(Este capítulo 25. Está basado en San Mateo
4:18-22; San Marcos 1:16-20; San Lucas 5:1-11).
AMANECÍA SOBRE EL MAR DE GALILEA. Los discípulos, cansados por una noche infructuosa, estaban
todavía en sus barcos pesqueros bogando sobre el lago. Jesús volvía de pasar
una hora tranquila a orillas del agua. Había esperado hallarse, durante unos
cortos momentos de la madrugada, aliviado de la multitud que le seguía día tras
día. Pero pronto la gente empezó a reunirse alrededor de él. La muchedumbre
aumentó rápidamente, hasta apremiarle de todas partes.
MIENTRAS TANTO, LOS DISCÍPULOS HABÍAN VUELTO A TIERRA. A fin de escapar a la presión de la multitud, Jesús entró
en el barco de Pedro y le pidió a éste que se apartase un poquito de la orilla.
DESDE ALLÍ, JESÚS PODÍA SER VISTO Y OÍDO MEJOR POR TODOS, y desde el barco enseñó a la muchedumbre reunida en la
ribera. ¡Qué escena para la contemplación de los ángeles: su glorioso General,
sentado en un barco de pescadores, mecido de aquí para allá por las inquietas
olas y proclamando las buenas nuevas de la salvación a una muchedumbre atenta
que se apiñaba hasta la orilla del agua! El Honrado del cielo estaba declarando
al aire libre a la gente común las grandes cosas de su reino. Sin embargo, no
podría haber tenido un escenario más adecuado para sus labores. El lago, las
montañas, los campos extensos, el sol que inundaba la tierra, todo le proporcionaba
objetos con que ilustrar sus lecciones y grabarlas en las mentes. Y ninguna
lección de Cristo quedaba sin fruto.
TODO MENSAJE DE SUS LABIOS LLEGABA A ALGÚN ALMA COMO PALABRA DE VIDA ETERNA. Con cada momento que transcurría, aumentaba la multitud. Había ancianos apoyados en sus bastones, robustos campesinos de las colinas, pescadores que volvían de sus tareas en el lago, mercaderes y rabinos, ricos y sabios, jóvenes y viejos, que traían sus enfermos y dolientes y se agolpaban para oír las palabras del Maestro divino.
Escenas como ésta habían mirado de antemano los profetas, y escribieron: 212 "¡La tierra de Zabulón y la tierra de
Neftalí, hacia la mar, más allá del Jordán, Galilea de las naciones; el pueblo
que estaba sentado en tinieblas ha visto gran luz, y a los sentados en la
región y sombra de muerte, luz les ha resplandecido." (Isaías 9.1,2 VM.).
EN SU SERMÓN, JESÚS TENÍA PRESENTES OTROS
AUDITORIOS, además de la muchedumbre que estaba a orillas de Genesaret.
Mirando a través de los siglos, vio a sus fieles en cárceles y tribunales, en
tentación, soledad y aflicción. Cada escena de gozo, o conflicto y perplejidad,
le fue presentada. En las palabras dirigidas a los que le rodeaban, decía
también a aquellas otras almas las mismas palabras que les habrían de llegar
como mensaje de esperanza en la prueba, de consuelo en la tristeza y de luz
celestial en las tinieblas. Mediante El Espíritu Santo, Esa Voz Que Hablaba
Desde El Barco De Pesca En El Mar De Galilea, sería oída e infundiría paz a los
corazones humanos hasta el fin del tiempo.
TERMINADO EL DISCURSO, Jesús
Se Volvió A Pedro Y Le Ordenó Que Se Dirigiese Mar Adentro Y Echase La Red.
PERO PEDRO ESTABA DESCORAZONADO. En toda la noche no había pescado nada. Durante Las Horas
De Soledad, Se Había Acordado De La Suerte De Juan El Bautista, que estaba
languideciendo solo en su mazmorra. Había pensado en las perspectivas que se
ofrecían a Jesús y sus discípulos, en el fracaso de la misión en Judea y en la
maldad de los sacerdotes y rabinos. Aun su propia ocupación le había fallado; y
mientras miraba sus redes vacías, el futuro le parecía obscuro. Dijo: "Maestro, habiendo trabajado
toda la noche, nada hemos tomado, más en tu palabra echaré la red."
LA NOCHE ERA EL ÚNICO TIEMPO FAVORABLE PARA PESCAR CON REDES
EN LAS CLARAS AGUAS DEL LAGO.
Después de trabajar toda la noche sin éxito, parecía una empresa desesperada
echar la red de día. Pero Jesús había dado la orden, y el amor a su Maestro
indujo a los discípulos a obedecerle. Juntos, Simón y su hermano, dejaron caer
la red. Al intentar sacarla, era tan grande la cantidad de peces que encerraba
que empezó a romperse. Se vieron obligados a llamar a Santiago y Juan en su
ayuda. Cuando hubieron asegurado la pesca, ambos barcos estaban tan cargados
que corrían peligro de hundirse.
PERO PEDRO YA NO PENSABA EN LOS BARCOS NI EN SU CARGA. Este 213 milagro, más que cualquier otro que hubiese
presenciado era para él una manifestación del poder divino.
EN JESÚS VIO A AQUEL QUE TENÍA SUJETA TODA LA NATURALEZA
BAJO SU DOMINIO. La presencia de la
divinidad revelaba su propia falta de santidad. Le vencieron el amor a su
Maestro, la vergüenza por su propia incredulidad, la gratitud por la
condescendencia de Cristo, y sobre todo el sentimiento de su impureza frente a
la pureza infinita.
MIENTRAS SUS COMPAÑEROS ESTABAN GUARDANDO EL CONTENIDO DE LA
RED, Pedro cayó a los pies del Salvador,
exclamando: "Apártate de mí, Señor,
porque soy hombre pecador." Era la misma presencia de la santidad
divina la que había hecho caer al profeta Daniel como muerto delante del ángel
de Dios. Él dijo: "Mi fuerza se me
trocó en desmayo, sin retener vigor alguno." Así también cuando Isaías
contempló la gloria del Señor, exclamó:
"¡Ay de mí! que soy muerto; que siendo hombre inmundo de labios, y
habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al
Rey, Jehová de los ejércitos." (Daniel 10:8; Isaías 6:5).
LA HUMANIDAD, CON SU DEBILIDAD Y PECADO, SE
HALLABA EN CONTRASTE CON LA PERFECCIÓN DE LA DIVINIDAD, y
él se sentía completamente deficiente y falto de santidad. Así les ha sucedido
a todos aquellos a quienes fue otorgada una visión de la grandeza y majestad de
Dios.
PEDRO EXCLAMÓ: "APÁRTATE DE MÍ, SEÑOR, PORQUE SOY
HOMBRE PECADOR." Sin embargo, se aferraba a
los pies de Jesús, sintiendo que no podía separarse de él. El Salvador
contestó: "No temas: desde ahora pescarás hombres." Fue después que
Isaías hubo contemplado la santidad de Dios y su propia indignidad, cuando le fue
confiado el mensaje divino. Después que Pedro fuera inducido a negarse a sí
mismo y a confiar en el poder divino fue cuando se le llamó a trabajar para
Cristo.
HASTA ENTONCES, NINGUNO DE LOS DISCÍPULOS SE HABÍA UNIDO
COMPLETAMENTE A JESÚS COMO COLABORADOR SUYO.
Habían presenciado muchos de sus milagros, y habían escuchado su enseñanza;
pero no habían abandonado totalmente su empleo anterior. El encarcelamiento de
Juan el Bautista había sido para todos ellos una amarga desilusión. Si tal
había de ser el resultado de la misión de Juan, no podían tener mucha esperanza
respecto a su Maestro, contra el cual estaban combinados todos los dirigentes
religiosos. En esas circunstancias, les había 214 sido un alivio volver por un
corto tiempo a su pesca.
PERO AHORA JESÚS LOS LLAMABA A ABANDONAR SU VIDA ANTERIOR, y a unir sus intereses con los suyos. Pedro había aceptado
el llamamiento. Llegando a la orilla, Jesús invitó a los otros tres discípulos
diciéndoles: "Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres." Inmediatamente
lo dejaron todo, y le siguieron. Antes de pedir a los discípulos que
abandonasen sus redes y barcos, Jesús les había dado la seguridad de que Dios
supliría sus necesidades. El empleo del esquife de Pedro para la obra del
Evangelio había sido ricamente recompensado. El que es rico "para
con todos los que le invocan" dijo: “Dad, y se os dará; medida buena, apretada,
remecida, y rebosando.” (Romanos 10:12; Lucas 6:38). Según esta medida
había recompensado el servicio de sus discípulos. Y todo sacrificio hecho en su
ministerio será recompensado conforme a "las
abundantes riquezas de su gracia."* (Efesios 3:20; 2:7).
DURANTE
AQUELLA TRISTE NOCHE PASADA EN EL LAGO, MIENTRAS ESTABAN SEPARADOS DE CRISTO, los discípulos se vieron acosados por la incredulidad y el
cansancio de un trabajo infructuoso. Pero su presencia reanimó su fe y les
infundió gozo y éxito. Así también sucede con nosotros; separados de Cristo,
nuestro trabajo es infructuoso, y es fácil desconfiar y murmurar. Pero cuando
él está cerca y trabajamos bajo su dirección, nos regocijarnos en la evidencia
de su poder.
Es
Obra De Satanás Desalentar Al Alma, Y Es Obra De Cristo Inspirarle Fe Y
Esperanza.
LA
LECCIÓN MÁS PROFUNDA QUE EL MILAGRO IMPARTIÓ A LOS DISCÍPULOS, es una lección para nosotros también; a saber, que Aquel
cuya palabra juntaba los peces de la mar podía impresionar los corazones
humanos y atraerlos con las cuerdas de su amor, para que sus siervos fuesen
"pescadores de hombres.' Eran hombres humildes y sin letras aquellos pescadores
de Galilea; pero Cristo, la luz del mundo, tenía abundante poder para
prepararlos para la posición a la cual los había llamado.
EL SALVADOR NO MENOSPRECIABA LA EDUCACIÓN; porque, cuando está regida por el amor de Dios y
consagrada a su servicio, la cultura intelectual es una bendición. Pero pasó
por alto a los sabios de su tiempo, porque tenían tanta confianza en sí mismos,
que no podían simpatizar con la humanidad doliente y hacerse colaboradores con
el Hombre de Nazaret. En su intolerancia, tuvieron en poco el ser enseñados por
Cristo.
EL SEÑOR JESÚS
215 BUSCA LA COOPERACIÓN DE LOS QUE
QUIERAN SER CONDUCTOS LIMPIOS PARA LA COMUNICACIÓN DE SU GRACIA. Lo primero
que deben aprender todos los que quieran trabajar con Dios, es la lección de desconfianza
en sí mismos; entonces estarán preparados para que se les imparta el carácter
de Cristo. Este no se obtiene por la educación en las escuelas más científicas.
Es fruto de la sabiduría que se obtiene únicamente del Maestro divino.
JESÚS ELIGIÓ A PESCADORES SIN LETRAS PORQUE No
Habían Sido Educados En Las Tradiciones Y Costumbres Erróneas De Su Tiempo. Eran hombres de
capacidad innata, humildes y susceptibles de ser enseñados; hombres a quienes
él podía educar para su obra.
EN LAS PROFESIONES COMUNES DE LA VIDA, hay muchos hombres que cumplen sus trabajos diarios,
inconscientes de que poseen facultades que, si fuesen puestas en acción, los
pondrían a la altura de los hombres más estimados del mundo. Se necesita el
toque de una mano hábil para despertar estas facultades dormidas.
A HOMBRES TALES LLAMÓ JESÚS PARA QUE FUESEN SUS
COLABORADORES; y les dio las ventajas de
estar asociados con él. Nunca tuvieron los grandes del mundo un maestro
semejante.
CUANDO LOS DISCÍPULOS TERMINARON SU PERÍODO DE PREPARACIÓN
CON EL SALVADOR, no eran ya ignorantes y
sin cultura; habían llegado a ser como él en mente y carácter, y los hombres se
dieron cuenta de que habían estado con Jesús.
NO ES LA OBRA MÁS
ELEVADA DE LA EDUCACIÓN EL COMUNICAR MERAMENTE CONOCIMIENTOS, Sino El Impartir
Aquella Energía Vivificadora Que Se Recibe Por El Contacto De La Mente Con La
Mente Y Del Alma Con El Alma.
ÚNICAMENTE LA VIDA PUEDE ENGENDRAR VIDA. ¡Qué privilegio fue el de aquellos que, durante tres años,
estuvieron en contacto diario con aquella vida divina de la cual había fluido
todo impulso vivificador que bendijera al mundo!
MÁS QUE TODOS SUS COMPAÑEROS, JUAN, EL DISCÍPULO AMADO, cedió al poder de esa vida maravillosa. Dice: "La vida fue manifestada, y vimos, y
manifestamos, y os anunciamos aquella vida eterna, la cual estaba con el Padre,
y nos ha aparecido" "De su plenitud tomamos todos, y gracia por
gracia."* (1Juan 1:2; Juan 1:16).
EN LOS APÓSTOLES DE NUESTRO SEÑOR NO HABÍA
NADA QUE LES PUDIERA REPORTAR GLORIA.
Era evidente que el éxito de sus labores se debía únicamente a Dios. La vida de
estos hombres, el carácter que adquirieron y la poderosa obra que Dios realizó
216 mediante ellos, atestiguan lo que él hará por aquellos que reciban sus
enseñanzas y sean obedientes.
EL QUE MÁS AME A CRISTO HARÁ LA MAYOR SUMA DE
BIEN. No tiene límite la utilidad de aquel
que, poniendo el yo a un lado, deja obrar al Espíritu Santo en su corazón, y
vive una vida completamente consagrada a Dios.
CON TAL QUE
LOS HOMBRES ESTÉN DISPUESTOS A SOPORTAR LA DISCIPLINA NECESARIA, SIN QUEJARSE ni
desmayar por el camino, Dios les enseñará hora por hora, día tras día. El
anhela revelar su gracia. Con tal que los suyos quieran quitar los obstáculos,
él derramará las aguas de salvación en raudales abundantes mediante los
conductos humanos.
SI LOS HOMBRES DE VIDA HUMILDE FUESEN ESTIMULADOS A HACER
TODO EL BIEN QUE PODRÍAN HACER, y
ninguna mano refrenadora reprimiese su celo, habría cien personas trabajando
para Cristo donde hay actualmente una sola.
DIOS TOMA A LOS HOMBRES COMO SON, y los educa para su servicio, si quieren entregarse a él.
El Espíritu de Dios, recibido en el alma, vivificará todas sus facultades.
BAJO LA DIRECCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO, la mente consagrada sin reserva a Dios, se
desarrolla armoniosamente y se fortalece para comprender y cumplir los
requerimientos de Dios.
EL CARÁCTER DÉBIL Y VACILANTE se transforma en un carácter fuerte y firme.
LA DEVOCIÓN CONTINUA establece
una relación tan íntima entre Jesús y su discípulo, que el cristiano llega a
ser semejante a Cristo en mente y carácter. Mediante su relación con Cristo,
tendrá miras más claras y más amplias. Su discernimiento será más penetrante,
su juicio mejor equilibrado. El que anhela servir a Cristo queda tan vivificado
por el poder del Sol de justicia, que puede llevar mucho fruto para gloria de
Dios.
HOMBRES DE LA MÁS ALTA EDUCACIÓN EN LAS ARTES Y LAS CIENCIAS han aprendido preciosas lecciones de los cristianos de vida
humilde a quienes el mundo llamaba ignorantes. Pero estos obscuros discípulos
habían obtenido su educación en la más alta de todas las escuelas: Se habían
sentado a los pies de Aquel que habló como "jamás habló hombre
alguno." (Juan 7:46 VM.). 217 DTG/EGW
(Este capítulo 25. Está basado en San Mateo
4:18-22; San Marcos 1:16-20; San Lucas 5:1-11).
No hay comentarios:
Publicar un comentario