jueves, agosto 06, 2020

REFLEXIÓN 326. LAS VANIDADES DE LA VIDA I (ECLESIASTÉS 5:8-20).


Eclesiastés 5:8-20, aborda los siguientes puntos: 8. La angustia al ver el abuso de los poderosos, como si estuvieran solos a merced de los malos. 9. El beneficio de la tierra. 10-17. La confianza vana en las riquezas. 18-20. Y el disfrute de lo que Dios nos da, con gratitud a él.

8 Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres en la provincia, no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos.

9 Además, el provecho de la tierra es para todos; el rey mismo está sujeto a los campos.

10 El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad. 11 Cuando aumentan los bienes, también aumentan los que los consumen. ¿Qué bien, pues, tendrá su dueño, sino verlos con sus Ojos? 12 Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho, coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia. 13 Hay un mal doloroso que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su mal; 14 Las cuales se pierden en malas ocupaciones, y a los hijos que engendraron, nada les queda en la mano. 15 Como salió del vientre de su madre, desnudo, así vuelve, yéndose tal como vino; y nada tiene de su trabajo para llevar en su mano. 16 Este también es un gran mal, que como vino, así haya de volver. ¿Y de qué le aprovechó trabajar en vano? 17 Además de esto, todos los días de su vida comerá en tinieblas, con mucho afán y dolor y miseria. 

18 He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte. 19 Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios. 20 Porque no se acordará mucho de los días de su vida; pues Dios le llenará de alegría el corazón. (Eclesiastés 5).

8. Opresión. Es común la explotación por parte de los gobernantes corrompidos. Los manejos políticos rara vez son benéficos para el pobre. Salomón mismo se había hecho culpable de oprimir a los pobres a fin de llevar a cabo sus grandiosos planes (1 Rey. 12: 4). Provincia. Traducción de una palabra aramea que significa la "provincia" de un imperio (Est. 1: 1; Dan. 8: 2). No te maravilles. Vale decir, no te sorprendas de que exista la opresión ni te altere ese hecho. Es natural que así sea. Más alto. Quizá una referencia a las diversas categorías de signatarios de un sistema de gobierno de aquellos tiempos, cada uno de los cuales debía vigilar a sus subalternos e informar acerca de ellos. No obstante, Dios vigila aun al más encumbrado de todos (ver Sal. 33: 13-15; 50: 21; Sof. 1: 12).

9. El provecho de la tierra. Es oscuro el significado del original hebreo. Quizá una traducción más clara del comienzo del versículo sería: "Hay provecho de la tierra para todos", y se sobreentiende "los que trabajan honradamente". El rey. El rey Uzías se dedicó activamente a la agricultura (2 Crón. 26:10). El gobernante de un país agrícola con frecuencia está cerca de su pueblo, pues se relaciona con sus súbditos sin que haya un sistema de funcionarios codiciosos entre él y sus gobernados.

10. Ama el dinero. La vida dedicada al amontonamiento de riquezas rara vez se satisface con lo que ha acumulado. Salomón tal vez pensaba en los muchísimos empleados subalternos y de mayor categoría de un gobierno de su época, cada uno dispuesto a sacar el máximo provecho para sí.                 El mucho tener. El avaro, no importa cuánto tenga, lo considera insuficiente y desea más.

11. Aumentan. Con el aumento de su riqueza, el rico amplía su círculo de relaciones. Se espera que hospede con generosidad.  Se multiplican sus adherentes, criados y dependientes, y sus familiares exigen ayuda económica.¿Qué bien? O, "¿qué ventaja?" No hay lugar para la riqueza fuera de esta vida. La acumulación, inversión y protección de la riqueza puede causar gran ansiedad y llevar a un quebrantamiento nervioso. Los caudales de este mundo no proporcionan un pasaporte para la inmortalidad. Verlos con sus ojos. El rico finalmente comprende que no puede llevarse su riqueza cuando muera (Job 1: 21; Luc. 12: 19, 20). No debiera gloriarse ni jactarse de su capacidad para acumular dinero, sino usarlo para la gloria de Dios (1 Tim. 6: 10, 17-19).

12. Trabajador. Denota específicamente al agricultor, al que trabaja la tierra. Sin embargo, también puede aplicarse a los siervos en general y a los que sirven a Dios. Un día de trabajo físico es una preparación excelente para una noche de buen descanso.

No le deja dormir. La responsabilidad de administrar las riquezas con frecuencia provoca molestias y roba el descanso, hasta el punto de perjudicar la salud y ocasionar un colapso nervioso.

13. Un mal doloroso. O sea, "un mal oneroso". Las riquezas guardadas. Mal que consiste en la acumulación de riquezas en vez de usarlas. La posesión de recursos obliga a emplearlos para el bien común (ver Mat. 19: 20, 21). Compárese con la admonición de Pablo (1 Tim. 6: 9, 10).                  

 Para su mal. El insomnio provocado por la ansiedad debido a la inversión y conservación de las riquezas aflige con frecuencia a su poseedor (vers. 12), pues siempre las personas sin escrúpulos las consideran como un medio apropiado para la explotación. También les preocupa pensar que sus herederos puedan dilapidar el fruto de sus arduos esfuerzos. En todo caso, el carácter de su poseedor es el que sufre más por la acumulación de riquezas (ver Prov. 11: 24; Luc. 12: 16-21).

14. Malas ocupaciones. Mejor, "un mal riesgo". Una mala inversión causa una grave y rápida pérdida de los ahorros y esfuerzos de toda una vida. Es esencial que un comerciante mantenga un incesante cuidado si quiere mantener su capital y obtener ganancias con él. Engendraron. Los hijos son los herederos naturales de la fortuna de su padre. Nada les queda en la mano. Si "la mano" es la del padre, significa que al acercarse a su muerte se da cuenta de que no le queda nada, para legar a su hijo; pero si "la mano" es la del hijo, entonces quiere decir que, a la muerte del padre, y después que se han hecho las debidas liquidaciones, nada le queda al hijo de la herencia con que había soñado.         

15. Desnudo. Compárese con las declaraciones de Job (Job 1: 21) y David (Sal. 49: 16, 17). Estas observaciones hacen recordar las palabras de Dios a Adán (Gén. 3: 19). Nada tiene ... para llevar. Únicamente la "riqueza" espiritual que uno haya adquirido lo acompañará más allá de la tumba (ver Juan 3: 36; cf.  Apoc. 22: 14). El carácter es el único tesoro que se puede llevar de este mundo al venidero (PVGM 267). Por esta razón el cristiano debe esforzarse por depositar sus riquezas en el cielo (ver Luc. 12: 33, 34).

16. Este también. En todos los siglos la gente se ha angustiado por la aparente vanidad de la vida. Pregunta el autor: "¿De qué vale trabajar incansablemente durante toda una vida ya que ha de perder con la muerte los frutos del esfuerzo?" ¿De qué le aprovechó?... La respuesta implícita e indudable es: "de nada". ¿Trabajar en vano? "¿Haberse afanado para el viento?" (NC). Un esfuerzo completamente inútil (ver Job 15: 2; Prov. 11: 29). El viento es insustancial, escurridizo, y no se lo puede retener ni conservar. Así son las riquezas de este mundo.

17. Comerá en tinieblas. Una metáfora que describe el hecho de que quien vive exclusivamente para acumular riquezas nunca alcanza la satisfacción que espera lograr. Establézcase un contraste con la perspectiva del que ha puesto su esperanza en las cosas eternas (Miqueas 7: 8), y sufre las penalidades actuales pero que tiene en cuenta las realidades que ahora sólo ve con los ojos de la fe (Hebreos 11:27). Mucho afán. La LXX traduce: "molestia, enojo y resentimiento". Este es un análisis más amplio de lo que le sucede al que come "en tinieblas". 

18. Yo he visto. En los vers. 12-17 Salomón ha expuesto vívidamente la necedad de acumular riquezas por el solo hecho de atesorarlas. Ahora, basándose en su propia experiencia, observa que la riqueza tiene valor únicamente si se la emplea para suplir las necesidades y goces de la vida.    

Lo bueno. Es decir, "lo adecuado", "lo apropiado". Que Dios le ha dado. La verdadera felicidad y la paz mental únicamente se logran por medio de una correcta relación con Dios y la comprensión de que él lo rige todo para bien (Rom. 8: 28). Por lo tanto, aceptar con serenidad la suerte que a uno le ha tocado en la vida, conduce al contentamiento y la felicidad. Este es el consejo de Pablo (1 Tim. 6: 7, 8).

19. Coma. En el sentido figurado de hacer trabajar "riquezas y bienes", y no acumularlos (vers. 13). Don de Dios. Dios es el que da la capacidad para adquirir riquezas (Deut. 8: 18; Sant. 1: 16, 17). Todas las facultades que poseemos son dones de Dios. Cualquier cosa que hayamos adquirido por medio de esas facultades debiera aumentar nuestra gratitud hacia Dios.

20. No se acordará mucho. La persona que vive en armonía con Dios no pasará por ninguna vicisitud para la cual éste no tenga solución (Mat. 6: 34). Su porvenir está asegurado, y su vida puede ser serena. 3CBA/Ministerio Hno. Pio


No hay comentarios:

Publicar un comentario