sábado, marzo 28, 2020

REFLEXIÓN 189. UN CLAMOR POR LA LIBERACIÓN DE ENEMIGOS ÍNTIMOS. (Salmo 55).


El Salmo 55, es el grito del alma de uno que quisiera huir cual ave, de la tristeza, para refugiarse en la soledad; lejos de los enemigos. Huir por causa de enemigos traicioneros, enemigos que fueron amigos ayer.

1 ESCUCHA, oh Dios, mi oración,
Y no te escondas de mi súplica.
2 Está atento, y respóndeme;
Clamo en mi oración, y me conmuevo,
3 A causa de la voz del enemigo,
Por la opresión del impío;
Porque sobre mí echaron iniquidad,
Y con furor me persiguen.
4 Mi corazón está dolorido dentro de mí,
Y terrores de muerte sobre mí han caído.
5 Temor y temblor vinieron sobre mí,
Y terror me ha cubierto.

6 Y dije: ¡Quién me diese alas como de paloma! 
Volaría yo, y descansaría.
7 Ciertamente huiría lejos; Moraría en el desierto.   
8 Me apresuraría a escapar
Del viento borrascoso, de la tempestad.

9 DESTRÚYELOS, oh Señor; confunde la lengua de ellos;
Porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.
10 Día y noche la rodean sobre sus muros,
E iniquidad y trabajo hay en medio de ella.
11 Maldad hay en medio de ella,
Y el fraude y el engaño no se apartan de sus plazas.

12 Porque no me afrentó un enemigo,
Lo cual habría soportado;
Ni se alzó contra mí el que me aborrecía,
Porque me hubiera ocultado de él;
13 Sino tú, hombre, al parecer íntimo mío,
Mi guía, y mi familiar;
14 Que juntos comunicábamos dulcemente los secretos, 
Y andábamos en amistad en la casa de Dios. 
(Comp. Mat. 26:49-54).
15 Que la muerte les sorprenda;
Desciendan vivos al Seol, porque hay maldades en sus moradas, en medio de ellos.

16 En cuanto a mí, a Dios clamaré;
Y Jehová me salvará.
17 Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré,
Y él oirá mi voz.
18 El redimirá en paz mi alma de la guerra contra mí, 
Aunque contra mí haya muchos.
19 Dios oirá, y los quebrantará luego,
El que permanece desde la antigüedad;
Por cuanto no cambian, Ni temen a Dios. Selah

20 Extendió el inicuo sus manos
contra los que estaban en paz con él;
Violó su pacto.
21 Los dichos de su boca son más blandos que mantequilla, Pero guerra hay en su corazón;
Suaviza sus palabras más que el aceite,
Mas ellas son espadas desnudas.

22 Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; 
No dejará para siempre caído al justo.

23 Mas tú, oh Dios, harás descender aquéllos 
al pozo de perdición. 
Los hombres sanguinarios y engañadores 
no llegarán a la mitad de sus días; 
Pero yo en ti confiaré. (Salmo 55).

*El Sal. 55 es una súplica por ayuda en medio de una situación desesperada del salmista. El salmo termina expresando la convicción de que Dios intervendrá.  Son frecuentes las repeticiones; se mezclan quejas, anhelos, ruegos, indignación, confianza y esperanza. (Charles Jerome Callan, The Psalms, Nueva York, Joseph F. Wagner, Inc., pág. 229). 3CBA


* Hay momentos en la vida, cuando los problemas que enfrentamos es tan fuerte y duradero, que consumen todas nuestras fuerzas: “mental físico y espiritual”. Entonces es cuando el miedo, el terror se apodera de nuestro ser.  Y solo anhelamos huir cual ave lejos aún lugar donde no existas problemas.
Pero todo eso, después de haber clamado a Dios, y la solución demora en llegar. Como es el caso del salmista David. Y los más grave es que el enemigo que se levantó fue un amigo íntimo.

Cuando un amigo íntimo se convierte en enemigo nuestro. Es más fatal que el enemigo desconocido. Por muchas razones. Una de ellas está que conoce todo tu secreto. Al menos gran parte de ello. Y la otra razón que es la que más afecta nuestras emociones, porque logramos cierta afinidad de afecto.

“No es difícil tolerar las calumnias de uno que es enemigo declarado.  Lo que cuesta sobrellevar, y muchas veces es abrumador, es la calumnia del que antes era nuestro amigo íntimo”.

Entonces Tener ese sentimiento de huir, es natural que nuestro ser muestra como una autodefensa temporal. Pero si ese huir es siempre ante cualquier dificultad, estamos en peligro. Peligro de tomar acciones fatales como el suicidio o sobrevivir desdichados.

No hay mejor respuesta al dolor del alma, que llevarlos a Dios. cuando has gastado tu vida, llevando tu caso a Dios, como David.  Sucederá que la gracia de Dios te circundará, te cubrirá. Y sus efectos son inmediatos, porque en medio del miedo ante el enemigo, o ante la autocompasión; de pronto se trasforma en esperanza de triunfo, de que pasará y el gozo volverá. Y nuestra vida retomará la alabanza y gratitud al Señor.

Por eso David dice: “En cuanto a mí, a Dios clamaré; Y Jehová me salvará. Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, Y él oirá mi voz…”
 Eso es lo que resulta de una vida de entrega a Dios. a pesar que en este mundo los problemas nos asedien. Si aprendimos a confiar en Dios. saldremos airosos. Amen.

Y Finalmente de los enemigos, Dios se encargará, al fin recibirán la cosecha de sus maldades. Como pasó con Ahitofel. Murió tan igual como Judas Iscariote. Suicidándose. 2 Sam. 17:23; Mt. 27:5.
 Así terminan todos aquellos que traicionan sus conciencias, viviendo una vida de maldad. Sin reparar en el temor a Dios. Ministerio Hno. Pio

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