Jeremías 10: 23-25. Jeremías Eleva una humilde súplica.
23 Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos. 24 Castígame, oh Jehová, mas con juicio; no con tu furor, para que no me aniquiles. 25 Derrama tu enojo sobre los pueblos que no te conocen, y sobre las naciones que no invocan tu nombre; porque se comieron a Jacob, lo devoraron, le han consumido, y han asolado su morada. (Jeremías 10).
23. Conozco. Aquí habla el profeta, pero lo hace como representante de Israel. Los vers. 23-24 constituyen una plegaria de intercesión, con una adecuada confesión del pecado y un pedido de que se atenúe el castigo (cf. cap. 18: 20).
Su Camino. Es decir, el curso de su vida.
Ni Del Hombre. Por sí mismo el hombre no puede determinar correctamente dónde y como debe andar. Necesita la conducción divina (Sal. 37: 23; Prov. 16: 9; 20: 24). Los israelitas habían preferido su propio camino. Ordenar Sus Pasos. El hombre necesita que Dios lo dirija a cada paso. Dios dirige los pasos del justo (Sal. 37: 23).
24. Castígame. En este versículo se confiesa el mal y se reconoce la necesidad del castigo. Es motivo de esperanza que el pecador admita francamente el error de sus caminos y se someta voluntariamente para ser corregido según corresponda.
Juicio. Heb. mishpat, empleado aquí con el sentido de justicia (ver com. cap. 5: 4).
Me Aniquiles. Literalmente, "me hagas pequeño".
25. Derrama. Compárese con Sal. 79:6-7. No Te Conocen. Mejor, "no te han reconocido". Todas las naciones han recibido cierto grado de iluminación (Rom. 1: 18-25; 2: 14-16).
Se Comieron A Jacob. Dios permitió que los paganos castigaran a su pueblo escogido. Satanás procuró aprovechar la ocasión para destruir a Israel por completo (Isa. 10: 6-7). Las naciones se excedieron más allá de lo que Dios les había permitido (Isa. 47:6). 4CBA/Ministerio Hno. Pio
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