Juan 14. Enseñanzas Antes De Partir. Vers. (1-5) Cristo consuela a sus discípulos con la esperanza del cielo. (6-12) Declara que él es el camino, la verdad y la vida, y que es uno con el Padre. (13-14) Les asegura que las oraciones hechas en su nombre, serán respondidas. (15) Pide amor y obediencia; (16-26) promete el Consolador, el Espíritu Santo, (27-31) y deja su paz con sus discípulos.
1 No Se turbe vuestro corazón; creéis
en Dios, creed también en mí. 2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay;
si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para
vosotros.
3 Y si me fuere y os preparare
lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy,
vosotros también estéis. 4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. 5 Le dijo
Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?
6 Jesús le dijo: Yo soy el
camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 7 Si me
conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le
habéis visto.
8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. 9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre? 10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.
11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras. 12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre.
13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el
Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo
haré.
15 Si me amáis, guardad mis mandamientos.
16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con
vosotros para siempre: 17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede
recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora
con vosotros, y estará en vosotros. 18 No os dejaré huérfanos; vendré a
vosotros. 19 Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me
veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.
20 En aquel día vosotros
conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. 21 El
que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me
ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
22 Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿Cómo es que te manifestarás a
nosotros, y no al mundo? 23 Respondió Jesús y le dijo: El
que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y
haremos morada con él. 24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la
palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. 25 Os he dicho
estas cosas estando con vosotros. 26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a
quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os
recordará todo lo que yo os he dicho.
27 La paz os dejo, mi paz os doy;
yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga
miedo. 28 Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me
amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el
Padre mayor es que yo.
29 Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis. 30 No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este
mundo, y él nada tiene en mí. 31 Más para que el mundo conozca que amo al
Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos, vamos de aquí. (Juan 14).
EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 1-28.
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EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 1-16
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EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 1-24
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1. No se turbe vuestro corazón. O "vuestro corazón no se
turbe más". Los discípulos estaban turbados porque Jesús había anunciado
que pronto los dejaría (cap. 13:33). Por
eso les dijo que su ausencia sólo sería temporaria y que su partida sería para
beneficio de ellos. El cap. 14 continúa la secuencia de la conversación
comenzada en cap. 13:31 (ver allí el comentario).
Creéis. Gr. pistéuete, que se puede traducir de dos formas,
"creéis" o "creed", como aparece en la frase siguiente. La
forma verbal pistéuete puede ser imperativa (creed) o indicativa (creéis).
En griego son idénticas las
formas del imperativo y del indicativo en el tiempo aquí empleado; de manera
que el contexto debe determinar la elección del modo verbal.
Esto permite varias combinaciones posibles: (1) Ambas
formas verbales en imperativo: "Creed en Dios, creed también en mí".
(2) Ambas formas verbales en indicativo: "Creéis en Dios y creéis también
en mí". (3) La primera forma verbal en indicativo y la segunda en
imperativo, como está en la RVR y en la BJ. (4) La primera forma en imperativo
y la segunda en indicativo: "Creed en Dios y creéis en mí". Esta
última combinación da lugar a una construcción algo extraña y es la menos
probable de las cuatro; pero las otras tres están enteramente de acuerdo con el
contexto. Cuando la primera parte se considera como imperativo, la admonición
está en armonía con la instrucción dada antes, "tened fe en Dios"
(Mar. 11:22).
El discurso del cap. 14 fue
presentado en el aposento alto antes de que fueran al monte de los Olivos y al
Getsemaní (ver com. cap. 13:31).
2. Casa de mi Padre. Una bella figura para referirse
al cielo. La palabra traducida "casa" (Gr. oikía) también puede ser
traducida como "hogar". La forma masculina óikos también podría traducirse
como "hogar" (Mar. 5:19; Luc. 15:6; 1 Cor. 11:34; 14:35). Jesús
estaba volviendo a su hogar. Finalmente se permitiría a los discípulos que se
unieran con él allí.
Moradas. Gr. mon', "lugar", "morada". En
la literatura extrabíblica esta palabra a veces tiene el significado de lugares
para detenerse brevemente. Debido a este concepto, Orígenes dedujo su falsa
noción de que las "moradas" son a manera de posadas donde se detiene
el alma en su viaje hacia Dios (De Principiis ii. 11. 6). Pero ése no es el
significado bíblico de mon'. Esto queda en claro por el vers. 23, el único otro
lugar donde aparece esta palabra en la Biblia. Es evidente que la morada de
Cristo y del Padre con los cristianos no es algo temporario. La idea de
permanencia en mon' se refleja en 1 Mac. 7:38, el único lugar donde aparece
esta palabra en la LXX.
El hecho de que haya
"muchas" moradas asegura que haya suficiente lugar en la casa del
Padre para todos los que escuchan su invitación.
Voy, pues. La evidencia textual se inclina por (cf. p. 147) la
presencia de la conjunción hóti ("porque", "que"). Si se la
omite, el pensamiento se redondea con la frase precedente; si se la incluye,
hay algunas preguntas en cuanto a la forma en que la frase que ella introduce
debiera unirse con la precedente. Son posibles varias traducciones: (1) "Si
así no fuera, yo os hubiera dicho que voy a preparar un lugar para
vosotros". Esta traducción queda
descartada porque, de acuerdo con el vers. 3, tal era uno de los propósitos del
alejamiento de Jesús. (2) "Si así no fuera, ¿os hubiera dicho que voy a
preparar un lugar para vosotros?" En esta traducción se supera la
dificultad de la N.º 1, pero introduce un nuevo problema porque no se registra
que Jesús hubiera dicho a sus discípulos que iba a preparar un lugar para
ellos. Por supuesto, es posible que una afirmación tal, sencillamente hubiera
quedado sin ser registrada. (3) "Hay muchas moradas (y si no fuera así, os
lo habría dicho) porque voy a preparar un lugar para vosotros". (Ver C. K. Barrett, The Gospel According to St. John, com. cap. 14:2.) De acuerdo con la evidencia textual que está en favor de retener la
conjunción hóti, la última traducción parece ser la más natural. Con todo, el
texto sería todavía perfectamente comprensible si se omitiera la conjunción.
Estas palabras tenían el
propósito de consolar a los discípulos. Jesús estaba por dejarlos, pero no los
olvidaría. Ansiosamente anticiparía su reunión con ellos en la casa del Padre. En
el intervalo, prepararía la gloriosa recepción en el hogar.
3. Si me fuere. "Cuando haya ido" (BJ).
Esta frase condicional no tenía el propósito de presentar una
incertidumbre. La palabra traducida
"si" (eán) aquí tiene fuerza temporal y probablemente debiera ser
traducida "cuando" (BJ), como en 1 Juan 3:2. (El mismo caso se ve en
1 Cor. 14:16 donde "si" [eán] bendices" puede entenderse
"cuando bendices".)
Vendré otra vez. En griego se expresa esta promesa usando el tiempo presente. Este es el llamado presente futurista que hace resaltar la certidumbre del suceso. Se piensa que el acontecimiento es tan seguro como si ya se estuviera realizando. Claramente, se hace referencia al advenimiento personal de Jesús descrito vívidamente unos pocos días antes en respuesta a la pregunta: "¿Qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?" (ver com. Mat. 24:1-3; cf. vers. 30-31).
Os tomaré a mí mismo. "Os tomaré conmigo"
(BJ). Gr. paralambánÇ, literalmente "recibir al lado de" (ver com.
Mat. 24:40).
Donde yo estoy. Se indicó a los discípulos el
tiempo del segundo advenimiento como la ocasión cuando se reunirían con su
Señor. No hay aquí ninguna insinuación que apoye la doctrina popular de que los
creyentes van a estar con su Señor en el momento de su muerte, ni en ninguna
otra parte de las Escrituras esta doctrina recibe apoyo. Pablo también dirigió la atención de los
creyentes a la ocasión del segundo advenimiento como el momento de la magna
reunión (1 Tes. 4:16-17).
Jesús ha ido a la casa de su
Padre. Está esperando con deseo anhelante la manifestación de sí mismo en su
iglesia. Cuando su imagen sea perfectamente reproducida en los suyos, entonces
él vendrá (PVGM 47). Tenemos el privilegio de apresurar el día del glorioso encuentro
en el hogar (2 Ped. 3:12; cf. DTG 586-588; PVGM 47).
4. Sabéis a dónde voy. Se les había dicho eso a los
discípulos, y debieran haberlo entendido. Habían estado recibiendo las instrucciones del Salvador durante más de
tres años (ver p. 183). En realidad, Jesús acababa de informarles que iba a su
Padre (vers. 2), aunque ya antes les había informado (cap. 7:33). Pero sus
prejuicios hacían que fuera difícil que los discípulos captaran el significado
pleno de muchas de las instrucciones de Jesús.
Sabéis el camino. La evidencia textual se inclina
(cf. p. 147) por el texto "y donde yo voy sabéis el camino". Sin
embargo, esto último implica una dificultad gramatical en el griego. Sea como
fuere el texto, Jesús había presentado con claridad el camino a la casa del
Padre, pero la lentitud de la comprensión de los discípulos les impidió captar
el significado pleno de sus palabras.
5. Tomás. Se describe el carácter de Tomás en com. Mar. 3:18.
En esta pregunta se revelan claramente su espíritu dubitativo y la lentitud de
su corazón para creer.
No sabemos. Los discípulos debieran haber sabido, pues se les
había dicho claramente (ver com. vers. 4). Les resultaba difícil desprenderse
del concepto judaico del reino mesiánico (ver com. Mat. 16:22; Luc. 4:19).
6. Yo soy el camino. Otro de los famosos "yo soy"
de Jesús (ver com. cap. 6:35; cap. 8:12; 10:7,11; 11:25).
Cristo es el camino que va de
esta tierra al cielo. Con su humanidad toca esta tierra, y con su divinidad
toca el cielo. Él es la escalera que conecta la tierra con el cielo (cap. 1:51;
cf. PP 183). Debido a su encarnación y muerte, un "camino nuevo y
vivo" ha sido dedicado para nosotros (Heb. 10:20). No hay ningún otro
medio de salvación (Hech. 4:12; 1 Tim. 2:5).
Verdad. Ver com. cap. 8:32.
Vida. Ver com. cap. 1:4; 8:51; 10:10.
7. Si me conocieseis. Cf. cap. 8:19. En el texto
griego, la construcción muestra que la condición aquí expresada es contraria a
la realidad. Los discípulos no habían conocido a Cristo. Si lo hubieran
conocido, habrían conocido a Aquel a quien Cristo vino a revelar (ver com. cap.
1:18).
Desde ahora. La muerte de Cristo sería un paso importante en la
revelación del Padre. Las revelaciones
posteriores del Espíritu Santo pondrían aún más de manifiesto el carácter
divino de Dios (cap. 14:26; 15:26; 16:13-14). Juan escribió acerca de los
cristianos de fines del siglo I: "Habéis conocido al Padre" (1 Juan
2:13).
8. Felipe. Se describe el carácter de Felipe en com. Mar. 3:18.
Muéstranos al Padre. Quizá Felipe esperaba una
revelación de la gloria divina tal como la que le fue dada a Moisés (Exo. 33:18-23).
9. ¿Tanto tiempo? Le resultaba desanimador a Jesús
el que sus discípulos tuvieran una comprensión tan borrosa. Sin embargo se
ocupó pacientemente de su ignorancia.
Ha visto al Padre. En cuanto a la forma en que
Cristo reveló a los hombres el carácter de Dios, ver com. cap. 1:18.
10. En el Padre. Ya antes Jesús había hecho
resaltar que era uno con el Padre (ver com. cap. 10:30).
Las palabras. Tanto las palabras como las obras de Jesús daban
testimonio de su divinidad. Los discípulos debieran haber creído las palabras
de Jesús. Si eso les resultaba difícil, debieran haber aceptado sus palabras
debido a la garantía de sus obras.
11. Creedme. El plural del verbo indica que Jesús no sólo se
dirigía a Felipe sino a todos los discípulos.
Por las mismas obras. Ver com. vers. 10.
12. De cierto. Ver com.
Mat. 5: 18; Juan 1: 51.
Mayores. Es decir, mayores en cantidad y no en calidad. La obra de Cristo sólo había abarcado una
pequeña zona del mundo. Después de la ascensión, el Evangelio se esparciría por
toda la tierra.
Porque yo voy. Después de su partida, Cristo enviaría el Espíritu
Santo (vers. 16; cap. 16:7), el cual infundiría poder a los discípulos (Luc.
24:49).
Como resultado del
derramamiento del Espíritu en Pentecostés y de las subsiguientes dádivas del
Espíritu, el Evangelio fue proclamado con gran poder, hasta el punto de que
unos 40 años más tarde Pablo pudo decir que el Evangelio se predicaba "a
toda criatura bajo el cielo" (Col. 1:23, BJ; DTG 587).
13. Todo lo que pidiereis. A medida que los discípulos
cooperaran con el cielo en la promulgación del Evangelio, podrían estar seguros
de que estaban a su disposición los recursos ilimitados de la Omnipotencia. Dios
cubriría todas sus necesidades y respondería a las peticiones expuestas ante el
trono en el nombre de Jesús.
En mi nombre. En cuanto al significado de orar en el nombre de Jesús, ver DTG 620-621. Cf. cap. 14:26; 15:16; 16:23-24. Lo haré. El hecho de que los hombres deban pedir al Padre en el nombre de Jesús, pero que Jesús es el que da la respuesta, hace resaltar que el Padre y el Hijo son uno. En otros pasajes se dice que el Padre responde a las peticiones presentadas ante él (cap. 15:16; 16:23).
14. Si algo pidiereis. "Si me pedís algo" (BJ). Este versículo, tal como está en la RVR, es una repetición enfática de la promesa del ver. 13. Sin embargo, la evidencia textual favorece la inserción del pronombre personal "me", como aparece en la BJ.
Esta variante
implicaría que las peticiones pueden ser dirigidas tanto a Jesús como al Padre,
como lo indican otros pasajes (cap. 15:16; 16:23). Hay varios ejemplos en el NT
de oraciones dirigidas a Jesús (Hech. 7:59; Apoc. 22:20).
Yo lo haré. El pronombre "yo" es enfático en el
griego, en cambio no figura en el vers. 13, donde está tácitamente en la forma
verbal poi'sÇ, "haré".
15. Si me amáis. El amor es el móvil impelente de
la obediencia. Si se quiere una definición del "amor", ver com. Mat.
5:43-44; 1 Cor. 13:1. La obediencia que emana de la compulsión o del temor no
es la forma ideal de obediencia. Por supuesto, puede haber ocasiones cuando el
móvil impelente del amor falte o sea débil. En tales circunstancias, es
necesario obedecer sólo por principio. Mientras tanto, el amor debiera ser
cultivado.
La falta del amor
requerido nunca debiera usarse como una excusa para la desobediencia.
Una de las mejores
ilustraciones humanas de la obediencia que emana del amor es la de los hijos
para con sus padres.
Guardad mis mandamientos. La evidencia textual se inclina
(cf. p. 147) por el texto "guardaréis mis mandamientos" (BJ). Si bien
el futuro puede tener la idea de un imperativo (cf. Mat. 22:37,39), y Jesús sin
duda deseaba que sus discípulos guardasen los mandamientos, el uso del
indicativo "guardaréis" hace resaltar el significativo pensamiento de
que la obediencia es el resultado natural del amor. La afirmación paralela de
Juan 14:23 está en el modo indicativo y de esa manera apoya este pensamiento.
Los mandamientos de Jesús eran también los mandamientos de su Padre, pues Jesús no hablaba por sí mismo (cap. 12:49; 14:10). El respaldó las órdenes de carácter moral dadas al antiguo Israel (ver com. Mat. 5:17-19) y magnificó esos mandamientos (ver com. Isa. 42:21).
Presentó sus
propios requerimientos, tales como el nuevo mandamiento (Juan 13:34), no para
reemplazar alguno de los preceptos morales -que reflejaban el carácter del Dios
inmutable- sino para presentar su verdadero significado y para mostrar cómo sus
principios debieran ser aplicados a las diversas situaciones de la vida.
16. Otro. Gr. állos, "otro de la misma clase".
Jesús mismo era un Consolador (ver 1Juan 2:1, donde se traduce "abogado"
la palabra que aquí se vierte como "Consolador"; ver el comentario de
"Consolador"). El dejaría a sus discípulos (Juan 13:33), pero pediría
al Padre que enviara a Aquel que era semejante a Jesús para que quedara con los
discípulos no transitoriamente como él había quedado, sino "para
siempre".
Consolador. Gr. parákl'tos, palabra que únicamente Juan usa en
el NT (aquí; Juan 14:26; 15:26; 16:7; 1 Juan 2:1). Está compuesta de la preposición
pará, que significa,"al lado" y el participio kl'tós, "llamado"
o "uno que es llamado", por lo que el significado literal es
"uno llamado al lado de". Sin embargo, la forma en que se usa esa
palabra en las Escrituras parece reflejar más un sentido activo, que
corresponde con el verbo parákaléÇs, "exhortar", "consolar".
Por ende, "uno que exhorta" (ver Juan 16:8).
Los padres latinos tradujeron
parákl'tos con la palabra advocatus, pero su sentido literal de
"abogado" o "defensor" sólo se aplica a unas pocas de las
escasas menciones de la palabra en la literatura anterior al cristianismo y en
la no cristiana. La palabra "abogado" no es enteramente apropiada
para describir la obra ni del Espíritu Santo ni de Cristo. El Padre y el Hijo
obran en la más plena cooperación para la salvación del hombre (cap. 10: 30).
La obra de Satanás es presentar
al Padre como severo, duro y reacio a perdonar al pecador, y como dispuesto a
perdonar sólo ante la intercesión del Hijo. Es cierto que la encarnación,
muerte y resurrección de Cristo hicieron posible el perdón; pero tanto el Padre
como el Hijo aman al pecador y obran al unísono para su salvación.
En el sentido humano del término,
no se necesita un abogado para que induzca al Padre a que tenga misericordia
del pecador. El que desea conocer el amor y la compasión del Padre, tan sólo
necesita mirar al Hijo (ver com. cap. 1:18). En la literatura anterior al
cristianismo y en la no cristiana, parákl'tos retiene el significado más
general de "uno que se presenta en lugar de otro", "un
mediador", "un intercesor", "un ayudador". Ver com.
Mat. 5:4.
Aunque el verbo parakaléÇ se
traduce como "consolar" 23 veces en el NT, también se traduce como
"exhortar" 19 veces. Llamar al Espíritu Santo "Consolador"
es hacer resaltar sólo uno de los rasgos de su obra. También es un
"Exhortador".
En realidad, este último
significado es el rasgo prominente de la obra del Espíritu tal como la bosqueja
Juan. El enseñará" y "recordará todo" (cap. 14:26). Testificará
de Cristo (cap. 15:26). "Convencerá al mundo de pecado, de justicia y de
juicio" (cap. 16:8). "Guiará a
toda la verdad" y hará "saber las cosas" venideras (cap. 16:13).
Glorificará a Cristo y recibirá de él para impartir a los discípulos (cap. 16:14).
Para siempre. No transitoriamente, como Cristo durante su
ministerio terrenal.
17. Espíritu de verdad. Esta expresión aparece otra vez
(cap. 15:26; 16:13). El énfasis parece estar en que el Espíritu define, imparte
y defiende la verdad. Hay una definición de la verdad en com. cap. 8:32. El
Espíritu guiaría a los discípulos "a toda la verdad" (cap. 16:13).
Mundo. Gr. kósmos (ver com. Mat. 4:8).
No le ve. Al mundo le falta percepción espiritual. "El
hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios" (1 Cor.
2:14).
Ni le conoce. Si los discípulos de Efeso, bautizados "en el
bautismo de Juan" "ni siquiera" habían oído que había
"Espíritu Santo" (Hech. 19:1-3), mucho menos podría tener el mundo
conocimiento alguno acerca de él. El mundo ni conocía su existencia ni
reconocía su exhortación al arrepentimiento (ver Gén. 6:3; Apoc. 22:17).
Vosotros. El pronombre es enfático en el griego. Se traza un
gran contraste entre los discípulos y el mundo.
Con vosotros. Es decir, con la iglesia. Las palabras "en
vosotros" hacen resaltar al Espíritu que mora en lo íntimo del corazón de
cada cristiano.
18. Huérfanos. Gr. orfanós. En el NT orfanós sólo aparece aquí y
en Sant. 1:27. En Juan 14:18 la idea es que Jesús no dejaría a los discípulos desprovistos
de su Maestro. Vendría a ellos. Aquí no
se hace referencia a la segunda venida (vers. 1-3), sino a la presencia de
Cristo con sus discípulos mediante el Espíritu.
19. Un poco. Cf. cap. 13:33; 16:16-22.
Pero vosotros me veréis. Después de la crucifixión y la
sepultura, la gran mayoría de los seres humanos no vería más a Jesús; pero los
discípulos lo verían en su cuerpo resucitado. Sin duda las palabras también tienen
un significado espiritual. Aun después de la ascensión, los discípulos continuarían
viendo a Jesús con sus facultades espirituales.
Viviréis. Tanto en el sentido espiritual como literal (cap.
6:57).
20. En aquel día. Es decir, en aquel día cuando el
"Consolador" viniera y permaneciera con ellos (vers. 16). Había
muchas, cosas del dominio espiritual que los discípulos no entendían en ese
momento. Esas cosas les serían posteriormente aclaradas.
Yo estoy en mi Padre. Cf. vers. 11.
Vosotros en mí. Ver com. cap. 15:4.
21. Tiene mis mandamientos. Es decir, los conoce y los
entiende. Pero eso no es suficiente. También es necesario guardarlos. La pronta
obediencia debe seguir a la convicción del deber cristiano.
Me ama. Esta declaración es recíproca del vers. 15. El amor
se manifiesta en la obediencia; la obediencia es una demostración de amor (cf.
1 Juan 2:3-6).
Amado por mi Padre. Cf. cap. 16:27. Ya resaltó el
amor del Padre por el mundo (cap. 3:16). Aquí se pone de manifiesto su amor por
los suyos. Donde hay una respuesta al amor divino puede haber una mayor
manifestación de ese amor. Satanás había inducido a los hombres a que
consideraran a Dios como severo e implacable. Jesús había venido para cambiar
ese concepto. Enseñó a los hombres que el amor de su Padre era como el suyo
propio.
Me manifestaré. Quizá principalmente sea una
referencia a la revelación más plena de Cristo mediante el Espíritu.
22. Le dijo. El discurso del aposento alto se caracteriza por
sus frecuentes interrupciones (cap. 13:36; 14:5,8).
Judas. Generalmente identificado como Lebeo (Mat. 10:3) o
Tadeo (Mar. 3:18), aunque la identificación no es enteramente segura (ver com.
Mar. 3:18).
No el Iscariote. Judas Iscariote había salido del
aposento alto algún tiempo antes de esto (cap. 13:30).
No al mundo. Sin duda, Judas pensaba en una manifestación
visible de gloria tal como la que se esperaba que acompañaría al advenimiento
del Mesías. Es evidente que quedaba chasqueado porque la manifestación debía
efectuarse sólo ante unos pocos. No
captaba la referencia de Cristo al reino de la gracia que debía preceder al
reino de la gloria. Al igual que sus compatriotas judíos, compartía la
esperanza de que el Mesías se manifestaría castigando a los gentiles y
estableciendo nuevamente la teocracia espiritual.
23. El que me ama. Jesús no respondió directamente a
la pregunta de Judas. Llamó la atención a las condiciones para que la
manifestación a la cual se refería (ver com. vers. 22) se efectuara en el
creyente individual.
Palabra. En este caso es sinónimo de "mandamientos"
(vers. 15,21).
Vendremos. El plural hace resaltar la unidad del Padre y del
Hijo. Ellos "vienen" -de acuerdo con lo que aquí dice- para morar
espiritualmente en el corazón del creyente.
De modo que hay unidad no sólo entre el Padre y el Hijo sino entre el
Padre, el Hijo y el creyente (ver TM 528).
Morada. Gr. mon' (ver com. vers. 2).
24. No me ama. Lo opuesto de la declaración del vers. 23. El mundo
no podría disfrutar de la comunión que aquí se presenta. El Padre y el Hijo no
obligan a nadie a aceptar su compañía.
Palabras. En este caso, sinónimo de "mandamientos"
(cf. com. vers. 23).
No es mía. Cf. cap. 7:16; ver com. cap. 4:34.
25. Estando con vosotros. Es decir, en la carne, antes de
que Cristo se fuera y viniera el "Consolador" (vers. 16). Jesús
estaba limitado en cuanto a la información que podía impartirles en ese momento
(cap. 16:12).
26. Consolador. Gr. parákl'tos (ver com. vers.
16).
Espíritu Santo. Aunque ésta es la forma más común
en la RVR para referirse a la Tercera Persona de la Divinidad, también se hace
referencia a ella con las expresiones "Espíritu de Dios",
"Espíritu del Señor" o simplemente "Espíritu".
Os enseñará todas las cosas. Una de las principales funciones
del Espíritu Santo es enseñar. Jesús dedicó mucho de su obra a la enseñanza
(ver com. Luc. 4:15). Más de 50 veces Cristo es llamado "Maestro" en
el NT. Durante tres años los discípulos habían estado recibiendo instrucciones
del Gran Maestro, pero había todavía muchas cosas que debían aprender. No
podían comprender muchas de las verdades en el estado mental en que se
encontraban (Juan 16:12). Necesitarían instrucciones adicionales, y se las
daría el Espíritu Santo. El Espíritu de Dios conoce "las cosas de
Dios" y "todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios" (1 Cor. 2:10-11),
y puede impartir esas "cosas" a quienes están dispuestos a ser
instruidos.
Os recordará. El Espíritu no sólo revelaría nuevas verdades;
también haría recordar verdades olvidadas, de las cosas que Jesús había
enseñado, o de aquellas que antes habían sido reveladas en las Escrituras de
verdad. En momentos de crisis, por ejemplo, cuando los discípulos fueran
llevados ante los tribunales, el Espíritu pondría en su mente las ideas
apropiadas (Mat. 10:19-20). Cuando se les pida razón de la esperanza que
albergan (1 Ped. 3:15), los cristianos que han sido diligentes estudiantes de
la Biblia pueden tener la confianza de que el Espíritu Santo hará que acudan a
su mente pasajes adecuados para la ocasión.
27. Paz. Gr. eir'n', equivalente al Heb. shalom, palabra
empleada como saludo en el Cercano Oriente, y que Jesús usó cuando se presentó
después de su resurrección (cap. 20:19,21,26). Aquí Jesús habla de la paz
interior del alma, tal como la que reciben quienes son "justificados...
por la fe" (Rom. 5:1), cuyo sentimiento de culpabilidad ha sido dejado al
pie de la cruz, y cuyas ansiedades en cuanto al futuro se han desvanecido ante
su confianza implícita en Dios (Fil. 4:6-7). Jesús llama "mi paz" a
una paz tal. Con toda su ostentación de ciencia, el mundo no puede dar una paz
de esa clase. Cf. Juan 16:33.
Turbe. Cf. vers. 1. Ni tenga miedo. Gr. deiliáÇ, "intimidarse", "acobardarse".
28. Voy. Cf. vers. 2-3; cap. 7:33. Vengo. Cf. vers. 3,18.
Si me amarais. Los discípulos amaban a Jesús, pero no con la
plenitud de amor con que lo habrían amado si lo hubieran entendido más
plenamente a él y su misión.
Os habríais regocijado. Si los discípulos hubiesen
entendido más plenamente la humillación de Jesús en su encarnación, y también
el ensalzamiento del que sería objeto después de su resurrección, y si hubiesen
contemplado más plenamente la soledad de Jesús mientras estuvo separado del
Padre, se hubieran regocijado ante el hecho de que volvía a su Padre. Si además
hubiesen comprendido que el alejamiento de Jesús sería para provecho de ellos
(cap. 16:7), y que la ascensión de Cristo y su mediación en el santuario
celestial era un paso importante en la realización del plan de salvación, se
hubieran regocijado más. En ese momento sus pensamientos parecían concentrarse
egoístamente en sí mismos. Tenían temor de hacer frente a los problemas de la
vida sin la presencia corporal de su Maestro.
El Padre mayor es que yo. Refiriéndose a la condición de Cristo antes de su encarnación, las Escrituras declaran que él "no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse" (Fil. 2:6; ver com. Juan 1:1-3). Sin embargo, "se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo" (Fil. 2:7; cf. Heb. 2:9; ver Nota Adicional com. Juan 1).
Sin embargo, aun en su encarnación Jesús declaró que era uno con el Padre (Juan 10:30). Cualquier atisbo de inferioridad que esta declaración (cap. 14:28) parezca atribuir a Cristo, debiera entenderse con referencia a su encarnación, pues después de la crucifixión Dios lo ensalzó grandemente y le dio un nombre que está por encima de todo nombre (Fil. 2:9). Era "igual al Padre" (3 JT 266). Ver también com. 1 Cor. 15:27-28.
29. Creáis. Jesús sabía que los acontecimientos del futuro
inmediato provocarían gran perplejidad a los discípulos, así como también las
pruebas que afrontarían en su evangelismo posterior. Por eso procuró
prevenirlos para que estuvieran en guardia (ver com. cap. 13:19).
30. Viene. Referencia a acontecimientos que se aproximaban:
Getsemaní, el arresto, el enjuiciamiento, la condenación y la crucifixión del
Hijo del hombre, en los cuales el príncipe de este mundo haría un esfuerzo
supremo para derrotar el plan de salvación. Pero Jesús bebió la copa hasta su
amargo fin, y cuando declaró: "Consumado es" (19:30), sonó el
toque de difuntos para el príncipe de las tinieblas. Satanás no encontró nada
en Jesús que respondiera a su sofistería (DTG 98).
El príncipe de este mundo. En cuanto a este título, ver com.
cap. 12:31.
31. Para que el mundo conozca. Aquí hay una elipsis, y debieran añadirse palabras tales como éstas: "Estas cosas están sucediendo para que el mundo conozca, etc.".
La frase que expresa propósito también podría
entenderse como una cláusula que declara resultado (ver com. cap. 9:3). Es
decir, el mundo recibirá una demostración del amor de Jesús por el Padre, como
resultado de los acontecimientos que estaban por suceder.
Levantaos, vamos de aquí. Después de que Jesús y sus discípulos
"hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos" (Mat.
26:30). El himno era una parte del "aleluya" (Hallel) de la pascua
(ver com. Mat. 26:30).
Muchos eruditos piensan que el
discurso de Juan 15 y 16 y la oración del cap. 17 también se presentaron en el
aposento alto; pero no hay necesidad de suponer una transposición en estos
capítulos.
Las instrucciones de estos
capítulos habrían sido tan apropiadas, o aún más, entre las escenas de la
naturaleza o en el camino al Getsemaní, especialmente al contemplar las vides
florecientes que ilustraban la alegoría de la vid y los "pámpanos"
(DTG 628).
Las faldas del monte de los
Olivos habían sido el escenario de una prolongada instrucción sólo dos noches
antes (ver com. Mat. 24:1). 5CBA
COMENTARIOS DE EGW
1-31. DTG 617-627. "NO SE TURBE VUESTRO CORAZÓN" 617-635
https://elaguila3008.blogspot.com/2009/11/dtg-capitulo-73-no-se-turbe-vuestro.html
Ministerio Hno. Pio
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