Filipenses 2.
EXHORTACIÓN A LA UNIDAD Y A LA ABNEGACIÓN (1-16).
Exhortación a la unidad
y a la humildad cristianas, 1-4.
Cristo, el modelo
supremo de humildad, 5-11.
Aplicación práctica del
modelo, 12-16.
EXPLICACIÓN DE LOS
PLANES DE PABLO PARA EL FUTURO (17-30).
Su plan de
enviarles a Timoteo, 17-23.
Su esperanza de ser
pronto liberado, 24.
Su plan inmediato
de enviarles a Epafrodito, 25-30:
*Enfermedad y restablecimiento
de Epafrodito, 25-27.
*Epafrodito es elogiado, 28-30.
1 Por tanto, si hay alguna
consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del
Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, 2 completad mi
gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma
cosa. 3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad,
estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; 4 no mirando cada
uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
5 Haya, pues, en vosotros este
sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no
estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 que se despojó a sí
mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en
la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y
le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se
doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de
la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de
Dios Padre.
12 Por tanto, amados míos, como
siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más
ahora en mi ausencia, ocupaos en
vuestra salvación con temor y temblor, 13 porque Dios es el que en vosotros produce
así el querer como el hacer, por su buena voluntad. 14 Haced todo sin
murmuraciones y contiendas, 15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos
de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de
la cual resplandecéis como luminares en el mundo; 16 asidos de la palabra de
vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en
vano, ni en vano he trabajado.
17 Y aunque sea derramado en
libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con
todos vosotros. 18 Y asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo. 19
Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de
buen ánimo al saber de vuestro estado; 20 pues a ninguno tengo del mismo ánimo,
y que tan sinceramente se interese por vosotros. 21 Porque todos buscan lo suyo
propio, no lo que es de Cristo Jesús. 22 Pero ya conocéis los méritos de él,
que como hijo a padre ha servido conmigo en el evangelio. 23 Así que a éste
espero enviaros, luego que yo vea cómo van mis asuntos;
24 y confío en el Señor que yo
también iré pronto a vosotros.
25 Mas tuve por necesario
enviaros a Epafrodito, mi hermano y colaborador y compañero de milicia, vuestro
mensajero, y ministrador de mis necesidades; 26 porque él tenía gran deseo de
veros a todos vosotros, y gravemente se angustió porque habíais oído que había
enfermado. 27 Pues en verdad estuvo enfermo, a punto de morir; pero Dios tuvo
misericordia de él, y no solamente de él, sino también de mí, para que yo no
tuviese tristeza sobre tristeza.
28 Así que le envío con mayor solicitud, para que al verle de nuevo, os gocéis, y yo esté con menos tristeza. 29 Recibidle, pues, en el Señor, con todo gozo, y tened en estima a los que son como él; 30 porque por la obra de Cristo estuvo próximo a la muerte, exponiendo su vida para suplir lo que faltaba en vuestro servicio por mí. (Filipenses 2).
1. Si hay. En el pensamiento de Pablo no hay división de capítulos.
Continúa el tema que comenzó en el cap. 1, particularmente en el vers. 27,
donde recurre al sentido de ciudadanía cristiana de sus conversos. Ahora amplía
ese tema y se concentra en el desarrollo de la unidad y la humildad del
cristiano, y al hacerlo descubre su propia alma entre tanto que revela la
apasionada intensidad de su preocupación por los filipenses, la altura y la
profundidad de su comprensión de la naturaleza y el sacrificio de Cristo, las
excelsas normas que tiene para sus hijos espirituales, sus generosas opiniones
acerca de sus fieles colaboradores y su completa entrega a la causa del
Evangelio. Este capítulo merece un cuidadoso estudio, sirviendo como guía el
análisis ya hecho.
La iglesia de Filipos había
proporcionado mucho gozo al apóstol (ver com. cap. 1:3-4); sin embargo, parece
que peligraba la unidad de sus miembros, que se habían introducido disensiones
en sus filas, y que Pablo estaba tan preocupado por esos peligros que dedicó
una gran parte de su carta a exhortarles a esforzarse por lograr una unidad
completa (cf. cap. 1:15-18,27; 2:2-4,14; 3:2; 4:2). La medida del calibre
espiritual de ellos puede apreciarse por el hecho de que Pablo no basa su
exhortación en la lealtad personal de ellos hacia él como su padre espiritual,
sino en su amor a Cristo como su Redentor.
El cuádruple uso de la conjunción
"si" en este versículo, no significa duda en cuanto a la verdad de
las premisas de Pablo. La construcción del texto griego muestra que él daba por
sentado que sus suposiciones eran verdaderas; podría traducirse "puesto
que".
Consolación. Gr. paráklèsis, "exhortación", "estímulo",
"consuelo" (ver com. Hech. 9:31; Rom. 12:8; 15:4). "Estímulo"
parece concordar mejor con el contexto.
En Cristo. El fundamento de la exhortación del apóstol era la
experiencia de los filipenses en Cristo, incentivo que deriva de estudiar e
imitar su vida modelo (cf.1Cor 12:12,27; Efe. 4:15-16).
Consuelo. Gr. paramúthion, sinónimo de paráklèsis (ver
"consolación").
De amor. Quizá Pablo quiere decir: si vuestro amor por
Cristo ejerce algún poder estimulante sobre vuestras mentes.
Comunión. Gr. koinonía (ver com. cap. 1:5), aquí
"asociación íntima".
Del Espíritu. Estas palabras son paralelas con "consolación
en Cristo", y se refieren a la acostumbrada sumisión de los filipenses al
control del Espíritu.
Afecto entrañable. En el griego dice sólo "entrañas". En la antigüedad se entendía que el asiento de las emociones estaba en las vísceras; hoy diríamos el corazón. Esta figura representa las emociones tiernas y cálidas del afecto humano (ver com. Jer. 4:19).
Misericordia. En griego se usa el plural de oiktirmós,
"misericordia", en paralelismo con "entrañas". Con el uso
del plural Pablo podría estar llamando la atención a los actos individuales de
misericordia, que demuestran la presencia de un afecto genuino.
2. Completad mi gozo. El apóstol ya tenía gozo (cap. 1:4),
y sólo faltaba que fuera pleno o completo (cf. Juan 3:29; 15:11; 17:13). Los
filipenses debían completarlo permitiendo que la exhortación de Pablo fuera
eficaz en ellos, y fomentando y demostrando las virtudes a las cuales los
exhortaba.
Sintiendo lo mismo. O "teniendo todos el mismo
pensar" (NC). La concordia que les pide es definida en las tres frases
siguientes.
El mismo amor. El amor mutuo hace que los pensamientos sean
parecidos y que haya una acción unida (cf. Juan 13:35; Col. 1:4; 1 Tes. 3:12; 2
Tes. 1:3).
Unánimes. Gr. súmpsujos, "armonioso",
"apacible", "unido". Este vocablo griego deriva de sun,
"con" "junto con" y psujè,"alma", o "espíritu".
"Un mismo espíritu" (BJ). "Unidos en espíritu" (BA).
Sintiendo una misma cosa. Literalmente "pensando una misma cosa". Pablo reconoce la necesidad de que los hijos de Dios demuestren que los que están en armonía con Dios pueden vivir en mutua armonía. Pocas cosas contradicen más la profesión cristiana de fe que la incapacidad de vivir y trabajar armoniosamente con otros cristianos. Cuando aceptamos a Cristo nos convertimos en miembros de su cuerpo. Para realizar el mayor bien posible, el cuerpo debe funcionar como una unidad (cf. com. 1 Cor. 12: 12-27). La obra de Dios prosperará si el pueblo de Dios se une y trabaja armoniosamente (TM 489-490; 3JT 243-247; 8T 183).
3. Contienda. Gr. erithéia, "egoísmo", "ambición
egoísta", "rivalidad" (BJ), "partidarismo".
Vanagloria. Gr. kenodoxía, "orgullo vacío",
"estima propia infundada", "engreimiento". Este vocablo
griego deriva de kenós, "vacío", y dóxa, "opinión". Ningún
bien permanente se logrará por medio de un trabajo hecho con el espíritu que
aquí describe Pablo. No debemos trazar planes ni ir en pos de meta alguna, si
somos impulsados por ambiciones egoístas o un deseo de superar a otros. Si
estos motivos están presentes nada puede agradar a Dios, ni aunque su fin sea
bueno en sí mismo.
Humildad. Gr. tapeinofrosúnè, "humildad", "modestia", de tapeinós, "humilde", "modesto" y fronéò, "pensar"; por lo tanto, tener una opinión humilde de uno mismo. Los escritores seculares usan este sustantivo en sentido despectivo, y Pablo lo utiliza en Col. 2:18,23 para referirse a la humildad simulada; pero en Hech. 20:19; Efe. 4:2; Col. 3:12 tiene el significado cristiano especial de "humildad mental". El cristianismo ha ensalzado la humildad hasta un nuevo nivel: como uno de los rasgos más atrayentes del carácter. El que es verdaderamente humilde no se jacta de su humildad; sencillamente se autoestima equilibradamente en su relación con Dios y con el plan de salvación. Estimando. Del verbo griego hègéomai, "considerarse", lo que incluye una apreciación de los hechos.
Superiores. Cf. com. Rom. 12:10. La humildad Fija la vista en
la excelencia ajena y se juzga desde ese punto de vista. El hombre
verdaderamente humilde es sensible a sus propios defectos, pero se da cuenta de
que no ve con la misma claridad los defectos de otros. Es natural que aquellos
que comprenden debidamente sus propios defectos, esperen que los otros no
tengan esos defectos y que sus corazones sean más puros; por lo tanto son
inducidos a creer que los otros merecen mayor respeto que ellos. Un hombre
verdaderamente piadoso siempre es humilde y desea que los otros sean preferidos
en los cargos y honores. Eso no significa que no ve los defectos de otros
cuando son manifiestos; pero será humilde y discreto. Esta virtud cristiana
rechaza la ambición por los cargos y ayuda a sentir contentamiento no importa
qué determine la providencia divina (cf. com. Fil. 4:11-12).
4. Mirando. Del verbo griego skopéò, "mirar atentamente"
(ver com. Rom. 16:17).
Lo suyo propio. Pablo insta a los cristianos a
que no sean egoístas, a que no permitan que su atención esté completamente
absorbida por lo que les interesa a ellos o a sus familias. El apóstol les pide
que demuestren un tierno cuidado por la felicidad de todo el grupo y que con
abnegada solicitud tengan en cuenta el bienestar de otros. Nadie está en
libertad de vivir únicamente para sí mismo o para no tener en cuenta las
necesidades de otros.
También. Pablo da a entender con este adverbio que los
cristianos deben prestar la debida atención a sus propios asuntos y también a
las necesidades de otros.
Lo de los otros. Esto no significa que uno debe
ocuparse indebidamente de los asuntos ajenos como lo hacen los entremetidos
(cf. 2 Tes. 3:11; 1 Tim. 5:13; 1 Ped. 4:15), sino que no debe pasarse por alto
el bienestar de otros. El consejo de Pablo tiene el propósito de eliminar el
estrecho espíritu de egoísmo y fomentar una bondadosa consideración por la
felicidad de nuestros prójimos.
El cristiano tiene una responsabilidad
particular por el bienestar espiritual de otros. Si un hombre está
espiritualmente ciego y no desea ir al Maestro, no es entremetimiento tratar de
conducirlo al Salvador, así como no lo es advertir a una persona, en una noche
oscura, que hay un precipicio peligroso en el camino o despertarla de su sueño
para decirle que su casa está incendiándose. Si no se le ha advertido que se
aproxima el retorno del Salvador, no es una interferencia indebida hablarle de
ese acontecimiento próximo.
No hay ningún entremetimiento en
hablarle del glorioso cielo que puede ser suyo, así como no lo sería decirle
que hay una mina de oro en su propiedad. Se hace por el propio interés de esa
persona, y a un verdadero amigo te corresponde enseñarle o recordarle esas cosas.
La única información que tiene el mundo acerca de la vida futura debe recibirla
de la iglesia. Todo el que ama a Cristo amará suficientemente a sus prójimos
como para instruirlos, conducirlos al Salvador y ayudarles en su preparación
para el próximo regreso del Maestro.
5. Haya... este sentir. Mejor, "esto pensad" o
"así pensad". En los vers. 1-4 el apóstol presenta la necesidad de la
unidad y de la humildad abnegada; ahora indica cómo se puede cubrir esa
necesidad.
En vosotros. O "entre vosotros" (BJ).
Cristo Jesús. En cuanto al significado de este título, ver com.
Mat.1:1. En el NT generalmente se usa el nombre "Jesucristo"; pero
Pablo emplea con frecuencia la otra forma, especialmente en esta epístola (cap.
3:3,8,12,14; 4:7,19,21). Al hacerlo posiblemente quiere destacar el elemento
divino (Cristo) antes del elemento humano (Jesús) en la naturaleza
divino-humana del Salvador. Para Pablo toda la vida espiritual se centra en
Cristo, y cuando desea inculcar lecciones de humildad y unidad no puede
encontrar un mejor método que presentar en forma resumida el relato de la
actuación de su Maestro, como el ejemplo supremo de las virtudes que desea que
posean los filipenses. La sublime descripción que sigue (cap. 2:6-8) no se
ocupa conscientemente de la teología en un sentido estrictamente académico,
sino que manifiesta la comprensión inspirada e íntima de la obra redentora de
Cristo que tenía el apóstol, quien la emplea para ilustrar su enseñanza y para
estimular a sus conversos a que imiten al Salvador. Cristo abandonó una gloria
inefable, se cubrió con la forma humana más humilde y se ocupó de las cosas más
modestas para que los hombres pudieran ser salvos. Los cristianos deben moldear
sus vidas en armonía con este gran ejemplo.
6. Siendo. Del verbo griego hupárjò, que con frecuencia significa
"ser" o "existir" (Luc. 9:48; 16:14; Rom. 4:19; 1 Cor. 7:26;
etc.). Ver t. V, pp. 874-875, 894.
Forma. Gr. morfé, que aquí denota todas las
características esenciales y los atributos de Dios. Morfé representa en este sentido la manera en
que las cualidades eternas de Dios se han manifestado. Cualquier forma que esa
manifestación hubiera podido tomar fue poseída por Cristo, quien de esa manera
existió como uno con Dios. Esto coloca a Cristo en igualdad con el Padre y muy
por encima de todo otro poder. Pablo lo destaca para describir más vívidamente
las profundidades de la humillación voluntaria de Cristo.
Estimó. Del verbo griego hègéomai (ver com. vers. 3). El
apóstol ha tratado de la condición de Cristo -de igualdad con Dios-, y ahora
expone el pensar de Cristo para dar una visión interior de la mente del
Salvador y así capacitar a los filipenses para que procuren imitar ese modo de
pensar. El razonamiento de Pablo se presenta en forma muy condensada. En una
frase muestra que Cristo era consciente de su igualdad con Dios, y sin embargo
resolvió abandonar la gloria inherente a esa altísima condición para llevar a
cabo su compasivo propósito de salvar a la humanidad perdida.
Ser igual. Es decir, continuar existiendo en igualdad con Dios. La frase establece definidamente el lugar de Cristo en relación con Dios. El Hijo es colocado junto al Padre, en pie de igualdad y en ninguna forma inferior (ver t. V, pp. 874-876, 894; com. Col. 2:9). Pero Pablo presenta esta posición sólo para demostrar la voluntad de Cristo a renunciar a ella en bien de la salvación del hombre.
Cosa a que aferrarse. "No retuvo ávidamente"
(BJ). Esta frase corresponde en el texto griego con el sustantivo harpagmós,
"usurpación", "robo", "cosa que retener", "algo
de que apoderarse", "premio". Harpagmós deriva de harpázò,
"aferrarse", "pretender ávidamente algo para uno",
"arrebatar". "No consideró como una presa arrebatada el ser al
igual de Dios" (BC).
7. Se despojó a sí mismo. Literalmente "se vació a sí mismo". Ese vaciamiento o anonadamiento fue voluntario (ver com. Juan 10:17-18).
No era posible que Cristo retuviera todos los rasgos característicos
de la divinidad y al mismo tiempo ocurriera la encarnación. La forma en que se
efectuó ese vaciamiento se detalla en el resto de Fil. 2:7 y en el vers. 8. Ver
t. V, p. 895.
Tomando. La construcción griega muestra que las frases
siguientes son la explicación de la frase "se vació a sí mismo".
Forma de siervo. Pablo contrasta la "forma de
Dios" con la "forma de siervo", y destaca la enorme diferencia
que hay entre esas dos condiciones. La palabra morfé es la que se traduce como
"forma" aquí y en el vers. 6. La palabra que se traduce
"siervo" es dóulos, que más bien se refiere a un esclavo (ver com.
Rom. 1:1); por lo tanto, el apóstol está diciendo que Cristo se vació a sí
mismo y asumió los atributos esenciales de un esclavo.
Así como la característica principal de un esclavo era la obediencia total, que obedecía dócilmente, así también el Hijo, como hombre, se comprometió a obedecer al Padre (cf.com. Heb. 5:8). No se aferró a una soberanía divina, sino que se dedicó a servir, lo que llegó a ser la pasión dominante de su vida (Mat. 20:28).
Toda su vida estuvo subordinada a la voluntad de su Padre, y así deben estarlo, nuestras vidas. La vida de Cristo llegó a ser en esa forma el sencillo cumplimiento de la voluntad de Dios (DMJ 17-19; DTG 178).
Supera a la comprensión humana el saber cómo pudo
realizarse todo esto; es una parte del gran "misterio de la piedad"
(1 Tim. 3:16). Pero sí podemos ver claramente cuán pequeño es cualquier
sacrificio de Aquel a quien profesamos seguir.
Nosotros, que somos tan
inferiores a Cristo, ¿nos preocuparemos tanto por nuestra frágil reputación que
nos resulte difícil o imposible rendir nuestra voluntad a la voluntad de Dios? Cuando
compartamos el verdadero espíritu de Cristo, cuando él more en nosotros y
vivamos la vida del Hijo de Dios, se habrá cumplido en nosotros el propósito de
la admonición de Pablo presentada en los versículos precedentes. Entonces seremos semejantes a Cristo.
Hecho. Del verbo ginomai, "llegar a ser", que se
usa en contraste con huparjö, "existir" (vers. 6). Cristo era Dios,
pero se convirtió en hombre.
Semejante. "Debía ser en todo semejante a sus hermanos"
(Heb. 2:17). Era un hombre completo y, sin embargo, era también divino. Cuando
los hombres contemplaban al Hijo encarnado veían a Alguien semejante a ellos
mismos (ver t. V, pp. 879-880,894-895).
Nuestra creencia en la divinidad
de Cristo en ninguna forma debe debilitar nuestra creencia en su completa
naturaleza humana. Si Cristo no fue absolutamente hombre, deja de ser el modelo
de lo que los seres humanos pueden alcanzar; si su divinidad modificó en lo más
mínimo su humanidad, entonces deja de ser nuestro ejemplo.
Hombres. Se usa la forma plural quizá para destacar que
Jesús debía representar a toda la raza humana, y no sólo a un hombre.
8. Estando. Es decir, estuvo entre los hombres en forma humana.
Condición de hombre. Gr. sjèma, vocablo que destaca la
apariencia o forma externa. Según todas las apariencias externas, Cristo era un
hombre, y así fue considerado por aquellos con quienes vivió en la tierra (cf.
Isa. 53:2-3; Mat. 13:55).
De hombre. Como su apariencia exterior lo denotaba, era un ser
humano, y lo era en el más completo sentido de la expresión. Pero al mismo
tiempo, era algo más que eso; era Dios tanto como hombre: misteriosa
combinación de las dos naturalezas, la humana y la divina, hecha posible por la
encarnación.
Se humilló. Del verbo griego tapeinóò, "abatir",
"humillar", vocablo relacionado con tapeinofrosúnè (ver com. vers.
3). No es igual a "se vació a sí mismo" (vers. 7), pero es parte de
ese vaciamiento y muestra una de las formas en que se manifestó ese
autovaciarse o anonadamiento. La forma final de esa humillación voluntaria se
presenta en el resto del versículo.
Haciéndose. Mejor "habiéndose hecho", lo que
demuestra que el acto supremo de humillación propia culminó cuando Cristo se
sometió voluntariamente a la muerte.
Obediente. Es decir, a Dios. Ver com. Rom. 5:18-19; Heb. 5:8.
Hasta la muerte. La obediencia de Jesús lo llevó a
entregar su vida. Fue sin duda una humillación el hecho de que Hasta la muerte.
La obediencia de Jesús lo llevó a entregar su vida. Fue sin duda alguna una
humillación el hecho de que Dios se hiciera hombre, y que después -siendo
hombre- muriera una muerte oprobiosa en la cruz. Así como Isaac se había
sometido voluntariamente a su padre cuando se le dijo que él era la víctima que
sería colocada sobre el altar, así también Cristo -quien podría haber rehuido
la cruz- se sometió voluntariamente a morir por los seres humanos pecadores.
La obediencia de Cristo fue de la
misma naturaleza como debe ser la nuestra. "En la carne" (Rom. 8:3)
fue donde Cristo consintió en obedecer. Era hombre, sometido a los mismos
deseos de conservar su vida como lo somos nosotros. Fue tentado por Satanás,
pero lo venció por el poder del Espíritu Santo, y así también podemos vencer
nosotros. No ejerció en favor de él ningún poder que nosotros no podamos
emplear. Ver com. Heb. 4:15; DTG 94, 677, 683.
Muerte de cruz. El énfasis se halla no sólo en el
hecho de que Cristo murió sino en la clase de muerte que sufrió. Era una muerte
que implicaba una gran vergüenza e intenso sufrimiento. La crucifixión la
aplicaban los romanos a los esclavos, a los no romanos y a los más viles
criminales. Era una muerte sobre la cual la ley de Moisés había pronunciado una
maldición (Deut. 21:23; Gál. 3:13), y hasta los gentiles la consideraban como
el más vil y cruel de todos los castigos. El mensaje de Cristo crucificado era
un tropiezo para los judíos y una necedad para los griegos (1 Cor. 1:23).
A Pablo puede haberle llamado la
atención el contraste entre su propio caso y el de Jesús. El apóstol estaba
encarcelado, pero legalmente no podía ser sometido a la humillación de morir en
una cruz porque un ciudadano romano no debía ser torturado (ver Cicerón, Contra
Verres i. 5.13). Tampoco podían serlo los filipenses, pues eran ciudadanos de
una colonia romana. De manera que la cruz -la máxima profundidad de la
humillación voluntaria de Cristo- produciría un profundo efecto en los lectores
de Pablo y destacaría en forma indeleble la magnitud del ejemplo que les había
dejado su Salvador. Bien sabía Pablo que si aquellos a quienes escribía podían
captar el asombroso sacrificio que Jesús había hecho por ellos, no habría lugar
para el egoísmo en sus vidas (cf. HAp 267-268).
9. Por lo cual. No es que Cristo hubiera recibido
una recompensa debido a su humillación, sino que en la disposición divina el
ensalzamiento sigue naturalmente a la humillación (Mat. 23:12; Luc. 14:11;
18:14). La experiencia de Cristo demuestra la veracidad de sus palabras.
Dios también. Para estimular a sus lectores a la humildad, Pablo
se ha ocupado del papel de Cristo en la redención. El apóstol ahora presenta al Padre dentro del
cuadro.
Le exaltó. Gr. huperupsóò, "exaltar o ensalzar a lo máximo", "elevar a la majestad suprema". Este verbo deriva de hupér, "encima", "arriba" o "más allá de", y hupsóò, "elevar", "ensalzar". Como Cristo se despojó de sí mismo (vers. 7), Dios pudo ensalzarle hasta un nivel aún más glorioso que el que disfrutaba previamente a su encarnación.
El Hijo tenía antes una gloria
plena, pero su humillación voluntaria acrecentó la gloria que tenía junto al
Padre antes de que existiera el mundo (Juan 17:5). Como Dios-hombre vivió una
perfecta vida terrenal, venció al adversario y ganó la salvación para la
humanidad. Un triunfo tal ciertamente añadía un inestimable peso de gloria
eterna al Hijo de Dios. Pablo usa el verbo en pasado para indicar que ese ensalzamiento
ya había ocurrido. En el más pleno sentido de la palabra, ocurrió en la
ascensión, cuando el Salvador volvió a los atrios celestiales y recibió la
adoración que le correspondía (cf.DTG
774). Ver t. V, p. 896.
Le dio. Gr. jarízomai (ver com. cap. 1:29). El Padre, como
Gobernante supremo, tiene derecho de conferir honores al Hijo que tan fielmente
cumplió los planes de ambos.
Un nombre. La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto "el Nombre" (BJ, BC, BA). La opinión está dividida en cuanto a la identidad de este "nombre".
Algunos afirman que se refiere a
"dignidad" o "gloria" y no a un título específico, y apoyan
su opinión con referencias del AT donde se alaba el nombre de Dios (Sal. 29:2;
34:3; 54:6; etc.). Otros creen que Pablo usa "el nombre" en su
sentido hebreo como una referencia al nombre inefable que los judíos reverentes
no pronunciaban: Yahweh (ver t. 1, pp. 179-182), conocido en la LXX y en el NT
como Kúrios, "Señor", e introducido por Pablo en Fil. 2:11.
Otros entienden que el nombre es
"Jesús", apoyados en el vers. 10, pues creen que este amado nombre
humano (ver com. Mat. 1:1) ganó un honor y significado que no se podían suponer
antes de la ascensión. Otros interpretan que "el nombre" es una
referencia a una combinación divino-humana presente en "Jesucristo",
y usada por el apóstol en Fil. 2:11 (ver com. Mat. 1:1). Es imposible tener una
certidumbre absoluta en cuanto a la identidad de "el nombre".
Sobre todo nombre. Ver com. Hech. 4:12; Efe. 1:21;
Heb. 1:3-4. A Cristo no se le puede dar un título más excelso ni una mayor
categoría. Es reconocido como Señor de todo (cf. Apoc. 17:14; 19:16).
10. En el nombre. Cf. com. Hech. 3:16.
De Jesús. Quizá se refiera al nombre mencionado en el vers.
9.
Toda rodilla. Pablo emplea ahora pensamientos tomados de Isa. 45:23
aplicándolos a la adoración final y universal del Salvador (cf. com. Rom.
14:11). Estas palabras aún no se han cumplido, pero con seguridad llegará el
día cuando toda criatura reconocerá el señorío de Cristo (cf. Apoc. 5:11-14).
Esto sucederá únicamente cuando termine el gran conflicto, cuando todos,
incluso Satanás y sus seguidores, se postrarán a los pies de Jesús y
reconocerán que los caminos del Señor han sido justos y rectos (CS 724-728).
Los que están en los cielos, y en la tierra. Esta frase podría referirse a todas las cosas creadas, o a todos los seres inteligentes en las esferas mencionadas. En favor del primer punto de vista se ha presentado la forma como Pablo habla de la creación en Rom. 8:19-22. También se ha hecho referencia a pasajes del AT en los cuales se presenta a toda la naturaleza alabando a Dios (Sal. 65:13; 148).
En favor del segundo punto de vista está el
uso que hace Pablo de las palabras "rodilla" y "lengua"
(Fil. 2:10-11), las cuales -a menos que sean tomadas en sentido figurado- se
refieren a seres animados. Cf. com. Apoc. 5:13.
Debajo de la tierra. Las expresiones correlativas "en los cielos", "en la tierra" y "debajo de la tierra" se basan en una expresión hebrea que denota toda la creación (ver com. Exo. 20:4).
"Debajo de la tierra" podría referirse al reino
figurado de los muertos (ver com. Isa. 14:9-10, 15-16).
11. Confiese. Del verbo griego exomologéÇ, "confesar
públicamente" (Apoc. 3:5), "confesar de corazón" (Mat. 3:6), o
"agradecer" (Mat. 11:25). Es lógico que aquí se aplique el primer
significado, pero los otros también están implicados en la confesión final de
la soberanía de Cristo.
Jesucristo es el Señor. El apóstol de nuevo usa el doble
nombre que abarca la naturaleza humana y divina del Redentor, y declara que
Aquel que dejó el cielo para asumir la forma de siervo finalmente será
declarado Señor. En cuanto a otras declaraciones del NT acerca de Jesucristo
como el Señor, ver com. Hech. 2:36; Rom. 10:9; 1 Cor. 8:6; 12:3. Una clara
comprensión del señorío de Cristo puede aumentar la confianza que se manifiesta
en la vida del cristiano.
Para gloria de Dios. Estas palabras están
gramaticalmente relacionadas con "toda lengua confiese" (vers. 11),
es decir que la confesión universal de que Jesucristo es el Señor proporciona
gloria a Dios. Pero podemos ver en las palabras una referencia a la pasión
suprema de toda la vida del Salvador: vivió para la gloria de Dios, para que
toda la creación diera al Padre la honra debida a su nombre (ver com. Juan 12:28;
13:31; 17:1; 1 Cor. 15:24, 28). Sus seguidores deben vivir con el mismo
propósito. Este versículo nos lleva al clímax de la breve presentación que hace
Pablo de los principios que rigen la humildad y el ensalzamiento.
Primero (vers. 1-4), advierte que
no debe haber ensalzamiento propio ni contiendas entre los filipenses. Segundo
(vers. 5-8), presenta a Cristo como el modelo de humildad. Tercero (vers.
9-11), muestra que Aquel que se humilló ha sido ensalzado a una gloria mayor
que aquella de la cual se desprendió para su encarnación. El apóstol tiene el
propósito de que sus lectores aprendan que Dios puede ensalzar sólo a los que
humildemente le han servido en esta tierra. Como el siervo no es mayor que su
Señor (Juan 13:16), nuestro servicio debe ser rendido con un espíritu similar
al de Cristo.
12. Por tanto. O "así pues" (BJ); "así que" (NC, BA). Los vers. 12-16 y 5-11 están estrechamente vinculados. El apóstol deduce otras lecciones del ejemplo de Cristo, además de la humildad. Amados míos. Estas afectuosas palabras no son un artificio de Pablo. Su genuino amor por sus conversos reluce a lo largo de todas sus epístolas (cf. Rom. 12:19; 1 Cor. 4:14; etc.).
Obedecido. Aquí se establece un nexo con los vers. 5-11. Una
de las manifestaciones de la humildad de Cristo fue su obediencia (vers. 8). Los
filipenses habían sido obedientes en lo pasado, pero Pablo deseaba que se
compenetraran aún más del espíritu de su Maestro, y confiaba que el ejemplo de
Cristo los animaría a una obediencia más fiel.
No como en mi presencia. Según el texto griego, esta frase
no se refiere a "obedecido", sino a "ocupaos". El apóstol
deseaba que los creyentes fueran espiritualmente diligentes no sólo frente a la
inspiración de su presencia corporal sino también cuando estuviera ausente, y
que entonces fueran aún más diligentes.
Ocupaos. Del verbo griego katergázomai (ver com. Rom. 5:3), que se usa aquí con el sentido de "cumplir", "ocuparse en", "trabajar". Esta instrucción no apoya la idea de la salvación por las obras, pues somos salvados por gracia, mediante la fe (ver com. Rom. 3:20-22, 24,28; Efe. 2:8). Pero esta gracia nos induce a hacer buenas obras (ver com. Rom. 6:11-16); por lo tanto, tales obras son el fruto de la gracia que ha efectuado nuestra salvación (Rom. 6:18; cf. 2 Cor. 6:1).
*¿Con esto queremos dar a entender que creemos que la salvación del cielo no depende en nada de lo que podamos hacer en esta vida, ni de un cambio actual de corazón?."
Muchos son atraídos a la vida cristiana, pero no están dispuestos a hacer frente a las condiciones por las cuales puede ser suya la recompensa del cristiano. Si pudiesen ganar la salvación sin esfuerzos de su parte estarían más que felices de recibir todo lo que el Señor pudiera darles.
Pero las Escrituras enseñan que cada uno debe
cooperar con la voluntad y el poder de Dios.
Cada uno debe esforzarse para "entrar" (Luc. 13:24), despojarse
"del viejo hombre" (Col. 3:9), dejar "todo peso" y correr
"con paciencia" (Heb. 12:1), resistir "al diablo" (Sant. 4:7)
y perseverar "hasta el fin" (Mat. 24:13). La salvación no se alcanza
por medio de las obras, pero debemos ocuparnos de ella; proviene únicamente de
la mediación de Cristo, pero se adquiere mediante la cooperación personal con
Cristo. Por más que reconozcamos nuestra
completa dependencia de los méritos, la obra y el poder de Cristo, debemos
también estar conscientes de nuestra obligación personal de vivir diariamente,
por la gracia de Dios, una vida en armonía con los principios del cielo (HAp
384). Ver com. Rom. 3:31.
Vuestra salvación. Pablo no estaba presente para ayudar personalmente a los creyentes de Filipos; ellos debían ocuparse de sus propias necesidades espirituales.
La salvación es algo individual. Ningún amigo
humano, ningún pastor, ni aun un apóstol puede efectuarla por otro. Si "estuviesen
en medio de ella [de la tierra] Noé, Daniel y Job... no librarían a hijo ni a
hija; ellos por su propia justicia librarían solamente sus propias vidas"
(Eze. 14:20).
Temor y temblor. Cf. 1 Cor. 2:3; 2 Cor. 7:15; Efe.
6:5. Pablo no se refiere a un terror servil, sino a una prudente desconfianza
propia. El cristiano debe temer, no sea que su voluntad no esté continuamente
rendida ante Cristo, o que los rasgos carnales de su carácter predominen en su
vida. Debe temer a la confianza en su propia fortaleza, a apartar su mano de la
mano de Cristo, o a intentar caminar solo por la senda cristiana (PVGM 125). Este
temor induce a estar vigilante contra la tentación (1 Ped. 1:17; 5:8), a
humillar la mente (Rom. 11:20), a tener cuidado de no caer (1 Cor. 10:12); pero
sobre todo lleva a entregarse momento tras momento a Cristo, el único que puede
proporcionar la victoria.
13. Porque. Ahora el apóstol evita ser entendido mal,
explicando que Dios es soberano en la salvación del hombre.
Dios es el que.La frase entera dice literalmente: "Dios es
quien está obrando" o "dando energía"; el énfasis se hace
claramente sobre "Dios".
Produce. Gr. energéÇ, "producir poder", "dar energía", lo que generalmente significa que la operación es eficaz.
No es la misma palabra que se usa para "ocupaos" (de katergázomai) en el vers. 12 (ver comentario respectivo).
EnergéÇ se emplea con frecuencia para
referirse a la obra de Dios en la vida del cristiano (1 Cor. 12:6,11; Gál. 2:8;
Efe. 1:11,20). El apóstol está destacando el hecho de que el poder para la
salvación viene de Dios, y que ese poder obra en nosotros para cumplir su
propósito misericordioso.
Así el querer como el hacer. La relación de igualdad
"así... como", muestra que Dios proporciona tanto el estímulo para
nuestra determinación inicial de aceptar la salvación como el poder para que esa
decisión nuestra sea eficaz. Esto no significa que somos seres completamente
pasivos, sometidos únicamente a la disposición de Dios, sino que él nos
proporciona el estímulo que despierta nuestro deseo de ser salvados, que nos
capacita para hacer la decisión de alcanzar la salvación y nos proporciona la
energía para hacer eficaz esa decisión, de modo que la salvación se efectúe en
nuestra vida. Por lo tanto, la redención es presentada como una obra de
cooperación entre Dios y el hombre, en la que el primero proporciona todos los
poderes necesarios para que el hombre los utilice.
Buena voluntad. Gr. eudokía (ver com. Rom. 10:1).
Dios anhela la salvación del hombre. Ha hecho todo lo que el poder divino puede
hacer para que sea posible. Su "buena voluntad" es que los hombres se
salven. Nadie desea nuestra redención más intensamente que el Padre.
14. Todo. Pablo ahora aplica su enseñanza a los aspectos
prácticos de la vida. En vista del anhelo de Dios por la salvación del hombre,
los filipenses pueden dedicarse al cumplimiento de su salvación con un espíritu
alegre y confiado, sabiendo que Dios proporcionará la fortaleza necesaria.
Murmuraciones. Gr. goggusmós, palabra onomatopéyica que sugiere el
murmullo que produce un murmurador (ver com. Hech. 6:1). Se usa en la LXX para
referirse a las quejas de Israel en el desierto. El apóstol parece que tuvo en
cuenta a los israelitas, pues en Fil. 2:15 cita a Moisés (ver com. Deut. 32:5).
El verbo goggúzÇ, "murmurar", se usa con frecuencia en el NT (Mat.
20:11; Luc. 5:30; Juan 6:41,43,61).
Contiendas. Gr. dialogismós (ver com. Rom. 1:21). Las murmuraciones
producen contiendas. Se insta a los filipenses a no quejarse de la forma en que
Dios los dirige ni a dudar de los métodos divinos, pues Dios se propone
redimirlos. La obediencia debe ser alegre y voluntaria, o de lo contrario tiene
poco valor. El espíritu paciente y humilde del cristiano frente a la
persecución o su respuesta a la orden de un superior, indica su disposición a
someterse a la disciplina superior que procede del Señor.
15. Para que seáis. O "para que lleguéis a
ser"; es decir, en el proceso de ocuparse de su propia salvación sin
murmuraciones ni contiendas, llegarían a ser irreprensibles.
Irreprensibles. O exentos de censura, seguramente
de Dios y quizá de los hombres.
Sencillos. Ver com. Rom. 16:19. Este adjetivo, que describe la
condición íntima del corazón del cristiano, complementa a
"irreprensibles", que se refiere al concepto de otros en cuanto al
cristiano.
Hijos. Gr. téknon, "niño", que contrasta con
huiós, "hijo" (ver com. Rom. 8:14). Al usar la palabra téknon, Pablo
parece recalcar la dependencia y la inocencia del niño, a pesar del ambiente en
el cual vive.
Sin mancha. Gr. ámemptos, "sin tacha" (BJ, BA, BC). Pablo
anhelaba que sus conversos poseyeran una reputación sin mancha alguna, pues
sabía que el buen nombre de Dios en el mundo depende en parte de la reputación
de sus hijos.
Generación. Se refiere a todos los que viven en una determinada época (cf.com. Mat. 23:36).
Maligna y perversa. Posiblemente sea una alusión a Deut. 32:5. Ver com. Mat, 17:17; Hech. 2:40.
Luminares. Gr. fÇst'r, "lumbrera". Se emplea en la LXX para referirse a los cuerpos celestes (Gén. 1:14,16). Aunque el crecimiento cristiano de los filipenses no era completo, sus vidas debían iluminar el oscuro mundo en el cual vivían (ver com. Mat. 5:14).
Las palabras de Pablo son apropiadas para la última generación que vivirá en un tiempo cuando las tinieblas serán más densas que nunca antes (PVGM 340-341).
Los hijos de Dios deben
entonces levantarse y resplandecer con un brillo especial (ver/com. Isa. 60:1-2).
16. Asidos. "Exhibiendo la palabra de vida" (BC). Hay
dos posibles interpretaciones de la flexión del verbo: "exhibiendo",
"llevando en alto" (NC), o "asidos". La primera sería una
continuación del versículo previo, y entonces se ve a la iglesia presentando la
palabra de vida como alguien que sostiene una antorcha para que alumbre en la
oscuridad.
Cuando los cristianos muestran lo
que la Palabra ha hecho en sus vidas y hablan al mundo con claridad y
sencillez, la presentan a otros como el camino de la vida y de la luz. La vida es luz. Cristo es la vida
(Juan 1:4; 6:48; 14:6) y la luz (Juan 8:12; 9:5; 12:46), y la fuente de ambas. Sus
seguidores también son luz, pero es una luz reflejada (ver com. Mat. 5:14). La
esencia del Evangelio es luz (Efe. 5:8). Así como el pensamiento se expresa en
palabras, la luz de la verdad se expresa en la vida.
El cristiano puede presentar la
Palabra de vida a los no cristianos, pero no puede hacer que la acepten. Cada
uno debe estar dispuesto a aceptarla por sí mismo. Nadie puede participar de la
Palabra por otro, así como nadie puede ingerir alimento para fortalecer a otro.
La Palabra puede ser entendida y recibida en la vida por medio de la ayuda del
Espíritu Santo. No importa quién presenta la Palabra de vida, lo que efectúa la
transformación es el poder de Dios ministrando mediante la Palabra.
En segundo lugar, la palabra que
se traduce "exhibiendo", "llevando", también puede tener el
sentido de "asidos" (RVR), cuyo significado parece ser aquí
preferible. La iglesia brillará únicamente si se aferra a la Palabra
vivificante.
Palabra de vida. Esta frase no aparece en ningún
otro lugar de los escritos de Pablo. Ver com. Juan 6:68; Hech. 5:20; cf. 1 Juan
1:1. La Palabra de vida es el mensaje evangélico Conocer al Padre y al Hijo es
vida eterna (Juan 17:3). Primero llegamos a conocerlos mediante la palabra
hablada (Rom. 10:13-17; Juan 6:63), y así tenemos acceso a la vida que sólo
proviene de ellos. La vida espiritual se produce y se sostiene mediante el
poder de la Palabra. Los seres humanos deben vivir "de toda palabra que
sale de la boca de Dios" (Mat. 4:4; DTG 354-355).
Día de Cristo. Expresión peculiar de esta epístola. La forma usual es "día de Jesucristo" (ver com. cap. 1:6). Pablo siempre tenía en cuenta que el gran propósito de la vida se alcanzará en el día del regreso de Cristo a este mundo. Sabía que cualquier regocijo o gloria que pudiera disfrutar ahora, debido a la fragilidad humana, podría dejar de ser un verdadero regocijo en aquel día. Pero si podía gloriarse del resultado de sus labores en el día de Cristo, sabía que su gloriarse sería permanente.
Pablo reconocía que
ese día: sería el momento cuando la obra de cada hombre sería examinada (ver 1 Cor.
3:12-13; 4:3-5; 2 Cor. 1:14).
Yo pueda gloriarme. Gr. eis káuj'ma emói, literalmente
"para jactancia para mí". En cuanto a káuj'ma, ver com. cap. 1:26. Pablo
quería tener motivo para regocijarse por la vida consecuente de sus amigos
filipenses (cf. com. 1 Tes. 2:19-20).
Corrido en vano. Esta frase, que recuerda las
competencias en los estadios, ilustra los esfuerzos hechos por Pablo en sus
actividades evangelísticas (cf. 1 Cor. 9:24; Heb.12:1). "En vano"
significa "sin propósito", "sin resultado" (cf. 2 Cor. 6:1;
Gál. 2:2; 1Tes. 3:5). El sentido de responsabilidad del apóstol por sus
conversos era intenso. Su gran anhelo era que permanecieran fieles (HAp
168-169). No estaba contento con haber trabajado, sino que deseaba ver frutos
eternos de su obra de sacrificio.
He trabajado. Gr. kopiáÇ, "esforzarse", "trabajar
duro", del sustantivo kópos, "esfuerzo agotador". Pablo describe
con exactitud su arduo esfuerzo evangelístico (cf.1Cor.15:10; Col. 1:29; 1
Tes. 2:19).
17. Derramado en libación. Gr. spéndÇ, "derramar una libación" (ver com. Núm. 15:4-9; 2 Tim. 4:6; cf. Núm. 28:7).
Pablo veía a los filipenses como ofreciendo su fe a
Dios, y contemplaba su vida como la libación derramada sobre el sacrificio. Estaba
dispuesto a dar su sangre para acompañar el fiel testimonio de los filipenses,
si eso contribuía a la promoción del Evangelio. El apóstol de los gentiles
poseía el amor insuperable (Juan 15:13); pero no creía que hubiera ninguna
virtud particular en que diera su vida, excepto si así animaba a los filipenses
a un mayor sacrificio abnegado, o si podía servir para que alguien investigara
la fe a la cual él se aferraba tan tenazmente.
Sacrificio. Gr. thusía, el "sacrificio", no el acto
de sacrificar. Se hace referencia a la fe cristiana de los filipenses que, como
sacerdotes cristianos (ver 1 Ped. 2:9), presentaban al Señor.
Servicio. Gr. leitourgía, en el NT, "servicio
público" (ver com. Luc. 1:23).
Me gozo y regocijo. Pablo quería unir su gozo al de
los filipenses aun cuando su trabajo para otros le hiciera perder la vida. Cf.
com. Rom. 8:18.
18. Asimismo. Los filipenses también debían estar gozosos y
regocijarse con Pablo. En vez de estar apesadumbrados ante la perspectiva de
que el apóstol entregara su vida, él quería que sus amigos compartieran su gozo
de que se le permitiera sacrificarse para beneficio de ellos y del Evangelio. La
epístola destaca el gozo -no sólo como un privilegio sino como un deber- que
deriva de la fe cristiana y demuestra su realidad.
19. Espero. Se da comienzo a un nuevo pensamiento (vers. 19-24). Pablo anuncia su intención de enviar a Timoteo a los filipenses como representante de él y ejemplo de ellos. En el Señor Jesús. El pensamiento del cristiano es dirigido por el Señor: su amor, esperanza, trabajo, todo se centra en el Señor (cf. com. Rom. 9:1; Fil. 1:8; 2:24, 29; 3:1). Timoteo. Ver com. Hech. 16:1-3; Fil. 2:20. Pablo había aconsejado a los creyentes de Filipos a ocuparse ellos mismos de su salvación (vers. 12), en vez de depender demasiado de maestros humanos. Además, trata de darles toda la ayuda que puede: espera enviarles a Timoteo.
De buen ánimo. Pablo ya ha expresado alguna preocupación por la
condición de los filipenses (1:27-30), pero no tiene ninguna duda real en cuanto
a la situación de ellos. Parece estar confiado del buen informe que le traerá
Timoteo cuando regrese. Compárese con su afectuosa preocupación por los
cristianos de Corinto y de Tesalónica (2 Cor. 2:13; 7:6-7; 1 Tes. 3:1-9).
Al saber. El apóstol no puede sentirse completamente
satisfecho hasta que haya recibido el informe Personal de Timoteo. Hasta que
éste no regrese no dejará de sentirse algo preocupado por la iglesia de
Filipos.
Vuestro estado. Literalmente "las cosas
concernientes a vosotros".
20. Del mismo ánimo. O "de igual pensar",
"de igual alma". Pablo quiere decir o que no tenía otro semejante a
él mismo, o que no tenía otro que fuera igual a Timoteo. Timoteo era un segundo
Pablo. Puesto que el apóstol no podía investigar personalmente la condición de
la iglesia, el mejor sustituto sería un informe de Timoteo en cuanto a la
condición espiritual de los filipenses.
Timoteo, que era hijo espiritual
de Pablo (1 Tim. 1:2), reconocía esta relación y se comportaba de acuerdo con
ella (1 Cor. 16:10; Fil. 2:22). El joven heredó de su padre espiritual sus
intereses y su afecto. Por esa razón nadie podría haber cumplido mejor la tarea
que se presentaba que el joven que estaba interesado genuinamente en el
bienestar de aquellos que eran hijos espirituales de Pablo y, por lo tanto,
hermanas y hermanos suyos en la fe. Hay escasez de hombres "del mismo
ánimo" del apóstol -hombres de celo ferviente, espontáneo y abnegado-;
pero hombres tales son los que necesita el Señor Jesús. Timoteo tenía los
mismos sentimientos de Pablo porque ambos poseían la mente de Cristo. Tener la
mente de Jesús capacitará de por sí a los hombres para que tengan éxito en
conducir a la iglesia de Dios en los últimos días. La iglesia es el objeto
supremo del amor de Dios y de su cuidado, y los que piensan como el Señor, ya
sean laicos o dirigentes, tendrán la misma actitud y velarán con la misma
solicitud por todos los miembros de la iglesia y por las actividades de ella. No
podrán proceder de otra manera.
Se interese. Gr. merimnáÇ, "estar ansioso" (ver com.
Mat. 6:25). El interés al cual se refiere Pablo no es algo accidental.
21. Todos. Literalmente "los todos", es decir, todo
el grupo de cristianos en torno de Pablo.
Buscan lo suyo propio. En vista de la forma en que Pablo
alaba a los filipenses (cap. 1:3-5), a Timoteo (cap. 2:19-22) y a Epafrodito
(vers. 25-30), es sorprendente encontrar esta acusación escrita por él. Llama
hermanos a los que estaban con él (cap. 4:21), pero parece que éstos no compartían
su espíritu abnegado. Se ha sugerido aquí que se negaron a viajar a Filipos
debido a los peligros, y que Pablo tuvo que enviar a Timoteo, de quien sólo con
dificultad podía separarse. Quizá estaban ausentes Epafrodito (cap, 2:25-30) y
Lucas, pues parece que ambos eran fielmente desinteresados.
De Cristo Jesús. Con la frase "lo que es de
Cristo Jesús", Pablo se refiere a asuntos que conciernen al reino de
Cristo, su gloria y nuestra salvación. El apóstol establece un contraste entre
los que estaban dedicados a los intereses de la iglesia y los que se
preocupaban principalmente por los suyos. Pablo y Timoteo estaban dedicados a
una causa común: la salvación de los hijos extraviados de Dios; pero con pesar
Pablo escribe que no todos los suyos pensaban así.
22. Conocéis. Parece que había habido bastante trato entre la
iglesia de Filipos y el joven evangelista Timoteo, pues éste había estado con
Pablo cuando fundó la iglesia (ver com. Hech. 16:1,13; 17:14). Es posible que
hubiera visitado a Filipos, por lo menos dos veces, durante el tercer viaje
misionero (Hech. 19:22; 20:3-6). Ahora Pablo lo había escogido para hacer otra
visita.
Méritos. "Probada virtud" (BJ); "probada
fidelidad" (NC). Los filipenses sabían cómo el carácter de Timoteo había
sido probado y aprobado, y estaban enterados de su adhesión a Pablo y su
fidelidad en el servicio del Evangelio.
Como hijo a padre. Parece que Pablo estaba por hablar de cómo Timoteo le había ayudado fiel y personalmente; pero con su característica humildad habla de Timoteo y de sí mismo como colaboradores en el servicio del Evangelio.
Si juzgamos el carácter de Timoteo por las instrucciones que Pablo
le da en 1 y 2 Timoteo (ver com. 1 Tim. 4:12), nos da la impresión de que
Timoteo era suave y afectuoso, no dominante. Pablo puede haber sentido la
necesidad de alabar con énfasis a su amigo (cf. com. 1 Cor. 16:10).
23. Así que. Pablo vuelve a su pensamiento anterior: el de
enviar a Timoteo como mensajero suyo a los filipenses (vers. 19).
Luego. Gr. exaut's, "inmediatamente", "en
el acto".
Cómo van. Como Pablo tenía el plan de demorar la partida de
Timoteo hasta que viera cómo se desarrollaban los acontecimientos, es posible
que pensara que se avecinaba alguna crisis relacionada con su encarcelamiento. Puesto
que en el versículo siguiente expresa su esperanza de visitar pronto a Filipos,
puede haber pensado en su liberación, en cuyo caso Timoteo llevaría la alegre
noticia a los creyentes macedonios.
24. Confío. Gr. péithÇ, "tener confianza",
"esperar confiadamente", verbo diferente del que se traduce
"espero" en el vers. 19. Allí Pablo tenía la esperanza; aquí la
confianza; pero en ambos casos la fe está depositada "en el Señor"
(ver com. vers. 19). Es evidente que el apóstol consideraba que era muy posible
que pronto el Señor dirigiría los sucesos para que fuera liberado de la
prisión.
25. Mas. Los
vers. 25-30 tratan de Epafrodito, otro amigo de Pablo, bien conocido por la
congregación de Filipos. Epafrodito había sido el portador de un obsequio de la
iglesia para Pablo y había servido bien al apóstol durante su permanencia con
él. Su regreso había sido pospuesto debido a una enfermedad.
Tuve por necesario. En vista de la posible demora en
enviar a Timoteo. El verbo en pasado parece sugerir, a primera vista, que Pablo
ya había enviado a Epafrodito y que éste ya estaba en camino a Filipos, y que
esta carta se escribió después de su partida.
Pero las flexiones de los verbos
"tuve por necesario" (vers. 25) y "envío" (vers. 28), sin
duda representan el aoristo griego epistolar que se usa cuando el que escribe
se pone en lugar de los lectores y sitúa sus afirmaciones en el tiempo que
corresponde con ellos. Cuando la carta llegara a su destino, la acción
representada por el verbo ya habría pasado. Por eso Pablo usa el pretérito
aunque el suceso fuera futuro para él en el momento en que escribía. Por lo
tanto puede deducirse que Epafrodito aún no había partido para Filipos y que
era el portador de esta carta para los creyentes (HAp 382).
Epafrodito. Nombre común en griego y en latín que significa
"atractivo", "fascinante", "encantador", derivado
del nombre de la diosa griega Afrodita. Epafrodito aparece en el NT sólo en
esta epístola. Algunos han identificado a este Epafrodito con Epafras de Col.
1:7; 4:12; File. 23. Pero aunque Epafras es una abreviatura de un nombre más
largo, no parece probable que se refiera a la misma persona. Epafrodito
procedía de Filipos, Macedonia, mientras que Epafras era ministro en Colosas,
Asia Menor, y probablemente oriundo de esa región.
Mi hermano. El posesivo "mi" se aplica a los
sustantivos "hermano", "colaborador" y "compañero de
milicia". El primero lo designa como participante de la fe de Pablo; el
segundo, como su compañero de misión y de ocupaciones; el tercero, como
copartícipe de sus luchas y peligros; una gradación que va de una relación
general a otra más definida. Por la entusiasta descripción de Pablo, es claro
que Epafrodito participaba de actividades misioneras similares a las del
apóstol. Como estaba en libertad podía realizar labores que Pablo no podía; por
lo tanto puede haber sufrido peligros, y por eso merecía la descripción de
"compañero de milicia" (cf. 1 Tim. 1:18; 2 Tim. 2:3-4).
Vuestro. Posesivo que contrasta con el "mi"
anterior y destaca la doble relación de Epafrodito: con Pablo y con los
filipenses.
Mensajero. Gr. apóstolos (ver com. Rom. 1:1). Aquí la palabra sencillamente
significa "mensajero" o "enviado" (BJ, NC). Originalmente
Epafrodito había sido enviado desde Filipos con una misión especial: la de llevar
ayuda para Pablo (ver com. Fil. 4:18).
Ministrador. Gr. leitourgós (ver com. Rom. 13:6).
26. Porque. Este versículo presenta la razón de la decisión de
Pablo de enviar a Epafrodito a Filipos: el fiel hermano anhelaba regresar a su
lugar de origen para disipar la ansiedad que había en cuanto a su salud.
Tenía gran deseo. Pablo alaba hábilmente a su
mensajero ante los filipenses, destacando el afecto de Epafrodito hacia ellos.
Se angustió. Gr. ad'monéÇ. Se han sugerido dos etimologías para
este verbo: (1) a, "lejos de", y d'mos, "gente", a veces
con el sentido de gente de uno, o sea, la familia, por lo tanto, "lejos de
su gente"; entonces una traducción libre sería: "estar
nostálgico"; "os añora" (BJ). (2) De ad'mÇn, "angustiado",
"perturbado", por lo tanto, "estar afligido". Ad'monéÇ se
usa con este segundo sentido en Mat. 26:37 y Mar. 14:33 para describir el
estado mental del Salvador en el Getsemaní, y se traduce como "estar
triste" y "entristecerse". En el caso de Epafrodito, la ansiedad
no se debía a él sino al dolor de sus amigos de Filipos. Sabía que habían oído
de su enfermedad y que quizá creían que ya había muerto.
27. Pues en verdad. La última frase del vers. 26
había hecho parecer el caso como menos grave, y por eso Pablo presenta a sus
lectores cuán grave había sido la enfermedad de su amigo.
A punto de morir. No hay indicación en cuanto a la
causa o la naturaleza de la enfermedad.
Dios tuvo misericordia. No se sugiere una curación
instantánea, milagrosa, aunque Pablo había hecho muchas curaciones en años anteriores
(ver com. Hech. 19:11-12; 28:8-9).
El don de curación divina no
estaba presente en cada caso, ni aun en las ocasiones cuando el sanador naturalmente
habría deseado muchísimo usar ese don.
Provenía de Dios y estaba bajo el dominio y la dirección de él (cf. com.
1 Cor. 12:9).
Tristeza sobre tristeza. Quizá Pablo estaba pensando en su
encarcelamiento como una tristeza. Si Epafrodito, que había llegado para
socorrerlo en su prisión, moría, la "tristeza" de Pablo aumentaría en
gran manera.
28. Le envío. Ver com. vers. 25.
Con mayor solicitud. Mejor "me apresuro a
enviarle" (BJ); "más prestamente" (NC).
De nuevo. La construcción sintáctica griega favorece
relacionar esta forma adverbial con "gocéis", que está después, y no
con "verle".
Os gocéis. El gozo común de los filipenses se había
ensombrecido debido a las noticias de que su representante estaba gravemente
enfermo, pero ahora podían recobrar su alegría. Su gozo disminuiría la tristeza
de Pablo, pues si bien seguiría encarcelado, se aliviaría su preocupación por
Epafrodito y la iglesia de Filipos.
Menos tristeza. Pablo hallaría solaz y gozo
debido al gozo de los creyentes de Filipos cuando vieran de nuevo a Epafrodito.
29. Recibidle, pues. Pablo enviaba a Epafrodito para
que los creyentes pudieran regocijarse nuevamente (vers. 28), por lo que quería
asegurarse del cumplimiento de ese propósito.
En el Señor. Cf. com. Fil. 2:19; cf. Rom. 16:2. Pablo insta a
los filipenses a considerar a Epafrodito como un don de Dios, como el siervo
del Señor, y ahora restaurado a ellos por la misericordia de Dios.
Estima. Mejor "honor". Este gran elogio dedicado
a Epafrodito destaca un importante deber en cuanto al trato que debe darse a
los que tienen un carácter noble. Es un deber cristiano respetar a los
virtuosos y piadosos, y especialmente honrar a los que han sido fieles en la
obra del Señor. Algunos han visto en el vers. 29 un indicio de desarmonía
previa entre los filipenses y Epafrodito. Si así fue, Pablo ahora deseaba que
se eliminara toda incomprensión.
30. Obra de Cristo. La bienvenida que debía darse a
Epafrodito y el honor que le correspondía se basaban en su obra, pues ésta le
había causado su grave enfermedad. Esa obra consistía en su atención personal a
las necesidades de Pablo y no en una labor de evangelismo directo. El espíritu
con que se cumple el servicio significa más para Dios que la clase de servicio
(6T 439).
Exponiendo su vida. Esta expresión da una idea de los
peligros a los que se había expuesto Epafrodito por ayudar al apóstol.
Para suplir lo que faltaba. No es una crítica para los filipenses
sino más bien un elogio. Pablo reconoce que la distancia impedía que los
creyentes prestaran toda la ayuda a que los movía su bondad, y acepta la ayuda
de Epafrodito como si hubiera sido la de ellos. Puede haber un indicio de que
la enfermedad de Epafrodito era el resultado del trabajo excesivo y no de la
persecución. Quizá estaba enfermo debido a su largo y azaroso viaje.
Servicio. Gr. leitourgía (ver com. vers. 17). Otra vez se
sobreentiende que la dádiva de los filipenses, enviada con Epafrodito, tenía un
significado religioso, pues lo que daban a Pablo era aceptado como si hubiera
sido ofrenda a Cristo (cf. Mat. 25:35-40). 7CBA
COMENTARIOS DE EGW
1-30. TM 221. Ruego por causa
de Cristo que no permitáis que salgan de vuestros labios expresiones
apresuradas o ásperas, que no uséis un lenguaje extravagante, que no expreséis
nada que tenga sabor de crítica, porque todo esto es humano. Cristo no tiene
parte en ello. Sean cuidadosos los escritores ligeros de cómo usan su pluma, no
sea que parezcan ridiculizar la posición de creyentes o no creyentes. Nuestra
única seguridad la hallaremos al conservar el espíritu humilde de Cristo, y al
hacer derechos pasos a nuestros pies, para que lo cojo no salga fuera del
camino. La mansedumbre y la humildad de Cristo deben tomar posesión del alma.
Satanás está ejerciendo su poder
para presentar engaños magistrales, de manera que logre que ocurra lo que no
está de acuerdo con la voluntad de Dios. No den ocasión aquellos que creen la
verdad, a que nuestros enemigos afirmen la oposición, y den pie a una falsa
presentación que los hombres usarían para oponerse al avance de la verdad. Por
causa de Cristo, realice cada obrero esfuerzos que anulen los asertos de
Satanás, y no se empeñe en nada que Dios no pidió de sus manos. Bajo la
dirección del General del cielo hemos de trabajar de acuerdo con la voluntad de
Dios, y el éxito coronará nuestros esfuerzos. Dad a Dios una oportunidad de trabajar,
y dejad que los hombres hagan lo que él desea que realicen para hacer progresar
su verdad. 222
1-13. 3JT 422. El ejemplo de Cristo. El pueblo de Dios debe adquirir
una experiencia más profunda y más vasta en las cosas religiosas. Jesús es
nuestro Ejemplo. Si, mediante una fe viva y una santificada obediencia a la
Palabra de Dios, manifestamos el amor y la gracia de Cristo, si mostramos que
tenemos un concepto correcto de las dispensaciones providenciales por cuyo
medio Dios dirige su obra, manifestaremos al mundo un poder convincente. No es
un puesto destacado lo que nos da valor a los ojos de Dios.
El hombre se
mide por su consagración y fidelidad en el cumplimiento de la voluntad divina. Si el pueblo
remanente de Dios quiere andar en humildad y fe, Dios ejecutará por medio de él
su plan eterno, haciéndole capaz de trabajar en armonía, para dar al mundo la
verdad tal cual es en Jesús. Él se valdrá de todos -hombres, mujeres y niños-
para hacer brillar la luz sobre el mundo y sacar de su medio un pueblo fiel a
sus mandamientos. 422 Por medio de la fe que su pueblo deposita en él, Dios
mostrará al mundo que él es el Dios verdadero, el Dios de Israel.
"Solamente que converséis
como es digno del evangelio de Cristo -nos exhorta el apóstol Pablo;- para que,
o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes
en un mismo espíritu, unánimes combatiendo juntamente por la fe del evangelio,
y en nada intimidades de los que se oponen: que a ellos ciertamente es indicio
de perdición, mas a vosotros de salud; y esto de Dios; porque a vosotros es
concedido por Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él."
"Por tanto, si hay alguna
consolación en Cristo; si algún refrigerio de amor; si alguna comunión del
Espíritu; si algunas entrañas y misericordias, cumplid mi gozo; que sintáis lo
mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis
por contienda o por vanagloria; antes bien en humildad, estimándoos inferiores
los unos a los otros: no mirando cada uno a lo suyo propio, sino cada cual
también a lo de los otros.
"Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús: el cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual a Dios: sin embargo, se anonadó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y hallado en la condición como hombre, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Por lo cual Dios
también le ensalzó a lo sumo, y dióle un nombre que es sobre todo nombre; para
que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos,
y de los que en la tierra, y de los que debajo de la tierra; y toda lengua
confiese que Jesucristo es el Señor, a la gloria de Dios Padre. Por tanto,
amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente,
sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor;
porque Dios es el que en vosotros obra así el 423 querer como el hacer, por su
buena voluntad." (Fil. 1:27-29; 2:1-13.)
6-11. CM 249. Toda la vida
del Salvador se caracterizó por la benevolencia desinteresada y la hermosura de
la santidad. Él es nuestro modelo de bondad. Desde el comienzo de su
ministerio, los hombres empezaron a comprender más claramente el carácter de
Dios. Practicaba sus enseñanzas en su
propia vida. Era consecuente sin obstinación, benevolente sin debilidad, y
manifestaba ternura y simpatía sin sentimentalismo. Era altamente sociable,
aunque poseía una reserva que inhibía cualquier familiaridad. Su temperancia
nunca lo llevó al fanatismo o la austeridad. No se conformaba con el mundo, y
sin embargo prestaba atención a las necesidades de los menores de entre los
hombres.
"¿Quién es éste que viene de
Edom, de Bosra, con vestidos rojos? ¿éste hermoso en su vestido, que marcha en
la grandeza de su poder?" (Isa. 63:1). Con seguridad llega la respuesta:
"E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue
manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles,
predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria"
(1 Tim 3:16). "El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a
Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma
de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es
sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los
que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua
confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre". (Fil.
2:6-11).
12-16. HAp
384. Necesitamos aprender que la corrección es parte de
su gran plan y que bajo la vara de la aflicción, el cristiano puede hacer, a
veces, más por su Maestro que cuando está ocupado en el servicio activo.
COMO
EJEMPLO PARA LA VIDA CRISTIANA, Pablo señaló
a los filipenses a Cristo, "el cual siendo en forma de Dios, no tuvo por
usurpación ser igual a Dios: sin embargo se anonadó a sí mismo, tomando forma
de siervo, hecho semejante a los hombres: 384 y hallado en la
condición como hombre, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte,
y muerte de cruz."
"POR
TANTO, AMADOS MÍOS -continúa,- como siempre habéis obedecido, no como
en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en
vuestra salvación con temor y temblor; porque Dios es el que en vosotros obra
así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Haced todo sin
murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de
Dios sin culpa en medio de la nación maligna y perversa, entre los cuales
resplandecéis como luminares en el mundo; reteniendo la palabra de vida para
que yo pueda gloriarme en el día de Cristo, que no he corrido en vano, ni
trabajado en vano."
ESTAS
PALABRAS fueron registradas para ayudar a cada alma que lucha. Pablo presentó
el nivel de perfección y mostró cómo puede ser alcanzado. Dijo: "Ocupaos
en vuestra salvación ... porque Dios es el que en vosotros obra."
LA
OBRA DE GANAR LA SALVACIÓN ES UNA OPERACIÓN MANCOMUNADA. Debe
haber cooperación entre Dios y el pecador arrepentido. Es necesaria para la
formación de principios rectos de carácter. El hombre debe hacer fervientes
esfuerzos para vencer lo que le impide obtener la perfección. Pero depende
enteramente de Dios para alcanzar el éxito. Los esfuerzos humanos, por sí
solos, son insuficientes. Sin la ayuda del poder divino, no se conseguirá nada.
Dios
Obra Y El Hombre Obra. La
resistencia a la tentación debe venir del hombre, quien debe obtener su poder
de Dios. Por un lado hay sabiduría, compasión y poder infinitos, y por el otro,
debilidad, perversidad, impotencia absoluta.
DIOS
DESEA QUE TENGAMOS DOMINIO SOBRE NOSOTROS MISMOS, pero
no puede ayudarnos sin nuestro consentimiento y cooperación. El Espíritu divino
obra por medio de los poderes y facultades otorgados al hombre. Por naturaleza,
no estamos capacitados para armonizar nuestros propósitos, deseos e
inclinaciones con la voluntad de Dios; pero si tenemos el deseo 385 de
que Dios cree en nosotros la voluntad, el Salvador lo efectuará por nosotros,
"derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el
conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a
Cristo" (2 Cor. 10:5).
El
Que Desea adquirir un carácter fuerte y armónico, el
que desea ser un cristiano equilibrado, debe darlo todo a Cristo y hacerlo todo
por él; porque el Redentor no aceptará un servicio a medias.
Debe
Aprender cada día el significado de la sumisión
propia.
Debe
Estudiar la Palabra de Dios, para aprender su
significado y obedecer sus preceptos. De ese modo puede alcanzar la norma de la
excelencia cristiana.
Día
A Día Dios trabaja con él, para perfeccionar el
carácter que será capaz de resistir en el momento de la prueba final. Y día
tras día el creyente hace ante hombres y ángeles un experimento sublime, que
demuestra lo que el Evangelio puede hacer en favor de los seres humanos caídos.
14-17. 3JT 420. La frialdad, el
formalismo y la incredulidad con que algunos obreros hacen su trabajo
constituye una grave ofensa contra el Espíritu de Dios. El apóstol Pablo dice:
"Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles
y sencillos, hijos de Dios sin culpa en medio de la nación maligna y perversa,
entre los cuales resplandecéis como luminares en el mundo; reteniendo la
palabra de vida para que yo pueda gloriarme en el día de Cristo, que no he
corrido en vano, ni trabajado en vano. Y aun si soy derramado en libación 421
sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y congratulo por todos
vosotros." (Fil. 2:14-17.)
Debemos animarnos mutuamente en
esa fe viva que Cristo ha hecho accesible a todo creyente. La obra debe
hacerse, a medida que el Señor prepara el camino. Cuando conduce a los suyos
por lugares difíciles, tienen la ventaja de poder reunirse para orar,
recordando que todas las cosas vienen de Dios. Aquellos a quienes no les ha
tocado todavía su parte en las vicisitudes que acompañan a la obra en estos
últimos días, pronto tendrán que pasar por escenas que probarán fuertemente su
confianza en Dios. Cuando su pueblo no percibe ninguna salida, y tiene delante
de sí el mar Rojo y a sus espaldas un ejército que lo persigue, el Señor le
dice: "¡Adelante!" Obra así para probar su fe. Cuando os confronten
tales circunstancias, id adelante, confiando en Jesús. Andad paso a paso en el
camino que os señala. Os sobrevendrán pruebas, pero id adelante. Adquiriréis
así una experiencia que confirmará vuestra fe en Dios y os hará idóneos para
servirle más fielmente.
15-16. HAp 168. ANTES DE PENETRAR EN NUEVOS
TERRITORIOS, Pablo y sus compañeros visitaron las iglesias que habían sido
establecidas en 168 Pisidia y en las regiones circundantes.
"Como pasaban por las ciudades, les daban que guardasen los decretos que
habían sido determinados por los apóstoles y los ancianos que estaban en
Jerusalem.
ASÍ QUE, LAS IGLESIAS
ERAN CONFIRMADAS EN FE, y eran aumentadas en número cada día." El
apóstol Pablo sentía una profunda responsabilidad por los que se convertían por
sus labores. Por encima de todas las cosas, anhelaba que fueran fieles,
"para que yo pueda gloriarme en el día de Cristo decía, que no he
corrido en vano, ni trabajado en vano." (Fil.2:16).
TEMBLABA por el
resultado de su ministerio. Sentía que hasta su propia salvación podría estar
en peligro si no cumpliera su deber y la iglesia no cooperase con él en la obra
de salvar almas.
SABÍA QUE LA SOLA
PREDICACIÓN no
bastaba para enseñar a los creyentes a proclamar la palabra de vida. Sabía que
línea sobre línea, precepto sobre precepto, un poquito aquí y otro poquito
allí, debían ser enseñados a progresar en la obra de Cristo.
ES UN PRINCIPIO
UNIVERSAL que cuando quiera que uno se niegue a usar las facultades que Dios le
da, éstas decaen y mueren. La verdad que no se vive, que no se imparte, pierde
su poder vivificante, su virtud sanadora.
DE AQUÍ EL TEMOR DEL
APÓSTOL PABLO de que no presentase a todo hombre perfecto en Cristo. La
esperanza de Pablo de entrar en el cielo se obscurecía cuando contemplaba
cualquier fracaso suyo que diera a la iglesia el molde humano en lugar del
divino. Su conocimiento, su elocuencia, sus milagros, su visión de las
escenas eternas obtenidas en el tercer cielo, todo sería inútil si por la
infidelidad en su obra aquellos por quienes trabajaba cayeran de la gracia de
Dios. Y así, de viva voz y por carta, rogaba a aquellos que habían aceptado a
Cristo que siguiesen una conducta que los habilitara para ser
"irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin culpa en medio de la nación
maligna y perversa, . . . como luminares en el mundo; reteniendo la palabra de
vida." (Fil. 2:15-16).
25-30 HAp 382. LA
CARTA DE PABLO A LOS FILIPENSES, como la
escrita a los colosenses, fue redactada mientras estaba preso en Roma. La 382 iglesia
de Filipos había enviado regalos a Pablo por mano de Epafrodito, a quien el
apóstol llama "mi hermano, y colaborador y compañero de milicia, y vuestro
mensajero, y ministrador de mis necesidades." Mientras estaba en Roma,
Epafrodito "estuvo enfermo a la muerte; mas Dios tuvo misericordia de él
-escribió Pablo,- y no solamente de él, sino aun de mí, para que yo no tuviese
tristeza sobre tristeza."
Al
oír de la enfermedad de Epafrodito, los creyentes de
Filipos se llenaron de ansiedad respecto de él, por lo que decidió volver a
ellos. "Porque tenía gran deseo de ver a todos vosotros, -escribió el
apóstol,- y gravemente se angustió porque habíais oído que había enfermado....
Así que le envío más presto, para que viéndole os volváis a gozar, y yo esté
con menos tristeza. Recibidle pues en el Señor con todo gozo; y tened en estima
a los tales: porque por la obra de Cristo estuvo cercano a la muerte, poniendo
su vida para suplir vuestra falta en mi servicio."
Por
su mano, Pablo envió una carta a los creyentes filipenses,
en la cual les agradecía las dádivas que le enviaron. De todas las iglesias, la
de Filipos había sido la más liberal para suplir sus necesidades, "Y
sabéis también vosotros, oh Filipenses -decía el apóstol en su carta,- que al
principio del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia me comunicó
en razón de dar y recibir, sino vosotros solos. Porque aun a Tesalónica me
enviasteis lo necesario una y dos veces. No porque busque dádivas; mas busco
fruto que abunde en vuestra cuenta. Empero todo lo he recibido y tengo
abundancia: estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis,
olor de suavidad, sacrificio acepto, agradable a Dios."
"Gracia
sea a vosotros y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Doy gracias
a Dios en toda memoria de vosotros, siempre en todas mis oraciones haciendo
oración por todos vosotros con gozo, por vuestra comunión en el evangelio,
desde el primer día hasta ahora: estando confiado de esto, que el que comenzó
en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo; como me
es justo sentir esto de todos 383 vosotros por cuanto os tengo
en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del
evangelio, sois todos vosotros compañeros de mi gracia. Porque Dios me es
testigo de cómo os amo a todos vosotros.... Y esto ruego, que vuestro amor
abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento, para que discernáis lo
mejor: que seáis sinceros y sin ofensa para el día de Cristo; llenos de frutos
de justicia, que son por Jesucristo, a gloria y loor de Dios."
Ministerio Hno. Pio
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