I. INTRODUCCIÓN
A diferencia de muchas partes del Antiguo Testamento, que frecuentemente tienen una trama de material genealógico y referencias a acontecimientos con indicación de fecha, el Nuevo Testamento no se basa en una estructura cronológica exacta. Sus elementos cronológicos se deben determinar principalmente por referencias incidentales a sucesos conocidos en la historia secular, y por la mención ocasional de períodos de tiempo.
El estudio que sigue
de los datos disponibles es breve y no debe considerarse como exhaustivo.
II. DATOS DE LA HISTORIA SECULAR
Hay varios acontecimientos históricos mencionados en el libro de los Hechos
y en las epístolas paulinas que ayudan a establecer una cronología. Sin embargo, puesto que las fechas de casi
todos ellos no se pueden establecer con exactitud, cualquier esquema
cronológico basado en ellos debe considerarse sólo como aproximado. Esos
acontecimientos son los siguientes: el gobierno de Aretas en Damasco, la muerte
de Herodes Agripa I, el hambre en Palestina durante el reinado de Claudio, el
proconsulado de Galión en Acaya y el comienzo del período en que Festo fue
procurador en Palestina. Además de esos hechos, todos los cuales están
mencionados en el Nuevo Testamento, también hay otros sucesos correspondientes
con el reinado de Nerón que, aunque no figuran ni en los Hechos ni en las
epístolas, pueden tener alguna relación con la cronología del Nuevo Testamento.
Gobierno De Aretas En Damasco.- En 2 Cor. 11:32
Pablo declara que en el tiempo cuando él escapó de Damasco (Hech. 9:25) Aretas
gobernaba en Damasco, o por lo menos gobernaban allí los nabateos por medio de
un etnarca o representante. Aretas IV fue rey de los nabateos aproximadamente
desde el año
Sin embargo, las comprobaciones que
proporcionan las monedas de la época indican que Damasco estuvo bajo el
gobierno romano durante los reinados de Augusto y de Tiberio. De modo que
Aretas difícilmente pudo haber tenido autoridad en Damasco antes de la muerte
de Tiberio en el año 37 d. C. Por lo tanto, las fechas del gobierno de Aretas
en Damasco van probablemente del 37 al 40 d. C. Por lo que sin duda la huida de
Pablo ocurrió durante ese período.
Muerte De Herodes Agripa I.- De acuerdo con Hech. 12:1-23 es evidente que la muerte de Jacobo hijo de Zebedeo y el encarcelamiento de Pedro, ocurrieron inmediatamente 101 antes de la muerte de Herodes Agripa I. Agripa tomó el gobierno de los territorios de Felipe el tetrarca poco después de que Calígula llegó a ser emperador en el año 37 d. C. (Josefo, Antigüedades xviii. 6.10; Guerra ii. 9.6). Poco antes de su muerte, en enero del 41 d. C. Calígula añadió Galilea a los territorios de Agripa (Antigüedades xviii. 7.2), y poco después de la entronización de Claudio, el siguiente emperador, Agripa también recibió Judea (Id. xix. 5.l; Guerra ii. 11.5). Josefo (Antigüedades xix. 8.2) declara que Agripa gobernó sobre Judea durante tres años y que estaba completando el séptimo año de su reinado cuando murió. Esto ubica la muerte de Agripa en el año 44 d. C. En Hech. 12:3,19 se indica que ocurrió por el tiempo de la pascua, y por lo tanto fue en la primavera (marzo-mayo). Ver cuadro del t. V, p. 224.
Hambre En Palestina.- En Hech. 11:28
se registra que Agabo, un profeta de Antioquía, predijo un hambre en Palestina
que ocurrió durante el reinado de Claudio (41-54 d. C.). En respuesta a esa
profecía, Saulo y Bernabé fueron enviados por la iglesia de Antioquía para que
recogieran una ofrenda para los cristianos de Judea (vers. 29-30). Josefo
registra un hambre en Palestina mientras eran procuradores Fado y Alejandro
(Antigüedades xx. 5. 2; cf. 2. 5), que con toda probabilidad se pueda
identificar con el hambre mencionada en Hechos. Puesto que Fado reemplazó en el
gobierno de Judea a Agripa I, quien murió en 44 d. C., es razonable comenzar su
reinado en ese año. No se puede fijar con exactitud la fecha de la terminación
del gobierno de Fado como procurador y la llegada de su sucesor, Alejandro. Sin
embargo, Josefo (Id. 5.2) al consignar la muerte de Herodes de Calcis, como
ocurrida en el año 8.º de Claudio (probablemente otoño [septiembre-noviembre]
del año 47 d. C. a otoño del año 48 d. C.; cf. Mishnah Rosh Hashanah l. l), también indica que esto ocurrió cuando era
procurador Cumano, el cual fue sucesor de Alejandro. Por lo tanto, el período de Alejandro no se
debe haber extendido más allá del 48 d. C. Por esto, es razonable llegar a la
conclusión de que el hambre mencionada en Hech. 11 ocurrió en algún momento
entre el 44 y el 48 d. C.; y puesto que coincidió con los períodos de ambos
procuradores, lo más probable es que hubiera ocurrido hacia el principio y no
hacia el fin de ese período.
Expulsión De Los Judíos De Roma.-
Cuando Pablo llegó a Corinto en su segundo viaje misionero, encontró allí a
Aquila y a Priscila, matrimonio judío que acababa de salir de Roma cuando
Claudio expulsó a los judíos de esa ciudad (Hech. 18:1-2). El único escritor
antiguo que menciona una fecha para este suceso es el historiador Orosio, del
siglo V (Historia vii. 6.15). Presenta a
Josefo como su fuente documental para ubicar la expulsión de los judíos
ordenada por Claudio en el año 9.º de ese emperador (48-49 d. C.) Aunque ahora
no existe ningún texto de Josefo que registre ese hecho, no hay razón para
concluir que la afirmación de Orosio sea equivocada.
Galión, Procónsul De Acaya.- En algún
momento de la permanencia de Pablo en Corinto, en ocasión de su segundo viaje
misionero, Galión fue procónsul en Acaya (Hech. 18:12). Los procuradores
permanecían en su cargo de acuerdo a la voluntad del emperador, pero los
procónsules, que eran nombrados por el senado romano, normalmente sólo
gobernaban un año, aunque a veces podían permanecer durante dos. Por eso es
probable que Galión no estuviera mucho tiempo en Acaya. Una inscripción
fragmentaria de Claudio procedente de Delfos, en Acaya, se refiere a Galión
como procónsul. Otras inscripciones del mismo reinado ayudan a fijar la fecha
en el 51 ó 52 d. C. Los procónsules normalmente ocupaban su cargo a fines del
mes de junio, por lo tanto parece que Galión fue procónsul en Acaya desde
mediados del 51 d. C. hasta mediados del 52 d. C., o desde mediados del 52
hasta 102 mediados del 53 d. C. Si fue
procónsul durante dos años, su gobierno podría haber abarcado este período
entero.
Gobierno De Festo.- En Hech. 24:
La última fecha posible para la llegada de Festo debe deducirse del hecho
de que Albino, el sucesor de Festo, era procurador en el tiempo de la fiesta de
los tabernáculos en el otoño (septiembre-noviembre) del 62 d. C., "cuatro
años antes de la guerra" (Josefo, Guerra vi. 5.3). Puesto que parece
probable que Festo gobernó por lo menos dos años, la última fecha que
razonablemente se puede atribuir al comienzo de su gobierno es el año 60 d. C.
Entre los dos extremos -56 y 60 d. C.- la fecha más probable para la
sucesión de Félix por Festo parecería corresponder con la última parte de ese
período. El nombramiento de Félix sin duda ocurrió algún tiempo antes de que
muriera Claudio, y fue confirmado por Nerón cuando éste ocupó el trono del
imperio (54 d. C.; Id. ii. 12.8; 13.2). Más de un año antes de la llegada de
Festo, Pablo le dijo a Félix: "Desde hace muchos años eres juez de esta
nación" (Hech. 24:10). Esto indica que su gobierno difícilmente podría
haber terminado mucho antes del 60 d. C. Por lo tanto, parece lógico ubicar la
llegada de Festo a Palestina alrededor del año 60 d. C.
III. FECHAS TOMADAS DEL NUEVO TESTAMENTO.
En el libro de los Hechos, Lucas toma en cuenta el desarrollo cronológico
de su narración, más que la mayoría de los escritores del Nuevo Testamento. Por
eso, además de los sucesos que acabamos de tratar, y que él sincroniza
aproximadamente con acontecimientos de la historia secular, Lucas también
proporciona otros elementos cronológicos en su narración que ayudan en la reconstrucción
de una cronología. Además, Pablo mismo presenta varias declaraciones
incidentales que proporcionan más informaciones.
Pablo aparece por primera vez en el relato de Hechos en el momento del
apedreamiento de Esteban. No hay ninguna evidencia histórica para la fecha de
la muerte de Esteban; sin embargo, ciertos datos proféticos sugieren una fecha.
Las 70 semanas de la profecía de Daniel comenzaron en el año
Después de su conversión, probablemente en el año 35 d. C., Pablo
permaneció en Damasco "muchos días" (cap. 9:23). Su siguiente viaje
registrado en los Hechos fue a Jerusalén después de haber escapado de Damasco
en una canasta (Hech. 9:25-26; cf. 2 Cor. 11:32). Su retiro a Arabia (Gál. l:
17) debe haber ocurrido antes de que fuera a Jerusalén, puesto que en ese
tiempo aún no había visitado esa ciudad después de su conversión. Su primera
visita a Jerusalén fue "tres años" después de su conversión (Gál. l:18),
visita que puede ubicarse alrededor del año 38 d. C. La visión mencionada en
Hech. 22:17-21 probablemente ocurrió en ese tiempo. Pablo viajó a Tarso después de su visita a
Jerusalén (cap. 9: 30). Bernabé lo
encontró allí algunos años más tarde, y lo invitó para que ayudara en la obra
en Antioquía. Pablo permaneció "todo un año" (cap. 11:25-26) en
Antioquía. El profeta Agabo predijo "en aquellos días" un hambre en
Judea, y la iglesia de Antioquía envió a Pablo y a Bernabé a Jerusalén con
(vers. 27-30). "En aquel tiempo" (cap. 12:1), probablemente mientras
Pablo estaba en Antioquía y no después de su visita a Jerusalén con Bernabé
(ver la segunda Nota Adicional de Hech. 12), Herodes dio muerte a Jacobo y
encarceló a Pedro (vers. 1-3), pero murió poco después, en el año 44 d. C. (ver
p. 101).
Al final de su permanencia de un año en Antioquía, alrededor del año 44-45
d. C., Pablo y Bernabé comenzaron su primer viaje misionero. No se sabe cuánto
duró ese viaje, pero cuando regresó Pablo, permaneció en Antioquía "mucho
tiempo" (Hech. 14:28). Cuando surgió una disensión debido a que los
gentiles habían sido admitidos en la iglesia sin ser circuncidados, Pablo,
Bernabé y otros fueron a Jerusalén, donde el problema quedó resuelto en un
concilio con los apóstoles (cap. 15). Lo
más probable es que esta visita sea la misma que Pablo menciona en Gál. 2:1,
que ocurrió "pasados catorce años", pues en ambos casos lo que estaba
en juego era la circuncisión (ver Nota Adicional de Hech. 15). Con todo, el
contexto no indica claramente de cuál acontecimiento se debe partir para
computar esos catorce años. Podría
entenderse que comenzaron con la conversión de Pablo (Gál. l:15-16), o con su
primera visita a Jerusalén tres años más tarde (vers. 18). Por eso no puede decirse precisamente cuándo
tuvo lugar el concilio de Jerusalén, pero aproximadamente podría haber sido
alrededor del año 49 d. C.
"Algunos días" (Hech. 15:36) después del regreso de Pablo a
Antioquía, éste propuso el segundo viaje misionero a Bernabé, y cuando se
presentó un desacuerdo entre los dos, Pablo emprendió viaje con Silas. Después
de predicar en Frigia, Galacia y Misia, llegaron a Troas; de allí viajaron por
barco a Macedonia y predicaron en Filipos, Tesalónica y Berea. Posteriormente
Pablo fue a Atenas, y después de lo que le sucedió en el Areópago se estableció
en Corinto, donde permaneció "un año y seis meses" (cap. 18:11). Durante
la última parte de este período, o quizá al final, posiblemente ocurrieron las
insurrecciones contra el procónsul Galión, que ya hemos ubicado aproximadamente
entre los veranos (junio- agosto) del 51 y el 53 d. C. 104 "Pablo
habiéndose detenido aún muchos días allí" (vers. 18) partió para
Palestina. En armonía con esta comprobación, el regreso de Pablo de su segundo
viaje misionero puede ubicarse aproximadamente en el año 52 d. C.
Antes de comenzar su tercer viaje misionero, que probablemente se extendió
desde el año 53 al 58 d. C., Pablo pasó otra vez "algún tiempo" en
Antioquía (cap. 18:23). Después viajó por Galacia y Frigia, y prosiguió a
Efeso, donde pasó "tres años" (cap. 20: 31). Después pasando por
Macedonia, llegó a Grecia donde estuvo tres meses (vers. 3), y regresando por
Macedonia aproximadamente durante el tiempo de la pascua en la primavera
(marzo-abril), fue a Troas, en el Asia Menor, de donde viajó por mar a Mileto y
de allí a Palestina, adonde llegó aproximadamente a mediados de junio, a tiempo
para la celebración de Pentecostés, quizá en el año 58 d. C. Pablo fue atacado
en Jerusalén por una turba y puesto en prisión, y poco después fue llevado a
Cesarea en donde permaneció "dos años" (cap. 24:27), hasta que Festo,
poco después de su llegada (c. 60 d. C., ver p. 102), lo envió a Roma para que
compareciera ante César. Pablo y los que
iban con él viajaron por mar en el otoño (septiembre-noviembre), pero no completaron
su travesía pues naufragaron y se vieron obligados a invernar en la isla de
Malta (cap. 27:12, 14-44; 28:1). "Pasados tres meses" (cap. 28: 11)
pudieron continuar su viaje, y llegaron a Roma quizá a principios de la
primavera (marzo-mayo) siguiente, en el año 61 d. C. Pablo estuvo preso unos
dos años en Roma. En vista de que Lucas presenta ese período como "dos
años enteros" (cap. 28:30), probablemente se trató de algo más de dos
años, y tal vez fue del 61 al 63 d. C.
En este punto concluye el registro de los Hechos, y la cronología siguiente
sólo se puede trazar mediante conjeturas que dependen de pruebas
circunstanciales que se hallan en epístolas posteriores de Pablo. Dos
epístolas, 1 Timoteo y Tito, presentan un esquema de viajes de Pablo y de sus
compañeros de viaje que no se ajusta con el desarrollo del relato de los
Hechos. Por eso es razonable llegar a la conclusión de que Pablo fue dejado en
libertad después de "dos años enteros" de encarcelamiento en Roma, y
que los viajes registrados en esas dos epístolas acontecieron después de que
fue dejado libre. No podemos determinar cuánto tiempo estuvo en libertad. Si
fue liberado en el año 63 d. C., podría haber estado lejos de la ciudad durante
la persecución de Nerón que siguió al gran incendio de Roma en julio del año 64
d. C. Durante ese período sus viajes lo llevaron por lo menos a Creta (Tito
1:5) y a Efeso (1 Tim. 1:3); probablemente a Macedonia (1 Tim. 1:3) y a Grecia
(2 Tim. 4:20), y quizá a España (Rom. 15:24, 28; cf. con la tradición
registrada por Clemente de Roma, de que Pablo llegó al "límite del
oeste" [Primera epístola de Clemente a los corintios 51]). Durante esos
viajes Pablo sin duda fue una vez más arrestado, quizá en Troas (2 Tim. 4:13),
y se lo llevó a Roma. En 2 Tim. aparece como preso en esa ciudad, y esta vez
esperaba morir pronto (cap. 4:6). Es de suponer que su sentencia de muerte no
habría ocurrido sin otra audiencia ante Nerón, y como éste salió de Roma en
septiembre del año 66 d. C. para visitar Grecia, el juicio de Pablo pudo haber
ocurrido poco antes de esa fecha. Es
razonable ubicar su muerte poco después, quizá en el año 67 d. C.
IV. Cronología Aproximada De Los
Hechos (DC).
31. Crucifixión, ascensión, Pentecostés (ver t. V, pp. 242-246).
34. Esteban apedreado; la iglesia perseguida; el Evangelio llevado a
Samaria.
35. Conversión de Pablo.
35-38. Pablo en Damasco y en Arabia. 105
38. Pablo escapa de Damasco durante el reinado de Aretas; visita a Jerusalén
"pasados tres años" (Gál. 1:18); va a Tarso.
44. Jacobo, hermano de Juan, es martirizado; Pedro encarcelado en el tiempo
de la pascua; muere Agripa I.
44-45. Bernabé trae a Pablo a Antioquía; Pablo queda allí "todo un
año" (Hech. 11:26).
45. Bernabé y Pablo llevan la ayuda a los afectados por el hambre en
Jerusalén.
45-47. Primer viaje misionero de Pablo; a su regreso permanece en Antioquía
"mucho tiempo" (Hech. 14:28).
49. Concilio de Jerusalén, "pasados catorce años" (Gál. 2:1).
49. Pablo comienza su segundo viaje misionero; predica en Frigia, Galacia,
y entra en Europa.
51. Pablo llega a Corinto, y queda allí un año y medio.
52. Fin del segundo viaje misionero; Pablo permanece "algún tiempo"
en Antioquía (Hech. 18:23).
53-58. Tercer viaje misionero de Pablo; viaja por Asia Menor; permanece
tres años en Éfeso; viaja por macedonia; permanece tres meses en Corinto.
58-60. Pablo encarcelado en Cesarea por "dos años" (Hech. 24:27);
sale entre septiembre y noviembre.
60-61. Pablo viaja a Roma; llega entre marzo y mayo.
61-63. Pablo permanece preso en Roma por "dos años enteros"
(Hech. 28:30).
63-66. Pablo viaja por Creta, Asia Menor y Macedonia.
67. Muerte de Pablo.
V. CRONOLOGÍA APROXIMADA DE LAS EPÍSTOLAS DE PABLO.
La cronología del ministerio de Pablo constituye la base para un esquema
cronológico de las cartas suyas que existen. Sin embargo, aún no se puede hacer una cronología absoluta de la vida y
del ministerio de Pablo, porque el material documental del cual dependemos es
demasiado fragmentario o ambiguo. Por lo tanto, puede sugerirse más de una
fecha posible para la mayoría de los acontecimientos de su vida (ver pp.
100-104). Por esta razón no es posible asignar fechas definitivas a sus
diversas cartas.
Sin embargo, el margen de diferencia con las fechas que se presentan en
este artículo no puede ser grande. Si
hubiera unos pocos años de diferencia entre las fechas verdaderas y las que
aquí sugerimos, no puede haber duda de que estas fechas, basadas en todas las
fuentes documentales disponibles, están muy cerca de ser correctas. Si se
descubrieran datos cronológicos que Fijaran definidamente las fechas de los
gobiernos de Félix, Festo o Sergio Paulo, sería posible situar la cronología de
Pablo sobre una base más firme; pero mientras no pueda hacerse esto, cualquier
esquema cronológico sólo puede ser aproximado.
Por lo tanto, el esquema que presentamos a continuación no pretende ser
definitivo en cuanto a la cronología de las cartas de Pablo, pero representa
los resultados de un esfuerzo honrado por relacionar lógica y armoniosamente
todos los datos disponibles, inspirados o seculares, bíblicos o extrabíblicos,
que proyecten luz sobre el tema que estamos tratando. Las epístolas son
examinadas en su supuesto orden cronológico. (Ver también las Introducciones
respectivas.)
1 Tesalonicenses.- Esta es la
primera epístola de Pablo que se ha preservado, pero quizá no sea su primera
carta a una iglesia, pues en ese tiempo parece que ya era conocido como
escritor de cartas. Esto se deduce de su advertencia contra epístolas falsas
que llevaran su nombre, que pudieran haber estado circulando poco después,
cuando fue escrita la segunda carta a los tesalonicenses (2 Tes. 2:2). El hecho
de que al mismo tiempo Pablo llamara la atención a sus lectores a su firma
personal como una característica de "toda carta" suya (cap. 3:17), también
insinúa 106 que entre las iglesias estaban
circulando cartas falsas con su nombre. Estas cartas sólo podrían haber tenido
éxito si Pablo ya hubiera sido conocido como un hombre que con frecuencia
expresaba su opinión mediante cartas dirigidas a iglesias o individuos. Parece
probable que una cantidad de cartas, ahora perdidas, precedieron a 1
Tesalonicenses.
La iglesia de Tesalónica, a la cual fue dirigida 1 Tesalonicenses, había
sido fundada por Pablo durante su segundo viaje misionero (49-52 d. C.).
Tesalónica, la capital de Macedonia, tenía unos 200.000 habitantes, y estaba
gobernada por siete magistrados que dependían de un prefecto. No se sabe cuánto
tiempo permaneció Pablo en Tesalónica antes de que los disturbios provocados
por los judíos lo obligaran a salir de la ciudad y a continuar su viaje. Su
permanencia parece haber sido corta, como puede ingerirse por su deseo de
volver a Tesalónica tan pronto como pudiera, para terminar una obra que
consideraba que aún necesitaba atención. Pablo viajó de Tesalónica a Berea y
después a Atenas, dejando conversos en cada lugar por donde pasaba; y desde
Atenas envió a Timoteo a Tesalónica, pues pensó que él no podía ir (1 Tes. 2:
Por lo tanto, parece que 1 Tesalonicenses fue escrita poco después de la
llegada de Pablo a Corinto. De acuerdo con la cronología aproximada del
ministerio de Pablo, aceptada por este Comentario, esto pudo haber sido en el año
51 d. C. (ver pp. 1039 105).
2 Tesalonicenses.- Esta carta no
pudo haber sido escrita mucho después de la primera, porque sus contenidos son
similares y al comienzo de ella se mencionan los mismos compañeros de Pablo:
Silas y Timoteo (2 Tes. 1:1; cf. 1 Tes. 1:1). Probablemente esta segunda carta
se produjo debido al regreso desde Tesalónica del portador de la primera
epístola, mediante quien Pablo supo que sus palabras acerca de la inminencia
del segundo advenimiento estaban siendo mal entendidas y tergiversadas por
algunas personas de la iglesia. Por esto dio un tono vigorosamente profético a
esta nueva exposición de su enseñanza en cuanto a la segunda venida de Cristo,
tono que revelaba a sus lectores que ciertos grandes sucesos, especialmente el
reinado del anticristo, precederían al regreso del Señor.
Estas consideraciones son la base para ubicar la segunda carta a los
Tesalonicenses no mucho después de la primera, ya sea en los últimos meses del
año 51 d. C. o en los primeros meses del año 52 d. C., mientras Pablo se
ocupaba activamente en edificar espiritualmente la iglesia cristiana de
Corinto, que él había fundado con su esfuerzo.
1 Corintios.- Esta carta fue escrita
desde Efeso (1 Cor. 16:8), donde el apóstol Pablo trabajó por unos tres años
(54-57 d. C.) durante su tercer viaje misionero (Hech. 20:31; cf. HAp 236). Anteriormente Pablo había enviado
una carta a Corinto para amonestar a sus lectores a que no se juntaran con los
fornicarios (1 Cor. 5:9). De modo que lo que ahora llamamos Primera Epístola a
los Corintios, es en realidad la segunda carta dirigida a esa iglesia. Fue
motivada, en primer lugar, por los informes que recibió Pablo acerca de ciertas
condiciones deplorables que había en Corinto (cap. 1:11; 5:1), las cuales
demandaban urgente atención (cap.
La carta fue escrita no mucho antes de que el apóstol saliera de
Efeso. Pablo 107 había hecho planes para salir de
la ciudad poco después de Pentecostés (1 Cor. 16:8), pero es evidente que el
estallido del tumulto que describe Lucas en Hech. 19:23-41 lo obligó a salir
antes. Estas circunstancias históricas, aludidas en la. carta, hacen posible
que su redacción pueda situarse entre abril y junio del año 57 d. C., cuando se
aproximaba la salida de Pablo de Éfeso. No es seguro, pero sí posible, que Tito
fuera el encargado de llevar esta epístola.
2 Corintios.- La fecha de
esta carta puede fijarse con facilidad, pues fue escrita en Macedonia poco
después de que Pablo saliera de Éfeso en el año 57 d. C. Puesto que los
esfuerzos anteriores de Pablo para remediar los males que existían en esa
ciudad no habían tenido éxito (2 Cor. 2:1; 12:21), el apóstol había decidido
hacer otro intento de reconciliación por medio de Tito, su joven ayudante en el
ministerio.
Tito había viajado de Efeso a Corinto probablemente en marzo o abril del
año 57 d. C., y podría haber llevado lo que conocemos como Primera Epístola a
los Corintios. Cuando Tito partió, él y Pablo convinieron en que después de
haber cumplido con su misión en Corinto, Tito iría a Troas, donde Pablo
esperaba encontrarlo (cap. 2:12-13). Pero el chasco del apóstol fue grande,
pues cuando llegó a Troas supo que Tito aún no había llegado. Aunque encontró
en Troas buenas perspectivas para una obra de éxito, continuó su viaje a
Macedonia, y sintió un gran alivio al encontrarse con Tito en una de las
ciudades de Macedonia. El gozo de encontrarse con él se debió especialmente al
buen informe que recibió Pablo del cambio de corazón de los miembros
descarriados de Corinto, quienes no sólo habían recibido gozosamente a Tito
como representante de Pablo, sino que también habían aceptado su mensaje de
reprensión y habían reparado sus yerros (cap. 7:5-7).
Cuando Pablo supo que la cuidadosa obra de Tito había tenido un éxito que
superaba todas las previsiones, pidió al joven que regresara a Corinto y
continuara la buena obra ya comenzada (cap. 8:16-18, 22-24), mientras él se
ocupaba de las iglesias de Macedonia. Pablo dio a Tito otra carta, nuestra 2
Corintios, en la que elocuentemente expresaba su gozo por los buenos informes
que había recibido en cuanto a la iglesia de Corinto. También les anunciaba su
plan de ir a Corinto después de una corta permanencia en Macedonia (cap. 12:14;
13:1); por lo tanto, esta carta pudo haber sido escrita en el verano
(junio-agosto) del año 57 d. C.
Gálatas Y Romanos.- Los eruditos
sostienen dos puntos de vista acerca de la fecha de la carta a los Gálatas. La
mayoría de ellos cree que fue escrita durante la primera visita de Pablo a
Corinto, aproximadamente en el mismo tiempo cuando se escribieron las dos
cartas a los Tesalonicenses. Esta afirmación se basa en la sorpresa expresada
por Pablo de que los gálatas hubieran dejado "tan pronto" el
Evangelio que él les había predicado, cambiándolo por "otro
diferente" (Gál. 1:6). Es evidente que en esta epístola Pablo relata sus
vicisitudes personales hasta el tiempo del concilio de los apóstoles en
Jerusalén (ver Gál. 1:
Según otro punto de vista, la Epístola a los Gálatas la escribió Pablo
durante los tres meses que permaneció en Corinto, durante su tercer viaje
misionero, alrededor del año 58 d. C. Esta afirmación se basa en el hecho de
que las dos cartas -Gálatas y Romanos- son tan parecidas en su tema, que se
hace probable que fueran redactadas aproximadamente en el mismo tiempo. Gálatas se debió a una controversia doctrinal
que conmovió muchísimo el alma de Pablo; y Romanos presenta una ampliación del
mismo tema, por lo cual pudo haber sido escrita poco después de Gálatas.
Gálatas fue escrita debido a la noticia de la apostasía de las iglesias cristianas en la provincia de Galacia. Bajo la influencia de algunos judaizantes, esos cristianos estaban procurando salvarse por las obras (ver p. 35). Pablo se preocupó tanto por la gravedad de la situación, según le parecía por los informes que había recibido, que escribió a los gálatas la más severa de sus cartas que aún se conservan. Él había fundado las iglesias de la provincia de Galacia y las amaba de un modo especial, por lo tanto su apostasía le produjo tanta pena que ningún esfuerzo le pareció demasiado grande para corregir ese mal. Este Comentario prefiere la fecha última: alrededor del año 58 d. C. Por ese mismo tiempo, mientras el corazón de Pablo estaba saturado con el tema de la justificación por la fe, parece que también escribió su carta a los Romanos (HAp 299-300, 307).
La Epístola a los Romanos contiene varias afirmaciones claras en cuanto al
tiempo cuando fue escrita. Pablo tenía el plan de continuar su obra en el
Occidente, especialmente en España (Rom. 15:24, 28), país al que esperaba
visitar en un futuro cercano. Sin embargo, primero tenía que hacer un breve
viaje a Jerusalén, porque se sentía comprometido a entregar personalmente a los
pobres de esa ciudad los fondos que había reunido para ellos en las iglesias de
Grecia y Macedonia (vers. 25-27). Durante su proyectado viaje a España,
esperaba cumplir con un deseo acariciado por muchos años: visitar la iglesia de
Roma (cap. 1:8-11; 15:23-24).
Las afirmaciones acerca de los planes de viaje de Pablo, muestran
claramente que la carta a la iglesia de Roma fue escrita poco antes de su viaje
de Corinto a Jerusalén. Puesto que Pablo salió de Corinto poco antes de la
época de la pascua del año 58 d. C. (Hech. 20:16), después de haber pasado
tres meses en Grecia (vers. 3), puede concluirse que la Epístola a los Romanos
fue escrita durante los primeros meses del año 58 d. C. Gálatas fue
probablemente escrita poco antes, a fines del año 57 d. C. o a principios del
58.
Las Epístolas De La Prisión.- Las epístolas
de la prisión son Efesios, Filipenses, Colosenses y Filemón. Que estas epístolas fueron escritas sin duda
durante un encarcelamiento del apóstol, está indicado claramente en los
siguientes pasajes: Efe. 6:20; Fil. 1:13-14; Col. 4:18; File. 1, 9.
Es evidente que las epístolas a los Efesios, a los Colosenses y a Filemón
fueron enviadas aproximadamente al mismo tiempo, porque en ellas Pablo nombra a
los mismos individuos. Pablo envió a Tíquico y a Onésimo con las cartas a Efeso,
a Colosas y a Filemón (Efe. 6:21; Col. 4:7-9). Onésimo era un esclavo que había
huido de Filemón, pero había sido convertido por Pablo durante el
encarcelamiento del apóstol y ahora estaba dispuesto a regresar a su amo
Filemón, en Colosas (File. 10-11). Pablo escribió la Epístola a Filemón como
una súplica al amo de Onésimo en favor de su esclavo.
Desde el comienzo de la era cristiana, se ha considerado a Roma como el lugar desde donde fueron enviadas las epístolas de la prisión.
Generalmente se las ha ubicado en la parte
final del encarcelamiento del apóstol en Roma, pues en ellas expresa la
esperanza de ser liberado, para lo cual tuvo que haber tenido alguna 109 razón (Fil.
2:24; File. 22). Su encarcelamiento en Roma duró dos años (Hech. 28:30), desde marzo-mayo
del año 61 d. C. hasta el 63 d. C., según la cronología del ministerio de Pablo
aceptada por este Comentario. Por lo tanto, a Efesios, Colosenses y Filemón se
les puede asignar la fecha aproximada del año 62 d. C.
Algunos eruditos creen que estas tres epístolas corresponden con los dos
años de encarcelamiento de Pablo en Cesarea (probablemente de marzo-mayo del
año 58 d. C. a septiembre-noviembre del 60 d. C.), o también con un período
incierto de encarcelamiento en el Asia Menor. Afirman que la esencia de estas
cartas demanda una proximidad geográfica mayor entre Pablo y aquellos a quienes
las dirige, que la que hubiera existido si Pablo las hubiese escrito desde
Roma; sin embargo, estos argumentos no son muy convincentes, y las teorías de
hacer corresponder las epístolas de la prisión con el cautiverio en Cesarea u
otro encarcelamiento desconocido de Pablo, por lo general han recibido una
respuesta poco favorable de los especialistas en el Nuevo Testamento.
La carta a los Filipenses es quizá la última de las epístolas de la prisión. Da a entender que Pablo había estado en Roma durante algún tiempo, y ya había visto abundantes frutos de sus labores (ver com. Fil. 1:12-14). Además, la atmósfera de toda la carta es de alegría.
Es evidente que Pablo esperaba un resultado favorable
de su apelación a César (Hech. 25:10-12), lo que le permitiría visitar una vez
más a su amada iglesia de Filipos (Fil. 2:24); y al mismo tiempo, sus palabras
no dejan ninguna duda en la mente de sus lectores de que una decisión
desfavorable no le hubiera sorprendido (Fil. 1:19-20, 22-25). Por lo tanto,
puede llegarse a la conclusión de que la carta a los Filipenses quizá fue
escrita en el año 63 d. C.
Hebreos.- "La
Epístola del apóstol San Pablo a los Hebreos", como aparece en la Vulgata,
o sencillamente "A los hebreos", como se lee en el griego, difiere de
las otras trece epístolas paulinas en que el texto no contiene en ninguna parte
el nombre del autor. Pablo comienza con su nombre cada una de sus otras cartas
conocidas (cf. com. Rom. 1:1). Desde los
comienzos del cristianismo se ha discutido mucho si Pablo fue realmente el
autor de esta epístola. La conclusión de este Comentario es que si Pablo no
escribió personalmente la carta a los Hebreos, sin embargo ella contiene sus
enseñanzas, por lo cual puede ser contada entre sus epístolas (un estudio más
completo de este problema se halla en la Introducción de la Epístola a los
Hebreos, en el t. VII).
Sin embargo, aceptar a Pablo como autor de Hebreos no resuelve los
problemas referentes al lugar de su origen y a la fecha. No se sabe dónde se
escribió la carta, aunque la declaración "los de Italia os saludan"
(Heb. 13:24), a pesar de ser ambigua, sugiere que fue escrita en Italia.
También hay incertidumbre en cuanto a la fecha de su escritura. Clemente de
Roma ya conocía la carta en el año 95 d. C., pues al escribir a los corintios
en ese año citó Heb. 1:3-14 (Clemente, primera epístola a los corintios 36).
Esto prueba que la carta era conocida en Roma antes del fin del siglo I, y que
su origen debe buscarse en la era apostólica. En realidad, hay indicios de que
la epístola fue escrita antes de la destrucción del templo de Jerusalén en el
año 70 d. C., pues si no fuera así, es de esperar que un autor que destaca la
inutilidad del antiguo pacto y su servicio simbólico, como lo hace el autor de
Hebreos, ciertamente habría hecho notar la cesación del ritual relacionado con
ese servicio si el templo ya hubiera sido destruido. Si esos acontecimientos ya
hubieran sucedido, habrían reforzado los argumentos del autor de Hebreos en una
forma tan convincente, que sin duda alguna los hubiera presentado en su
demostración. Sin embargo, como tácitamente dice que el servicio del templo aún
se llevaba a cabo (ver cap. 9: 6, donde la forma verbal "entran" [BC,
BJ, 110 RVR] tiene en el texto griego el sentido de
"estar entrando" y que el antiguo pacto estaba "próximo a
desaparecer" (cap. 8:13), hacen que parezca probable que el templo aún no
había sido destruido cuando se escribió Hebreos. Teniendo esto en cuenta, es
posible fijar la fecha de esta carta durante la época de Pablo, cuya muerte
ocurrió alrededor del año 67 d. C.
Se ha escogido el año 63 d. C. como la fecha de la escritura de Hebreos, y
Roma como su lugar de origen, sin que esto impida que haya otras fechas y otros
lugares que pudieran corresponder con la pauta de interpretación seguida por
este Comentario. Esto ubicaría la carta al final del primer encarcelamiento de
Pablo en Roma.
Las Epístolas Pastorales.- Las cartas a
Timoteo y a Tito son llamadas "epístolas pastorales", porque se
refieren en gran medida a los deberes de los que están a cargo de las iglesias
y de los problemas de la administración de la iglesia. En este sentido pueden
ser llamadas "los manuales de iglesia" más antiguos. Se las dirige a dos de los más jóvenes
colaboradores de Pablo. Parece claro que se escribieron en el tiempo del
ministerio del apóstol que siguió a su primer encarcelamiento en Roma (ver p.
32). Puesto que esta parte de la vida de Pablo no está incluida en los Hechos,
poco se sabe de sus vicisitudes y viajes durante ese tiempo.
Se desconoce la extensión del período de los últimos viajes de Pablo; sin
embargo, es bastante seguro que su vida terminó en Roma, en tiempo de Nerón.
Este murió en el 68 d. C., por lo cual la muerte de Pablo no pudo ser posterior
a esa fecha, y podría haber ocurrido en el año anterior. Por eso, su último
encarcelamiento, que probablemente continuó a través de un invierno (2 Tim. 4:21),
podría ser ubicado en el 66-67 d. C. Si Pablo primero llegó a Roma en el 61 d.
C., sus dos años de encarcelamiento habrían terminado en el 63 d. C. Esto deja
unos tres años para sus últimos viajes: 63-66 d. C.
Como Pablo había indicado en sus epístolas de la prisión que anhelaba
visitar las iglesias de Asia y Macedonia tan pronto como le fuera posible (Fil.
2:24; File. 22), puede concluirse que viajó a esos lugares poco después de
haber quedado libre. Visitó a Efeso, la
ciudad principal de la provincia de Asia, antes de seguir a Macedonia (1 Tim.
1:3), donde se encontraba su amada iglesia de Filipos. La primera carta a
Timoteo fue escrita después de esas visitas, y por eso su fecha podría fijarse
aproximadamente un año después de su liberación, quizá en el año 64 d. C.
La carta a Tito parece que fue escrita un poco después, aunque su material es muy similar al de la primera carta a Timoteo. Hace referencia a la obra de Pablo en la isla de Creta, lo que podría haber acontecido también durante este último viaje misionero (Tito 1:5).
Sin embargo, cuando la carta fue escrita Pablo ya
había dejado la isla, y quizá había ido a Grecia dejando a Tito a cargo de la
obra en Creta. Al referir a Tito su plan de pasar el invierno siguiente en
Nicópolis, en la costa occidental de Grecia, pidió a su joven colaborador que
se encontrara allí con él (cap. 3:12). Si se calcula un año para el viaje de
Pablo en Asia Menor y Macedonia y algún tiempo para su obra en Creta y Grecia,
la fecha de su carta a Tito podría ser alrededor del 65 d. C.
Los viajes posteriores de Pablo probablemente lo llevaron a Corinto, a
Mileto (sur de Efeso) y a Troas (2 Tim. 4:13,20), y sin duda también a otras
ciudades. Troas parece haber sido la ciudad donde él fue otra vez arrestado.
Después de su arresto, quizá en el año 66 d. C., Pablo fue llevado de nuevo
a Roma. En el tiempo cuando escribió su segunda carta a Timoteo, parece que ya
había comparecido una vez ante el tribunal, pero aún no había sido sentenciado
(2 Tim. 4:17). Aunque indudablemente tenía poca esperanza de un veredicto
favorable (vers. 6), parece que pensaba que podría pasar por lo menos el
invierno siguiente 111 en Roma (vers. 21), quizá porque
sabía por experiencia cuán lentamente actuaban los tribunales romanos. Si esta
expectativa suya se cumplió, y murió en el año 67 d. C., la segunda carta a
Timoteo podría corresponder entre septiembre noviembre del año 66 d. C. Hasta
donde sepamos, con esta carta terminaron la actividades literarias de Pablo.
Las cartas suyas que se han preservado, abarcan u período de unos 15 años:
51-66 d. C.
Bibliografía
Metzger, Henri. Las rutas de San Pablo en el oriente griego. Traducción de
Sebastián Bártima, S. J. Vol. 4 de "Colección Cuadernos de Arqueología
Bíblica". Barcelona: Ediciones
Garriga, S. A., 1962 (66 pp.). Cronología, bibliografía e índice de
ilustraciones y materias. Es un breve comentario sobre el relato de los tres
viajes misioneros de Pablo en Asia Menor y Grecia, y de su viaje a Roma llevado
como preso. Se describen los paisajes y los pueblos que recorrió el apóstol.
Obra bien ilustrada con fotografías, niapas y planos.
Rops, Daniel. San Pablo. Título original: Saint Paul, conquérant du Christ.
Traducción de Fernando Gutiérrez.
Barcelona: Aymá Editores, 1953 (187 pp.). Índice de ilustraciones y
materias. Daniel Rops es el seudónimo de Henri Petiot (1901-1965), famoso
escritor francés católico, que con erudición y claridad se ocupó de temas
bíblicos. En esta obra reconstruye con precisión la vida y los trabajos de
Pablo. (6CBA). 113 MHP
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