sábado, marzo 14, 2020

REFLEXIÓN 173. UN PEDIDO POR SANIDAD Y LIBERACIÓN DE LOS ENEMIGOS. (Salmo 41)


El Salmo 41, se refiere a un momento de grave enfermedad del Rey David. En la que se complace en la esperanza de que Dios lo librará sanándolo; como consecuencia de haber pensado en el pobre.
Sus sentimientos le resultan muy difíciles de sobrellevar, porque se da cuenta de que sus antiguos amigos ahora lo traicionan.

EL SALMO COMIENZA CON UNA BENDICIÓN PARA LOS QUE AYUDAN POR AMOR A LOS NECESITADOS.
1 Bienaventurado El Que Piensa en el pobre; 
En el día malo lo librará Jehová.
2 Jehová lo guardará, y le dará vida;
Será bienaventurado en la tierra,
Y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos.
3 Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; 
Mullirás toda su cama en su enfermedad.
4 Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí;
Sana mi alma, porque contra ti he pecado.

EL SALMO SIGUE CON UNA DESCRIPCIÓN DE LA TRAICIÓN DE LOS ANTIGUOS AMIGOS.
5 Mis enemigos dicen mal de mí, preguntando: 
¿Cuándo morirá, y perecerá su nombre?
6 Y si vienen a verme, hablan mentira;
Su corazón recoge para sí iniquidad,
Y al salir fuera la divulgan.
7 Reunidos murmuran contra mí todos los que me aborrecen;
Contra mí piensan mal, diciendo de mí:
8 Cosa pestilencial se ha apoderado de él;
Y el que cayó en cama no volverá a levantarse.
9 Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, 
el que de mi pan comía,
Alzó contra mí el calcañar.

EL SALMO TERMINA CON UNA ORACIÓN EN QUE EL SALMISTA EXPRESA SU ESPERANZA DE SANARSE.
10 Mas tú, Jehová, ten misericordia de mí, 
y hazme levantar, Y les daré el pago.
11 En esto conoceré que te he agradado,
Que mi enemigo no se huelgue de mí.

12 En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado, 
Y me has hecho estar delante de ti para siempre.
13 Bendito sea Jehová, el Dios de Israel,
Por los siglos de los siglos. Amén y Amén.
Salmo 41


*Bienaventurado. Feliz, dichoso el que piensa en el pobre. Esta expresión es fundamental y muy significativo. Jesús dijo: a los pobres siempre lo tendréis. Mt. 26:11.
Mientras dure éste gran conflicto habrá pobres…. Y debemos satisfacer sus necesidades de acuerdo a lo que tenemos a la mano. La satisfacción vendrá cuando hicimos todo lo posible y diremos como el salmista: “Bienaventurado El Que Piensa en el pobre; En el día malo lo librará Jehová.”

La protección y la vida viene de Dios. Por eso podemos vivir seguros ante los enemigos que se presentan en la vida, personas o infortunios. Como el caso de David, la enfermedad y los “amigos” convertidos en enemigos. Vers.9. Y lo que le paso a Jesús con la traición de Judas. Juan 13:18.

Pero por haber sido fiel David a los mandamientos de Dios. Lo sustentará. Siendo que ha atendido las necesidades de los pobres, enfermos…, puede esperar, como un principio general, que Dios lo capacitará para sobrellevar la enfermedad cuando le sobrevenga. 
La bondad se recompensa con bondad”.

No olvidemos el resumen de la ley de Dios: 
amor a Dios, al prójimo y a uno mismo.

 Como consecuencia, a pesar de los enemigos que salen de las sombras para mostrarse como realmente son, cuando el rey está postrado, la sanidad vendrá. Sanidad del espíritu alma y cuerpo.

Cuando viene la enfermedad física, también se enferma lo espiritual y muchas veces es preciso que Dios sane primero lo espiritual, esa confianza rota por la enfermedad física.

Pero también es importante considerar, que la sanación del cuerpo, no siempre es posible en todos; pero la sanidad del alma se da siempre para el que cree aun en la bondad de Dios en esas circunstancias.

El salmo termina como empezó con felicidad y esperanza. 
“En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado, 
Y me has hecho estar delante de ti para siempre. 
Bendito sea Jehová, el Dios de Israel, 
Por los siglos de los siglos. Amén y Amén”. 3CBA 
Ministerio Hno. Pio


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