Mateo 9:1-34. El poder de Jesús sobre la enfermedad, y los demonios... Vers. (1-8) Cristo cura a un paralítico. (9) Llama a Mateo, el recaudador de impuestos; (10-13) come con los publicanos y los pecadores, (14-19) y defiende a sus discípulos porque no ayunan. (20-22) Sana a la mujer con flujo de sangre; (23-26) resucita a la hija de Jairo; (27-31) devuelve la vista a dos ciegos; (32-34) cura a un mudo y endemoniado.
1 Entonces, entrando Jesús en la barca, pasó al otro lado y vino a su ciudad. 2 Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados. 3 Entonces algunos de los escribas decían dentro de sí: Este blasfema. 4 Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? 5 Porque, ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? 6 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa. 7 Entonces él se levantó y se fue a su casa. 8 Y la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.
9
Pasando Jesús de allí, vio a un
hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y
le dijo: Sígueme. Y se levantó y le
siguió.
10
Y aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos
publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con
Jesús y sus discípulos.
11 Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores? 12 Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. 13 Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.
14 Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan? 15 Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. 16 Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura. 17 Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente.
18 Mientras él les decía estas cosas, vino un hombre principal y se postró ante él, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá. 19 Y se levantó Jesús, y le siguió con sus discípulos.
20 Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; 21 porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva. 22 Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora.
23 Al entrar Jesús en la casa del principal, viendo a los que tocaban flautas, y la gente que hacía alboroto, 24 les dijo: Apartaos, porque la niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él. 25 Pero cuando la gente había sido echada fuera, entró, y tomó de la mano a la niña, y ella se levantó.
26
Y se difundió la fama de esto por toda aquella tierra.
27 Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David! 28 Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor. 29 Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho. 30 Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa. 31 Pero salidos ellos, divulgaron la fama de él por toda aquella tierra.
32 Mientras salían ellos, he aquí, le trajeron un mudo, endemoniado. 33 Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la gente se maravillaba, y decía: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel. 34 Pero los fariseos decían: Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios. (Mateo 9).
1. Entrando Jesús en la barca. En Mat. 9: 1 concluye el relato de los endemoniados de Gadara (Mat. 8: 28 al 9: 1; ver com. Mar. 5: 21). El capítulo 8 debería concluir con el vers. 1 del cap. 9.
Su ciudad. Es decir, Capernaúm (ver com. Mar. 1: 29).
2. Un paralítico. [Jesús sana a un paralítico, Mat. 9: 2-8 = Mar. 2: 1-12 = Luc. 5: 17-26.
Comentario principal: Marcos.]
9. Mateo. [Llamamiento de Mateo, Mat. 9: 9 = Mar. 2: 13-14 = Luc. 5: 27-28. Comentario principal: Marcos]
10. Sentado a la mesa. [El banquete de Mateo, Mat. 9: 10-13 = Mar. 2: 15-17 = Luc. 5: 29-32. Comentario principal: Marcos.]
13. Id, pues, y aprended. Los escribas y fariseos probablemente no tenían consigo sus rollos de las
Escrituras, y para estudiar el tema que Jesús les sugería, tendrían que haber
ido a la sinagoga.
Misericordia quiero. Ver Ose. 6: 6. Aquí la palabra
"misericordia" bien podría representar el carácter, o sea los rasgos
de carácter que Dios quisiera que su pueblo reflejara (ver com. Mat. 19: 19; 22: 39). Del mismo modo, la palabra
"sacrificio" representa las formas de la religión que tienen la
desventurada tendencia de eclipsar la religión práctica (2 Tim. 3: 5). En este sentido, "misericordia"
representa la justificación por la fe, así como "sacrificio"
representa la justificación por las obras.
Cristo dijo que de nada valían las formas de la religión sin el espíritu
vitalizador de ella (ver com. Mar. 7: 7-
9, 13; Juan 4: 23-24).
Dios no ordenó la observancia del sistema ceremonial judío porque en sí mismo representara el ideal divino de la vida religiosa.
En sí mismos, los antiguos sacrificios carecían de valor (Heb. 9: 9; 10: 1- 11). El Señor no se complace sólo con lo visible (Miq. 6: 7). Lo que Dios requiere del hombre es "hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios" (Miq. 6: 8). Siempre ha sido mejor obedecer que presentar sacrificios (1 Sam. 15: 22; ver com. Mat. 7: 21-27; Mar. 7: 7- 9).
14.
Los discípulos de Juan. [La pregunta
sobre el ayuno, Mat. 9: 14-17 = Mar. 2: 18-22 = Luc. 5: 33-39. Comentario principal: Marcos.]
18. Mientras él les decía. [La hija de Jairo y la mujer que tocó el manto de
Jesús, Mat. 9: 18-26 = Mar. 5: 21-43 = Luc. 8: 40-56. Comentario principal:
Marcos.] Mateo afirma que durante el diálogo registrado en los vers. 14-17,
Jairo (Mar. 5: 22) se acercó a Jesús. Si
se añade a esto la afirmación hecha en DTG, p. 310, en el sentido de que Jairo
encontró a Cristo en la casa de Mateo, resulta claro que hay una estrecha
relación cronológica entre el banquete en la casa de Mateo, la protesta de los
fariseos en cuanto a que Jesús comía con los publicanos y los pecadores, la
pregunta en cuanto al ayuno y la resurrección de la hija de Jairo. 360
Acaba de morir. Según los relatos de Marcos (cap. 5: 23, 35) y Lucas (cap. 8: 42, 49), la
niña aún no estaba muerta cuando Jairo se presentó delante de Jesús para
hacerle su petición; pero sí estaba, como diríamos nosotros ahora: "casi
muerta", "agonizando"; o sea que moriría inevitablemente si
Jesús no intervenía de inmediato. No
hay, pues, ninguna discrepancia entre los relatos de estos tres
evangelistas. No es posible determinar
si el padre sabía de la resurrección del hijo de la viuda de Naín, acontecida
poco antes (ver com. Luc. 7: 11), pero
es muy posible que sí.
27. Dos ciegos. [Dos ciegos reciben la vista, Mat. 9: 27-31. Comentario: Mateo. Cf.
Mar. 8: 22-26; 10: 46-52. Ver mapa
p. 210; con referencia a los milagros, pp. 198-203.] Este milagro quizá ocurrió
en Capernaúm hacia fines del año 29 d. C. La curación en Besaida (Mar. 8:
22-26) ocurrió cerca de un año más tarde, y la de Bartimeo en Jericó (Mar. 10:
46-52) más de un año y medio más tarde.
Desde tiempos antiguos la ceguera, muchas veces causada por tracoma, ha
sido común en las tierras bíblicas.
Hijo de David. Que los ciegos usaran este término indicaría que habían reconocido a Jesús
como el Mesías (ver com. cap. 1: 1).
28. Llegado a la casa. Aunque no se especifica nada en este pasaje, bien podría haberse tratado de
la casa de Pedro. En el griego, el
sustantivo "casa" lleva el artículo definido, lo cual indica que se
hace referencia a una casa específica, quizá a la casa donde residía Jesús
mientras estaba en Capernaúm (ver com.
Mar. 1: 29). No se dice nada
acerca de la razón por la cual Jesús no sanó a los ciegos en la calle.
¿Creéis? Si
los ciegos no hubieran puesto su fe en acción, Cristo no podría haber ejercido
su poder en favor de ellos. La fe del
hombre debe ascender para encontrarse con el poder de Dios y unirse con él a
fin de que las bendiciones, ya sean físicas o espirituales, puedan ser
impartidas y recibidas (Heb. 11: 6).
29. Les tocó. Con referencia al significado y al propósito del toque sanador, ver
com. Mar. 1: 31.
30. Les encargó rigurosamente. Es decir, "les ordenó severamente"
(BJ). Aquí sin duda se refiere a la
expresión severa del rostro de Jesús y al tono de su voz. Con referencia al propósito de Jesús al
prohibir la publicidad en relación con ciertos milagros, ver com. Mar. 1: 43.
31. Divulgaron. Comparar esto con el caso del leproso que desobedeció la misma prohibición
de Jesús (ver com. Mar. 1: 45).
32. Mientras salían ellos. [Un mudo habla, Mat. 9: 32-34. Comentario: Mateo. Ver mapa p. 210; con referencia a los
milagros, pp. 198-203.] Sin duda el pronombre "ellos" se refiere a
los dos ciegos que acababan de ser curados, quizá en la casa de Pedro (ver com.
vers. 28), y que salían de la casa en el momento cuando el endemoniado era
traído a Jesús.
Le trajeron. Cuando a una persona le falta la capacidad o la fe para acercarse a Jesús a
fin de recibir la curación de su cuerpo o de su alma, es de veras afortunada si
tiene a alguien que se preocupe por ella como para llevarla a Jesús (cf. Mar. 2: 2-3).
Un mudo. Gr.
kÇfós, "sin filo", "apagado" (ver com. Luc. 1: 22).
Esta palabra podía emplearse para describir a un sordo, a un mudo, o a
un sordomudo.
Endemoniado. En cuanto a la posesión demoníaca en tiempos bíblicos, ver com. Mar. 1: 23.
33. El mudo habló. Esta era una evidencia tangible de que la persona había sido sanada. Este es el último milagro que se registra
hasta después de varios meses, cuando se realizó la alimentación de los 5.000
en la primavera (marzo-mayo) del año siguiente.
No se dice si Jesús pasó el invierno en algún lugar retirado después del
segundo viaje por Galilea. La excitación
de las masas, ocasionada por los muchos milagros de Jesús, tendía a opacar el
principal propósito que Jesús tenía al hacerlos: la propagación del reino de
los cielos en el corazón y la vida de los hombres.
34. Los fariseos decían. Ver com. cap. 12: 24. Quizá
desesperados por silenciar a Cristo o por conseguir que la gente se le
opusiera, los fariseos procuraban hacer que se creyera que el poder milagroso
de Cristo era una evidencia de que el Señor estaba unido con Satanás. El hecho de que Mateo no registre aquí
ninguna respuesta de Jesús sugiere la posibilidad de que los fariseos no
presentaron este argumento en su presencia, sino que lo hicieron circular entre
la gente. (5CBA).
COMENTARIOS
DE EGW
EL PARALITICO. Pág. 232-237. https://elaguila3008.blogspot.com/2009/11/dtg-capitulo-27-puedes-limpiarme.html
"LEVÍ MATEO" https://elaguila3008.blogspot.com/2009/11/dtg-capitulo-28-levi-mateo.html
"EL TOQUE DE LA FE" JAIRO – LA MUJER CON FLUJO.
https://elaguila3008.blogspot.com/2009/11/dtg-capitulo-36-el-toque-de-la-fe_23.html
Ministerio Hno. Pio
No hay comentarios:
Publicar un comentario