Colosenses 1.
INTRODUCCIÓN: Vers. (1-6) Después del
saludo, Pablo agradece a Dios por la fe de los hermanos, (7-8) confirma la
enseñanza de Epafrodito, (9-13) ora por el crecimiento de los colosenses en la
gracia,
SECCIÓN DOCTRINAL: (14-20) describe al verdadero
Cristo y su preeminencia. (21-29) Los anima
a recibir a Jesucristo y ensalza su propio ministerio.
1 PABLO, apóstol de Jesucristo
por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo,
9 Por lo cual también nosotros,
desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que
seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia
espiritual, 10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo,
llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; 11
fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda
paciencia y longanimidad; 12 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos
para participar de la herencia de los santos en luz; 13 el cual nos ha librado
de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
14 en quien tenemos redención por
su sangre, el perdón de pecados. 15 Él es la imagen del Dios invisible, el
primogénito de toda creación. 16 Porque en él fueron creadas todas las cosas,
las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles;
sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado
por medio de él y para él. 17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las
cosas en él subsisten; 18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él
que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo
tenga la preeminencia; 19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda
plenitud, 20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que
están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante
la sangre de su cruz.
21 Y a vosotros también, que
erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras,
ahora os ha reconciliado 22 en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para
presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; 23 si en verdad
permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del
evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está
debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro. 24 Ahora me gozo en lo
que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones
de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia; 25 de la cual fui hecho ministro,
según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que
anuncie cumplidamente la palabra de Dios, 26 el misterio que había estado
oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus
santos,
1. Pablo, apóstol. En cuanto al estilo de la introducción y el significado de los términos, ver com. Rom. 1:1; cf. com. Hech. 1:2. Pablo se llama a sí mismo apóstol porque desea destacar que es el embajador del Señor.
Voluntad de Dios. Ver com. Efe. 1:1.
Timoteo. Acerca de Timoteo, ver com. Hech. 16:1. Pablo incluye a Timoteo en su saludo apostólico en otras de sus epístolas (2 Cor. 1:1; Fil. 1:1; 1 Tes. 1:1; 2 Tes. 1:1; File. 1).
2. Santos. Gr. hágios (ver com. Rom. 1:7).
Fieles hermanos. Esta frase está en aposición a
"santos". Pablo alaba a los miembros de la iglesia de Colosas por su
fidelidad, integridad y lealtad inmutable.
En Cristo. Ver com. Efe. 1:1.
Colosas. Ciudad de Frigia a unos
Gracia y paz. Ver com. Rom. 1:7; 3:24.
Dios nuestro Padre. Ver com. Rom. 1:7.
Señor Jesucristo. La evidencia textual favorece
(cf. p. 10) la omisión de estas palabras. Parece que fueron añadidas del pasaje
paralelo de Efe. 1:2. Las omiten la BJ, BA, BC y NC. La BJ (nota) las atribuye
a una adición propia de la Vulgata.
3. Damos gracias. Cf. com. Efe. 1:16.
La causa de
este agradecimiento se presenta en Col. 1:4-5.
Dios, Padre. O "Dios, el mismo Padre".
Señor Jesucristo. Ver com. Efe. 1:17.
4. Habiendo oído. Epafras (vers. 7 y 8) había llevado a Pablo noticias de la iglesia de Colosas. Fe. La fe en Cristo no es sólo confianza y seguridad en él como una persona, sino una completa subordinación a la voluntad de Dios y una confianza plena en el programa divino. Es la aceptación humana de los caminos de Dios.
En Cristo Jesús. Pablo describe a Cristo como la
esfera dentro de la cual vive el cristiano, en la misma forma en que el aire es
el elemento en el cual existe su cuerpo. El que está "en Cristo" se
halla rodeado y limitado por los principios y las leyes de su Salvador; vive
por ellos y en ellos. Jesús es el origen y amparo de su vida. La verdadera fe
actúa dentro de este círculo que abarca todo aquello que presenta a Jesús como
el Cristo de Dios (Efe. 1:15; 1 Tim. 3:13; 2 Tim. 1:13; 3:15).
Amor. Gr. agáp' (ver com. 1 Cor. 13:1). Todos los
cristianos se unen movidos por los principios del amor a Dios y a sus hermanos.
Esta actitud hace que haya amor por todos los santos. Una fe genuina en Dios no
puede producir un resultado menor. Pablo se regocija sobremanera ante el
progreso de la vida cristiana de los creyentes de Colosas.
5. Esperanza. Ver com. Rom. 8:24; 12:12. Pablo llega ahora a la
tercera de su tríada de virtudes cristianas. La fe y el amor no sólo reciben de
la esperanza su poder impelente, sino que la esperanza es también su meta. Los
colosenses habían escuchado el mensaje de la redención, y la esperanza había
nacido en su corazón. Esa esperanza era la fuerza motriz en su experiencia
cristiana y en la filosofía de su vida. De ese modo la esperanza precede a la
fe. Como Dios forjó el plan de salvación, es posible que haya esperanza para el
hombre caído.
En los cielos. El cristiano tiene la esperanza de "una
herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los
cielos" para él (1 Ped. 1:4; cf. Fil. 3:21). La esperanza de que
finalmente se cumpla el propósito de Dios de tener un universo sin pecado y
armonioso, era el suelo fructífero del cual brotaban la fe y el amor que habían
manifestado los creyentes de Colosas.
De la cual ya habéis oído. Pablo recuerda a los creyentes el
gozo y entusiasmo de ellos cuando les llegó por primera vez el mensaje
evangélico. Deseaba que los colosenses contrastaran la fe que entonces tenían y
el gozo que inundaba sus almas, con las dudas y tendencias perturbadoras
creadas por los mensajes presentados por los falsos maestros (cf. vers. 23;
cap. 2:6-8, 16-23).
Palabra verdadera. Es decir, el mensaje que contiene
la verdad, las buenas nuevas de toda la voluntad revelada de Dios (ver com.
Juan 8:32). La verdad es una revelación del pensamiento de Dios, y se ocupa de
las realidades últimas y eternas.
Del evangelio. Ver com. Mar. 1:1.
6. Que ha llegado hasta vosotros. Cf. vers. 23.
A todo el mundo. Ver com. vers. 23.
Lleva fruto. Un árbol produce fruto porque vive y está
floreciente. El cristiano continuamente produce el fruto del Espíritu (Gál. 5:22-23)
porque la vida de Cristo es un principio vital dentro de él (Mar. 4:20,28; Rom.
7:4-5; Fil. 4:17). El sentido de la expresión de Pablo es que el Evangelio
produce fruto continuamente dondequiera que se predica.
También en vosotros. Pablo se desvía de la verdad
general de que el Evangelio invariablemente produce fruto doquiera que se
proclama, al hecho particular de que lo había producido también en Colosas. Por
lo tanto, esa iglesia estaba vinculada con el propósito universal de Dios para
la redención de los seres humanos.
El día. En cuanto a la manera en que el Evangelio llegó a
Colosas, ver la p. 189.
Conocisteis. Del verbo griego epiginÇskÇ, "reconocer", "conocer plenamente", "conocer por experiencia". Sería mejor la traducción "conocisteis plenamente". Ese conocimiento completo sólo proviene de la experiencia, por lo tanto es sólo para los que aceptan la gracia de Cristo. El verdadero conocimiento de Dios y la gracia de Dios son inseparables. Gracia. Ver com. Rom. 3:24.
Verdad. Es decir, verdaderamente. Pablo presenta
constantemente sutiles contrastes con las enseñanzas falsas que está a punto de
mencionar.
7. Epafras. El mensajero que quizá había llevado el mensaje de
salvación a Colosas (ver p. 189). Pablo lo llama "nuestro consiervo
amado". Cuando escribió a Filemón, habla de él como "mi compañero de
prisiones" (Fil. 23). Evidentemente Epafras era oriundo de Colosas (Col.
4:12) Se conjetura que podría haber escuchado el Evangelio en Éfeso, y que
después de consagrarse al servicio de Dios, se convirtió en misionero para su
propia gente.
Fiel. Pablo respalda los mensajes y las labores de
Epafras, un fiel colaborador.
Ministro. Gr. diákonos (ver com. Efe. 6:21).
Para vosotros. Si bien algunas versiones (por ejemplo, la BJ)
dicen "para nosotros", la evidencia textual se inclina (cf. p. 10)
por el texto de la RVR, "para vosotros". Ambos pronombres tienen una
grafía muy similar en griego (humÇn y h'mÇn), por lo que pueden confundirse
fácilmente. Dentro del contexto cualquiera de las dos variantes es posible.
8. Quien también nos ha declarado. Epafras había
llevado a Pablo noticias de la condición de la iglesia de Colosas.
En el Espíritu. Sencillamente, "en
espíritu". No es seguro si Pablo quiere decir el Espíritu Santo o si se
refiere al espíritu humano. El verdadero amor es producto de la presencia del
Espíritu Santo en la vida; pero Pablo quizá destaque aquí la respuesta amante y
de buena voluntad que cada cristiano debe manifestar ante las vicisitudes de la
vida.
9. Por lo cual. Es decir, en vista de lo que ha
sido dicho en los vers. 4-8, Pablo recuerda la fe de los creyentes de Colosas
en Cristo, lo genuino de su amor por los hermanos y su firme esperanza en la
recompensa celestial. Todas esas virtudes habían alegrado el corazón del
apóstol. La causa inmediata de su regocijo eran las buenas noticias que Epafras
le había llevado desde Colosas. Su magnífico informe había reanimado el corazón
del anciano Pablo.
El día que lo oímos. La llegada de Epafras fue un día memorable para Pablo.
El apóstol hace comenzar desde ese momento una
experiencia de mayor consagración y gratitud.
No cesamos de orar. Pablo ya había llamado la atención a sus oraciones por los creyentes de Colosas (vers. 3). Las noticias de esta iglesia, que había recibido por medio de Epafras, hicieron que pudiera orar con una intención y un gozo crecientes.
La frase "no cesamos de
orar" significa que Pablo habitualmente oraba por los cristianos
colosenses. No podía decirse que alguna vez hubiera dejado de orar por ellos.
Pedir. Pablo estaba agradecido, pero al mismo tiempo preocupado. No estaba satisfecho con los progresos que ya habían alcanzado los creyentes de Colosas, y por eso anhelaba que siguieran progresando. Conocimiento. Gr. epígnÇsis, "conocimiento pleno, preciso" (ver com. Rom. 3:20; Efe. 1:17; cf. com. Col. 1:6).
Su voluntad. Específicamente el conocimiento de la voluntad de
Dios acerca de la conducta de ellos (vers. 10). En un sentido más general, la
comprensión de la suma total del propósito de Dios que todo lo abarca. Para el
que posee este conocimiento, cada detalle de la vida, con sus problemas y
misterios inexplicables, adquiere un nuevo significado. El cristiano comprende
que Dios tiene un plan para su vida, y su meta es cumplir el propósito divino.
Sabiduría. Gr. sofía. Ver com. Luc. 2:52. Sabiduría es la capacidad
de aplicar los hechos del conocimiento a las situaciones de la vida. Desgraciadamente
no siempre el que tiene conocimiento también posee sabiduría. Por eso Pablo
oraba para que los creyentes de Colosas pudieran estar dotados de la sabiduría
del cielo.
Inteligencia. La inteligencia dada por el Espíritu es el
discernimiento que capacita al cristiano para juzgar entre lo correcto y lo
falso. El que está iluminado por el Espíritu Santo reconoce las tentaciones y
las trampas del adversario. Y si toda la voluntad está entregada a Dios y está
inmersa en las cosas de valor eterno, el cristiano prefiere ocuparse únicamente
en aquellas cosas que Dios quiere que haga.
Espiritual. Adjetivo que se aplica a los dos sustantivos que lo
preceden: "sabiduría" e "inteligencia".
10. Andéis. Gr. peripatéÇ, "andar en torno", figuradamente "vivir" (ver com. Efe. 2:2).
El propósito del conocimiento práctico
de las verdades celestiales y de la sabiduría e inteligencia espiritual para
discernir entre lo correcto y lo falso en relación con el propósito de Dios,
que todo lo domina, es producir, como resultado, una conducta o forma de vida
adecuada para el hijo de Dios.
Agradándole. La norma de conducta del cristiano es la voluntad
de Dios; el propósito es que podamos agradar a Dios todos nuestros días. Somos creados
para complacer a Dios. Somos redimidos para que pueda completarse el plan
original del Señor. Lo que a él le desagrada es el Pecado. Hablando de su
relación con su Padre celestial, dijo Jesús: "Yo hago siempre lo que le
agrada" (Juan 8:29).
Llevando fruto. La fecundidad de un árbol es el resultado
de su vida interior. El fruto demuestra la existencia de la vida. Dar fruto no
capacita al árbol para vivir; el árbol da fruto porque vive. Así ilustra el
apóstol el resultado de la presencia viviente de Cristo en el corazón. Una vida
cristiana que resulta de esta unión de lo divino y lo humano no puede menos que
dar buen fruto (Gál. 5:22-23; cf. 2 Ped. 1:8).
En toda buena obra. Aquí se hace énfasis en el carácter cristiano completo en todo sentido. Cristo no desea seguidores a medias o asimétricos.
El ideal que él presenta ante nosotros es el desarrollo
armonioso de todo el ser humano. Cf. Efe. 4:13; 1 Tes. 5:23.
Creciendo. Paralelo al progreso en testificar mediante
palabras y hechos, debe haber un discernimiento y conocimiento espiritual que
vayan gradualmente adquiriendo mayor profundidad. El proceso de captar la
verdad es progresivo. El seguidor de Cristo debe poder mirar hacia atrás y
hacia adelante, para que vea que ha hecho progresos visibles pero que hay
nuevas alturas que escalar.
Conocimiento. Gr. epígnÇsis (ver com. vers. 9).
11. Fortalecidos con todo poder. Cf. Efe:19. El poder divino
capacita al hombre para hacer frente a todos los problemas de su vida diaria,
ya sea que éstos se produzcan en su trato con sus prójimos o por un conflicto
directo con los agentes satánicos. Pablo deseaba que los creyentes de Colosas
recibieran esa fortaleza interior mediante la presencia permanente del Espíritu
Santo, lo que se manifestaría en grandes hechos para su Señor. A medida que
aumentara la necesidad podrían obtener la fortaleza adecuada para hacerle
frente.
Conforme a la potencia de su
gloria. La norma por la cual este don de poder celestial se concede a la
humanidad es el poder de Dios y su capacidad, y no la necesidad del hombre. En
cuanto al significado de "gloria" ver com. Rom. 3:23.
Paciencia. Gr. hupomon'. Ver com. Rom. 2:7.
Longanimidad. Gr. makrothumía (ver com. Col. 3:12; cf. com. 1 Cor. 13:4; 2 Cor. 6:6).
Cuando el poder de Dios obra en el alma, la clemencia y la tolerancia
dominan las pasiones. El hijo de Dios observa cómo su Señor y Maestro cumple
pacientemente sus designios, y él también aprende paciencia. Y al hacer frente
a los obstáculos, se desarrollan en su vida paciencia y firmeza, y paz ante la
misma muerte. Paciencia es lo opuesto a desaliento o cobardía, mientras que
longanimidad es lo contrario de ira o venganza. La paciencia está estrechamente
unida con la esperanza (cf. 1 Tes. 1:3), y la longanimidad con frecuencia se
relaciona con la misericordia (Exo. 34:6).
12. Con gozo. Cf com. Rom. 14:17.
Dando gracias. Un corazón agradecido es una prueba de que se
cultiva en forma habitual y positiva una conformidad agradecida hacia la
voluntad del gran Dador (cf. Efe. 5:4; Fil. 4:6; Col. 2:7; 3:17; 4:2; ver com.
Efe. 5:20). La falta de gratitud es la raíz de la rebelión y la anarquía (Rom.
1:21). El agradecimiento de corazón es un requisito diario para el crecimiento
en la vida cristiana. Esta acción de gracias no sólo consiste en el
reconocimiento de que Dios diaria y repetidamente nos concede sus dádivas, es
también reconocer con reverencia que merece el honor que debemos a su santo
nombre y grandioso poder.
Al Padre. Los vers. 12 y 13 presentan al Padre como Aquel que
dio comienzo al plan de salvación. Él fue quien entregó a su Unigénito.
Nos hizo aptos. La evidencia textual se inclina
(cf. p. 10) por el pronombre "os". "Nos", por el sentido, tiene
el respaldo del vers. 13. Esta idoneidad no es ganada por el hombre. Es
concedida a los que por fe aceptan al Señor Jesucristo (ver com. Efe. 2:8).
Para participar de la herencia. Ver com. Rom. 8:17.
Santos. Ver com. Rom. 1:7.
En luz. Esta palabra está en contraste con
"tinieblas" (vers. 13), por lo que "en luz" equivale al
"reino de su amado Hijo" (vers 13). Ver com. Juan 1:5; 1 Juan 1:5.
13. Librado. Gr. rúomai, "rescatar". Pablo usa este
verbo en Rom. 7:24 para expresar su angustioso clamor: "¿Quién me librará
de este cuerpo de muerte?" El Libertador que "vendrá a Sion"
(Rom. 11:26) es ho ruómenos "el rescatador". En este pasaje se
presenta al Padre como Aquel que rescata a los hombres de la servidumbre de
Satanás.
Potestad. Gr. exousía, "autoridad". El Vencedor
divino ha rescatado a sus santos del reino del mal donde preside el príncipe de
las tinieblas como un tirano implacable. Ya no están sujetos a una autoridad
usurpada.
Tinieblas. Nótese el contraste con "herencia... en
luz" (vers. 12). El hijo de Dios es trasladado de la autoridad del
príncipe de las tinieblas al reino de la
luz.
Trasladado. Gr. methíst'mi, "transportar",
"mudar". Compárese con el uso que se le da en Luc. 16:4; Hech. 13:22;
19:26 y de una forma parecida en 1 Cor. 13:2. Josefo usa la palabra al hablar
de la migración de los israelitas al reino de Asiria durante la invasión de
Tiglat-pileser III (Antigüedades ix. 11.1).
Reino. Es decir, el reino de la gracia (ver com. Mat.
4:17; 5:3).
De su amado Hijo. Literalmente "del Hijo de su
amor" (BJ, BC, NC), que probablemente signifique el Hijo que es objeto del
amor de Dios (cf. com. Mat. 3:17; Efe. 1:6).
14. Tenemos redención. Este versículo es paralelo a Efe.
1:7 (ver el comentario respectivo). Cristo es Aquel mediante cuya muerte
expiatoria los hombres obtienen la redención (ver com. Rom. 3:24).
Por su sangre. La evidencia textual establece (cf. p. 10) la
omisión de esta frase. La omiten la BJ, BC, BA y NC; sin embargo, esa enseñanza
está bien establecida en el pasaje paralelo de Efe. 1:7 (ver el comentario
respectivo). Ver Problems in Bible Translation, p. 223.
Perdón. Gr. áfesis, "liberación",
"perdón". Ver com. Luc. 3:3. Así termina Pablo la introducción a esta
epístola (vers. 1-14). Ha agradecido a Dios por lo que ha oído del progreso de
los cristianos colosenses. Ha pedido ayuda del cielo para que crezcan en el
verdadero conocimiento de la voluntad divina. Estas peticiones continuamente
surgían del corazón del apóstol, especialmente desde que recibió un informe
directo acerca de los creyentes de Colosas. Después les recuerda sus
privilegios por haber sido trasladados al reino de la luz, y cuál debería ser
su gozo por su liberación del poder de las tinieblas.
15. Él es. Después de terminar su prólogo (vers. 1-14), el
apóstol se ocupa de su tema principal: la persona y la posición de Cristo.
Imagen. Gr. éikÇn, "similitud",
"semejanza". Cf. cap. 3:10, donde Pablo declara que el cristiano es
renovado "conforme a la imagen [ékÇn] del que lo creó". La imagen del
emperador romano en las monedas antiguas era llamada éikÇn (Mat. 22:20).
Dios invisible. "A Dios nadie le vio
jamás"; pero Jesús, "la imagen del Dios invisible", vino para
revelarlo a los hombres (ver com. Juan 1:18).
Primogénito. Gr. prÇtótokos (ver com. Rom. 8:29). PrÇtótokos se
usa en Mat. 1:25 y Luc. 2:7 para referirse a Cristo como el primogénito de
María. En Heb. 11:28 se emplea para especificar a los primogénitos de Egipto
que perecieron, en la décima plaga. En Heb. 12:23 describe a los miembros de
"la congregación de los primogénitos". En las referencias restantes
(Rom. 8:29; Col. 1:15,18; Heb. 1:6; Apoc. 1:5) prÇtótokos se aplica a Cristo
(ver los comentarios de estos pasajes).
A través de los siglos se ha
debatido mucho el significado de prÇtótokos en Col. 1:15. Los más antiguos
padres de la iglesia aplicaban esta palabra a Cristo como el eterno Hijo de
Dios. Los arrianos usaron este versículo para mostrar que Cristo era un ser
creado. Esta interpretación, aunque es posible en este pasaje por medio de la
gramática, queda refutada por otras porciones de las Escrituras (ver Nota
Adicional de Juan 1). El pasaje puede ser entendido de modo que armonice
plenamente con la enseñanza general de la Biblia. Esto concuerda con los
principios sanos de la exégesis bíblica.
https://elaguila3008.blogspot.com/2021/07/enlace-sobre-los-evangelios-de-mateo.html
En Heb. 1:6 prÇtótokos claramente
se refiere a la encarnación, y algunos han tratado de hacer la misma aplicación
en Col. 1:15. Otros creen que en Colosenses Pablo se está refiriendo a la
resurrección (ver com. Hech. 13:33). Sin embargo, ninguna de las dos
interpretaciones se ajusta al contexto, pues Cristo es presentado aquí como el
Creador (cf. Col. 1:16) y anterior a la creación (cf. com. Juan 1:1-3, 14).
Por lo tanto, parece mejor
considerar que prÇtótokos se usa en sentido figurado para describir a Jesucristo
como primero en categoría. Esta figura deriva de la dignidad y la posición
pertenecientes al primogénito de una familia humana o, más específicamente, al
primogénito de una familia real. La jerarquía de Cristo es única en su género,
autorizada y absoluta. Se le han
confiado todas las prerrogativas y toda la autoridad en el cielo y en la
tierra. Pablo destaca la posición de
Cristo porque está procurando hacer frente a los argumentos de los falsos
maestros, quienes declaraban que Cristo era creado y negaban su supremacía.
Creación. Gr. ktísis, "creación", en el sentido del
acto de la creación o también de algo creado, "criatura" (RVA, NC). El
vocablo griego puede traducirse "creación" o "criatura". El
contexto parece favorecer "toda criatura" (RVA, NC). Cristo es
presentado en una posición por encima de toda cosa creada. Ver com. Apoc, 3:14.
16. Porque en él. Esta traducción corresponde
literalmente con el texto griego: hóti en autÇ, que destaca que Cristo es el
centro, la fuente, la esfera en que se originó la creación.
Fueron creadas todas las cosas. Acerca de Cristo como Creador,
ver com. Juan 1:3. La acción del poder creador era una prueba de la divinidad
de Cristo.
Cielos. . . tierra. Esta expresión parece incluir
todo el universo. Mediante estos términos se designan todas las cosas
materiales o inmateriales.
Invisibles. Sin duda una referencia a seres y poderes espirituales
(ver com. "tronos... potestades").
Tronos. . . potestades. Ver com. Rom, 8:38; Efe. 1:21. Estos
términos evidentemente eran usados por los falsos maestros de Colosas para
describir su clasificación de las jerarquías angélicas. Esos maestros herejes
quizá clasificaban a Cristo dentro de esas jerarquías. Si así fue, Pablo atacó
de frente esa doctrina declarando que ya fuera que existieran o no tales
jerarquías, Cristo las creó a todas y por lo tanto las superaba muchísimo en
dignidad.
Fue creado. Esta flexión del verbo es diferente de la que se
traduce "fueron creadas" al comienzo de este versículo. El griego
destaca con el pretérito perfecto la continuidad o permanencia de la creación,
mientras que en la primera se refiere a la creación simplemente como un acto
específico que ocurrió en algún momento de la historia.
Por medio de él. Gr. di' autóu. "Por medio de él" expresa quién es el agente, es decir, quién hizo la creación. Ver com. Juan 1:3. Para él. Cristo es la meta y el origen de toda la creación. Es la razón de ser de su existencia. Da sentido a su vida. Él es "el principio y el fin, el primero y el último" (Apoc. 22:13).
17. El. Pronombre enfático en griego, significa "El
mismo". Se contrasta a Cristo con los seres creados.
Es. Flexión del verbo eimí, "ser", que como
'n en Juan 1:1, expresa continuidad de existencia (ver el comentario
respectivo). "Él es" puede compararse con la expresión "Yo
soy" (ver com. Juan 6:20; 8:58).
Antes. Tanto en tiempo como en posición. Cuando en alas de
la imaginación penetramos en la eternidad pasada, no hay un momento antes del
cual Cristo no existiera (ver com. Juan 1:1; Nota Adicional de Juan 1).
En él. Cristo es la esfera dentro de la cual todo existe.
Subsisten. Gr. suníst'mi, "mantenerse juntos" o
"tener coherencia". "Y todo tiene en él su consistencia"
(BJ). "Y todas las cosas tienen en él su consistencia" (BC). La
flexión del verbo griego pone el énfasis en el continuo mantenimiento de una
organización original.
El poder que mantiene con
precisión matemática los inmensos astros del universo en sus órbitas señaladas,
el poder que sostiene las partículas del átomo en sus órbitas predeterminadas,
es el mismo. Todas las cosas existen por el poder de Cristo. No sólo las creó,
también las sostiene en cada momento.
18. Él es. Gr. autos estín, "él mismo es", las
mismas palabras con que comienza el vers. 17 (ver el comentario respectivo).
Cabeza del cuerpo. Así como la cabeza tiene la
capacidad de hacer los planes para el cuerpos al cual gobierna y por el cual
hace decisiones, y así como todas las actividades del cuerpo dependen completa
y continuamente del funcionamiento de la cabeza, Cristo también es la cabeza
del cuerpo espiritual. Es una figura frecuente en los escritos de Pablo (ver com.
1 Cor. 12:12-27; Efe. 1:22).
Iglesia. Gr. ekkl'sía. Ver com. Mat. 18:17.
Principio. Esta expresión puede entenderse en forma pasiva,
para mostrar la precedencia de Cristo en lo que concierne a tiempo y categoría,
o en forma activa, en el sentido de que Cristo es el originador (cf. com. Apoc.
1:8). Algunos entienden que se aplica especialmente a lo que sigue, para
afirmar que Cristo es el "principio" de los que serán resucitados de
los muertos. Pablo también llama a Cristo "primicias de los que durmieron"
(ver com. 1 Cor. 15:20,23). Es cierto que Moisés y Lázaro fueron resucitados
antes de que Cristo saliera de la tumba, pero lo hicieron en virtud de la
resurrección de Jesús; sólo por él volvieron a vivir
Jesús es presentado aquí ante los
creyentes no sólo como el que tiene primacía y precedencia en el tiempo, sino
también como el que es superior en poder y prestigio. Como él es antes de todas las cosas, no puede
ser una emanación o una forma de creación inferior o subsidiaria. La
declaración de Pablo hace frente a los argumentos de los falsos maestros de
Colosas.
Primogénito. Gr. prÇtótokos (ver com. vers. 15). De entre los muertos. Como habiendo sido uno de ellos, según lo implica el griego (cf. com. Apoc. 1:18).
En todo. Como en el contexto inmediato la precedencia de
Cristo tiene que ver con la iglesia, su posición en cuanto a "todo"
también atañe a la iglesia (ver Col. 3:11; cf. Efe. 1:23); sin embargo, esta
afirmación también es verdad respecto a su soberanía y primacía en cuanto al
universo entero.
Tenga la preeminencia. O "para que tenga él la
primacía". Cristo "fue declarado Hijo de Dios con poder... por la
resurrección de entre los muertos" (Rom. 1:4; cf. Fil. 2:9).
19. Agradó al Padre. Las palabras "al Padre"
son añadidas, puesto que la evidencia textual establece (cf. p. 10) su omisión.
El griego sugiere la traducción "la plenitud se complació habitar en
él", que resulta difícil de interpretar. En esta construcción, la
"plenitud" es el sujeto. Por otra parte, el Padre parece ser el
sujeto en el vers. 20, por lo tanto es posible que también tácitamente lo sea
en el vers. 19. Ambas formas se amoldan bien al contexto.
Habitase. Del verbo griego katoikéÇ, "residir",
"morar", "establecerse" (cf. cap. 2:9). Los falsos maestros
sostenían que la Divinidad residía en Jesús sólo parcial y transitoriamente;
pero Pablo les explica a los colosenses la verdad al respecto. Jesús posee como
una prerrogativa permanente no sólo la plenitud del propósito y del poder
divino, sino que también expresa completamente los rasgos de la personalidad
divina (Efe. 1:23; 3:19; 4:13; Col. 2:9). El Salvador era la expresión de la
gloria del Padre, la imagen visible de la persona de Dios (cap. 1:15). En
Cristo se manifiesta la expresión perfecta de la Divinidad completa y
eternamente. Esta expresión de la Deidad sólo alcanzó su manifestación plena
cuando se consumó el sacrificio del Salvador, porque la fase del sacrificio
expiatorio de su perfección divina no se había visto antes de la muerte de
Jesús.
Plenitud. Gr. pl'rÇma, "plenitud",
"hartura", "lo que ha sido completado",
"complemento". Pl'rÇma se usaba en el griego secular para designar
una tripulación completa en un navío, o un grupo completo de reservistas o una
población que había alcanzado a un número máximo, o para indicar la suma total
necesaria para completar una transacción comercial o para referirse a los
materiales necesarios para completar un edificio. En el NT generalmente tiene
este significado de algo íntegro (Mar. 2:21; 6:43; Rom. 13:10; 1 Cor. 10:26;
Gál. 4:4; Efe. 1:10,23).
Parece que los falsos maestros de
Colosas, como los gnósticos posteriores, enseñaban que algunas de las funciones
de la Deidad, como la mediación y ciertos atributos creadores, también las
poseían los ángeles o jerarquías inferiores de seres creados. Pablo está
diciendo a los que pervertían la verdad que en Cristo reside la suma total de
todos los atributos de la Deidad. Por lo tanto, él es el Señor de todas las
cosas creadas. Esta plenitud residió en Cristo desde el principio.
20. Por medio de él. Esta frase aparece dos veces en el texto original: "por medio de él reconciliar... por medio de él haciendo la paz..." Jesús es Aquel por medio del cual se llevó a cabo la reconciliación. Reconciliar. Gr. apokatallássÇ, verbo más enfático que katallássÇ (ver com. Rom. 5:10), que Pablo usa por lo general para referirse a la reconciliación.
Todas las cosas. Se ha debatido mucho si esta
expresión incluye a los seres irracionales y a los inanimados. ¿En qué sentido
necesitarían esos seres de la reconciliación? El apóstol quizá esté tratando de
los amplios efectos de la entrada del pecado en el universo, y por eso incluye
los efectos del pecado y de la redención no sólo sobre los seres inteligentes
sino también sobre los irracionales y los inanimados (cf. com. Rom. 8:19).
En la tierra. La transgresión de Adán afectó a toda la tierra. La
degeneración se extendió desde el hombre -la obra maestra y cumbre del Creador-
hasta las plantas, los insectos, los animales marinos y aun los seres
inanimados. Pero el acto redentor de Cristo finalmente restaurará la perfección
y la armonía.
En los cielos. Algunos comentadores afirman que aunque sólo un
tercio de los ángeles se rebelaron en el cielo contra el gobierno de Dios y
fueron expulsados de allí, el resto de las huestes angélicas no entendió
plenamente la realidad del pecado ni sus horrendos resultados hasta que Cristo
murió en la cruz. Los seres celestiales comprendieron como nunca antes, después
de este acontecimiento, que los caminos de Dios son verdaderos y justos y que
el programa de Satanás conduce a la muerte.
De ese modo todas las cosas,
tanto materiales como espirituales, tanto celestiales como terrenales, serán
conducidas a un estado de perfecta armonía mediante la cruz y todo lo que ella
representa. El tiempo y el despliegue de los propósitos de Dios mediante Cristo
desenmascararán a Satanás y a los que simpatizan con él, y cuando sean
aniquilados se verá la justicia de Dios. El plan de la redención cumplirá así
su propósito más amplio y profundo, a saber: la vindicación del carácter de
Dios ante el universo (PP 54).
Haciendo la paz. La paz es necesaria porque la
entrada del pecado en el universo introdujo la desunión. Es evidente que los
falsos maestros enseñaban que la paz se estaba logrando debido a la mediación
de los ángeles.
Sangre de su cruz. En cuanto al significado de la
sangre de Cristo en el plan de salvación, ver com. Rom. 3:25. La cruz de Cristo
es el núcleo del plan de salvación. La cruz era el tema en el que Pablo se
gloriaba (Gál. 6:14), y será la ciencia y el canto de los redimidos por los
siglos eternos (CS 709).
21. Y a vosotros. Pablo hace ahora aplicaciones
personales para sus hermanos colosenses, de las doctrinas que ha estado
tratando. Ha sostenido que todo el mundo depende de la sangre de Cristo para la
reconciliación (ver com. vers. 19). Ahora dice a los colosenses que ellos
pueden disfrutar de ese glorioso estado de armonía y gozo sólo por ese mismo
camino. Su declaración implica una advertencia a no aceptar los conceptos de
los falsos maestros que podrían sugerir otros medios de reconciliación, como el
ministerio de los ángeles y de otros espíritus (cf. cap. 2:8, 18-19). Hay sólo un
medio de salvación (Hech. 4:12).
En otro tiempo extraños. O "anteriormente
extraños". Los creyentes de Colosas habrían continuado en esa desventurada
condición si Cristo no hubiera muerto por ellos. La cruz del Calvario
proporcionaba expiación para el pecado que había causado esa separación. La
actitud hostil del pecador había cambiado y Dios había aceptado al pecador.
Enemigos. Los colosenses no sólo estaban alejados de Dios,
ignoraban sus propósitos para la humanidad y eran indiferentes a su ley antes
de su conversión, sino que también abierta y decididamente eran hostiles a
Dios.
En vuestra mente. La mente es el centro que dirige a
los seres racionales (Efe. 4:18). Pablo recuerda a los colosenses que todo el pensamiento
de ellos había estado alejado de Dios y era hostil al Señor. Todos sus planes y
proyectos estaban opuestos a Dios o eran indiferentes a él. Se hallaban
perdidos y en situación desesperada; era menester que la influencia celestial
los llevara a una condición en la que pudieran ser salvos.
Haciendo malas obras. O "en las malas obras",
es decir, "en la esfera de las obras impías". Un hombre actúa según
su modo de pensar (cf. Prov. 23:7). Es imposible que una mente impía produzca
algo que no sea obras de impiedad. En el caso de los colosenses, sus acciones
demostraban el estado de su mente. El registro de sus vidas demostraba
irrefutablemente que antes de su conversión estaban alejados de Dios y eran sus
enemigos.
Ahora. Pero Dios actuó a pesar del alejamiento de los
colosenses. Su ministerio de la reconciliación se hace efectivo en el momento
en que los hombres lo aceptan.
Os ha reconciliado. Ver com. Rom. 5:10; Col. 1:20. Cristo,
por decirlo así, había tomado de la mano a los creyentes de Colosas, y los
había presentado ante el Padre no como a siervos o enemigos, sino como a sus
amigos (Juan 15:14-16). La cruz del Calvario había desterrado la hostilidad de
ellos, había cambiado la tendencia de sus pensamientos y los había transformado
a la semejanza de Cristo.
22. Su cuerpo de carne. Algunos creen que Pablo combate
aquí una herejía que entró muy temprano en la iglesia cristiana: que Cristo no
tenía cuerpo humano. Según esta herejía, el cuerpo humano es esencialmente
pecaminoso y por lo tanto no podría haber sido parte del Hijo de Dios. La
encarnación era un paso fundamental en la reconciliación del hombre con Dios. La
Divinidad se había revestido con la humanidad. Jesús tomó posesión de la
humanidad caída para que ésta pudiera unirse de nuevo con el trono de Dios. Participó
de carne y sangre para poder liberar al hombre de la esclavitud del pecado. Cristo
logró en su cuerpo de carne la victoria de la reconciliación (1 Ped. 2:24). Ver
t. V, pp. 894-895; t. VI, p. 59.
Por medio de la muerte. La paga del pecado es muerte
(Rom. 6:23); todos hemos pecado (Rom. 3:23); por lo tanto nadie puede escapar
de la muerte. Cuando Cristo participó de la condición humana, se propuso pagar
el precio del castigo del pecado de la humanidad. Murió por cada ser humano. Este
hecho estaba simbolizado en todo verdadero sacrificio desde el día cuando Adán
ofreció la primera víctima por orden de Dios. La muerte de la víctima vicaria
señalaba de antemano la gran expiación que se ofrecería por la sangre de
Cristo. Todas esas ceremonias de sacrificios que simbolizaban una mediación,
señalaban por anticipado la reconciliación final con Dios. La muerte era la
base de todo sacrificio.
Para presentaros. Cuando la reconciliación haya
sido alcanzada, los que estuvieron alejados de Dios y le fueron hostiles serán
presentados ante el universo como trofeos de la cruz (2 Cor. 4:14; Efe. 5:27;
Col. 1:28).
Santos y sin mancha. Gr. hágios, "santo" y
ámÇmos, "sin tacha" (ver com. Efe. 1:4).
Irreprensibles. Gr. anégkl'tos, "irreprochable",
"irreprensible". Compárese con el uso de esta palabra en 1 Cor. 1:8. Anégkl'tos
va más lejos que ámomos en su descripción del proceso de la santificación. Pone
de relieve que no debe haber ninguna posibilidad de que se haga alguna
acusación contra aquel a quien Dios se propone presentar perfecto delante del
universo. El acusador de los hermanos será silenciado cuando el Señor lo
reprenda y haga notar que los santos están vestidos con la justicia de Cristo
(Zac. 3:1-5; Apoc. 12:10-11).
Delante de él. Todos los seres humanos pasarán ante el ojo escrutador
de Dios. El juez de toda la tierra examinará todo. Los hombres pueden no tomar
esto en serio en esta vida, y Satanás puede todavía encontrar faltas; pero la
pregunta más importante es: ¿qué es lo que ve Dios, y qué es lo que piensa?
(ver 2 Cor. 5:10; Efe. 1:4). La estimación divina es lo que vale.
23. Si. . . permanecéis. Los colosenses habían oído la
palabra de vida. Habían aceptado la fe y sido reconciliados por la sangre de
Cristo. Eran "santos y fieles hermanos" (vers. 2). Pero todos sus
esfuerzos resultarían inútiles si no "Permanecían". El apóstol
destaca la necesidad que tenían de continuar y permanecer en su confianza en el
Evangelio.
Fundados. Gr. themelióÇ, "establecer un
fundamento", "fundar". La casa espiritual debe tener su
fundamento afirmado en la Roca sólida, que es Cristo; no sobre la arena, como
la casa del necio de la parábola de Cristo (Luc. 6:49; Mat. 7:24-27; 1 Cor. 10:4).
Firmes. Gr. hedráios, "arraigado",
"inmutable"; "inconmovible" (BJ); "estables" (BC,
NC). El creyente cristiano debe estar firmemente establecido en su fundamento. Pablo
amonestaba a los colosenses a no apartarse de la posición que tomaron cuando
oyeron por primera vez el Evangelio.
En la fe. Cf. vers. 4. Lo que se había comenzado por la fe en
la vida de los creyentes de Colosas, debía continuarse también por medio de la
fe.
Sin moveros. Literalmente "no siendo removidos". Este
es el aspecto negativo de lo que Pablo ha dicho. Es como si dijera: "No
permitáis que las artimañas filosóficas de los falsos maestros o las tentaciones
seductoras del pecado os desvíen de vuestra posición". El tiempo del verbo
en griego permite la traducción: "No estéis continuamente cambiando"
de una posición a otra (cf 1 Cor. 15:58).
Esperanza del evangelio. Es decir, la esperanza que
proporciona el Evangelio. Él ya ha indicado (ver com. vers. 5) que esta
esperanza es la fuerza motriz del plan de salvación. Se la descubre por el
mensaje del Evangelio; pertenece al Evangelio. Cuando finalmente se alcance esa
esperanza en el reino de Dios, se habrán cumplido los propósitos del plan de
salvación.
Que habéis oído. Ver com. vers. 5.
Se predica en toda la creación. "A toda criatura" (BJ, NC). El pasaje destaca que el Evangelio que habían oído los colosenses era el mismo que se predicaba en dondequiera que había penetrado el Evangelio. Pablo no quiere decir que el Evangelio había llegado completamente a todas partes. Esto es claro por sus afirmaciones en otros pasajes acerca del progreso del Evangelio.
Al escribir unos pocos años antes a los romanos, resumía así el
progreso del Evangelio: "Desde Jerusalén, y por los alrededores hasta
Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo" (Rom. 15:19). En ese
tiempo esperaba visitar a Roma y desde allí llevar el Evangelio a España (Rom.
15:24).
Pero su arresto y encarcelamiento le impidieron cumplir sus planes. En vez de ir a Roma en libertad como un heraldo del Evangelio, llegó encadenado, y ya preso no pudo visitar a España. Es dudoso que alguna obra importante hubiera sido comenzada allí. Además, no hay ninguna evidencia posterior de que por esa época temprana el Evangelio hubiera penetrado en las regiones de los bárbaros, al norte del mundo civilizado de ese entonces. Este era sin duda el caso de otras regiones apartadas.
Es, pues, claro que la afirmación de que el Evangelio había sido predicado a toda criatura debajo del cielo no tenía el propósito de que se la tomara en un sentido absoluto. En forma semejante a la declaración "así como a todo el mundo" (Col. 1:6), el énfasis recae en el hecho de que el Evangelio predicado en Colosas es el mismo que se está proclamando en todo el mundo. Cf. Mat. 24:14; 1 Tes. 1:8; Apoc. 5:13; 14:6-7; DTG 587.
Del cual yo Pablo. Súbitamente el apóstol se
presenta a sí mismo en su argumentación, así como había introducido a los
creyentes de Colosas en el vers. 21.
Fui hecho. O "he llegado a ser" (BJ). Cf. Efe. 3:7. Pablo
se refiere a la comisión divina de predicar el Evangelio. Dios ahora lo estaba
usando para el cumplimiento de deberes eternos (ver Efe. 3:8; 1 Tim. 1:11-16;
cf. Gál. 1:11-17). Una mano divina lo había hecho entrar en el plan total de la
salvación de los hombres. Cuando los colosenses compararan a Pablo con los
falsos maestros, pensarían en los propósitos eternos de Dios y comprenderían
que el que les estaba escribiendo formaba parte del gran plan para la salvación
de ellos. Por lo tanto el mensaje de Pablo contaba con la autorización divina. La
fe de los creyentes se fortalecería y se aumentaría su firmeza con este
pensamiento.
Ministro. Gr. diákonos (ver com. Mar. 9:35). Compárese con el
uso de esta palabra en Mat. 20:26; Rom. 13:4; Efe. 6:21; 1 Tim. 4:6.
24. Ahora me gozo. Pablo irrumpe en una gozosa
acción de gracias porque la causa de Dios está progresando. Cf. Hech. 16:25;
Rom. 5:3; 2 Cor. 11:16-33; Fil. 2:17.
Lo que padezco por vosotros. Cf. Efe. 3:1. Pablo se regocijaba
al sufrir persecuciones por causa de Cristo, si así podía aumentarse la fe de
los cristianos.
Cumplo. O "estoy completando". Gr. antanapl'róÇ,
"completar en lugar de otro". Este vocablo sólo aparece aquí en el
NT.
En mi carne. Es decir, los sufrimientos personales de Pablo.
Lo que falta. Las tribulaciones y las aflicciones son la suerte
del cristiano (Hech. 14:22; Fil. 1:29; cf 2 Cor. 1:5; 4:10; 1 Tes. 3:3). Pablo
piensa en los sufrimientos que tendrá que soportar. Está contento de poder
sufrir aflicciones por la causa de Cristo.
Aflicciones de Cristo. Es decir, aflicciones por Cristo.
No debe entenderse que estas palabras se refieren a los sufrimientos que
soportó Cristo, pues si así fuera significaría que faltaba algo en los
sufrimientos de Cristo. Además, la palabra traducida "aflicciones" en
ninguna otra parte se usa para referirse a los sufrimientos de Cristo.
Por su cuerpo. Es decir, por causa del cuerpo de Cristo: su
iglesia (cf. Efe. 1:22-23).
25. Fui hecho ministro. O "he llegado a ser
ministro" (BJ). Ver com. vers. 23.
Administración. Gr. oikonomía, "mayordomía" (ver com. Efe. 1:10; 3:2). El gran principio que gobernaba a Pablo era el de colaborar con el plan y el propósito supremo de Dios. Declara que se le ha asignado una mayordomía en esa providencia suprema de Dios. Cumplidamente la palabra de Dios. El propósito de la mayordomía de Pablo era predicar la Palabra de Dios. Su meta era cumplirla hasta el máximo.
26. Misterio. Gr. must'rion (ver com. Rom. 11:25).
Oculto desde los siglos. Cf. Rom. 16:25; Efe. 3:3,5,9. Las
bendiciones plenas de la era del Evangelio fueron comprendidas sólo vagamente
por los patriarcas y las generaciones siguientes.
Ahora ha sido manifestado. Ver com. 1 Cor. 2:9-10; Efe. 3:5.
27. Dios quiso dar a conocer. El plan de Dios es que los suyos
penetren en los misterios más profundos del conocimiento divino mediante la
ayuda de su Espíritu Santo. Cuando reciban esta revelación Dios transformará de
tal manera sus inclinaciones, que alcanzarán la santificación de sus
caracteres.
Riquezas de la gloria. Cf. com. Rom. 9:23; cf. Efe.
1:7,18; 2:7; 3:8,16.
Gentiles. Los judíos sufrieron una verdadera conmoción al saber que este glorioso misterio debía también alcanzar a los gentiles. Pero Dios no hace acepción de personas (Hech. 10:34). Su misericordia se extiende a todos los que lo aceptan.
El apóstol destaca la universalidad de los alcances
del plan de salvación.
Cristo en vosotros. La presencia interior de Jesús en
el corazón humano es la manifestación del misterio eterno (ver com. Gál. 2:20; Efe.
1:1).
Ezperanza de gloria. Cf. vers. 5. Con el comienzo del
plan de salvación Dios colocó frente a la humanidad caída la esperanza de su
restauración ante la presencia divina. La encarnación de Cristo hizo que el
hombre sintiera más próxima la cristalización de esta esperanza. La presencia
interior de Cristo en el corazón del individuo demuestra que el poder de la
gracia está actuando para transformar el carácter. Esto hace que sea real la
esperanza de glorificación. El cristiano vive ahora en el reino de la gracia,
lo que le da la seguridad de que llegará un día cuando vivirá con Cristo en el
reino de gloria. Cf. Rom. 8:18; 1 Tim. 1:1.
28. A quien anunciamos. Pablo establece el contraste
entre él y sus colaboradores por un lado y los falsos maestros por el otro.
Amonestando. Gr. nouthetéÇ, "inculcar",
"advertir", "amonestar" (cf. com. Efe. 6:4).
Todo hombre. La triple repetición de esta frase en este
versículo subraya la universalidad del Evangelio. No hay exclusivismo en las
enseñanzas de Pablo, como lo había en las de los falsos maestros. Todas las
clases sociales deben ser alcanzadas con el Evangelio de salvación.
Enseñando. Pablo amonesta, pero también instruye. Así debe
hacerse en toda predicación.
En toda sabiduría. Algunos comentadores entienden
que estas palabras muestran la forma de las enseñanzas de Pablo (cf. Efe. 1:8;
Col. 4:5); otros, que el texto de estudio para este ministerio docente abarca
todos los alcances de la sabiduría. La primera opinión parece estar más en
armonía con el griego. "Con toda sabiduría" (BJ, BA).
A fin de presentar. Cf. com. vers. 22. El apóstol se
ha identificado con la obra de ganar almas, y ahora presenta la meta de su
ministerio.
Perfecto. Gr. téleios (ver com. Mat. 5:48). En Fil. 3:12-15
(ver el comentario respectivo) Pablo aclara la perfección de la cual habla en
sus epístolas.
En Cristo Jesús. Estas son las palabras claves de
la Epístola a los Efesios (ver com. Efe. 1:1). También son frecuentes en las
otras epístolas de Pablo. Sólo en Cristo pueden los santos alcanzar la
perfección.
29. Para lo cual. Es decir, con el propósito de
presentar a "todo hombre" (vers. 28) perfecto en Cristo.
Trabajo. Gr. kopiáÇ, "esforzarse",
"afanarse", "bregar". Compárese con el uso de este vocablo
en 1 Cor. 15:10; Gál. 4:11; Fil. 2:16.
Luchando. Del verbo griego agÇnízomai, "contender",
"combatir" (ver com. Luc. 13:24). Esta palabra sugiere el esfuerzo
máximo que era desplegado por los participantes en los juegos atléticos.
Potencia. Gr. enérgeia, "energía", poder operante,
a diferencia de dúnamis, que denota poder potencial. "Energía" deriva
de enérgeia. Compárese con el uso de enérgeia en Efe. 1:19; 3:7; 4:16; Fil. 3:21;
etc.
Actúa. Del verbo griego energéò, "obrar",
"producir", "ejecutar". Compárese con el sustantivo energeía
(ver com. "potencia"). Pablo comprendía que la realización de sus
deberes requería un ferviente esfuerzo. Además, se daba cuenta de que el
resultado sería eficaz para el bien hasta donde el esfuerzo individual
estuviera combinado con el gran poder de Dios que diera energía a cada facultad
del agente humano.
Poderosamente. Pablo podía dar testimonio del poder del Salvador
porque ese poder había obrado intensamente en su propia vida. (7CBA).
COMENTARIOS DE EGW
1-29. TM 221. Ruego
por causa de Cristo que no permitáis que salgan de vuestros labios expresiones apresuradas
o ásperas, que no uséis un lenguaje extravagante, que no expreséis nada que
tenga sabor de crítica, porque todo esto es humano. Cristo no tiene parte en
ello. Sean cuidadosos los escritores ligeros de cómo usan su pluma, no sea que
parezcan ridiculizar la posición de creyentes o no creyentes. Nuestra única
seguridad la hallaremos al conservar el espíritu humilde de Cristo, y al hacer
derechos pasos a nuestros pies, para que lo cojo no salga fuera del camino. La
mansedumbre y la humildad de Cristo deben tomar posesión del alma.
Satanás
está ejerciendo su poder para presentar engaños magistrales, de manera que
logre que ocurra lo que no está de acuerdo con la voluntad de Dios. No den
ocasión aquellos que creen la verdad, a que nuestros enemigos afirmen la
oposición, y den pie a una falsa presentación que los hombres usarían para
oponerse al avance de la verdad. Por causa de Cristo, realice cada obrero
esfuerzos que anulen los asertos de Satanás, y no se empeñe en nada que Dios no
pidió de sus manos. Bajo la dirección del General del cielo hemos de trabajar
de acuerdo con la voluntad de Dios, y el éxito coronará nuestros esfuerzos. Dad
a Dios una oportunidad de trabajar, y dejad que los hombres hagan lo que él
desea que realicen para hacer progresar su verdad. 222
2; 7-12. HAp 375; 16-17; 21, 22. HAp. 376. EL DESEO DEL APÓSTOL para aquellos a quienes escribía sus cartas de consejo y admonición era que no fuesen "niños fluctuantes y llevados por doquiera de todo viento de doctrina," 375 sino que todos llegaran "a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la edad de la plenitud de Cristo."
Rogó a aquellos que eran seguidores de Cristo y que vivían en comunidades
paganas, que no anduviesen "como los otros Gentiles, que andan en la
vanidad de su sentido, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la
vida de Dios . . . por la dureza de su corazón," sino "avisadamente;
no como necios, mas como sabios; redimiendo el tiempo." (Efe. 4:14,13,17,18;
5:15,16.) Animó a los creyentes a mirar hacia el tiempo cuando Cristo, que
"amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella," podría
"presentársela gloriosa para sí, una iglesia que no tuviese mancha ni
arruga, ni cosa semejante," una iglesia "santa y sin mancha."
(Efe. 5:25,27.)
ESTOS
MENSAJES, ESCRITOS, No Con Poder Humano, Sino Con El De Dios, contienen
lecciones que deben ser estudiadas por todos, lecciones que será provechoso
repetir frecuentemente. En ellas encontramos delineada la piedad práctica, se
formulan principios que deben ser seguidos en cada iglesia y se define el
camino que lleva a la vida eterna.
EN
SU CARTA "A Los Santos Y Hermanos Fieles En Cristo Que Están En
COLOSAS," escrita mientras
estaba preso en Roma, Pablo hace mención de su regocijo
por la constancia de ellos en la fe, cuyas buenas nuevas le fueron traídas por
Epafras, quien, escribió el apóstol, "nos ha declarado vuestro amor en el
Espíritu. Por lo cual -continúa,- también nosotros, desde el día que lo oímos,
no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento
de su voluntad, en toda sabiduría y espiritual inteligencia; para que andéis
como es digno del Señor, agradándole en todo, fructificando en toda buena obra,
y creciendo en el conocimiento de Dios: corroborados de toda fortaleza,
conforme a la potencia de su gloria, para toda tolerancia y largura de ánimo
con gozo."
De
este modo Pablo expresó en palabras sus deseos para con los creyentes de
Colosas. ¡Cuán elevado es el ideal que
mantienen 376 estas palabras ante el seguidor de Cristo!
Muestran las maravillosas posibilidades de la vida cristiana y hacen bien claro
que no hay límites para las bendiciones que los hijos de Dios pueden recibir.
Creciendo constantemente en el conocimiento de Dios, podían ir de fortaleza en
fortaleza, de altura en altura en la experiencia cristiana, hasta que por
"la potencia de su gloria," llegasen a ser "aptos para
participar de la suerte de los santos en luz."
EL
APÓSTOL EXALTÓ A CRISTO delante de
sus hermanos como aquel por quien Dios había creado todas las cosas, y por
quien había labrado su redención. Declaró que la mano que sostiene los mundos
en el espacio y mantiene en su ordenada distribución e infatigable actividad
todas las cosas en el universo, es la que fue clavada por ellos en la cruz.
"Por él fueron criadas todas las cosas -escribió Pablo- que están en los
cielos, y que están en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean
dominios, sean principados, sean potestades; todo fue criado por él y para él.
Y él es antes de todas las cosas, y por él todas las cosas subsisten."
"A vosotros también que erais en otro tiempo extraños y enemigos de ánimo
en malas obras, ahora empero os ha reconciliado en el cuerpo de su carne por
medio de muerte, para haceros santos y sin mancha, e irreprensibles delante de
él."
El
Hijo de Dios se humilló para levantar al caído. Por ello dejó los mundos
celestiales que no han conocido el pecado, los noventa y nueve que le amaban, y
vino a esta tierra para ser "herido por nuestras rebeliones," y
"molido por nuestros pecados." (Isa. 53:5.) Fue hecho, en todas las
cosas, semejante a sus hermanos. Se revistió de carne humana igualándose a
nosotros.
Él
sabía lo que significaba tener hambre, sed y cansancio. Fue sustentado por el
alimento y refrigerado por el sueño. Fue un extranjero y advenedizo sobre la
tierra, -en el mundo, pero no del mundo. Tentado y probado como lo son los
hombres de la actualidad, vivió, sin embargo, una vida libre del pecado. 377 Lleno
de ternura, compasión, simpatía, siempre considerado con los demás, representó
el carácter de Dios. "Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre
nosotros, ... lleno de gracia y de verdad." (Juan 1:14.)
11-13. HAp 381. LA
CARTA A LOS COLOSENSES está llena
de lecciones de gran valor para todos los que están ocupados en el servicio de
Cristo, lecciones que muestran la sinceridad de propósito y la altura del
blanco que será visto en la vida de aquel que representa correctamente a su
Salvador. Renunciando a todo lo que pueda impedirle realizar progresos en el
camino ascendente, o quiera hacer volver los pies de otros del camino angosto,
el creyente revelará en su vida diaria misericordia, bondad, humildad,
mansedumbre, tolerancia y el amor de Cristo.
El
Poder De Una Vida Más Elevada, Pura Y Noble Es Nuestra Gran Necesidad. El Mundo
Abarca Demasiado De Nuestros Pensamientos, Y El Reino De Los Cielos Demasiado
Poco.
EN
SUS ESFUERZOS POR ALCANZAR EL IDEAL DE DIOS, el
cristiano no debería desesperarse de ningún empeño. A todos es prometida la
perfección moral y espiritual por la gracia y el poder de Cristo. Él es el
origen del poder, la fuente de la vida. Nos lleva a su Palabra, y del árbol de
la vida nos presenta hojas para la sanidad de las almas enfermas de pecado. Nos
guía hacia el trono de Dios, y pone en nuestra boca una oración por la cual
somos traídos en estrecha relación con él. En nuestro favor pone en operación
los todopoderosos agentes del cielo. A cada paso sentimos su poder viviente.
DIOS
NO FIJA LÍMITES al avance de aquellos
que desean ser "llenos del conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría
y espiritual inteligencia." Por la oración, la vigilancia y el desarrollo
en el conocimiento y comprensión, son "corroborados de toda fortaleza,
conforme a la potencia de su gloria." Así son preparados para trabajar en
favor de los demás. Es el propósito del Salvador que los seres humanos,
purificados y santificados, sean sus ayudadores. Demos gracias por este gran
privilegio a Aquel "que nos hizo aptos para participar de la suerte de los
santos en luz: que nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado
al reino de su amado Hijo."
23. HAp 474. HACE alrededor
de (20) siglos que los apóstoles descansan de sus labores; pero la historia de
sus fatigas y sacrificios por la causa de Cristo se encuentra todavía entre los
más preciosos tesoros de la iglesia. Dicha historia, escrita bajo la dirección
del Espíritu Santo, fue registrada a fin de que por ella los seguidores de
Cristo de todas las épocas fuesen inducidos a empeñarse con mayor celo y fervor
en la causa del Salvador.
Los discípulos cumplieron la
comisión que Cristo les dio. A medida
que esos mensajeros de la cruz salían a proclamar el Evangelio, se manifestaba
tal revelación de la gloria de Dios como nunca antes habían visto los
mortales. Por medio de la cooperación
del Espíritu divino, los apóstoles realizaron una obra que conmovió al mundo.
El Evangelio fue llevado a toda nación en una sola generación.
Gloriosos fueron los resaltados
que acompañaron al ministerio de los apóstoles escogidos por Cristo. Al
principio, algunos de ellos eran hombres sin letras, pero su consagración a la
causa de su Maestro era absoluta y bajo su instrucción consiguieron una
preparación para la gran obra que les fue encomendada. La gracia y la verdad
reinaban en sus corazones, inspiraban sus motivos y dirigían sus acciones. Sus
vidas estaban escondidas con Cristo en Dios, el yo se perdía de vista,
sumergido en las profundidades del amor infinito.
LOS DISCÍPULOS eran hombres
que sabían hablar y orar sinceramente, hombres que podían apoderarse de la
fuerza del Poderoso de Israel. ¡Cuán cerca estaban de Dios, y cuán estrechamente
ligaban su honor personal a su trono! Jehová era 475 su Dios. Su honor era el honor de ellos. La verdad de Dios era
la suya. Cualquier ataque al Evangelio hería profundamente sus almas, y con
todo el poder de su ser luchaban por la causa de Cristo. Podían predicar la
palabra de vida, porque habían recibido la unción celestial. Esperaban mucho y
por lo tanto intentaban mucho. Cristo se revelaba a ellos y le miraban como su
guía. Su entendimiento de la verdad y su poder para afrontar la oposición estaban
en proporción con su conformidad a la voluntad de Dios. Jesucristo, sabiduría y
poder de Dios, era el tema de todo discurso. Su nombre -el único dado a los
hombres debajo del cielo para que puedan ser salvos- era exaltado por ellos. A
medida que proclamaban un Salvador todopoderoso, resucitado, sus palabras
conmovían los corazones y hombres y mujeres eran ganados para el Evangelio.
Multitudes que habían vilipendiado el nombre del Salvador y despreciado su
poder, ahora se confesaban discípulos del Crucificado.
LOS APÓSTOLES no cumplían su
misión por su propio poder, sino con el del Dios Viviente. Su tarea no era
fácil. Las primeras labores de la iglesia cristiana se realizaron bajo opresión
y amarga aflicción. Los discípulos encontraban constantemente privaciones,
calumnias y persecuciones en su trabajo; pero no consideraban sus propias vidas
como caras; antes se regocijaban porque eran llamados a sufrir por Cristo. La
irresolución, la indecisión, y la debilidad de propósito no hallaban cabida en
sus esfuerzos. Estaban dispuestos a gastar y ser gastados. El sentido de la
responsabilidad que descansaba sobre ellos, purificaba y enriquecía sus vidas;
y la gracia del cielo se revelaba en las conquistas que lograron para Cristo.
Con el poder de la omnipotencia, Dios obraba por intermedio de ellos para hacer
triunfar el Evangelio.
LOS APÓSTOLES edificaron la iglesia de Dios sobre el fundamento que Cristo mismo había puesto. Frecuentemente se usa en las Escrituras la figura de la construcción de un templo para ilustrar la edificación de la iglesia.
Zacarías señaló a 476 Cristo como el Pimpollo que debía
edificar el templo del Señor. Habla de los gentiles como colaboradores en la
obra: "Y los que están lejos vendrán y edificarán en el templo de
Jehová;" e Isaías declara: "Los hijos de los extranjeros edificarán
tus muros." (Zac. 6:12,15; Isa. 60:10.)
Escribiendo acerca de la
edificación de dicho templo, Pedro dice: "Al cual allegándoos, piedra
viva, reprobada cierto de los hombres, empero elegida de Dios, preciosa,
vosotros también, como piedras vivas, sed edificados una casa espiritual, y un
sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por
Jesucristo." (1 Ped. 2:4,5.)
LOS APÓSTOLES
TRABAJARON EN LA CANTERA DEL MUNDO JUDÍO Y GENTIL, extrayendo
piedras que habían de colocar sobre el fundamento. En su carta a los creyentes
de Éfeso, Pablo les dice: "Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos,
sino juntamente ciudadanos con los santos, y domésticos de Dios; edificados
sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del
ángulo Jesucristo mismo; en el cual, compaginado todo el edificio, va creciendo
para ser un templo santo en el Señor: en el cual vosotros también sois
juntamente edificados, para morada de Dios en Espíritu." (Efe. 2:19-22.)
25-28. TM 222. El problema de
la libertad religiosa es muy importante, y debe ser manejado con gran sabiduría
y discreción. A menos que se haga esto, hay peligro de que por nuestra propia
conducta traigamos sobre nosotros mismos una crisis antes de estar preparados
para ella. La carga de nuestro mensaje
debe ser "los mandamientos de Dios
y la fe de Jesús". Debe pedirse a nuestros hermanos que tengan cuidado
de no hacer movimientos que despierten o provoquen a los poderes existentes, de
no tomar determinaciones que limiten la obra, y nos impidan proclamar el
mensaje en diferentes localidades.
Necesitamos más de la obra del
Infinito y mucho menos confianza en los agentes humanos. Hemos de preparar a un
pueblo para estar en pie en el día de la preparación de Dios; hemos de llamar
la atención de los hombres a la cruz del Calvario, para explicarles la razón
por la cual Cristo realizó su gran sacrificio. Hemos de mostrar a los hombres
que es posible para nosotros volver a su lealtad a Dios y a la obediencia a sus
mandamientos. Cuando el pecador mira a Cristo como la propiciación hecha por
sus pecados, háganse a un lado los hombres. Declárenle al pecador que Cristo
"es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros,
sino también por los de todo el mundo".
Anímeselo a buscar sabiduría de Dios; pues por medio de la oración
ferviente aprenderá el camino del Señor más perfectamente que si fuera
instruido por algún consejero humano. Verá que fue la transgresión de la ley
lo que causó la muerte del Hijo del Dios infinito, y odiará los pecados que
hirieron a Jesús. Al mirar a Cristo como un compasivo y tierno Sumo Pontífice,
su corazón será preservado en la contrición. 223
25-29 HAp 296. LO
EXPERIMENTADO POR EL APÓSTOL y su
instrucción en cuanto a la santidad de la obra del ministro, son una fuente de
ayuda e inspiración para los que se ocupan en el ministerio evangélico.
EL
CORAZÓN DE PABLO ARDÍA DE AMOR POR LOS PECADORES, y
dedicaba todas sus energías a la obra de ganar almas. Nunca vivió un obrero más
abnegado y perseverante. Las bendiciones que recibía las consideraba otras
tantas ventajas que debía usar para bendición de otros. No perdía ninguna
oportunidad de hablar del Salvador o ayudar a los que estaban en dificultad.
Iba de lugar en lugar predicando el Evangelio de Cristo y estableciendo
iglesias. Dondequiera podía encontrar oyentes, procuraba contrarrestar el mal y
tornar los hombres y mujeres a la senda de la justicia.
PABLO
NO SE OLVIDABA DE LAS IGLESIAS QUE HABÍA ESTABLECIDO. 296 Después
de hacer una gira misionera, él y Bernabé volvieron sobre sus pasos y visitaron
las iglesias que habían levantado, escogiendo de entre sus miembros hombres a
quienes podían preparar para que se les unieran en la proclamación del
Evangelio.
ESTE
Rasgo De La Obra De Pablo Contiene Una Importante Lección Para Los Ministros
Hoy Día.
EL
APÓSTOL HIZO DE LA ENSEÑANZA DE JÓVENES para
el oficio de ministros una parte de su obra. Los llevaba consigo en sus viajes
misioneros, y así adquirían la experiencia necesaria para ocupar más tarde
cargos de responsabilidad. Mientras estaba separado de ellos, se mantenía al
tanto de su obra, y sus epístolas a Timoteo y Tito demuestran cuán vivamente
anhelaba que obtuviesen éxito.
LOS
OBREROS DE EXPERIENCIA Hacen Hoy Una Noble Obra Cuando, En Lugar De Tratar De
Llevar Todas Las Cargas Ellos Mismos, Adiestran Obreros Más Jóvenes Y Colocan
Cargas Sobre Sus Hombros.
NUNCA
OLVIDABA PABLO LA RESPONSABILIDAD QUE DESCANSABA SOBRE ÉL COMO MINISTRO DE
CRISTO; ni que si las almas se perdían por su
infidelidad, Dios lo tendría por responsable. "Soy hecho
ministro -declaró,- según la dispensación de Dios que me fue dada en orden a
vosotros, para que cumpla la palabra de Dios; a saber, el misterio que había
estado oculto desde los siglos y edades, mas ahora ha sido manifestado a sus
santos: a los cuales quiso Dios hacer notorias las riquezas de la gloria de
este misterio entre los Gentiles; que es Cristo en vosotros la esperanza de
gloria: el cual nosotros anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando en
toda sabiduría, para que presentemos a todo hombre perfecto en Cristo Jesús: en
lo cual aún trabajo, combatiendo según la operación de él, la cual obra en mí
poderosamente." (Col. 1:25-29.)
ESTAS
PALABRAS PRESENTAN AL OBRERO DE CRISTO UNA NORMA ELEVADA, que
puede ser alcanzada, sin embargo, por todos los que, poniéndose bajo la
dirección del gran Maestro, aprenden diariamente en la escuela de Cristo. El
poder que Dios tiene a 297 su disposición es ilimitado, y el
ministro que en su gran necesidad se esconde en el Señor, puede estar seguro de
que recibirá lo que será para sus oyentes un sabor de vida para vida.
LOS
ESCRITOS DE PABLO muestran que el ministro evangélico debe ser un ejemplo de
las verdades que enseña, "sin
dar en nada ocasión de ofensa, para que no sea culpado el ministerio." (2
Cor. 6:3, V.M.)
DE
SU PROPIA OBRA NOS HA DEJADO un cuadro
en su carta a los corintios: "En todo recomendándonos como
ministros de Dios, en mucha paciencia, en aflicciones, en necesidades, en
angustias, en azotes, en cárceles, en alborotos, en trabajos, en vigilias, en
ayunos; con pureza, con ciencia, con longanimidad, con mansedumbre, con el
Espíritu Santo, con amor no fingido, con palabra de verdad, con poder de Dios;
por medio de la armadura de justicia, a diestra y a siniestra, por medio de
honra y deshonra, por medio de mala fama y buena fama; como impostores, y sin
embargo veraces; como desconocidos, y sin embargo bien conocidos; como
moribundos, y he aquí que vivimos; como castigados, mas no muertos; como
pesarosos, mas siempre gozosos: como pobres, mas enriqueciendo a muchos."
(Vers. 4-10, V. M.)
A
TITO ESCRIBIÓ: "Exhorta asimismo a
los mancebos a que sean comedidos; mostrándote en todo por ejemplo de buenas
obras; en doctrina haciendo ver integridad, gravedad, palabra sana, e
irreprensible; que el adversario se avergüence, no teniendo mal ninguno que
decir de vosotros." (Tito 2:6-8.)
NO
HAY NADA MÁS PRECIOSO A LA VISTA DE DIOS QUE los
ministros de su Palabra, que penetran en los desiertos de la tierra para
sembrar las semillas de verdad, esperando la cosecha. Ninguno sino Cristo puede
medir la solicitud de sus siervos mientras buscan al perdido. Él les imparte su
Espíritu, y por sus esfuerzos las almas son inducidas a volverse del pecado a
la justicia.
29. DMJ 121. Muchos
son atraídos por la belleza de Cristo y la gloria del cielo y, sin embargo,
rehúyen las únicas condiciones; por las cuales pueden obtenerlas. Hay
muchos en el camino ancho que no están del todo satisfechos con la senda en que
andan. Anhelan escapar de la esclavitud del pecado y tratan de resistir sus costumbres
pecaminosas con sus propias fuerzas. Miran el camino angosto y la puerta
121 estrecha; pero el placer egoísta, el amor del mundo, el orgullo y la
ambición profana alzan una barrera entre ellos y el Salvador. La renuncia a su
propia voluntad y a cuanto escogieron como objeto de su afecto o ambición exige
un sacrificio ante el cual vacilan, se estremecen y retroceden.
Muchos procurarán entrar, y no
podrán". *Lucas 13:24. Desean
el bien, hacen algún esfuerzo para obtenerlo, pero no lo escogen; no tienen un
propósito firme de procurarlo a toda costa. Nuestra única
esperanza, si queremos vencer, radica en unir nuestra voluntad a la de Dios, y
trabajar juntamente con él, hora tras hora y día tras día. No
podemos retener nuestro espíritu egoísta y entrar en el reino de
Dios. Si alcanzamos la santidad, será por el renunciamiento al yo y
por la aceptación del sentir de Cristo. El orgullo y el egoísmo
deben crucificarse. ¿Estamos dispuestos a pagar lo que se requiere de nosotros?
¿Estamos dispuestos a permitir que nuestra voluntad sea puesta en conformidad
perfecta con la de Dios? Mientras no lo estemos, su gracia
transformadora no puede manifestarse en nosotros.
LA
GUERRA QUE DEBEMOS SOSTENER ES "la
buena batalla de la fe". Por "lo cual también trabajo -dijo el apóstol
Pablo-, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente
en mí". *1 Timoteo 6:12;
Colosenses 1:29.
Ministerio Hno. Pio
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