismo teórico.
LA CIENCIA Y EL
ENTENDIMIENTO CONSTITUYEN LA BASE DE LA SABIDURÍA. Practicar la sabiduría es una función de la
inteligencia. La verdadera ciencia o el
verdadero conocimiento no garantiza un proceder correcto; pero éste va
acompañado de un conocimiento de lo que es correcto, y depende de ese
conocimiento. La relación entre los dos
conceptos se presenta con claridad en la siguiente declaración: "Las
verdades de la Palabra de Dios son enunciadas por el Altísimo. El que incorpora en su vida esas verdades se
convierte, en todo sentido, en una nueva criatura. No se le dan nuevas facultades mentales, pero
desaparece la oscuridad con que la ignorancia y el pecado habían nublado su
entendimiento. Las palabras 'os daré un
corazón nuevo', significan 'os daré una nueva mente'. Un cambio de corazón siempre va acompañado
por una clara convicción del deber cristiano, una comprensión de la
verdad. El que estudia las Escrituras
con ahínco y oración, obtendrá una clara comprensión y un sano juicio, como si
al volverse a Dios hubiera alcanzado un plano más elevado de inteligencia"
(EGW, RH 18-12-1913).
Doctrina. De musar,
"instrucción". Musar deriva de
la raíz yasar: "amonestar", "disciplinar",
"corregir"; a veces, "castigar". Puede también significar el resultado de la
instrucción,
y por esto equivale a sabiduría.
3. Prudencia. Heb. Ñékel,
palabra diferente de la que se tradujo "sabiduría" (vers. 2). Sékel significa "prudencia",
"perspicacia", "buen juicio". Sin embargo, es un sinónimo de
sabiduría. La poesía hebrea se
caracteriza por utilizar muchos sinónimos.
Deben entenderse como expresiones paralelas y no como ideas diferentes. El efecto de
esa multiplicación de expresiones es destacar lo abarcante del tema, y para
tratarlo en todos sus aspectos.
4. Para dar. En los vers. 4-6
se dice a quiénes se dedica el libro: a los
simples, a los jóvenes y a los sabios.
Sagacidad. Heb. 'ormah,
"astucia", "prudencia".
Puede usarse en un mal sentido, como en Exo. 21: 14:
"alevosía", o en un buen sentido como aquí, y en Prov. 8: 5, 12:
"discreción", "cordura", respectivamente.
5. El sabio. Es de suponer que el sabio pase por alto este libro
como innecesario para él, aunque bien sabe que apenas ha tocado el borde de los
ricos tesoros del universo, y podría con deleite aprovechar la ayuda que sólo
Dios puede dar.
6. Declaración. Heb. melitsah, "sátira", "poesía
satírica", o "sarcasmos" (Hab. 2: 6).
Aquí tal vez signifique "tropo" o
"enigma".
Dichos
profundos. O "acertijo".
Enseñanzas enigmáticas que necesitan explicación.
7. Temor de Jehová. Es decir, reverencia para el Señor. El temor de Jehová es la actitud reverente
compuesta de amor, temor reverente y gratitud, característica de los que han
comprendido su propia indignidad y han encontrado la salvación en el bondadoso
plan de Dios. No hay ninguna forma de
educación intelectual que pueda compararse con el estudio ferviente de las
Escrituras.
Principio. El hebreo dice comienzo del
"conocimiento" (dá'ath), como traducen BJ y VM. Heb. re'shith. Esta palabra también puede significar
"parte principal". El temor de
Jehová no sólo es el primer paso en la adquisición de todo verdadero
conocimiento sino también la esencia del mismo.
Si el conocimiento no nos induce a entregar la vida a Jesucristo, ha
errado su verdadero objetivo.
"No
llaméis inteligente a nadie que no tenga la sabiduría de elegir al Señor
Jesucristo, [que es] luz y vida del mundo.
La excelencia de una persona depende de que posea las virtudes de
Cristo" (EGW, carta 106, 15 de julio de 1902).
Los insensatos
desprecian. Hay dos palabras en el AT que se suelen usar para
referirse al "insensato": (1) 'ewil
y (2) kesil. Ambas se emplean para calificar a las
personas estúpidas. Las dos aparecen con frecuencia en Proverbios y
Eclesiastés, y rara vez en otro libro del AT. Puesto que destacan el contraste
que hay entre el insensato y el sabio, que tiene el temor de Dios, describen al
insensato como un pecador impenitente.
Salomón establece aquí el contraste entre los que aprenden continuamente
de Dios y sus caminos, y los que se desvían de la justicia y caminan por la
senda de la muerte eterna. Los
insensatos -que no temen al Señor, ya sea porque se han entregado a los
placeres o por una voluntaria y obstinada rebeldía- rechazan toda sabiduría
genuina. Por mucho conocimiento que
puedan acumular, carecen de equilibrio por falta de balance espiritual, y son
esclavizados por vanas filosofías.
8. Hijo mío. Forma común en que un maestro se dirige a sus
alumnos, y quizá se use aquí con ese sentido.
Pero la mención de la madre sugiere una relación más personal, como si Salomón
hubiera estado trasmitiendo a su hijo los frutos de su propia experiencia. Junto con el temor de Jehová está la
respetuosa obediencia a los padres. La
"instrucción" incluye la idea de disciplina, lo que sugiere que el
padre debiera ser la autoridad suprema del hogar. Sin embargo, por lo general la madre es el
factor más importante en la educación de los hijos, y con frecuencia es el
recuerdo de su amable conducción lo que retiene a un joven en la senda de Ia
justicia o lo hace dar marcha atrás cuando se ha descarriado.
9. Adorno de gracia. ¡Cuán pocos
hijos ostentan el bello adorno de una obediencia voluntaria! No serán cadenas de restricción sino collares de honra los que
tendrán quienes presten atención a sus padres como lo hicieron José y Daniel
(Gén. 41: 42; Dan. 5: 29).
10. No
consientas. Se
recuerda que la voluntad es soberana. Ni
los seres humanos ni los demonios nos pueden hacer pecar a menos que nos
dejemos convencer (Rom. 6: 13).
La persona debe proponerse cometer el acto
pecaminoso antes de que la pasión pueda dominar la razón (MJ 65). Hay personas que resisten la iniquidad por
largo tiempo, pero que a veces se someten a ella. Creen que han hecho todo lo que se esperaba
que hicieran. Pero la tentación, por
poderosa que sea, nunca es una excusa para el pecado. Aunque la presión aumente frente a la
continua resistencia, la voluntad puede y debe aprender a decir "no"
hasta el mismo fin.
11-12. Para
derramar sangre… Ésta abierta invitación a la crueldad y la
codicia quizá parezca tener sólo contados paralelos en nuestra civilización. Sin embargo,
las pasiones de los impíos no han cambiado.
Nuestra época se caracteriza por asesinatos a sangre fría perpetrados
por razones tan baladíes como el deseo de publicidad, de dinero, o la satisfacción
de la curiosidad. Cada día se cometen
con refinada crueldad robos que causan mucho sufrimiento a los pobres.
Estos versículos son una advertencia muy
necesaria para los jóvenes de hoy.
13-14. Llenaremos nuestras casas.
Una
descripción del motivo que impulsa al ladrón.
A los codiciosos e insolentes se les persuade fácilmente a caer en el
mal cuando se los halaga con la perspectiva de pertenecer a una pandilla famosa
y de participar en las ganancias del crimen.
En los vers. 15-19 se muestra
cuán vana es la esperanza de adquirir ganancias permanentes
y satisfactorias
robando a otros.
15. No andes.
El autor presenta las razones por las cuales no es
provechosa una vida de crímenes, o aun el tratar de obtener ganancias excesivas
legalmente. Es peligroso relacionarse
con los malhechores aun incidentalmente, pues parecerían impulsados a realizar
sus maldades por un poder superior a ellos.
El trato frecuente con ellos borra la percepción entre el bien y el mal
e induce a imitar su forma de vivir.
16. Sus pies corren hacia el mal. Es aterradora la rapidez de la degeneración del que
ha echado su suerte con los impíos. La
conciencia se embota en poco tiempo, de tal manera que la idea del asesinato se
vuelve plausible aun para un joven que ha sido criado en el temor de Jehová.
17. Se tenderá la red. Los resultados insatisfactorios de una vida de
crimen son tan abundantes y evidentes, que aun la inteligencia de un ave
debiera ser más que suficiente para evitar la red que se ha tendido.
18. A su propia sangre. La criminalidad inevitablemente lleva a la ruina a
los que la practican. Pocos son los que
logran ganancias económicas duraderas, y aun ellos pierden la tranquila
felicidad que sólo la honradez puede proporcionar. Se ven obligados a conservar
la amistad de compañeros indeseables por temor a que los traicionen. No pueden
escapar de la trampa en que cayeron tan jactanciosamente. La única forma de liberarse la proporciona el
arrepentimiento, lo cual significa que hay disposición para sufrir el castigo
por las maldades pasadas.
19. Quita la vida. El codicioso no presta atención a los sufrimientos
de los pobres a quienes oprime y cuya vida puede ser acortada por las
privaciones, en ocasiones por la violencia, y en otras por prácticas
comerciales consideradas como "lícitas". Las solemnes amonestaciones que se enumeran
aquí indican que un pecado tal acarreará malas consecuencias en esta vida y
también en el día del juicio.
(Rom. 6: 23; Sant. 1: 14, 15).
20-21. La
sabiduría clama. En la primera parte de Proverbios se personifica
a la sabiduría como una mujer pura y noble.
En hebreo se usa un sustantivo plural (jokmoth) con una forma verbal
singular, para nombrar la sabiduría (cf. caps. 9: 1; 24: 7). Jokmoth quizá sea
un plural intensivo que comprenda toda forma de sabiduría. Algunos sugieren que jokmoth debería ser
jokmuth, forma singular abstracta.
22. ¿Hasta cuándo? En
los vers. 22-33 están las palabras que pronuncia la sabiduría.
Nótese
la progresión de los grados de culpabilidad: los simples
que no comprenden la necesidad de instruirse en justicia, los que abiertamente
se mofan de lo bueno, y los transgresores empedernidos, a quienes Salomón llama
"insensatos". Los
"simples" y los "burladores" están tan ocupados con
trivialidades, y tienen un concepto de sí mismos tan elevado, que no prestan
atención a las amonestaciones, y los insensatos manifiestamente odian la
rectitud y se oponen a ella.
23. Derramaré mi espíritu. Si los "simples", los
"burladores" o aun los "insensatos" se detuvieran y
escucharan, la sabiduría los instruiría y les infundiría el espíritu del
conocimiento esencial; y al mismo tiempo, el Espíritu de Dios les haría claras
las palabras de condenación y los llamaría al arrepentimiento. La medida del Espíritu que se imparte a una
persona está determinada por la receptividad del que la recibe, y no por Dios,
que la da (CS 531).
24. No quisisteis oír. La sabiduría sigue hablando tanto a los indiferentes
como a los que se oponen activamente. Describe los inevitables y terribles
resultados de no prestar atención a la exhortación a obtener un conocimiento de
Dios. Esos insensatos siguen su propio camino, sordos a las palabras de
advertencia 963 y ciegos a las manos que les hacen señales.
25. Desechasteis. Heb. para',
"dejar en paz", "descuidar". A quienes rechazan la misericordia de Dios no
se los describe como ignorantes de lo bueno, ni se les atribuye la idea de que
la salvación no tiene valor.
Sencillamente se dice que están demasiado ocupados con cosas menos importantes
o demasiado endurecidos en el pecado para prestar oídos a la exhortación (Luc.
14: 18; Hech. 24: 25). Los tales no son
paganos, sino creyentes descuidados y apóstatas. Es peligroso posponer el día de responder a
las súplicas de la sabiduría.
26. También yo me reiré. Los simples se reían y despreciaban el ofrecimiento
de la salvación, por lo cual la sabiduría no hace caso de su angustia y
también, cuando los insensatos y los burladores que se mofaron del sendero de
la vida clamen por misericordia, recibirán más bien la solemne ejecución
del
castigo.
27. Tribulación. "Tribulación" y "angustia" son
sinónimos; literalmente significan "apretura y estrechez", en
contraste con la libertad dentro de un ambiente de amplitud. No se dice que la sabiduría cause los
desastres. Estos resultan de descuidar
la instrucción de la sabiduría
y rehusar la protección divina que ella ofrece.
28. Me llamarán. Cuando Dios llamó e hizo señales por medio de la
sabiduría, no hicieron caso.
Ahora
claman en vano por el conocimiento salvador del Señor (Amós 8: 11, 12).
En la tormenta y el terremoto, en la guerra y
la necesidad, muchas veces los pecadores insolentes claman por la salvación de
Dios y prometen reformarse si él los salva del peligro. Sin embargo, con demasiada frecuencia, cuando
vuelven la paz y la tranquilidad, se ríen de las promesas que hicieron
obligados por sus temores. Si bien es cierto que la proximidad de la
muerte suele provocar una conversión genuina, rara vez alcanzar y una salvación
a última hora los que durante mucho tiempo fueron sordos a la invitación del
Espíritu.
El cumplimiento más completo y terrible de
esta profecía ocurrirá cuando termine la historia del mundo. Cuando la gente haya rechazado
finalmente al Espíritu de Dios, y se haya retirado la protección de la gracia,
los impenitentes se encontrarán a merced del amo cruel a quien escogieron
servir antes que a Dios (CS 671).
¿Por qué no habrá respuesta?
¿Por qué se
burlará Dios de esas pobres almas por las cuales dio a su Hijo?
Decir que Dios se burla es hablar figuradamente, pues
la verdad es que Dios sufre profundamente cuando los impíos o sus hijos se le
oponen (Eze. 33: 11; Ose. 11: 8).
Sin
embargo, Dios les ha otorgado el libre albedrío, y no impide los resultados del
proceder que elijan. Pero al mismo
tiempo, y sin forzar su voluntad, les amonesta a que no hagan una elección
equivocada. Exhorta a todos a que vayan
a él, aunque durante mucho tiempo hayan sido enemigos del bien. (Eze. 18: 21;
Mat. 11: 28; Rom. 5: 8; Apoc. 22: 17).
29-30. Aborrecieron
la sabiduría. Cuando aún tenían el corazón bastante tierno e
impresionable, no permitieron que el Espíritu de Dios actuara en ellos. Ahora se les
ha endurecido su corazón y su carácter se ha desarrollado; es demasiado
tarde. Cualquier arrepentimiento
aparente es sólo un deseo de escapar de los terribles resultados de sus
pecados. Si se les concediera otra
oportunidad,
sería infructuosa.
El verdadero perdón no es una excusa para
seguir pecando,
sino una limpieza del pecador (1 Juan 1: 9).
Ningún
pecador puede salvarse sin una genuina entrega a la instrucción
y a la
conducción del Espíritu Santo y un ferviente deseo de ser transformado.
No escogieron. El temor de Jehová habría sido para ellos el
principio de un conocimiento salvador (vers. 7). Esa gente no quería un
conocimiento tal porque ése habría estorbado su deseo de disfrutar de la
impiedad. Pero ahora quisiera evadir las
inevitables consecuencias.
31. Del Fruto De
Su Camino. Los impíos no son apartados de la presencia divina
por un acto arbitrario del poder del Altísimo (Ose. 13: 9; 14: 1). Los mismos
impenitentes han puesto su voluntad contra la Fuente de la vida, de modo que la
amante presencia de Dios será para ellos un fuego consumidor (DTG 712, 82, 83;
CS 40). Los
descuidados y los endurecidos sufren una suerte similar; no están preparados
para vivir en un mundo perfecto. La vida
eterna, en un mundo libre de pecado, sería para ellos un tormento eterno. La muerte es una liberación misericordiosa
964 de las angustias de un remordimiento vano (ver CC 20).
32. El desvío. Muchos que esperan obtener la vida eterna se
perderán debido a su preocupación por las riquezas de este mundo, la cual los
llevó a la apostasía y al rechazo de Dios (Jer. 8: 5).
33. El que me oyere. Los que prestan atención al sabio consejo de Dios y
obedecen los preceptos de la sabiduría, quedan en paz en un mundo de
infortunio. Sentirán compasión por los
que sufren,
y además no temerán por sí mismos, pues aguardan con confianza la
salvación prometida por Dios (Sal. 16: 9). 3CBA
Finalmente,
ante la gran cantidad de información rica que presenta éste capítulo 1. Solo podemos
decir: “Practica lo que crees, y conoces de Dios en su palabra; y todo te irá
bien en la vida”. Amen.
Ministerio
Hno. Pio
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