Isaías 7. Narra
la crisis nacional en la que se encuentra el reino de Judá, por la amenaza de invasión
de los reinos confederados de Siria y Efraín (Israel) o reino del norte. En medio
de esa crisis. Dios en su misericordia promete salvarlos. Y da una señal por la
incredulidad del rey. Esa señal no solo sería local, que tendría su cumplimiento,
en el tiempo del profeta, también sería una señal profética que se cumpliría en
el futuro; con La venida del Mesías, la esperanza suprema de la humanidad. ¡Qué
bueno es nuestro Dios!
Desde
los Versículos 1-9. Isaías consuela a Acaz, quien está turbado por el temor que
le Producen Rezín y Peka. (10-16). Aunque Acaz rehúsa Pedir señal, a pesar de la
autorización que se le ha concedido, recibe una señal de liberación de estos
dos reinos. Está
Señal también es símbolo de cómo aparecería
el Cristo prometido en la tierra. Y (17-25). Se le profetiza el castigo que
le vendrá desde Asiria.
1 ACONTECIÓ en los días de Acaz hijo de Jotam, hijo de Uzías, rey de Judá, que Rezín rey de Siria y Peka hijo de Remalías, rey de Israel, subieron contra Jerusalén para combatirla; pero no la pudieron tomar. 2 Y vino la nueva a la casa de David, diciendo: Siria se ha confederado con Efraín. Y se le estremeció el corazón, y el corazón de su pueblo, como se estremecen los árboles del monte a causa del viento. 3 Entonces dijo Jehová a Isaías: Sal ahora al encuentro de Acaz, tú, y sear-jasub tu hijo, al extremo del acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador, 4 Y dile: Guarda, y repósate; no temas, ni se turbe tu corazón a causa de estos dos cabos de tizón que humean, por el ardor de la ira de Rezín y de Siria, y del hijo de Remalías. 5 Ha acordado maligno consejo contra ti el sirio, con Efraín y con el hijo de Remalías, diciendo: 6 Vamos contra Judá y aterroricémosla, y repartámosla entre nosotros, y pongamos en medio de ella por rey al hijo de Tabeel. 7 Por tanto, Jehová el Señor dice así: No subsistirá, ni será. 8 Porque la cabeza de Siria es Damasco, y la cabeza de Damasco, Rezín; y dentro de sesenta y cinco años Efraín será quebrantado hasta dejar de ser pueblo. 9 Y la cabeza de Efraín es Samaria, y la cabeza de Samaria el hijo de Remalías. Si vosotros no creyerais, de cierto no permaneceréis.
10 Habló también Jehová a Acaz, diciendo: 11 Pide para ti señal de Jehová tu Dios, demandándola ya sea de abajo en lo profundo, o de arriba en lo alto. 12 Y respondió Acaz: No pediré, y no tentaré a Jehová. 13 Dijo entonces Isaías: Oíd ahora, casa de David. ¿Os es poco el ser molestos a los hombres, sino que también lo seáis a mi Dios? 14 Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel. 15 Comerá mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno. 16 Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra de los dos reyes que tú temes será abandonada.
17 Jehová hará venir sobre ti, sobre tu pueblo y sobre la casa de tu padre, días cuales nunca vinieron desde el día que Efraín se apartó de Judá, esto es, al rey de Asiria. 18 Y acontecerá que aquel día silbará Jehová a la mosca que está en el fin de los ríos de Egipto, y a la abeja que está en la tierra de Asiria; 19 y vendrán y acamparán todos en los valles desiertos, y en las cavernas de las piedras, y en todos los zarzales, y en todas las matas. 20 En aquel día el Señor raerá con navaja alquilada, con los que habitan al otro lado del río, esto es, con el rey de Asiria, cabeza y pelo de los pies, y aun la barba también quitará. 21 Acontecerá en aquel tiempo, que criará un hombre una vaca y dos ovejas; 22 y a causa de la abundancia de leche que darán, comerá mantequilla; ciertamente mantequilla y miel comerá el que quede en medio de la tierra. 23 Acontecerá también en aquel tiempo, que el lugar donde había mil vides que valían mil siclos de plata, será para espinos y cardos. 24 Con saetas y arco irán allá, porque toda la tierra será espinos y cardos. 25 Y a todos los montes que se cavaban con azada, no llegarán allá por el temor de los espinos y de los cardos, sino que serán para pasto de bueyes y para ser hollados de los ganados. (Isaías 7).
1. En los días de Acaz. Ver la tabla del t. II, p. 79. Evidentemente este mensaje fue dado alrededor del año 734 a. C., cerca del comienzo del reinado de Acaz (ver com. vers. 16). Véase en el t. II, p. 88 el marco histórico de los hechos mencionados aquí. Rezín rey de Siria, y Peka. Los documentos asirios indican que Uzías había adoptado una posición firme contra Asiria. Quizá su hijo Jotam hizo lo mismo, pero Acaz fue más amigable. Envió a Tiglat-pileser oro y plata que sacó del templo y de su propio palacio, a fin de comprar la ayuda asiria (ver com. 2 Rey. 16: 5- 10). Por 2 Rey. 15: 29 se sabe que Peka, de Israel, era contrario a los asirios, porque Tiglat-pileser vino contra él. Documentos asirios también informan que lo mismo ocurría con Rezín de Siria. Es probable que por esta época todos los reyes del Asia occidental estuvieran unidos en una alianza contra Asiria, y el ataque de Peka y Rezín contra Acaz tenía el propósito de derrocarlo para entronizar un nuevo rey, quizá con la idea de obligar a Judá a entrar en la coalición contra Asiria.
No la pudieron tomar. Según 2 Crón. 28: 5-15, donde se relata esta misma campaña de Peka (rey de Israel) y de Rezín (rey de Siria), Judá sufrió una terrible derrota frente a estos reyes. Pero 2 Reyes 16: 5 confirma que, a pesar de la derrota, Jerusalén no fue tomada. Según 2 Reyes 16: 6, este debilitamiento de Judá permitió al rey de Edom recuperar la ciudad de Elat, en el golfo de Aqaba. Sin embargo, el texto hebreo dice que "Rezín rey de Aram [Siria] devolvió Elat a Aram [Siria]"; lo mismo dice la LXX. En el hebreo se parecen mucho las palabras Aram y Edom y no sería difícil confundirlas. Sin embargo, el suprimir el nombre de Rezín puede hacerse sólo en base a la conjetura de que Siria estaba demasiado lejos del golfo de Aqaba como para tener allí una colonia y que como Elat estaba en territorio edomita, debe enmendarse el texto bíblico. La nota de la BJ admite esta conjetura.
2. Vino la nueva. Acaz, el representante de la casa de David, se enteró de lo ocurrido. El ataque iba dirigido especialmente contra la dinastía de David, puesto que tenía el propósito de deponer a Acaz y poner en el trono de Judá a un nuevo rey, de la casa de Tabeel (vers. 6). Se le estremeció el corazón. Según el rollo 1QIsª de los Manuscritos del Mar Muerto sólo se estremeció el corazón del pueblo. Como se estremecen. Acaz se aterrorizó frente a la perspectiva de ser expulsado del trono (vers. 6). Como apóstata que era, no confiaba en Dios; y le parecía que su reino pronto caería.
3. Sal ahora. Aunque Acaz era un rey impío, el Señor no deseaba que se extinguiera la dinastía de David (Gén. 49: 10; 2 Sam. 7: 12-13). Por eso Isaías fue enviado al rey para anunciarle el propósito de Dios de preservar a Judá y derrotar a sus invasores. Sear-jasub. Literalmente, 'remanente volverá". Dios hizo que Isaías y sus hijos fueran señales para el pueblo (cap. 8: 18). Lo mismo puede decirse de Oseas, contemporáneo de Isaías, cuyos hijos también llevaban nombres significativos (Ose. 1: 4-9). Isaías constantemente mantuvo delante del pueblo este mensaje del regreso del remanente (cap. 4: 2-3; 10: 21; etc.).
Estanque de arriba. La provisión de agua para la ciudad era muy
importante en caso de asedio. El "estanque de arriba" se ha
identificado con el estanque de la fuente de Gihón, hoy llamado Fuente de la
Virgen (ver el mapa frente a la p. 625, t. II). Se encontraba en el valle de
Cedrón, al este del Ofel y al sur de la zona del templo. Partiendo de la fuente
de Gihón, Ezequías hizo excavar más tarde su famoso acueducto: el túnel de
Siloé (2 Rey. 20: 20; 2 Crón. 32: 30), el cual llevaba el agua al estanque de
Siloé, dentro de la ciudad. En tiempo de Acaz, esta fuente de agua quedaba
fuera de la ciudad, y sin duda se estudió la manera de llevar el agua dentro de
la ciudad para que en caso de asedio los sitiadores no pudieran aprovecharla.
4. Guarda y repósate. Con la ayuda del Señor del cielo no había por qué temer. Pero el rey había rehusado confiar en Dios y, en consecuencia, se desesperó cuando se vio ante circunstancias a las cuales no sabía cómo hacer frente. Dos cabos de tizón. Expresión despectiva. Los debilitados reinos de Siria e Israel, así como sus reyes, aunque parecían vigorosos no eran más que restos humeantes de lo que había sido una vez una brillante antorcha. Casi se habían extinguido. Apenas les quedaba un poco de vida. El Dios del cielo predijo su fin para que Acaz pudiera seguir una política inteligente respecto a ellos. Acaz debía tener en cuenta el poderío creciente de Asiria, y no el de los tambaleantes reinos de Siria e Israel. En el transcurso de los 40 ó 50 años siguientes Judá sería casi totalmente raída por Asiria, y sin embargo, Acaz seguía una política que inevitablemente facilitaba la obra de los asirios.
5-6. Contra Judá. El plan era vencer a Judá y anexarlo. Pongamos . . . por rey. Acaz sería destronado; terminaría la dinastía de David, y un nuevo rey, "hijo de Tabeel', sería colocado en el trono. Se desconoce la identidad de este nuevo rey, pero se cree que era sirio, pues el nombre Tabeel es arameo y significa "bueno [es] Dios". Israel y Siria se habían puesto de acuerdo en cuanto al nuevo monarca títere que debía ocupar el trono de David.
7. No subsistirá. La casa de David no debía caer. El plan propuesto
por Siria e Israel iba dirigido contra Dios, y no podía tener éxito. Dios tenía
otros planes para la casa de David (Gén. 49: 10; 2 Sam. 7: 12). No permitiría
que los hombres interfirieran en su propósito con Judá, ni que terminaran con
la dinastía a través de la cual habría de venir el Mesías.
8. Dentro de sesenta y cinco años. No es claro el significado exacto de esta
predicción. Según la cronología "corta" empleada en este Comentario
(t.II, pp. 79, 146, 748), la predicción fue hecha alrededor del año 734 a. C.,
si bien ninguna cronología "larga" ubica la entronización de Acaz
antes de 742 a. C. Sin embargo, en el 722 Israel, el reino del norte, dejó de
existir después que Samaria cayó en poder de los asirios. Algunos eruditos
recientes han llegado a la conclusión de que la frase que comienza con estas
palabras fue interpolada por un escriba posterior. Destacan que esta afirmación
parece interrumpir la idea que se expresa en los vers. 8 y 9. Pero no puede
aducirse ninguna evidencia segura de que esta frase haya sido insertada
posteriormente.
Suponiendo
que el número 65 estuviera en el texto original del libro de Isaías, y no hay
razón convincente para pensar que no estuviera, puede pensarse en dos posibles
cumplimientos. Sesenta y cinco años después de 734, siguiendo el cómputo
inclusivo, llegan al año 670, cuando Esar-hadón (681669) reinaba en Asiría.
Esar-hadón (y después de él su sucesor Asurbanipal, llamado Asnapar en Esd. 4:
10) hizo transportar a ciertos pueblos mesopotámicos al antiguo territorio del
reino del norte (Esd. 4: 2-10). 175 Esto
ocurrió mucho después de que terminara la nación de Israel (723/722 a. C). La
política asiria de esparcir los pueblos sometidos tenía el propósito de borrar
la antigua identidad y lealtad nacionales. Las diez tribus fueron absorbidas de
tal manera entre los pueblos vecinos, que con frecuencia se las llama las
tribus "perdidas". Es probable que algunos israelitas más tarde se
unieran con los cautivos de Judá y regresaran con ellos después del exilio,
pero como individuos que formaban parte de la comunidad judía, que era la
continuación del antiguo reinó de Judá, y no de Israel.
Otra
interpretación es que los 65 años pueden haber comenzado aproximadamente al
mismo tiempo del terremoto, durante el reinado de Uzías o de Jeroboam II. Este
terremoto era la prueba tangible de los castigos del Señor que Amós profetizó
sobre Israel. Si así fuera, Isaías aquí meramente se refiere a la caída de
Samaria en 723/722. Esto es posible, pero no puede probarse, porque no se
conoce la fecha exacta del terremoto. Puesto que no se especifica el momento
cuando debía comenzarse a contar ese período de 65 años, hoy no es posible -ni
tampoco necesario- determinar el sentido de la predicción. Con toda
probabilidad, una profecía específica como ésta era clara y tenía significado
para la gente en cuya época fue dada. Obviamente, tenía más importancia que
ellos la comprendieran entonces, de la que pueda tener para nosotros que la
comprendamos ahora.
9. Si vosotros no creyerais. Es evidente que Acaz no creyó lo que Dios aseguraba:
que Peka y Rezín no tendrían éxito. Todavía estaba temeroso. "Sin fe es
imposible agradar a Dios" (Heb. 11: 6), y mucho menos someterse a su sabia
y misericordiosa conducción.
10-11. Pide para ti señal. Dios hizo este ofrecimiento para fortalecer la fe de Acaz. Se da esta clase de señales para confirmar la fe de los débiles o de quienes tienen prejuicios. De abajo en lo profundo. Los masoretas (t. I, pp. 3839) entendían que el texto hebreo, escrito únicamente con consonantes, h'mq sh'lh, representaba las palabras ha'émeq she'alah, "la profundidad demanda". Pero los revisores de la LXX y algunos traductores griegos, varios siglos antes habían entendido que h'mq sh'lh representaba las palabras ha'émeq she'olah, "la profundidad de Seol". No hay forma de saber qué interpretación es correcta, aunque la estructura gramatical de la segunda interpretación hace que sea más lógica la traducción "la profundidad del Seol". "Pide para ti una señal de Yahveh tu Dios en lo profundo del seol o en lo más alto" (BJ). Ver com. 2 Sam. 12: 23, 22: 6; Prov. 15: 11 para el significado de la palabra Seol. En Deut. 32: 22; Job 11: 8; Sal. 86: 13; 139: 8 hay otros ejemplos de este contraste entre el cielo y la profundidad del Seol.
12. No pediré. Acaz rehusó dejarse persuadir. Ni quería creer, ni que nada le ayudara a creer. Había fijado su política; estaba decidido a llevarla a cabo y temía cualquier cosa que pudiera influir en él para cambiarla. La ayuda que procuraba era la de Asiria, no la de Dios. No tentaré a Jehová. Es decir, no quería poner al Señor a prueba pidiendo una señal. Con esto Acaz reveló su terquedad y rebelión contra Dios. El Señor había ofrecido ayudarlo y guiarlo, pero prefirió confiar en Asiria en vez de confiar en Dios. Estaba decidido a no tener nada que ver con Dios, y lo manifestó con toda claridad.
13-14. El Señor mismo os dará. Acaz había de recibir una señal de parte del Señor
aunque no lo quisiera, pero la señal había de ser determinada por Dios. Para
estimular a los que permanecerían fieles durante los años de crisis que
sobrevendrían en el futuro, Dios creyó conveniente proporcionar la seguridad de
que él estaría con ellos. La nación ya había recibido una señal en la persona
de sear-jasub, primogénito de Isaías (ver com. vers. 3; cf. cap. 8: 18), cuyo
nombre significa "remanente volverá", y cuya presencia era un
recordativo constante de que en las futuras invasiones asirías se salvaría un
remanente.
Os. Por el vers. 13 puede verse que este pronombre
plural se refiere a la casa de David, esto es, a la casa real de Judá, de la
cual Acaz era el representante en ese momento. Los vers. 1-2 parecen sugerir
que la expresión "casa de David" designa específicamente a Acaz. Por
esto, algunos consideran que se emplea el plural como plural de majestad, y
aplican el mensaje exclusivamente a Acaz, rey y líder de Judá. Otros sugieren
que se emplea el plural para incluir no sólo al rey Acaz, sino también a sus
sucesores en el trono de David. 176
Señal. Heb.'oth, "señal", "prenda",
"marca", "recordativo". En el AT un 'oth no corresponde
necesariamente a un milagro. En esencia, como en los casos del arco iris del
pacto (Gén. 9: 12), del Sábado (Exo. 31: 13; Eze. 20: 12, 20), de la sangre del
cordero pascual en los postes de la puerta (Exo. 12: 13) y de los incensarios
de Coré, Datán y Abiram (Núm. 16: 38), 'oth era el recordativo visible de una
importante verdad espiritual. Las "señales" de Egipto (Exo. 4: 8; 7:
3; Deut. 4: 34; etc.) y las que le fueron dadas a Gedeón Juec. 6: 17), a
Ezequías (2 Rey. 20: 8-9; Isa. 38: 1-8) fueron señales milagrosas, cuyo
propósito era lograr cooperación e inspirar fe. Sin excepción, la
"señal" consistía en un objeto o un acto cuyo propósito era confirmar
o recordar la verdad espiritual o el mensaje profético ligado a él por la
Inspiración. El aspecto milagroso podría estar presente o no. Una de las
características esenciales de la "señal" era que fuera literalmente
visible para la persona o personas a quienes era dada, para que a su vez los
ojos de la fe pudieran percibir la voluntad de Dios y se aferraran a sus
promesas. Cuando alguien exigía una "señal", como la que Dios aquí
invitaba a Acaz que le pidiera (Isa. 7: 11), o cuando Dios mismo escogía la
"señal", era, sin excepción, literalmente visible para aquellos a
quienes iba dirigida.
En
relación con esto es importante notar la declaración de Isaías: "He aquí,
yo y los hijos que me dio Jehová somos por señales y presagios en Israel, de
parte de Jehová de los ejércitos" (Isa. 8: 18), afirmación cuyo
significado es aclarado por el hecho de que aparece en la misma secuencia
profético con la "señal" prometida en el cap. 7: 14. Los nombres:
Isaías, que significa "Jehová salvará"; sear-jasub, que quiere decir
"Un remanente volverá", y Maher-salal-hasbaz, que significa "El
despojo se apresura, la presa se precipita", hablaban con elocuencia de
acontecimientos futuros relacionados con las inminentes y repetidas invasiones
asirias de Judá. Isaías y sus hijos eran "señales" designadas por
Dios para obtener, de ser posible, la cooperación de Acaz y Judá durante los
años de crisis que acompañarían al colapso y cautiverio del reino del norte, o
sea de Israel.
La virgen. Heb. 'almah. Este vocablo, tanto en singular como en
plural, sólo aparece nueve veces en el AT (Gén. 24: 43; Exo. 2: 8; 1 Crón. 15:
20; Sal. 46, título; 68: 25; Prov. 30: 19; Cant. 1: 3; 6: 8; Isa. 7: 14). Nunca
se encuentra en un contexto que permita determinar con precisión su
significado. Esta inseguridad ha suscitado diferencias de opinión en cuanto a
si debería traducirse como "virgen" o "mujer joven". Se han
hecho esfuerzos complicados por probar que significa exclusivamente una cosa o
la otra; pero hasta el momento la evidencia presentada en favor de cualquiera
de las dos posiciones no ha sido suficiente como para convencer a todos los
eruditos hebraístas. Los lexicógrafos del hebreo concuerdan en que 'almah
proviene de la raíz 'alam, "tener madurez [en el aspecto sexual]", y
que la palabra 'almah significa una "mujer joven", capaz de tener
hijos. Tanto 'almah como 'élem, la forma masculina de la palabra, claramente
indican madurez física, pero no hay absoluta evidencia de que impliquen
virginidad ni estado matrimonial. Sin embargo, puede señalarse que, en Cant. 6:
8-9, las "doncellas" ('alamoth, plural de 'almah) están clasificadas
con las "reinas" y las "concubinas", en contraste con una
joven "perfecta". La construcción hebrea permite que se entienda que
la 'almah de Isa. 7: 14 pudo haber ya
concebido. Si cuando Isaías escribió todavía era virgen, nos encontraríamos con
otro nacimiento milagroso similar al de Jesús, lo que crearía un grave problema
teológico. Para mayor información léase Problems in Bible Translation
(Problemas en la traducción de la Biblia), pp. 152-157.
El
vocablo hebreo que se emplea específicamente para designar a una virgen es
bethulah, que significa precisamente "virgen", sin que tenga otro
sentido en las 50 veces que aparece en el AT. Según el uso bíblico, la bethulah
era una mujer casadera, ya fuera joven o anciana, aunque probablemente joven y
que se había mantenido separada de varón. Ni una sola vez se emplea la palabra
'almah para referirse a la virginidad, cosa que sí ocurre con bethulah y sus
derivados. Para bethulah no existe ninguna forma masculina equivalente, pero
muchas veces la palabra aparece en relación con bajur, "joven maduro,
vigoroso, no casado", o "joven selecto". Bajur y bethulah
indican el más alto ideal hebreo de la juventud, así como 'élem y 'almah denotan
madurez física. Sin excepción, donde se
habla claramente de integridad moral y de virginidad se emplean bajur y
bethulah, y no 'élem y 'almah.
Isaías dice que Dios se goza con su pueblo como "el joven [bajur] [que] se desposa con la virgen [bethulah]" (Isa. 62: 5). Es muy significativo que se emplee el símbolo de Sión, una "virgen pura" (parthénos, 2 Cor. 11: 2), para representar al pueblo de Dios. La palabra que se emplea para describir a esa "virgen" es siempre bethulah, nunca 'almah (2 Rey. 19: 2 1; Isa. 37: 22; 62: 5; Jer. 14: 17; 31: 4; Lam. 1: 15; etc.). Nunca se denomina 'almah al pueblo de Dios. El Señor no puede aceptar una iglesia que no pueda denominarse bethulah. Dios no se preocupa tanto por la edad como por el carácter. Isaías emplea la palabra bethulah cinco veces (cap. 23: 4, 12; 37: 22; 47: 1; 62: 5). Si hubiera deseado que se entendiera que la "virgen" del cap. 7: 14 era una bethulah en el sentido estricto del término, lógicamente debería haber empleado esa palabra aquí. Sin embargo, al citar este pasaje, Mateo emplea la palabra parthénos, que corresponde con bethulah, y claramente indica virginidad. En cuanto a las razones por las cuales hace esta interpretación, ver com. Mat. 1:23. La LXX emplea el término parthénos, "virgen".
El
contexto de Isa. 7: 14, juntamente con lo anteriormente dicho en relación con
las palabras traducidas "señal" y "virgen", confirman que
la predicción hecha aquí tenía una aplicación inmediata dentro del marco de las
circunstancias históricas presentadas en el capítulo. La interpretación que
Mateo le da al pasaje confirma que esta predicción también señala la venida del
Mesías. Muchas profecías del AT tienen, como ésta, una doble aplicación: en
primer lugar, se aplican al futuro inmediato, y en segundo lugar, al futuro más
distante (ver com. Deut. 18: 15).
En la
narración de Isa. 7: 14 no se agrega nada en cuanto a la identidad de la
"mujer joven" a la cual alude Isaías. Sin embargo, en hebreo se la
llama "la mujer joven", lo cual indica que se trata de una joven
específica. Si dicha "joven" estuvo presente en tal ocasión, o si
Acaz o aun el mismo Isaías conocían su identidad, es algo incierto (ver
Gesenio, Hebrew Grammar, sección 126).
Basados en el silencio que se guarda en cuanto a la "joven"
del vers. 14 de este capítulo, algunos han sugerido que dicha predicción se
cumplió en la persona de una mujer desconocida para nosotros, pero bien
conocida para Acaz e Isaías. Suponiendo que la "señal" debía ser
milagrosa y que la palabra 'almah significa específicamente "virgen"
y no sólo "mujer joven", algunos han sugerido que el cumplimiento
literal de la predicción en los días de Isaías requirió que la madre del hijo
prometido fuera una virgen como María, en el sentido estricto del término.
Seguramente que para Dios hubiera sido enteramente posible hacerlo si así lo
hubiese escogido; pero un niño tal representaría, como Cristo, la unión de las
naturalezas divina y humana, lo cual privaría a Cristo de su posición exclusiva
como el único Hijo de Dios, que fue a la vez divino y humano.
Teniendo
en cuenta que por este tiempo Acaz era un joven de unos 21 años (2 Rey. 16: 12;
cf. t. II, p. 79), otros han sugerido que esta "joven" podría haber
sido su propia esposa, o alguna otra joven de la corte real presente en esa
ocasión. Otros piensan que Isaías alude a su propia esposa, "la
profetisa" del cap. 8: 3, que quizá lo acompañó en esta entrevista con el
rey Acaz (ver com. cap. 8: 3). El hecho de que el ministerio profético de
Isaías continuó durante un medio siglo, o más, después de este suceso ocurrido
en la primera parte de su ministerio (PR 281; cf. cap. 1: 1; 6: 1), confirma
que por esa época él mismo era joven, y que su esposa bien podía denominarse
"la mujer joven".
Concebirá. En hebreo el verbo aparece en el tiempo perfecto, el
cual se emplea comúnmente para indicar una acción terminada, y normalmente
debería traducirse como "ha concebido" (BJ). Pero los profetas muchas
veces emplearon el tiempo perfecto para indicar una acción futura. Estaban tan
confiados de que sus predicciones se cumplirían, que hablaban de
acontecimientos futuros como si ya se hubieran realizado (t. I, p. 31). De ser
así, la traducción "concebirá" sería totalmente correcta. No es
posible definir cuál traducción refleja con mayor precisión la intención de la Inspiración,
pero muchos consideran que la interpretación más natural del hebreo indica que
la concepción de ese niño, que habría de ser "señal", ya había
ocurrido cuando Isaías pronunció estas palabras. La secuencia de los tiempos
verbales en el vers. 14 parece exigirlo. Los que consideran que la "mujer
joven" era esposa de Acaz o alguna otra joven de la familia real, sugieren
que esta predicción era una "señal" para Acaz pues es de suponer que
Isaías no sabría que ella había concebido y que ninguno de ellos podría en el
momento saber el sexo del niño aún no nacido. Cabe recordar que la
"señal" no necesariamente equivale a "milagro" (ver com.
"Señal"). 178
Llamará. El texto hebreo más comúnmente aceptado dice
"ella llamará", "le pondrá por nombre" (BJ). Sin embargo,
varios manuscritos dicen "tú llamarás". Si se entiende de esta forma,
el niño no nacido aún sería miembro de la familia real, y su madre, la esposa
de Acaz o alguna otra joven a cuyo hijo Acaz tenía el derecho de ponerle
nombre. Sin embargo, es más probable que sea correcto leer "ella
llamará"; "le llama" (NC).
Emanuel. Heb. 'Immanu 'el, literalmente "con nosotros
Dios", entendiéndose por el contexto que Dios nos acompaña para librarnos
de nuestros enemigos. Con referencia al sentido mesiánico de este nombre, ver
com. Mat. 1: 23. A semejanza del nombre Isaías, que significa "Jehová
salvará", Sear-jasub (vers. 3), que quiere decir "remanente
volverá" , o sea que Judá no caería junto con el reino del norte, y
Maher-salal-hasbaz, que significa "el despojo se apresura, la presa se
precipita", el nombre Emanuel era un nombre distintivo dado por Dios como
señal, para testificar del propósito divino con respecto a Judá en ese tiempo,
y para dar a entender la naturaleza de los acontecimientos que pronto habrían de
transcurrir. Ver com. cap. 8: 1-3, 8, 10. La señal de "Emanuel"
testificaría de la presencia de Dios en medio de su pueblo para guiar, proteger
y bendecir. En tanto que otras naciones serían derrotadas, Judá habría de ser
sostenida. Si bien Israel perecería, Judá sobreviviría. Cuando Senaquerib atacó
a la tierra de Judá para destruirla, Ezequías, hijo de Acaz, sin duda encontró
consuelo y estímulo en las palabras de Isaías referentes a Emanuel. En su
mensaje de estímulo al pueblo de Jerusalén, Ezequías asegura que "con
nosotros está Jehová nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras
batallas" (2 Crón. 32: 7-8).
15. Mantequilla y miel. Mejor "cuajada y miel"(BJ). En muchas
partes del Cercano Oriente todavía hoy la cuajada o yogurt es considerado como
manjar (Exo. 3: 17; Juec. 5: 25). Una tierra de "leche y miel" era
una tierra de abundancia. La mención que aquí se hace de la cuajada y de la
miel significa abundancia de alimento. La tierra estaría desolada, pero habría
suficiente alimento para los pocos que quedaran en el país después de la
invasión asiria (Isa. 7: 22).
Hasta que sepa. Literalmente, "en su saber", o sea,
"cuando sepa". Cuando el niño que se llamaría Emanuel fuera
suficientemente grande para "desechar lo malo y escoger lo bueno",
tendría "cuajada y miel" para comer. No se puede saber si esto se
refiere a la edad de dos o tres años, cuando el gusto se acentúa en el niño, o
a los doce años, cuando la percepción moral está bien desarrollada. Dos o tres
años más llevarían a 732 a. C., y doce, a 722 (ver com. Isa. 7: 1). Damasco
cayó en 732, y Samaria diez años después. Los pocos que no fueron llevados
cautivos encontrarían abundante alimento (ver com. vers. 21-22) en el país
desolado (ver com. vers. 1720, 23-25). Ver com. cap. 8: 4.
16. Porque. Heb. ki. Esta conjunción exige que el "niño" del vers. 16 sea el mismo "hijo" de los vers. 14 y 15, y no el "hijo" sear-jasub, del vers. 3, como algunos han sugerido. El vocablo ki hace que el vers. 16 no pueda separarse de lo que antecede. Además, el que se emplee el artículo definido "el" antes de "niño" del vers. 16 requiere que se entienda como antecedente el último niño mencionado, es decir Emanuel. Antes que. Ver com. vers. 15.
De los dos reyes . . . será abandonada. Isaías había advertido a Acaz que no se atemorizara
de Rezín y Peka, esos "dos cabos de tizón que humean" (vers. 4).
Ahora el profeta afirma que el niño que pronto nacería no tendría más que unos
dos años cuando esos reyes perdieran sus respectivos tronos. Si Acaz asumió el
poder en 736/735, esta entrevista con Isaías pudo haber transcurrido a fines de
735 o a comienzos de 734. En el año 735,
Tiglat-pileser III de Asiria emprendió una campaña contra Urartu, en las
regiones de Armenia. En el año 734 guerreó contra Filistea, y en el 733 y 732
contra Damasco (t. II, pp. 63-64). Asiria estaba haciendo grandes esfuerzos
para dominar la parte noroeste de Asia. En su campaña contra Asiria, Peka y
Rezín se opusieron a Acaz, quien se había aliado con Tiglat-pileser (2 Rey. 16:
5-7). Judá no tenía razón para temer si sus caudillos sólo confiaban en la
promesa implícita en el nombre Emanuel: "Dios con nosotros". Cuando
el niño que serviría de señal tuviera unos dos años de edad, los reinados de
Peka y Rezín ya habrían dejado de ser. Esto lleva al año 732, el segundo año de
guerra entre Tiglat-pileser y Damasco. Compárese con Isa. 8: 3-4, donde
nuevamente se predice el tiempo del cumplimiento de esta profecía. Cf. 2 Rey.
15: 30; 16: 9. 179
17. Jehová hará venir. Acaz ya ha manifestado que no buscará ayuda en Dios;
por el contrario, se propone confiar en Asiria (2 Rey. 16: 5-7). Pero Isaías le
advierte que Asiria no ayudará a Judá, sino que le será causa de angustia (Isa.
7: 17-20; 8: 7-8; 10: 6). Más tarde, cuando Asiria invadió a Judá, ésta buscó
ayuda en Egipto; pero esa ayuda tampoco sirvió de nada (cap. 30: 1-3; 31: 1-3,
8). El profeta procura presentar con claridad todas estas cosas al rey.
Rey de Asiria. Judá tenía delante de sí días oscuros y peligrosos,
días de angustia, tal como no había experimentado desde la rebelión de Jeroboam
dos siglos antes. El rey de Asiria no sólo invadiría la tierra de Israel, sino
también la de Judá. Si Judá se hubiese vuelto al Señor, Dios hubiera extendido
sus bendiciones y no habría permitido que los asirios atacaran el país. Isaías
procuró fervientemente que tanto el rey como el pueblo se volvieran de nuevo a
Dios, pero ellos rehusaron. Por ese motivo, Dios permitiría que Asiria
invadiera el país.
18. Silbará Jehová a la mosca. Es decir, Dios llamaría a los ejércitos desde las
partes lejanas de Egipto. La dinastía 24.ª reinó en Egipto aproximadamente de
750 a 715 a. C., pero al mismo tiempo existía otra dinastía, fundada por
Pianji, poderoso caudillo de Nubia, quien finalmente extendió su dominio hasta
el sur de Egipto (t. II, pp. 54-55). Esta dinastía etiópica, la 25.ª, gobernó a
Egipto aproximadamente de 715 a 663. Cuando Senaquerib atacó a Judá,
evidentemente en su segunda invasión, (t. 11, p. 66), Taharka (t. II, pp. 55,
66-67, 163; ver com. 2 Rey. 18: 13; 19: 9), cuarto rey de la 25ª dinastía (t.
II, pp. 54, 79), amenazó con detener el avance asirio (2 Rey. 19: 9; Isa. 37:
9). Probablemente muchos del pueblo de
Judá confiaron en que Egipto los libraría de Asiria (2 Rey. 18: 21). Se
denomina "mosca" al rey "etíope" de Egipto, porque las
moscas molestan, y los egipcios serían más estorbo que ayuda para Judea. Isaías
destaca la necedad de que el pueblo de Dios buscara ayuda en Egipto (Isa. 30:
1-7; 31: 1-3). Era el Señor, no Egipto, quien podría salvar a Judá de los
asirios (cap. 31: 4-9; 37: 33-36).
La abeja. Se compara a los asirios con una abeja. En este pasaje la abeja representa un enemigo
persistente y formidable (Deut. 1: 44; Sal. 118: 12). Aunque duela, la picadura de una abeja raras
veces causa la muerte. Asiria lucharía
contra Judá como la vara del furor de Dios (Isa. 10: 5-7), pero la nación no
perecería.
19. Y vendrán. Sigue la figura de la invasión de los insectos. Los
egipcios y los asirios llegarían como moscas y abejas, y penetrarían por todos
los rincones del país.
20. En aquel día. Es decir, al mismo tiempo. El profeta presenta con más detalles lo que ocurriría a Judá. Navaja alquilada. Aquí se emplea otra metáfora. Anteriormente Isaías había comparado a Judá con un enfermo en cuyo cuerpo no quedaba ningún lugar sano (cap. 1: 5-6). Ahora se compara a la nación con un hombre sometido a la suprema indignidad de ser afeitado de pies a cabeza, y de perder incluso la barba, lo cual era considerado entonces como una gran desgracia. Al otro lado del río. El Eufrates (ver com. Jos. 24: 2). Asiria sería empleada como instrumento en las manos del Señor para devastar y humillar a los impenitentes moradores de Judá. Compárese con la figura similar empleada en Isa. 10: 57.
21. Una vaca. Cuando los asirios invadieran el país, la tierra
sería devastada en buena medida. Senaquerib afirma haber tomado ganado grande y
pequeño sin número". El ganado grande" es el ganado vacuno. Los
"pequeños" son las ovejas y cabras. Aunque la mayor parte del ganado
desaparecería, aquí y allá quedaría alguna persona que lograría salvar una
vaca, y quizá un par de ovejas.
22. Abundancia de leche. A pesar de todo, el remanente que quedara en el país
no sería abandonado por el Señor. Las bendiciones del cielo descansarían sobre ellos,
y tendrían cuajada y miel para comer. Aunque el hombre fuera ocasión de
maldición, Dios bendeciría al remanente fiel. Ver com. vers. 15.
23. Mil siclos de plata. (Ver com. Gén. 20: 16; cf. Cant. 8: 11.) Es probable
que un siclo de plata por cada vid fuera un precio muy elevado; por lo tanto,
debe considerarse que esas vides eran de excelentísima calidad. Este pasaje
significa que las mejores viñas se tornarían silvestres por falta de cuidado.
Cuando la "viña" de Israel fue objeto de una maldición, produjo
espinos y cardos (Isa. 5: 6).
24. Con saetas y arco. La gente debería llevar estas armas para protegerse de los 180 animales salvajes que merodearían en las regiones ahora desoladas, pero que una vez habían sido cultivadas. Quizá los hombres saldrían a cazar en estas regiones. No llegarán. Heb., "tú no llegarás". Espinos y cardos. Las tierras otrora pacíficas y productivas, quedarían inhabitadas, por sus anteriores dueños y cuidadores. 4CBA/Ministerio Hno. Pio
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