EN EL CORAZÓN de todos los seres
humanos, sin distinción de raza o posición social, hay un indecible anhelo de
algo que ahora no poseen. Este anhelo es implantado en la misma constitución
del hombre por un Dios misericordioso, para que el hombre no se sienta
satisfecho con su presente condición, sea mala o buena.
DIOS DESEA que el ser humano busque lo mejor, y lo halle en el bien eterno de su
alma. En vano procuran los hombres satisfacer este deseo con los placeres, las
riquezas, la comodidad, la fama, o el poder. Los que tratan de hacerlo,
descubren que estas cosas hartan los sentidos, pero dejan el alma tan vacía y
desconforme como antes.
ES EL DESIGNIO DE DIOS que este anhelo del corazón humano guíe hacia el único que es
capaz de satisfacerlo. Es un deseo de ese Ser, capaz de guiar a él, la plenitud
y el cumplimiento de ese deseo. Esa plenitud se halla en Jesucristo, el Hijo
del Dios eterno, "Porque plugo al Padre que la plenitud de todo residiese
en él;" "Porque en él habita toda la plenitud de la divinidad
corporalmente." Y es también verdad que "vosotros estáis completos en
él" con respecto a todo deseo divinamente implantado y normalmente
seguido.
El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de todas las
gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel
en quien puede satisfacerse todo anhelo.
Se han escrito muchos libros titulados
"La vida de Cristo," libros excelentes, grandes acopios de
información, elaborados ensayos sobre cronología, historia, costumbres, y
acontecimientos contemporáneos, con abundante enseñanza y muchas vislumbres de
la vida multiforme de Jesús de Nazaret. Sin embargo, no se ha dicho de ella ni
aun la mitad.
NO
ES TAMPOCO el propósito de esta
obra exponer una armonía de los evangelios, o presentar en orden estrictamente
cronológico los importantes sucesos y las maravillosas lecciones de la vida de
Cristo; su propósito es presentar el amor de Dios como ha sido revelado en su
Hijo, la divina hermosura de la 6 vida de Cristo, de la cual todos pueden
participar, y no simplemente satisfacer los deseos de la mera curiosidad ni las
observaciones de los críticos.
PERO
COMO por el encanto de su propia belleza de carácter Jesús atrajo a sus
discípulos a sí mismo, y por su toque y sentimiento de simpatía en todas sus
dolencias y necesidades, y por su constante asociación, transformó sus
caracteres de terrenales en celestiales, de egoístas en abnegados, y trocó la
mezquina ignorancia y prejuicio en el conocimiento generoso y el amor profundo
por las almas de todas las naciones y razas, es el propósito de este libro presentar
al bendito Redentor de modo que ayude al lector a acudir a él como a una
realidad viviente, con la cual pueda tenerse comunión íntima y vital, y
hallar en él, como los discípulos de la antigüedad, al poderoso Jesús, que
"salva hasta lo sumo," y transforma de acuerdo con su propia imagen
divina a los que acuden a Dios por su intermedio.
Rogamos que la
bendición del Altísimo acompañe a esta obra, y
que el Espíritu Santo haga de las palabras de este libro palabras de vida para
muchas almas cuyos anhelos y deseos no están aún satisfechos; para que puedan
"conocerle, y la virtud de su resurrección, y la participación de sus
padecimientos," y finalmente, en una eternidad bienaventurada, compartir a
su diestra la plenitud de su gozo y la dicha inconmensurable que disfrutarán
todos los que hayan hallado en él el todo en todo, "el más señalado entre
diez mil," Aquel que "es del todo amable," "todo él
codiciable." LOS EDITORES.
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