Juan 16. Enseñanzas antes de partir. Vers. (1-22) Cristo conforta a sus discípulos para la tribulación, con la promesa del Espíritu Santo y con el anuncio de su resurrección y ascensión. (23-32) Asegura que las oraciones hechas en su nombre son aceptadas por el Padre. (33) Paz en Cristo y aflicción en el mundo.
1 Estas cosas os he hablado, para
que no tengáis tropiezo.
2 Os expulsarán de las sinagogas;
y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a
Dios. 3 Y harán esto porque no conocen al Padre ni a mí. 4 Mas os he dicho
estas cosas, para que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había
dicho. Esto no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros. 5 Pero
ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas? 6
Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón.
7 Pero yo os digo la verdad: Os
conviene que yo me vaya; porque si no me fuese, el Consolador no vendría a
vosotros; más si me fuere, os lo enviaré.
8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. 9 De pecado, por cuanto no creen en mí; 10 de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; 11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.
12 Aún tengo muchas cosas que
deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar.
13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. 14 El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.
16 Todavía un poco, y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; porque yo voy al Padre. 17 Entonces se dijeron algunos de sus discípulos unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: Todavía un poco y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; y, porque yo voy al Padre?
18 Decían, pues: ¿Qué quiere decir con: Todavía un poco? No entendemos lo que habla. 19 Jesús conoció que querían preguntarle, y les dijo: ¿Preguntáis entre vosotros acerca de esto que dije: Todavía un poco y no me veréis, y de nuevo un poco y me veréis? 20 De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo. 21 La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo. 22 También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo.
23 En aquel día no me
preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al
Padre en mi nombre, os lo dará.
24 Hasta ahora nada habéis pedido
en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido. 25 Estas
cosas os he hablado en alegorías; la hora viene cuando ya no os hablaré por
alegorías, sino que claramente os anunciaré acerca del Padre.
26 En aquel día pediréis en mi
nombre; y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, 27 pues el Padre
mismo os ama, porque vosotros me habéis
amado, y habéis creído que yo salí de Dios.
28 Salí del Padre, y he venido al
mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre. 29 Le dijeron sus discípulos: He
aquí ahora hablas claramente, y ninguna alegoría dices. 30 Ahora entendemos que
sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemos
que has salido de Dios. 31 Jesús les respondió: ¿Ahora creéis?
32 He aquí la hora viene, y ha
venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo;
mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo. 33 Estas cosas os he hablado
para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he
vencido al mundo. (Juan 16).
EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 1-28.
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EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 1-16
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EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 1-24
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1. Tropiezo. Gr. skandalízÇ (ver com. Mat. 5:29). En lo que
atañe a las advertencias a fin de evitar el desánimo provocado por una
persecución, ver com. Juan 15:20.
2. Las sinagogas. Ver com. cap. 9:22.
Rinde servicio a Dios. Los judíos que perseguían a los
apóstoles razonaban que esos evangelistas eran blasfemos que procuraban
derribar la religión que Dios había establecido (Hech. 6:13-14; 21:28-31).
Un reflejo del celo de los judíos
por su religión y de los extremos a que llegaban para proteger su culto se
encuentra en uno de los preceptos de la Mishnah: "Si uno... maldice
mediante un encantamiento, o cohabita con una mujer pagana [lit. siria], es castigado
por los celotes. Si un sacerdote realiza el servicio del templo estando
inmundo, sus hermanos sacerdotes no lo acusan por ello en Beth Din, sino los
jóvenes sacerdotes lo sacan del atrio del templo y le parten el cráneo con
garrotes. [De] un laico que realizó el servicio en el templo, R. Akiba dijo: Se
lo estrangula; los Sabios dicen: [Su muerte está] en las manos del cielo"
(Sanhedrin 9. 6). Las páginas de la
historia registran repetidas persecuciones realizadas en el nombre de la
religión.
3. No conocen. Cf. cap. 15:21.
4. La hora. La evidencia textual se inclina por (cf. p. 147) la
variante "la hora de ellos", es decir la hora de esos perseguidores
(ver Luc. 22:53).
Os acordéis. La advertencia previa los fortalecería en la hora
de la persecución (ver com. cap. 15:20).
Yo estaba con vosotros. No era necesario decirles antes,
pues si hubiera venido la persecución, Jesús habría estado con ellos para
animarlos. En realidad, mientras Jesús estuvo en la tierra, la persecución fue
dirigida contra él. Pero después de su partida, el odio del enemigo se
dirigiría contra sus representantes.
5. Voy. [La venida del Consolador, Juan 16:5-33.]Cf. cap.
7:33; 13:33; 14:2.
Pregunta. Con el sentido de "preguntar repetidas
veces". Así entendido, este versículo no contradice los pasajes de los
cap. 13:36 y 14:5. Antes los discípulos habían preguntado acerca de este
asunto, pero habían cesado de hacerlo. Estaban absortos en pensamientos egoístas
y no pensaban en el gozo de su Maestro ante la perspectiva de volver a su Padre
y de hacer avanzar el plan de salvación dando un paso más para su terminación. Era
conveniente que se fuera (cap. 16:7).
6. Tristeza. Ver com. cap. 14:1. Más bien deberían haberse
regocijado ante la perspectiva de la gloria a la cual volvía su Maestro. En vez
de eso, el pensamiento de que quedaban separados de él llenó sus corazones con
ansiosos presentimientos.
7. Os conviene. La muerte, resurrección y
ascensión de Jesús fueron acontecimientos importantes para que se completara el
plan de salvación. Sin ellos, la era del Espíritu no se hubiera convertido en
una realidad. El alejamiento de Cristo fue, pues, para los discípulos un
provecho y una ventaja.
Con su cuerpo humano
Cristo no podía estar presente por doquiera, pero por intermedio del Espíritu
Santo podía estar con cada uno de sus seguidores en todo momento y en todo
lugar (cf. Mat. 28:20).
Consolador. Ver com. cap. 14:16.
Os lo enviaré. De acuerdo con el plan de Dios, Jesús, debía
completar su obra en la tierra y ascender al trono del Padre antes de que
viniera el Espíritu.
8. Convencerá. Gr. elégjÇ, "convencer", "demostrar
la culpabilidad". Por eso se ha traducido "convictos por la ley como
transgresores" (Sant. 2:9). Los diferentes matices de significado de
elégjÇ se ponen de manifiesto en las diversas formas en que se ha traducido ese
verbo griego en la RVR. Con alguna forma verbal de "reprender" en Luc.
3:19; Efe. 5:11; 1 Tim. 5:20; Tito 1:13; Heb. 12:5; Apoc. 3:19. Como
"redargüir" en Juan 8:46; 2 Tim. 4:2. Como "convencer" en 1
Cor. 14:24; Tito 1:9. Como "acusar" en Juan 8:9 y "poner en
evidencia" en Efe. 5:13.
De pecado. Jesús también había hecho esto (cap. 7:7). El día
de Pentecostés, la ocasión cuando fue prodigado el don del Espíritu, hubo una
notable manifestación de este aspecto de la obra del Espíritu. Los que
escucharon la exhortación de Pedro, "se compungieron de corazón"
(Hech. 2:37). Una de las primeras evidencias de que está obrando el Espíritu
Santo es la profunda convicción de que somos pecadores.
De justicia. El Espíritu no sólo pone de manifiesto el pecado;
también hace que se vea cuál es la verdadera rectitud. Estimula a los hombres a
que acepten la justicia de Cristo, tanto la imputada (Rom. 10:3-10) como la
impartida (Gál. 2:20; Fil. 2:13).
De juicio. Jesús también advirtió a los hombres acerca del juicio venidero (Mat. 5:21-22; 10:15; 11:22, 24; 12:36). Nadie puede escapar del juicio pues es tan seguro como la muerte (Hech. 9:27).
Aunque el temor al
castigo no debiera ser el motivo principal para proceder rectamente, sin
embargo, es un instrumento poderoso para despertar las mentes entenebrecidas
por el pecado, y se recurre a ese juicio frecuentemente y con toda razón (ver
Mar. 9:43-48; Apoc. 14:9-11; com. Juan 16:11).
De modo que el Espíritu hace que
los hombres reconozcan sus pecados, les señala la salvación y la justicia que
hay en Jesús, y los amonesta de las consecuencias de continuar en sus pecados y
de descuidar la salvación que se les ofrece gratuitamente.
9. No creen en mí. Dios ha dispuesto sólo un medio
de salvación (Hech. 4:12; 1 Cor. 3:11), a saber, la fe en Jesucristo (Juan
3:16,18,36). Los que tienen la luz que tuvieron los judíos, no tienen excusa
cuando rehusan creer en Aquel a quien Dios envió al mundo (ver com. cap. 15:22).
10. Voy al Padre. Mientras Jesús estuvo en la
tierra, indicó el camino a la perfecta justicia requerida de los que entren en
el reino de los cielos (Mat. 5:48; 6:33). Después de su partida, ésa sería la
obra especial del Espíritu (ver com. Juan 16:8).
11. De juicio. Gr. krísis, el acto de juzgar.
La vindicación del
carácter divino en la cruz aseguró que Satanás sería sometido a juicio y
condenado. Y si esto era cierto en lo que respecta al caudillo de los rebeldes,
también se cumpliría con todos sus cómplices (ver com. vers. 8).
Príncipe de este mundo. Ver com. cap. 12:31; cf. cap. 14:30.
12. Muchas cosas que deciros. La mente humana puede asimilar la verdad a un ritmo limitado. Jesús había pasado más de tres años con sus discípulos, y en ese tiempo los había instruido fielmente en las cosas divinas. Habían aprendido mucho, pero había muchas cosas que todavía habían de series reveladas (ver com. cap. 14:26).
La sabiduría de Dios es infinita y no puede
extinguirse. El tiempo de toda una vida dedicado diligentemente al estudio lo
capacita a uno para obtener tan sólo un concepto limitado de los tesoros
divinos del conocimiento espiritual.
A veces un letargo espiritual impide la adquisición de una verdad divina
más amplia. Tal fue el caso de los corintios, a quienes Pablo llamaba
"carnales", que necesitaban ser alimentados con "leche" y
no con alimento sólido debido a que no podían tolerar una dicta espiritual
sustanciosa (1 Cor. 3:1-2). Se insta a los cristianos a que dejen "los
rudimentos de la doctrina de Cristo" y que prosigan "adelante a la
perfección" (Heb. 6:1; cf. Heb. 5:11-14).
13. Espíritu de verdad. Ver com. cap. 14:17.
A toda verdad. Ver com. cap. 14:26; 16:12. "Verdad" se
usa aquí principalmente en su sentido teológico (ver com. cap. 8:32). Sin
embargo, también es cierto que todos los descubrimientos e inventos científicos
correctos tienen su origen en Dios (ver CM 212).
No hablará por su propia cuenta. Jesús declaró esto también acerca
de sí mismo (cap. 12:49; 14:10). La fuente última de autoridad era Dios.
Cosas que habrán de venir. Jesús había revelado cosas
venideras (Mat. 24; etc.); pero había de darse más luz acerca del futuro. Las
profecías del Apocalipsis son un ejemplo resaltante de cómo se cumplió esto. Juan
declaró acerca de los mensajes a las iglesias: "El que tiene oído, oiga lo
que el Espíritu dice a las iglesias" (Apoc. 2:7,11;...).
14. Me glorificará. Es decir, mediante la revelación de la majestad y de la gloria de Cristo resucitado y la manifestación de los misterios del plan de salvación.
De lo mío. El Espíritu Santo impartirá una parte de la reserva plena de la verdad (ver com. vers. 12).
15. Todo. Ver cap. 3:35; cf. cap. 17:10.
16. No me veréis. El primer "un poco" generalmente se entiende que se refiere al corto lapso hasta la pasión, y el segundo "un poco" a los tres días entre la crucifixión y la resurrección. Algunos han sugerido un significado doble a las palabras de Cristo. Primero, que se refieren a la muerte y resurrección; y segundo, que se refieren a la ascensión al Padre y al regreso de Jesús al fin de los siglos (cap. 14:1-3).
En otro pasaje se presenta ese regreso como que no estuviera
lejano. "El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en
breve" (Apoc. 22:20; cf. cap. 1:3). Sin embargo, en vista de la
explicación de Juan 16:20-29, pareciera mejor considerar que el pasaje se
refiere a los sucesos del futuro inmediato.
17. Unos a otros. Indudablemente, no estaban dispuestos a preguntarle directamente a Jesús. Su declaración enigmática había despertado la curiosidad de ellos.
¿Qué es esto? Antes, Jesús había hablado de su muerte y resurrección, pero los discípulos no habían captado plenamente el significado de sus palabras (ver com. Mat. 16:21). De ahí la perplejidad de ellos ante esa declaración.
20. Lloraréis y lamentaréis. Jesús no da una respuesta directa a la pregunta de los discípulos, pero aclara algo en cuanto a las circunstancias que rodeaban los acontecimientos que sucederían después de "un poco".
En Luc. 23:27 y Juan 20:11 se trata del cumplimiento de la
predicción.
El mundo se alegrará. Los enemigos de Jesús se
regocijaron cuando él fue silenciado. Sin embargo, el gozo de ellos fue breve,
como también fue breve el dolor de los amigos de Jesús.
Se convertirá en gozo. Cf. cap. 20:20.
21. La mujer. La figura de una mujer que da a luz se encuentra en
el AT (Isa. 26:17; 66:7; etc.). Pero sólo aquí se menciona que su dolor se
convierte en gozo.
Hombre. Gr. ánthrÇpos, hombre en el sentido genérico. Es
decir, un ser humano.
22. Se gozará vuestro corazón. Esta es la aplicación que Jesús
hace de la figura presentada en el vers. 21. Por lo tanto, se fuerza demasiado
la figura cuando se trata de ver en el parto de la mujer los dolores del
nacimiento de un nuevo orden del reino. El regocijo de los discípulos ocurrió
en el día de la resurrección.
Nadie. Incluso el diablo y sus instrumentos. El gozo de
los discípulos sería completo y permanente en su comunión espiritual con el
Salvador resucitado, que estaría con ellos "todos los días, hasta el fin
del mundo" (Mat. 28:20)
23. En aquel día. Es decir, en la era del do del
Espíritu Santo (cap. 14:16-17,26; 15:26; 16:7-14).
No me preguntaréis nada. Jesús está informando a los
discípulos que en el día del don del Espíritu Santo no habría necesidad de
hacer preguntas, pues el Espíritu les enseñaría todas las cosas (cap. 14:26).
En esta última noche, los discípulos habían hecho muchas preguntas y habían demostrado que eran muy lentos para comprender (cap. 14:5, 8-9,22; 16:17).
El Espíritu les iluminaría la mente y comprenderían lo
que entonces les parecía tan enigmático.
Los discípulos no contarían más con la presencia
física de Jesús entre ellos, pero podrían pedir sin temor al Padre en el nombre
de Jesús con la plena seguridad de que sus pedidos serían concedidos.
De cierto. Ver com. Mat. 5:18; Juan 1:51.
En mi nombre. Ver com. cap. 14:13.
24. Hasta ahora. La relación del Hijo con el Padre
no había sido entendida previamente en toda su plenitud. Se habían elevado plegarias ante la Deidad
con un concepto limitado de ella, y quizá en algunos casos sin tener ningún
concepto.
Después de la ascensión
de Cristo y el comienzo de su ministerio como sacerdote y rey, se comprendería su
verdadera posición como el Mediador de las oraciones de los cristianos.
Vuestro gozo. Ver com. cap. 15:11.
25. Alegorías. Gr. paroimía (ver com. cap 10:6). Claramente os anunciaré. El Espíritu aguzaría el entendimiento de ellos (cap. 14:26; 16:13).
26. En mi nombre. Ver com. cap. 14:13.
No os digo. La intercesión de Cristo no tenía el propósito de
vencer ninguna renuencia o mala voluntad de parte del Padre para oír las
oraciones de los santos. El Padre mismo amaba a los discípulos (vers. 27) y
estaba tan dispuesto a responder a la oración como lo estaba el Hijo.
Lo que se destaca al presentar a Jesús como intercesor (He 7:25) es que únicamente por medio del sacrificio infinito del Hijo es posible que el Padre o el Hijo prodiguen una bendición plena al que pide.
27. El Padre mismo. Ver com. vers. 26.
Porque vosotros. Dios no sólo ama a los que aman a
su Hijo. Ama al mundo (Juan 3:16; cf. Rom. 5:8). Sin embargo, cuando los
hombres responden al amor de Dios, es posible una manifestación mayor de ese amor.
28. Salí. Aquí se resumen los grandes
hechos de la fe cristiana: la preexistencia de Cristo ("salí del
Padre"), la encarnación y los sucesos que la acompañaron ("he venido
al mundo"), y la ascensión ("voy al Padre"). Ver com. cap. 1:1,14.
29. Ninguna
alegoría. Ver com. cap. 10:6.
30. Entendemos. Literalmente "sabemos"
(BJ). Quizá los discípulos llegaron
prestamente a la conclusión de que el momento de comprensión plena mencionado
en el vers. 25 ya había llegado. Jesús procedió a mostrarles cuán limitado era
el concepto de ellos (vers. 31-32).
Nadie. Los discípulos aquí expresan su fe en la capacidad
de Jesús para leer los corazones. Él les había demostrado que era así al
responder a los deseos íntimos que ellos no habían expresado (vers. 17-19).
31. ¿Ahora creéis? Cristo no niega que hubieran
creído. Sencillamente insinúa que la fe
de ellos había sido imperfecta.
32. Seréis esparcidos. Ver Mar. 14:27,50.
Me dejaréis. "Todos los discípulos, dejándole,
huyeron" (Mat. 26:56).
No estoy solo. La comunión de Cristo con su Padre era ininterrumpida.
33. Paz. Ver com. cap. 14:27. Tendréis aflicción. Ver com. cap. 15:20; 16:2. Confiad. "¡Ánimo!" (BJ). Gr. tharséÇ, "animarse", "confiar", "atreverse" (cf. Mat. 9:2; 14:27; etc.).
Yo he vencido al mundo. Jesús esperaba con confianza la
cruz, plenamente seguro de que triunfaría sobre los poderes de las tinieblas
(ver Col. 2:15). El príncipe de este mundo sería derrotado (ver com. cap.
12:31; 14:30; cf. cap. 16:11), y los discípulos no tenían nada que temer. (5CBA).
COMENTARIOS DE EGW
1-4. TM 66. ARRESTO
Y PRISIÓN DE LOS APÓSTOLES. Entonces se levantó
"el príncipe de los sacerdotes, y todos los que estaban con él, que es la
secta de los saduceos", los cuales sostenían que no habría resurrección de
los muertos. Las aseveraciones hechas por los apóstoles de que habían visto a
Jesús después de su resurrección y que él había ascendido al cielo, estaban
destruyendo los principios fundamentales de la doctrina de los saduceos. Esto
no debía permitirse. Los sacerdotes y los príncipes se llenaron de indignación
y echaron mano de los apóstoles, y los pusieron en la cárcel común.
LOS DISCÍPULOS NO
SE SINTIERON INTIMIDADOS O ABATIDOS. Recordaron las
palabras que Cristo les haba dado en las últimas lecciones: "El
que tiene mis mandamientos, y los guarda, aquel es el que me ama; y el que me
ama, 66 será amado de mi Padre y yo le amaré, y me manifestaré a él".
“Empero
cuando viniere el Consolador, el cual yo os enviaré del Padre, el Espíritu de
verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio de mí”. “Estas cosas os
he hablado, para que no os escandalicéis. Os echarán de las sinagogas; y aun
viene la hora, cuando cualquiera que os matare, pensará que hace servicio a
Dios. Y estas cosas os harán, porque no conocen al Padre ni a mí. Mas os he
dicho esto, para que cuando aquella hora viniere, os acordéis que yo os lo
había dicho”. Juan 14:21; 15:26; 16:1-4.
8. DTG 625.
11. DTG 633
8,12-14. DTG 624,625.
24. DTG 620.
33. DTG 634.
"NO SE TURBE VUESTRO CORAZÓN"* 617-635
https://elaguila3008.blogspot.com/2009/11/dtg-capitulo-73-no-se-turbe-vuestro.html
32. DTG 646. Pero Los
Discípulos Se Preguntaban: ¿Oh, por qué no se
salva a sí mismo y a nosotros? Contestando a su pensamiento
inexpresado, añadió: "¿Cómo,
pues, se cumplirían las Escrituras, que así conviene que sea hecho?"
"El vaso que el Padre me ha dado, ¿no lo tengo de beber?" La
dignidad oficial de los dirigentes judíos no les había impedido unirse al
perseguimiento de Jesús. Su arresto era un asunto demasiado importante para
confiarlo a subordinados; así que los astutos sacerdotes y ancianos se habían
unido a 646 la policía del templo y a la turba para seguir a Judas hasta
Getsemaní.
¡Qué Compañía Para Estos Dignatarios: Una Turba Ávida De Excitación Y Armada Con Toda Clase De Instrumentos Como Para Perseguir A Una Fiera! Volviéndose A Los Sacerdotes Y Ancianos, Jesús Fijó Sobre Ellos Su Mirada Escrutadora. Mientras viviesen, no se olvidarían de las palabras que pronunciara. Eran como agudas saetas del Todopoderoso. Con dignidad dijo: Salisteis contra mí con espadas y palos como contra un ladrón. Día tras día estaba sentado enseñando en el templo. Tuvisteis toda oportunidad de echarme mano, y nada hicisteis. La noche se adapta mejor para vuestra obra. "Esta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas." Los discípulos quedaron aterrorizados al ver que Jesús permitía que se le prendiese y atase. Se ofendieron porque sufría esta humillación para sí y para ellos. No podían comprender su conducta, y le inculpaban por someterse a la turba. En su indignación y temor, Pedro propuso que se salvasen a sí mismos. Siguiendo esta sugestión, "todos los discípulos huyeron, dejándole." Pero Cristo había predicho esta deserción. "He aquí había dicho, la hora viene, y ha venido, que seréis esparcidos cada uno por su parte, y me dejaréis solo: mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo."*(Juan 16:32). DTG/EGW
EL SALMISTA DICE: "Confía
en Jehová y obra el bien; habita tranquilo en la tierra, y apaciéntate de la
verdad" (Salmo 37: 3). "Confía en Jehová".
Cada día trae sus aflicciones, sus cuidados y perplejidades; y cuando los
encontramos, ¡cuán prontos estamos para hablar de ellos! Tantas penas
imaginarias intervienen, tantos temores se abrigan, tal peso de ansiedades se
manifiesta que cualquiera podría suponer que no tenemos un Salvador poderoso y
misericordioso, dispuesto a oír todas nuestras peticiones y a ser nuestro
protector constante en cada hora de necesidad.
Algunos temen
siempre y toman cuitas prestadas. Todos los días están rodeados de las prendas
del amor de Dios, todos los días gozan de las bondades de su providencia, pero
pasan por alto estas bendiciones presentes. Sus mentes están siempre
espaciándose en algo desagradable que temen que venga. Puede ser que realmente
existan algunas dificultades que, aunque pequeñas, ciegan sus ojos a las muchas
bendiciones que demandan gratitud. Las dificultades con que tropiezan, en vez
de guiarlos a Dios, única fuente de todo bien, los alejan de él, porque
despiertan desasosiego y pesar.
¿Hacemos bien en ser así incrédulos?
¿Por qué ser ingratos y desconfiados? Jesús es nuestro amigo; todo el cielo
está interesado en nuestro bienestar. No debemos permitir que las perplejidades
y cuidados cotidianos gasten las fuerzas 124 de nuestro espíritu y oscurezcan
nuestro semblante. Si lo hacemos, habrá siempre algo que nos moleste y fatigue.
No debemos dar entrada a los cuidados que sólo nos gastan y destruyen, mas no
nos ayudan a soportar las pruebas.
Podéis estar perplejos
en los negocios; vuestra perspectiva puede ser cada día más sombría y podéis
estar amenazados de pérdidas; mas no os descorazonéis; confiad vuestras cargas
a Dios y permaneced serenos y tranquilos.
Pedid sabiduría para manejar
vuestros negocios con discreción y así evitaréis pérdidas y desastres. Haced
todo lo que esté de vuestra parte para obtener resultados favorables. Jesús nos
ha prometido su ayuda, pero no sin que hagamos lo que está de nuestra parte.
Cuando, confiando en vuestro Ayudador, hayáis hecho todo lo que podáis, aceptad
con gozo los resultados.
NO ES LA VOLUNTAD DE DIOS QUE SU PUEBLO SEA ABRUMADO POR EL PESO DE LOS
CUIDADOS. Pero al mismo tiempo no quiere que nos engañemos. Él no nos dice: "No
temáis; no hay peligro en vuestro camino". Él sabe que hay pruebas y
peligros y nos lo ha manifestado abiertamente. El no ofrece a su pueblo
quitarlo de en medio de este mundo de pecado y maldad, pero le presenta un
refugio que nunca falla. Su oración por sus discípulos fue: "No ruego que
los quites del mundo, sino que los guardes del mal". "En el mundo
dice tendréis tribulación; pero tened buen ánimo; yo he vencido al
mundo" (S. Juan 17: 15; 16: 33). 125
EN EL SERMÓN DEL MONTE, Cristo dio a sus discípulos
preciosas lecciones en cuanto a la confianza que debe tenerse en Dios. Estas
lecciones tenían por fin consolar a los hijos de Dios durante todos los siglos
y han llegado a nuestra época llenas de instrucción y consuelo. El Salvador
llamó la atención de sus discípulos a cómo las aves del cielo entonan sus
dulces cantos de alabanza sin estar abrumadas por los cuidados de la vida, a
pesar de que "no siembran, ni siegan". Y sin embargo, el gran Padre
celestial las alimenta. El Salvador pregunta: "¿No valéis vosotros mucho
más que ellas?" (S. Mateo 6: 26). El gran Dios, que alimenta a los hombres
y a las bestias, extiende su mano para alimentar a todas sus criaturas. Las
aves del cielo no son tan insignificantes que no las note.
El no toma el
alimento y se lo da en el pico, mas hace provisión para sus necesidades. Deben
juntar el grano que él ha derramado para ellas. Deben preparar el material para
sus niditos. Deben alimentar a sus polluelos. Ellas van cantando a su trabajo
porque "vuestro Padre celestial las alimenta". Y "¿no valéis
vosotros mucho más que ellas?" ¿No sois vosotros, como adoradores
inteligentes y espirituales, de mucho más valor que las aves del cielo? ¿No
suplirá nuestras necesidades el Autor de nuestro ser, el Conservador de nuestra
existencia, el que nos formó a su propia imagen divina, si tan sólo confiamos
en él?
Cristo presentaba a sus discípulos
las flores del campo, que crecen en rica profusión y brillan con la sencilla
hermosura que el Padre celestial les ha dado, como una expresión de su 126 amor
hacia el hombre. Él decía: "Considerad los lirios del campo, cómo
crecen" (Mateo 6:28). La belleza y la sencillez de estas flores naturales
sobrepujan en excelencia, por mucho, a la gloria de Salomón. El atavío más
esplendoroso producido por la habilidad del arte no puede compararse con la
gracia natural y la belleza radiante de las flores creadas por Dios. Jesús
pregunta: "Y si Dios viste así a la hierba del campo que hoy es, y mañana
es echada en el horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe?" (S.
Mateo 6: 30). Si Dios, el Artista divino, da a las flores, que perecen en un
día, sus delicados y variados colores, ¿cuánto mayor cuidado no tendrá por los
que ha creado a su propia imagen? Esta lección de Cristo es un reproche por la
ansiedad, las perplejidades y dudas del corazón sin fe.
El Señor quiere que todos sus
hijos e hijas sean felices, llenos de paz, obedientes. Jesús dice: "Mi paz
os doy; no según da el mundo, yo os la doy: no se turbe vuestro corazón, ni se
acobarde" (Juan 14:27). "Estas cosas os he dicho, para que quede mi
gozo en vosotros, y vuestro gozo sea completo" (Juan 15:11). CC 123-126.
Ministerio
Hno. Pio
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