lunes, noviembre 30, 2020

REFLEXIÓN 485. PROFECÍAS REFERENTES A JUDÁ Y JERUSALÉN: DESLEALTAD Y CASTIGO DE JUDÁ: “Una Lección De Fidelidad” (JEREMÍAS 35).

Jeremías 35. Presenta Un Hecho Singular En Medio De La Apostasía General Del Pueblo. La “Lección De Fidelidad De Los Recabitas”.

Vers. (1-11) Por la obediencia de los recabitas, (12-17) Jeremías condena la desobediencia del pueblo. (18-19) Dios bendice a los recabitas por su obediencia.

1 PALABRA de Jehová que vino a Jeremías en días de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, diciendo: 2 Ve a casa de los recabitas y habla con ellos, e introdúcelos en la casa de Jehová, en uno de los aposentos, y dales a beber vino. 3 Tomé entonces a Jaazanías hijo de Jeremías, hijo de Habasinías, a sus hermanos, a todos sus hijos, y a toda la familia de los recabitas; 4 y los llevé a la casa de Jehová, al aposento de los hijos de Hanán hijo de Igdalías, varón de Dios, el cual estaba junto al aposento de los príncipes, que estaba sobre el aposento de Maasías hijo de Salum, guarda de la puerta.

5 Y puse delante de los hijos de la familia de los recabitas tazas y copas llenas de vino, y les dije: Bebed vino. 6 Mas ellos dijeron: No beberemos vino; porque Jonadab hijo de Recab nuestro padre nos ordenó diciendo: No beberéis jamás vino vosotros ni vuestros hijos; 7 ni edificaréis casa, ni sembraréis sementera, ni plantaréis viña, ni la retendréis; sino que moraréis en tiendas todos vuestros días, para que viváis muchos días sobre la faz de la tierra donde vosotros habitáis. 

8 Y nosotros hemos obedecido a la voz de nuestro padre Jonadab hijo de Recab en todas las cosas que nos mandó, de no beber vino en todos nuestros días, ni nosotros, ni nuestras mujeres, ni nuestros hijos ni nuestras hijas; 9 y de no edificar casas para nuestra morada, y de no tener viña, ni heredad, ni sementera. 10 Moramos, pues, en tiendas, y hemos obedecido y hecho conforme a todas las cosas que nos mandó Jonadab nuestro padre. 11 Sucedió, no obstante, que cuando Nabucodonosor rey de Babilonia subió a la tierra, dijimos: Venid, y ocultémonos en Jerusalén, de la presencia del ejército de los caldeos y de la presencia del ejército de los de Siria; y en Jerusalén nos quedamos.

12 Y vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: 13 Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Ve y di a los varones de Judá, y a los moradores de Jerusalén: ¿No aprenderéis a obedecer mis palabras? Dice Jehová. 14 Fue firme la palabra de Jonadab hijo de Recab, el cual mandó a sus hijos que no bebiesen vino, y no lo han bebido hasta hoy, por obedecer al mandamiento de su padre; y yo os he hablado a vosotros desde temprano y sin cesar, y no me habéis oído. 15 Y envié a vosotros todos mis siervos los profetas, desde temprano y sin cesar, para deciros: Volveos ahora cada uno de vuestro mal camino, y enmendad vuestras obras, y no vayáis tras dioses ajenos para servirles, y viviréis en la tierra que di a vosotros y a vuestros padres; mas no inclinasteis vuestro oído, ni me oísteis. 16 Ciertamente los hijos de Jonadab hijo de Recab tuvieron por firme el mandamiento que les dio su padre; pero este pueblo no me ha obedecido.

17 Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí traeré yo sobre Judá y sobre todos los moradores de Jerusalén todo el mal que contra ellos he hablado; porque les hablé, y no oyeron; los llamé, y no han respondido. 18 Y dijo Jeremías a la familia de los recabitas: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Por cuanto obedecisteis al mandamiento de Jonadab vuestro padre, y guardasteis todos sus mandamientos, e hicisteis conforme a todas las cosas que os mandó; 19 por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: No faltará de Jonadab hijo de Recab un varón que esté en mi presencia todos los días. (Jeremías 35).

1. En días de Joacim. (609-598 AC) El caso aquí registrado tuvo lugar en un momento anterior del ministerio de Jeremías, poco antes de que los babilonios atacaron a Jerusalén (ver PR 311). 

2. Recabitas. El progenitor de esta familia había sido Jonadab (vers. 6), quien vivió en tiempos de Jehú, rey de Samaria (841-814 a. C.), unos 240 años antes de esta fecha. Es evidente que la influencia de Jonadab era tan grande que Jehú se alegró de tenerlo de su parte, y Jonadab se sintió igualmente feliz de estar con Jehú, a causa de su "celo por Jehová" (2 Rey. 10: 15-16). Jonadab insistió en que sus seguidores se amoldaran a un estilo de vida muy austero.

4. El Aposento. Estos aposentos o cámaras, parte del edificio del templo (1 Rey. 6: 5), evidentemente habían sido asignados a sacerdotes o profetas de importancia. Uno es llamado "aposento de los hijos de Hanán". La frase "varón de Dios" implica que el tal era profeta (1 Sam. 2: 27; 1 Rey. 13: 1; 20: 28; 2 Rey. 4: 7, 9).

Los Príncipes. Sin duda algunos dignatarios oficiales que no eran sacerdotes, pero que residían en los recintos del templo (cap. 36:10). Maasías. Probablemente el padre de Sofonías, "segundo sacerdote" (cap. 21: 1; 29: 25; 52: 24).

6. No Beberemos Vino. Los recabitas eran nazareos de por vida (ver com. Núm. 6: 2-5). Vivían apartados, lejos de las ciudades, y se abstenían de adquirir propiedades.

11. Cuando Nabucodonosor. Los recabitas, como si estuvieran pidiendo disculpas, explicaron que se habían visto obligados a refugiarse por un tiempo en la ciudad de Jerusalén con otros habitantes de la campiña de Judá, por causa de la invasión babilónico (Jer. 4: 6; 8: 14; cf. 2 Rey. 24: 1-2).

13. Jehová De Los Ejércitos. Ver com. cap. 7:3. ¿No Aprenderéis? En agudo contraste con los recabitas, quienes habían persistido lealmente durante siglos en obedecer el precepto de Jonadab su padre, "los varones de Judá" y "los moradores de Jerusalén", a pesar de que pretendían ser hijos de Dios, se negaban persistentemente a hacer caso al consejo divino (ver com. cap. 7: 13).

15. Desde Temprano. Ver com. cap. 7: 13.

17. Les Hablé. Muchos de los maestros y profetas de Dios (Prov. 1: 24; Isa. 65: 12; 66: 4; Jer. 7: 13; 25: 4-7; etc.) afirmen repetidas veces que esta queja del Señor es plenamente justificada.

18. Por Cuanto Obedecisteis. Dios aprueba aquí, específicamente, la constancia y la fidelidad que demostraban los recabitas al ceñirse a una prescripción humana.

19. No Faltará... Varón. Por supuesto, tales promesas dependían de la continua fidelidad de los descendientes (ver com. 1 Rey. 2: 4). La lealtad de los hijos de Recab a la vida de austeridad que les había ordenado su antepasado era un severo reproche para el pueblo apóstata y libertino de Judá. (4CBA) Ministerio Hno. Pio


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