jueves, noviembre 12, 2020

REFLEXIÓN 464. PROFECÍAS REFERENTES A JUDÁ Y JERUSALÉN: EXHORTACIÓN ACERCA DE LA OBSERVANCIA DEL SÁBADO (JEREMÍAS 17: 19-27).

Jeremías 17: 19-27. El Profeta es enviado a renovar el pacto de santificar el sábado.

19 Así me ha dicho Jehová: Ve y ponte a la puerta de los hijos del pueblo, por la cual entran y salen los reyes de Judá, y ponte en todas las puertas de Jerusalén, 20 y diles: Oíd la palabra de Jehová, reyes de Judá, y todo Judá y todos los moradores de Jerusalén que entráis por estas puertas. 21 Así ha dicho Jehová: Guardaos por vuestra vida de llevar carga en el día de reposo,* y de meterla por las puertas de Jerusalén.

22 Ni saquéis carga de vuestras casas en el día de reposo,* ni hagáis trabajo alguno, sino santificad el día de reposo,* como mandé a vuestros padres. 23 Pero ellos no oyeron, ni inclinaron su oído, sino endurecieron su cerviz para no oír, ni recibir corrección. 24 No obstante, si vosotros me obedeciereis, dice Jehová, no metiendo carga por las puertas de esta ciudad en el día de reposo,* sino que santificarais el día de reposo,* no haciendo en él ningún trabajo,

25 entrarán por las puertas de esta ciudad, en carros y en caballos, los reyes y los príncipes que se sientan sobre el trono de David, ellos y sus príncipes, los varones de Judá y los moradores de Jerusalén; y esta ciudad será habitada para siempre. 26 Y vendrán de las ciudades de Judá, de los alrededores de Jerusalén, de tierra de Benjamín, de la Sefela, de los montes y del Neguev, trayendo holocausto y sacrificio, y ofrenda e incienso, y trayendo sacrificio de alabanza a la casa de Jehová. 27 Pero si no me oyereis para santificar el día de reposo,* y para no traer carga ni meterla por las puertas de Jerusalén en día de reposo,* yo haré descender fuego en sus puertas, y consumirá los palacios de Jerusalén, y no se apagará. (Jeremías 17).

19. Así Me Ha Dicho Jehová. Aquí comienza una nueva serie de profecías que no tienen relación directa con lo que precede. Es probable que este mensaje fuera pronunciado algún tiempo después de los mensajes registrados en los cap. 14 a 17: 18, y quizá poco tiempo antes del discurso del templo (ver com. cap. 7: l; PR 302).

21. Así Ha Dicho Jehová. Este versículo y los siguientes muestran que en Jerusalén se estaba profanando el sábado, sobre todo en las "puertas" de la ciudad (ver com. Gén. 19: 1; Jos. 8: 29).

Carga. En Neh. 13: 15-22 se registra una profanación del sábado similar a ésta. Esas cargas pueden haber sido de granos, vinos, fruta, pescado y otras mercaderías que traían los que venían a adorar al templo.  También estarían comprendidas las mercancías de la ciudad que se vendían en el santo día de reposo. Este cuadro señala una observancia descuidada del día sábado, práctica que desagrada mucho a Dios (Isa. 56: 2-6; cf. cap. 58: 13-14).

25. Esta Ciudad. Sería difícil encontrar otro pasaje que exprese con mayor claridad la gran importancia de la observancia del sábado. Si los judíos hubieran sido leales a la ley de Dios, y especialmente al cuarto mandamiento que ordena la santificación del sábado, habrían recibido ¡limitadas bendiciones.

En Carros Y En Caballos. Es decir, con toda la pompa real (1 Rey. 4: 26; Zac. 9: 9-10). Será Habitada Para Siempre. Con respecto al glorioso destino que podría haber disfrutado Jerusalén, ver DTG 530; cf.  PR 32, 412; también PP. 32-33.

https://elaguila3008.blogspot.com/2020/08/el-papel-de-israel-en-la-profecia-del.html

27. Si No Me Oyereis. En 2 Rey. 25: 9 leemos en cuanto a las trágicas consecuencias que sufrieron los israelitas por no observar el sábado.

No Se Apagará. Es evidente que el fuego no ardería para siempre en forma literal, sino que el "fuego" de la justicia retribuida de Dios no podría ser extinguido hasta que cumpliera plenamente el propósito divino.  

Jerusalén fue incendiada totalmente por los babilonios en el año 586 a. C., y por los romanos, en el año 70 d. C. En ambas conflagraciones ningún esfuerzo humano pudo detener el fuego hasta que éste hubo completado la obra destructora que le había sido asignada. (4CBA)

*Así como la destrucción de Jerusalén, fue la causa de desechar la ley de Dios, con la observancia del Santo y bendito Sábado, su día. La destrucción del mundo será por la misma razón. Ministerio Hno. Pio


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