martes, marzo 10, 2020

REFLEXIÓN 169. EL DESTINO FINAL DEL IMPÍO Y EL JUSTO. (Salmo 37)


Lutero dijo del Salmo 37: 
"Aquí está la paciencia de los santos".  
En Este Salmo Se Considera El Problema Del Aparente Triunfo De Los Impíos, dificultad que se resuelve en el pensamiento del salmista cuando reconoce que dicha prosperidad es transitoria. Se nos aconseja a que desarrollemos nuestra confianza en Dios a medida que maduramos, que pasan los años. (vers. 25), pues él a su debido tiempo castigará a los pecadores 
y recompensará a los justos. 
El salmo es un desarrollo, en forma de acróstico... 
La estructura acróstica es bastante regular.  Cada letra del alfabeto hebreo encabeza una estrofa que consta regularmente de dos líneas, pero que en castellano (salvo los vers. 7, 20, 34) es de dos versículos…
El tema del Sal. 37 es similar al del 73 y al mensaje del libro de Job, en donde se considera la justicia de Dios en su trato con los hombres, tanto con los que le sirven como con los que lo rechazan.

LA PACIENCIA DE LOS SANTOS.
1 NO TE impacientes a causa de los malignos,
Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.
2 Porque como hierba serán pronto cortados, Y como la hierba verde se secarán.
3 Confía en Jehová, y haz el bien;
Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.
4 Deléitate asimismo en Jehová,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón.
5 Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará.
6 Exhibirá tu justicia como la luz,
Y tu derecho como el mediodía.

7 Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. 
No te alteres con motivo del que prospera en su camino,
 Por el hombre que hace maldades.
8 Deja la ira, y desecha el enojo;
No te excites en manera alguna a hacer lo malo.

*1. NO TE IMPACIENTES. "No te acalores" (BJ).  No debemos preocuparnos por el aparente triunfo de los impíos (ver Prov. 24: 19).  Como cristianos deberíamos ganar la victoria sobre la impaciencia, porque al impacientarnos perdemos la perspectiva de las cosas y la claridad de visión.  Más aún cuando nos enojamos con el pecador, no podemos ayudarlo; y además, nos ponemos de parte del error.

3. Confía. Los mejores antídotos para la impaciencia son la confianza en Dios y hallarse siempre ocupado en lo que tiene valor ante Dios y para el prójimo.
Habitarás. En hebreo el verbo aparece en imperativo: "habita", "vive".  La orden de Dios garantiza la permanencia en la tierra.  No se necesita vagar en busca de seguridad.
Te apacentarás.  También está en imperativo: "apaciéntate", "aliméntate".  Algunos prefieren traducir "aliméntate de fidelidad".

 EN ESTE VERSÍCULO se presentan cuatro reglas para mantener la paz mental cuando se está perplejo por la aparente prosperidad de los impíos: 
(a) confiar en Dios, 
(b) mantenerse ocupado haciendo el bien, 
(c) vivir tranquilamente en el lugar donde Dios nos sitúe, y
 (d) buscar la fidelidad de Dios.

4. Deléitate. Si escogemos y amamos lo que Dios ama, nos gozaremos en nuestros deseos o peticiones.  Con referencia a la identificación de nuestros pensamientos y nuestras 731 metas con los planes que Dios tiene para 
nosotros, ver DTG 621.
5. Encomienda a Jehová. Ver com.  Sal. 22: 8; cf. 1 Ped. 5: 7. Si la carga nos resulta demasiado pesada, no tenemos más que echarla sobre el Señor.  David Livingstone declaró que este versículo lo sostenía en todo momento, tanto en África como en Inglaterra. 
6. Justicia. Si confiamos en Dios cuando se nos calumnia, él hará que las nubes se disipen a fin de que nuestro verdadero carácter, nuestros verdaderos motivos, sean tan claros como la luz del sol a mediodía (ver Jer. 51: 10).
7. Guarda silencio. Si guardáramos silencio podríamos oír en la quietud la voz de Dios que nos habla para aquietarnos.

8. Deja la ira. El salmista sigue dando consejos acerca de cómo debemos considerar a los impíos.  No hemos de albergar sentimientos de ira contra ellos ni contra Dios porque les concede un poco más de tiempo.  Su castigo final está en las manos de Dios. La ira y la impaciencia llevan a cometer pecado.  El mal que se fomenta en el corazón es pecado, y conduce al acto pecaminoso manifiesto.

LA SUERTE DE LOS IMPÍOS
9 Porque los malignos serán destruidos,
Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.
10 Pues de aquí a poco no existirá el malo;
 Observarás su lugar, y no estará allí.
11 Pero los mansos heredarán la tierra,
Y se recrearán con abundancia de paz.

12 Maquina el impío contra el justo,
 Y cruje contra él sus dientes;
13 El Señor se reirá de él;
 Porque ve que viene su día.
14 Los impíos desenvainan espada y entesan su arco, Para derribar al pobre y al menesteroso, Para matar a los de recto proceder.
15 Su espada entrará en su mismo corazón,
Y su arco será quebrado.

*Los vers. 9-15 tratan principalmente de la suerte de los impíos.
Pues de aquí a poco no existirá el malo. Estas palabras se cumplirán cuando Dios extermine a los malhechores y elimine el pecado del universo (ver DTG 712; CS 599).
El mal es como un bumerán: vuelve sobre el impío
 (ver Sal. 7: 15, 16; 9: 15; cf.  Est. 7: 10).

SUERTE FINAL DE LOS PIADOSOS.
16 Mejor es lo poco del justo,
Que las riquezas de muchos pecadores.
17 Porque los brazos de los impíos serán quebrados; 
Mas el que sostiene a los justos es Jehová.

18 Conoce Jehová los días de los perfectos,
Y la heredad de ellos será para siempre.
19 No serán avergonzados en el mal tiempo,
Y en los días de hambre serán saciados.
20 Mas los impíos perecerán,
Y los enemigos de Jehová como la grasa de los carneros. Serán consumidos; se disiparán como el humo.

21 El impío toma prestado, y no paga;
Mas el justo tiene misericordia, y da.
22 Porque los benditos de él heredarán la tierra; 
Y los malditos de él serán destruidos.

23 Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, 
Y él aprueba su camino.
24 Cuando el hombre cayera, no quedará postrado, 
Porque Jehová sostiene su mano.
25 Joven fui, y he envejecido,
Y no he visto justo desamparado,
Ni su descendencia que mendigue pan.
26 En todo tiempo tiene misericordia, y presta; 
Y su descendencia es para bendición.
27 Apártate del mal, y haz el bien,
Y vivirás para siempre.
28 Porque Jehová ama la rectitud,
Y no desampara a sus santos.
Para siempre serán guardados;
Más la descendencia de los impíos será destruida.

29 Los justos heredarán la tierra,
Y vivirán para siempre sobre ella.
30 La boca del justo habla sabiduría,
Y su lengua habla justicia.
31 La ley de su Dios está en su corazón;
Por tanto, sus pies no resbalarán.
32 Acecha el impío al justo,
Y procura matarlo.
33 Jehová no lo dejará en sus manos,
Ni lo condenará cuando le juzgaren.
34 Espera en Jehová, y guarda su camino,
Y él te exaltará para heredar la tierra;
Cuando sean destruidos los pecadores, lo verás.

*En los vers. 16-34 el tema principal es la suerte final de los piadosos.
Dios sabe lo que les ocurre a los "perfectos" todos los días (una metonimia).  Ver com.  Sal. 31: 15.
24. Cuando el hombre cayere.  Aunque probablemente el salmista se refiriera en primer lugar a la persona que cae en alguna situación desafortunada, en el chasco o en la calamidad (ver com.  Sal. 34: 19), también podría haber aludido a la caída en el pecado.  El justo no está exento de pecado; pero cuando yerra, inmediatamente toma las medidas necesarias para rectificar su error.  "Cuando estemos vestidos con la justicia de Cristo no nos deleitaremos en el pecado, pues Cristo estará obrando con nosotros.  Quizá cometamos errores, pero odiaremos el pecado que causó el sufrimiento del Hijo de Dios" (MJ 336).

25. Joven fui, y he envejecido. Este testimonio es el fruto de una minuciosa y continua observación que el salmista ha hecho a lo largo de su vida.  Este pasaje indica que David escribió este poema en sus últimos años.  No es que los justos no pasan privaciones, sino que Dios no los abandona cuando sufren.  A la larga prosperan porque su descendencia tiene lo que necesita.  El salmista enuncia aquí una verdad general: La Verdadera Religión Hace Que La Persona Sea Activa E Independiente, Y La Libra De Tener Que Mendigar Para Subsistir.  Cf. con el cuadro opuesto de Job (cap. 15: 20, 23).

27. Apártate del mal, y haz el bien, Y vivirás para siempre. Este versículo encierra la lección de todo el salmo 
(ver Sal. 34: 14).
29. Los justos heredarán la tierra, Y vivirán para siempre sobre ella. Finalmente se vindicará la rectitud y los santos verán el triunfo de la verdad.  Esto no necesariamente debe entenderse como una expresión de venganza, sino más bien como una profecía del triunfo final de la justicia y del amor de Dios (ver Mal. 4: 3).

EL FUTURO DEL IMPÍO Y EL JUSTO.
35 Vi yo al impío sumamente enaltecido,
Y que se extendía como laurel verde.
36 Pero él pasó, y he aquí ya no estaba;
Lo busqué, y no fue hallado.
37 Considera al íntegro, y mira al justo;
Porque hay un final dichoso para el hombre de paz.
38 Mas los transgresores serán todos a una destruidos; La posteridad de los impíos será extinguida.
39 Pero la salvación de los justos es de Jehová, Y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia.
40 Jehová los ayudará y los librará;
Los libertará de los impíos, y los salvará,
Por cuanto en él esperaron.
Salmo 37

*35. Vi yo al impío sumamente enaltecido...
36 Pero él pasó... El salmista está pensando en el fin del justo, que será el triunfo, en contraste con el triste fin del impío, tal como se expresa en el siguiente versículo.  
El paralelismo antitético resulta claro.
38. La posteridad de los impíos. Nótese el agudo contraste con el fin de los justos, cuya posteridad permanece.
39. Fortaleza. O "lugar de refugio".  A pesar del aparente triunfo de los impíos, Dios es un refugio para los justos.  Los que en él confían serán liberados finalmente.
40. Jehová los ayudará y los librará;
Los libertará de los impíos, y los salvará,
Por cuanto en él esperaron.

*AL ESTUDIAR este salmo es bueno recordar que esta vida es la escuela que nos prepara para la vida venidera, o sea un preludio del drama de la vida eterna.  Al final, los justos saldrán bien.

¡Qué bueno es Dios! que nos muestra para nosotros hoy, Lo que será al fin, el destino final de los que proceden mal y los que confían en Dios y viven conforme a su voluntad.
¿En qué bando estas?
 ¡Camina ya, por el sendero del bien y serás un ganador!  Porque sigues a un ganador: “Cristo Jesús” Amen. 3CBA
Ministerio Hno. Pio  

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