Colosenses 4. Vers. (1-4) Exhortación a ser fervientes en la oración (5-9) y a comportarse sabiamente con aquellos que aún no han llegado al conocimiento de Cristo. (10-18) Saludos y deseos de prosperidad para todos.
1 Amos, haced lo que es justo y
recto con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis un Amo en los
cielos. 2 Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; 3
orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta
para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual
también estoy preso, 4 para que lo manifieste como debo hablar.
5 Andad sabiamente para con los
de afuera, redimiendo el tiempo. 6 Sea vuestra palabra siempre con gracia,
sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno. 7 Todo lo
que a mí se refiere, os lo hará saber Tíquico, amado hermano y fiel ministro y
consiervo en el Señor, 8 el cual he enviado a vosotros para esto mismo, para
que conozca lo que a vosotros se refiere, y conforte vuestros corazones, 9 con
Onésimo, amado y fiel hermano, que es uno de vosotros. Todo lo que acá pasa, os
lo harán saber.
10 Aristarco, mi compañero de
prisiones, os saluda, y Marcos el sobrino de Bernabé, acerca del cual habéis
recibido mandamientos; si fuere a vosotros, recibidle; 11 y Jesús, llamado
Justo; que son los únicos de la circuncisión que me ayudan en el reino de Dios,
y han sido para mí un consuelo. 12 Os saluda Epafras, el cual es uno de
vosotros, siervo de Cristo, siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus
oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios
quiere. 13 porque de él doy testimonio de que tiene gran solicitud por
vosotros, y por los que están en Laodicea, y los que están en Hierápolis.
14 Os saluda Lucas el médico
amado, y Demas. 15 Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas y a
la iglesia que está en su casa. 16 Cuando esta carta haya sido leída entre
vosotros, haced que también se lea en la iglesia de los laodicenses, y que la
de Laodicea la leáis también vosotros. 17 Decid a Arquipo: Mira que cumplas el
ministerio que recibiste en el Señor. 18 La salutación de mi propia mano, de
Pablo. Acordaos de mis prisiones. La gracia sea con vosotros. Amén. (Colosenses 4).
1. Amos. Ver com. Efe. 6:9.
Haced. "Dad" (BJ). Gr. paréjÇ, "ofrecer a",
"suministrar", aquí en una forma que implica "de vuestra
parte".
Lo que es justo. El amo no debe ser movido por meros caprichos. El esclavo tiene, como ser humano, derechos inalienables. Estos derechos deben ser respetados, y sus necesidades básicas, suplidas. Recto. Gr. isót's, "equidad", "justicia", "trato imparcial" (ver Lev. 25:39-43; Deut. 15:12-14; com. Gál. 3:28; Efe. 6:9).
Siervos. Gr. dóulos (ver com. Rom. 1:1; Efe. 6:9).
También vosotros tenéis un Amo. El amo no es más que un mayordomo
de Cristo. La riqueza que posee y su capacidad para manejar sus asuntos le
fueron dadas por su Señor celestial. Esta filosofía es la prolongación de la
regla de oro, la cual se proyecta en las relaciones entre el amo y sus siervos.
En realidad, Pablo está diciendo: "Tratad a vuestros esclavos como
quisierais que os trate vuestro Amo celestial". Cf. Mat. 23:
8; Efe. 6:9.
2. Perseverad. Gr. proskarteréÇ (ver com. Rom. 12:12). Cf. com. Efe. 6: 18; 1 Tes. 5:17.
Velando. La admonición del apóstol destaca la necesidad de una vigilancia continua en la oración. Debemos estar continuamente en guardia para que el adversario no nos distraiga, y para que no dejemos de estar alertas y nos cansemos.
Con acción de gracias. O "en agradecimiento". Cf. com. Efe. 6:18; ver com. 1 Tes. 5:18.
La oración y la vigilancia siempre deben hallarse
junto con la gratitud a Dios. Diariamente necesitamos ayuda y conducción; sin
embargo, tenemos mucho por lo cual siempre debiéramos estar agradecidos.
3. Orando... por nosotros. Ver com. Efe. 6:19. En su
Epístola a los Colosenses, Pablo incluye a sus colaboradores en su pedido de
oraciones intercesoras.
Puerta para la palabra. Puerta para la predicación.
Compárese con la figura de una puerta en Hech. 14:27; 1 Cor. 16:9; 2 Cor. 2:12.
Las oportunidades para predicar el Evangelio son consideradas como puertas
completamente abiertas para que el predicador penetre con las buenas nuevas. Pablo
deseaba ser liberado, pues la predicación del Evangelio estaba estorbada porque
él estaba preso. Sabía que sólo Dios podía sacarlo de la cárcel, y por eso
quería que los creyentes de Colosas intercedieran ante el cielo para que el
Señor interviniera. Una oración tal uniría a los creyentes de Colosas en las
grandes empresas del Evangelio y los impulsaría a una mayor actividad.
Misterio de Cristo. Ver com. Rom. 11:25; cf. Efe.
3:3-6. El misterio de Cristo es el misterio que Cristo ha revelado. Los vastos
propósitos de Dios son desconocidos para el hombre, excepto lo que Cristo ha
revelado.
Preso. Pablo estaba preso porque predicaba el misterio de
Cristo. Había sido apresado en Jerusalén como resultado directo de la
hostilidad de los judíos hacia el mensaje que él predicaba.
4. Para que lo manifieste. O "revelarlo". Lo que
daba a conocer era el "misterio". El gran anhelo de todo predicador
es revelar claramente esta verdad del Evangelio.
Como debo hablar. O "como es necesario que yo
hable". El propósito de Dios era que Pablo predicara el Evangelio sin
impedimentos en países lejanos y cercanos; pero como estaba preso no podía cumplir
esa comisión (cf. 1 Tes. 2:18).
5. Andad. Gr. peripatéÇ, "andar",
"comportarse"; "Portaos" (BJ); "proceded" (BC). La
manera de vivir del cristiano, incluso sus relaciones con Dios y el hombre, se
incluyen en esta palabra (ver com. Efe. 2:2).
Sabiamente. Es decir, con sabiduría cristiana práctica (cf.
com. Prov. 1:2-3).
Con los de afuera. O con los que no son cristianos. Cf.
1 Cor. 5:12; 1 Tes. 4:12. La ambición del verdadero discípulo de Cristo debe
ser la de buscar discípulos entre "los de afuera". El método más
eficaz para hacerlo es mediante el ejemplo de una vida cristiana virtuosa. No hay
argumentos posibles contra esta clase de vida.
Redimiendo el tiempo. O "procurándoos el tiempo
oportuno" (ver com. Efe. 5:16). "Aprovechando bien el tiempo
presente" (BJ).
6. Sea vuestra palabra. La forma cristiana de vivir y las
palabras del cristiano, corren paralelas. Esto es especialmente verdadero en
sus relaciones "con los de afuera" (vers. 5). No sólo las palabras
sino la manera en que se las pronuncia y aun el tono de la voz, hacen una
impresión para bien o para mal en aquellos con quienes trata. Debe, pues, ser
precavido en sus palabras y en su comportamiento.
Gracia. Gr. járis (ver com. Rom. 3:24), que aquí podría
definirse como "bondad", "amabilidad". Cuando Jesús habló,
los que estaban en la sinagoga del pueblo donde vivía quedaron impresionados
por sus "palabras de gracia"; "palabras llenas de gracia"
(Luc. 4:22, BJ, BA, NC). Las palabras del cristiano deben llevar consigo el
poder y la influencia del cielo.
Sazonada con sal. La sal le da sabor al alimento. Aquí
significa lo que hace atrayente y estimulante la conversación y agradable al
oído. Lo opuesto sería el habla fuera de lugar, insípida o descuidada (ver com.
Mat. 12:36). Cuando el cristiano abre la boca deben fluir palabras agradables,
provechosas, edificantes.
Responder a cada uno. La responsabilidad de los
cristianos es estar "siempre preparados para presentar defensa... ante
todo el que os demande razón de la esperanza que ay en vosotros" (ver com.
1 Ped. 3:15). El testimonio personal es una parte esencial de vida cristiana. Para
testificar eficazmente es esencial que nuestras palabras sean de la naturaleza
que aquí se describe.
7. Todo lo que a mí se refiere. Cf. Fil.1:12. Pablo suponía que
los colosenses tendrían interés en los detalles de su encarcelamiento.
Tíquico. Ver com. Efe. 6:21.
Consiervo. Título honorífico, pues coloca Tíquico al nivel de
Pablo. Esto que concierne a Tíquico no se menciona en Efe. 6:21.
En el Señor. Tíquico ejercía su ministerio según la voluntad del
maestro y bajo la influencia de Cristo. La voluntad del Maestro era el elemento
permanente y activo que mantenía unidos a sus siervos; y, sin duda, Tíquico
estaba feliz de estar unido a un Maestro tal, de tener comunión con sus siervos
y cumplir las órdenes del Señor.
8. El cual he enviado. Cf. Efe. 6:22. Tíquico era el
portador de la carta de Pablo a los colosenses y también de un mensaje personal
del apóstol.
Para que conozca lo que a vosotros se refiere. La evidencia
textual se inclina (cf. p. 10) por el texto "para que sepáis nuestra
situación" (ver BJ, BC, BA, NC). Esto concuerda con lo que Pablo dice en
el vers. 7 y con la afirmación paralela de Efe. 6:21. Tíquico debía explicar a
los miembros de la iglesia de Colosas cómo le iba a Pablo; debía animarlos a
continuar en la senda cristiana, y quizá tenía que conseguir ayuda financiera
para sostener a Pablo en la prisión.
Conforte vuestros corazones. Ver com. Efe. 6:22.
9. Onésimo. Esclavo fugitivo procedente de Colosas, que se
había convertido en Roma por la obra misionera de Pablo (ver com. File. 10).
Amado y fiel. Onésimo había sido antes indigno de confianza;
ahora su vida había cambiado completamente.
Uno de vosotros. Onésimo era de Colosas, y como
cristiano ahora pertenecía a la hermandad de los creyentes (ver com. Gál. 3:28;
cf. File. 10-12).
Os lo harán saber. Pablo les confió a Onésimo y a
Tíquico el mensaje que debía ser entregado oficialmente, para mostrar que tenía
plena confianza en la conversión e integridad del primero.
10. Aristarco. Compañero de Pablo, oriundo de Tesalónica (Hech.
27:2). Había compartido con el apóstol los episodios del tumulto de Efeso
(Hech. 19:29). Cuando la delegación apostólica viajó de Corinto a Jerusalén, es
posible que Aristarco llevara la ofrenda de Tesalónica a la iglesia madre de
Palestina (Hech. 20:4). También acompañó a Pablo, por lo menos en parte del
camino, cuando el apóstol viajó como preso de Jerusalén a Roma (Hech. 27:2). En
File. 24 está incluido entre los "colaboradores" de Pablo.
Compañero de prisiones. Algunos han conjeturado que
Aristarco voluntariamente había decidido compartir las penalidades de la
prisión de Pablo para poder socorrerlo. Se afirma que los romanos lo permitían.
Sobrino. Gr. anepsiós, "primo". La traducción
"sobrino" quizá refleje el texto de la Vulgata, consobrinus, que
podría significar "sobrino", pero, en otro sentido, también
"primo" (BJ, BC, BA, NC).
Una diferencia de opinión acerca
de Juan Marcos hizo que Pablo y Bernabé se separaran una vez (Hech. 15:36-40);
pero después de esa separación, Bernabé, primo de Marcos, lo tomó bajo su
cuidado. "Bajo la bendición de Dios y la sabia enseñanza de Bernabé, se
transformó en un valioso obrero" (HAp 138). Pablo reconoció con alegría el
gran cambio, y después aceptó a Marcos como a uno de sus
"colaboradores" (File. 24; cf. 2 Tim. 4:11).
11. Jesús, llamado Justo. Es la única vez que se menciona
este nombre en la Biblia, aunque "Justo", como "sobrenombre",
aparece en Hech. 1:23; y en Hech. 18:7 figura "uno llamado Justo".
De la circuncisión. Es decir, judíos. Se refiere a
cristianos de origen judío.
12. Epafras... uno de vosotros. Epafras era natural de Colosas. Había
trabajado allí y quizá también en Laodicea y Hierápolis. Él había informado a
Pablo acerca de la situación de su iglesia de origen (cf. cap. 1:7-8). Es obvio
que había permanecido en Roma más tiempo del que había planeado al principio,
para poder ayudar a Pablo en su ministerio. Se une al apóstol al enviar
saludos.
Siempre rogando encarecidamente. Mejor "que siempre lucha por
vosotros" (cf.1:29). Aunque Epafras se había quedado en Roma, no
había olvidado a los creyentes de su iglesia. Se esforzaba en favor de ellos
intercediendo en oración.
Perfectos y completos. O "maduros y
cumplidos". Algunos MSS dicen "maduros y plenamente
convencidos", pero la evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto
"maduros y cumplidos". El cielo considera como perfecto al cristiano
que, por la gracia de Dios, ha alcanzado la meta en cada etapa de su
conocimiento y experiencia crecientes (ver com. Mat. 5:48).
En todo lo que Dios quiere. Ver com. cap. 1:9. Comprende todo
el designio de Cristo para la salvación de los suyos.
13. Solicitud. Mejor "ardua labor" o "sufrimiento".
"Se toma mucho trabajo por vosotros" (BC, NC).
Laodicea... Hierápolis. Estas dos ciudades estaban en el
valle del Lico, a unos
14. Lucas. Hay una biografía de Lucas en el t. V, pp. 649-650;
cf. com. Hech. 16:10. La compañía de Lucas era siempre un motivo de consuelo y
fortaleza.
Demas. Sólo se menciona aquí y en 2 Tim. 4:10 y File. 24. En
ese momento Demas sin duda era fiel; pero después se produjo un cambio. Durante
su segundo encarcelamiento, Pablo se lamentaba: "Demás me ha desamparado,
amando este mundo, y se ha ido" (2 Tim. 4:10).
15. Laodicea. Ver com. vers. 13. Sin duda había frecuentes relaciones
entre los creyentes de las tres ciudades próximas, situadas en el valle del
Lico.
Ninfas. No se sabe nada más en cuanto a esta persona, ni se
sabe el género del nombre Ninfas. Algunos MSS dicen: "Ninfas y la casa de
él"; otros dicen: "Ninfas y la casa de ellos", pero la evidencia
textual se inclina (cf. p. 10) por el texto "Ninfas y la casa de
ella", sugiriendo así que se trataba de una mujer. Es obvio que la persona
en cuestión estaba llena de celo por la causa de Dios, que generosamente
ofrecía su cómodo hogar para las reuniones de los creyentes de la pequeña
iglesia de Laodicea.
16. Haced que también se lea. Una costumbre como ésta debe
haber sido general entre los cristianos primitivos. La historia testifica que
los escritos del NT eran copiados y recopiados, y que tenían amplia
circulación.
La de Laodicea. No significa que la epístola hubiese sido escrita en Laodicea, sino que fue escrita a Laodicea, y que desde esta ciudad debía devolverse a Colosas. Para los colosenses era, entonces, "la de Laodicea". Respecto a la identidad de esta epístola no se sabe nada definido.
Muchos sostienen que "esta carta" es la Epístola a los
Efesios. Pablo escribió Efesios aproximadamente por el Mismo tiempo que
escribió Colosenses. Ambas fueron confiadas a Tíquico, como mensajero (cf. Efe.
6:21; Col. 4:7); pero esto es sólo una conjetura. En cuanto al problema del
autor de Efesios, ver t. VI, pp. 991-992.
17. Arquipo. Sólo se menciona aquí y en File. 2. En Filemón
aparece muy cerca de los nombres de Filemón y Apia. Los comentadores han
considerado que Apia era la esposa de Filemón, y Arquipo quizá era hijo de
ellos. Esto coincidiría con la declaración que hace Pablo aquí (ver com.
"Ministerio"). Pablo llama a Arquipo "compañero de
milicia", y menciona la iglesia que está en la casa de Filemón, de la cual
Arquipo pudo haber sido un dirigente (File. 2). Filemón, como Ninfas,
evidentemente había abierto su casa para que los hermanos se reunieran allí, y
Arquipo lo acompañaba en su ministerio ocupándose de algún cargo.
Ministerio. Gr. diakonía (ver com. Rom. 12:7). Podría referirse
al cargo de diácono (Rom. 12:7). Indica un servicio que se presta (Hech.
12:25), y podría incluir las funciones de pastor o anciano. Se exhorta a
Arquipo a que continuamente esté atento a sus deberes y que los cumpla con todo
empeño y con solícita dedicación.
Recibiste en el Señor. Pablo le recuerda a Arquipo que
el Señor le había confiado su servicio. En el ministerio evangélico, como era
de rigor con los sacerdotes en el AT, "nadie toma para sí esta honra, sino
el que es llamado por Dios" (Heb. 5:4).
18. La salutación... de Pablo. Es evidente que en este punto Pablo tomó la pluma de manos de su amanuense, y escribió sus saludos de despedida (ver com. 1 Cor. 16: 21; Gál. 6: 11). Esta expresión demuestra su afecto y añade un toque de legitimidad y autoridad personal a su carta. Acordaos de mis prisiones. Sin duda Pablo menciona estas circunstancias para despertar la simpatía y el amor de los colosenses. Ellos se darían cuenta de que él, aunque estaba encadenado en la prisión, los recordaba. Sentirían que se renovaba el afecto de Pablo por ellos y la intercesión del apóstol en favor de sus hermanos en Cristo.
La gracia sea con vosotros. Cf. 1 Tim. 6:21; 2 Tim. 4:22. En
cuanto al significado del saludo, ver com. Rom. 1:7.
Amén. La evidencia textual tiende a confirmar (cf. p. 10)
la omisión de esta palabra. (No la incluyen la BJ, BC, BA y NC.) Según la BJ
(nota) es una añadidura de la Vulgata.
En la RVA se agregaba:
"Escrita de Roma a los Colosenses; enviada con TichTco [Tíquico] y
Onésimo". Esta añadidura no está en los manuscritos antiguos; no es parte
del registro inspirado. (7CBA).
COMENTARIOS DE EGW
2. CC 97. Si consultamos nuestras dudas y temores, o procuramos resolver cada
cosa que no veamos claramente, antes de tener fe, solamente se acrecentarán y
profundizarán las perplejidades. Mas si venimos a Dios sintiéndonos
desamparados y necesitados, como realmente somos, si venimos con humildad y con
la verdadera certidumbre de la fe le presentamos nuestras necesidades a Aquel
cuyo conocimiento es infinito, a quien nada se le oculta y quien gobierna todas
las cosas por su voluntad y palabra, él puede y quiere atender nuestro clamor y
hacer resplandecer su luz en nuestro corazón. Por la oración sincera nos
ponemos en comunicación con la 97 mente del Infinito. Quizás no
tengamos al instante ninguna prueba notable de que el rostro de nuestro
Redentor está inclinado hacia nosotros con compasión y amor; sin embargo es
así. No podemos sentir su toque manifiesto, mas su mano nos sustenta con amor y
piadosa ternura.
Cuando imploramos misericordia
y bendición de Dios, debemos tener un espíritu de amor y perdón en nuestro propio
corazón. ¿Cómo podemos orar: “Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros
perdonamos a nuestros deudores" (Mateo 6:12) y abrigar, sin embargo, un
espíritu que no perdona? Si esperamos que nuestras oraciones sean oídas,
debemos perdonar a otros como esperamos ser perdonados nosotros.
La perseverancia en la oración ha sido constituida
en condición para recibir. Debemos orar siempre si queremos crecer en fe y en
experiencia. Debemos ser "perseverantes en la oración" (Romanos
12:12). "Perseverad en la oración, velando en ella, con acciones de
gracia". (Colosenses 4:2). El
apóstol Pedro exhorta a los cristianos a que sean "sobrios, y vigilantes
en las oraciones" (1 Pedro 4: 7). San Pablo ordena: “En todas las
circunstancias, por medio de la oración y la plegaria, con acciones de gracias,
dense a conocer vuestras peticiones a Dios" (Filipenses 4: 6).
"Vosotros empero, hermanos,... - dice Judas - orando en el Espíritu Santo,
guardaos en el amor de Dios" (Judas 20, 21). Orar sin cesar es mantener
una unión no interrumpida del alma con Dios, de modo que la vida de
Dios 98 fluya a la nuestra; y de nuestra vida la pureza y la santidad
refluyan a Dios.
5. PVGM
277. EL TIEMPO. Nuestro tiempo
pertenece a Dios. Cada momento es suyo, y nos hallamos bajo la más solemne
obligación de aprovecharlo para su gloria. De ningún otro talento que él nos
haya dado requerirá más estricta cuenta que de nuestro tiempo.
El
valor del tiempo sobrepuja todo cómputo. Cristo consideraba precioso todo
momento, así es como hemos de considerarlo nosotros. La vida es demasiado
corta para que se la disipe. No tenemos sino unos pocos días de gracia en, los
cuales prepararnos para la eternidad. No tenemos tiempo para perder, ni tiempo
para dedicar a los placeres egoístas, ni tiempo para entregarnos al pecado. Es
ahora cuando hemos de formar caracteres para la vida futura e inmortal. Es
ahora cuando hemos de prepararnos para el juicio investigador.
Apenas
los miembros de la familia humana han empezado a vivir, cuando comienzan a
morir, y la labor incesante del mundo termina en la nada a menos que se obtenga
un verdadero conocimiento respecto a la vida eterna. El hombre que aprecia el
tiempo como su día de trabajo, se preparará para una mansión y una vida inmortales.
Vale la pena que él haya nacido.
Se
nos amonesta a redimir el tiempo. Pero el tiempo desperdiciado no puede
recuperarse jamás. No podemos hacer retroceder ni un solo momento. La única
manera en la cual podemos redimir nuestro tiempo es aprovechando lo más posible
el que nos queda, colaborando con Dios en su gran plan de redención.
En
aquel que hace esto se efectúa una transformación 278 del carácter. Llega a ser
hijo de Dios, miembro de la familia real, hijo del Rey celestial. Está
capacitado para ser compañero de los ángeles.
6. PVGM
271. Todo cristiano está llamado a dar a conocer a otros
las inescrutables riquezas de Cristo; por lo tanto debiera procurar la
perfección en el habla. Debiera presentar la Palabra de Dios de un modo que la
recomendara a sus oyentes. Dios no desea que sus intermediarios sean incultos.
No es su voluntad que el hombre rebaje o degrade la corriente celestial qué fluye
por medio de él al mundo.
Debiéramos
mirar a Jesús, el modelo perfecto; debiéramos orar por la ayuda del Espíritu
Santo, y con su fuerza tratar de educar todo órgano para hacer una obra
perfecta.
Esto
es especialmente cierto con respecto a aquellos que son llamados al ministerio
público. Todo ministro y todo maestro debe recordar que está dando a
la gente un mensaje que encierra intereses eternos. La verdad que prediquen los
juzgará en el gran día del ajuste final de cuentas. Y en el caso de
algunas almas, el modo en que se presente el mensaje, determinará su recepción
o rechazamiento. Entonces, háblese la palabra de tal manera que despierte el
entendimiento e impresione el corazón. Lenta, distinta y solemnemente debiera
hablarse la palabra, y con todo el fervor que su importancia requiere.
La
debida cultura y el uso de la facultad del habla es parte de todo ramo de
servicio cristiano; entra en la vida familiar y en toda nuestra relación mutua.
Hemos de acostumbrarnos a hablar en tonos agradables, a usar un lenguaje puro y
correcto, y palabras bondadosas y corteses. Las palabras dulces, amables, son
como el rocío y la suave lluvia para el alma.
La
Escritura dice de Cristo que la gracia
fue derramada en sus labios, para que pudiera "hablar en sazón
palabra al cansado". *Salmos 45:2; Isa. 50:4. Y el Señor nos
insta: "Sea vuestra palabra siempre con gracia", "para
que dé gracia a los oyentes". *Col. 4:6; Efes. 4:29.
7-14. HAp 363. ENTRE
LOS ASISTENTES DE PABLO EN ROMA había muchos
que habían sido antes sus compañeros y colaboradores. Lucas, "el médico
amado," quien le había atendido en el viaje a Jerusalén, durante los dos
años de su encarcelamiento en Cesarea, y en su arriesgado viaje a Roma, estaba
todavía con él. Timoteo también velaba por su comodidad. Tíquico, "hermano
amado y fiel ministro y consiervo en el Señor," auxiliaba noblemente al
apóstol. Demas y Marcos estaban también con él. Aristarco y Epafras eran sus
compañeros "en la prisión." (Col. 4:7-14.)
DESDE
LOS PRIMEROS AÑOS DE SU PROFESIÓN DE FE, La
Experiencia Cristiana De Marcos Se Había Profundizado. A
medida que estudiaba más atentamente la vida y muerte de Cristo, obtenía más
claros conceptos de la misión del Salvador, sus afanes y conflictos. Leyendo en
las cicatrices de las manos y los pies de Cristo las señales de su servicio por
la humanidad, y el extremo a que llega la abnegación para salvar a los
extraviados y perdidos, Marcos se constituyó en un seguidor voluntario del
Maestro en la senda del sacrificio. Ahora, compartiendo la suerte de Pablo, el
preso, comprendía mejor que nunca antes que es una infinita ganancia alcanzar a
Cristo, e infinita pérdida ganar el mundo y perder el alma por cuya redención
la sangre de Cristo fue derramada. Frente a la severa prueba y adversidad,
Marcos continuó firmemente, como sabio y amado ayudador del apóstol.
DEMAS fue
fiel por un tiempo, pero luego abandonó la causa de Cristo. Refiriéndose a
esto, Pablo escribió: "Demas me ha desamparado, amando este siglo."
(2Tim.4:10.) Demas sacrificó toda alta y noble consideración
para conseguir la ganancia mundanal. ¡Qué cambio insensato! Poseyendo solamente
riqueza u honor mundano, Demas era ciertamente pobre, por
mucho que fuera lo que orgullosamente pudiera considerar suyo; mientras
tanto Marcos, escogiendo sufrir por la causa de Cristo, poseía riquezas
eternas, siendo considerado 364 por el cielo como heredero de
Dios y coheredero con su Hijo.
10. HAp 351. POR FIN PABLO ESTABA EN CAMINO A ROMA. "Más como fue determinado escribe Lucas
que habíamos de navegar para Italia, entregaron a Pablo y a algunos otros
presos a un centurión, llamado Julio, de la compañía Augusta. Así que,
embarcándonos en una nave Adrumentina, partimos, estando con nosotros
Aristarco, Macedonio de Tesalónica, para navegar junto a los lugares de
Asia."
10-11. HAp 138. PABLO Y SUS
COMPAÑEROS CONTINUARON VIAJE A PERGA DE PANFILIA. Su
camino era penoso; afrontaban adversidades y privaciones, y estaban acosados
por peligros por doquiera. En los pueblos y ciudades por los cuales pasaban y a
lo largo de los caminos solitarios, estaban rodeados de peligros visibles e
invisibles. Pero Pablo y Bernabé habían aprendido a confiar en el poder
libertador de Dios. Sus corazones estaban llenos de ferviente amor por las
almas que perecían. Como fieles pastores que buscaban las ovejas perdidas, no
pensaban en su propia comodidad y conveniencia. Olvidándose de sí mismos, no
vacilaban frente al cansancio, el hambre y el frío. No tenían sino un objetivo
en vista: la salvación de aquellos que se habían apartado lejos del redil.
ALLÍ
FUE DONDE MARCOS, ABRUMADO POR EL TEMOR Y EL DESALIENTO, Vaciló por un tiempo
en su propósito de entregarse de todo corazón a la obra del Señor. No
acostumbrado a las penurias, se desalentó por los peligros y las privaciones
del camino. Había trabajado con éxito en circunstancias favorables; pero 138 ahora,
en medio de la oposición y los peligros que con tanta frecuencia asedian al
obrero de avanzada, no supo soportar las durezas como buen soldado de la cruz.
Tenía todavía que aprender a arrostrar el peligro, la persecución y la
adversidad con corazón valiente. Al avanzar los apóstoles, y al sentir la
aprensión de dificultades aún mayores, Marcos se intimidó, y perdiendo todo
valor, se negó a avanzar, y volvió a Jerusalén.
ESTA
DESERCIÓN INDUJO A PABLO A Juzgar Desfavorable Y Aun
Severamente Por Un Tiempo A Marcos. Bernabé, por otro lado, se
inclinaba a excusarlo por causa de su inexperiencia. Anhelaba que Marcos no
abandonase el ministerio, porque veía en él cualidades que le habilitarían para
ser un obrero útil para Cristo. En años ulteriores su solicitud por Marcos fue
ricamente recompensada; porque el joven se entregó sin reservas al Señor y a la
obra de predicar el mensaje evangélico en campos difíciles. Bajo la bendición
de Dios y la sabia enseñanza de Bernabé, se transformó en un valioso obrero.
Pablo
Se Reconcilió Más Tarde Con Marcos, y
le recibió como su colaborador. También lo recomendó a los colosenses como
colaborador "en el reino de Dios," y uno que me ha "sido
consuelo." (Col. 4:11.) De nuevo, no mucho antes de su muerte, habló de
Marcos como uno que le era "útil para el ministerio." (2 Tim: 4:11.)
DESPUÉS
DE LA PARTIDA DE MARCOS, PABLO Y BERNABÉ VISITARON ANTIOQUÍA DE PISIDIA, y
el sábado fueron a la sinagoga de los judíos, y se sentaron. "Después de
la lectura de la ley y de los profetas, los príncipes de la sinagoga enviaron a
ellos, diciendo: Varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para
el pueblo, hablad." Al ser invitado así a hablar, "Pablo,
levantándose, hecha señal de silencio con la mano, dice: Varones Israelitas, y
los que teméis a Dios, oíd."
Ministerio Hno. Pio
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