El
nombre de este libro en hebreo es Qohéleth, "Predicador". El que
habla se aplica a sí mismo este título (cap.1: 12). Qohéleth se refiere
probablemente al que "convoca" una reunión, o al "orador" o
"predicador" oficial de una reunión tal. La forma hebrea femenina, y su uso con una
forma verbal de género femenino en el cap. 7: 27, sugiere la posibilidad de que
-tal como se usa en Eclesiastés- designe no sólo a Salomón como
"predicador", sino también a la sabiduría divina que habla por su
intermedio. Figuradamente, la Sabiduría se dirige al pueblo (Prov. 1: 20). De
esta manera Qohéleth aparece como instrumento para la comunicación de la
sabiduría divina, y también como la Sabiduría personificada.
Las
palabras de los sabios se comparan con "aguijones", y con
"clavos hincados [clavados]... las de los maestros de las congregaciones"
(cap. 12: 1 1). Se declara que "cuanto más sabio fue el Predicador, tanto
más enseñó sabiduría al pueblo" (cap. 12: 9). En 1 Rey. 4: 32, 33 se
repite tres veces la palabra "habló", lo cual se refiere no a
composiciones escritas sino a discursos pronunciados ante una asamblea
convocada con dicho propósito. El Espíritu Santo quería que se entendiese que
la enseñanza de Salomón se dirigía a la "gran congregación", a saber,
la iglesia de Dios en todos los lugares y en todas las épocas (ver Sal. 22: 25;
49: 1-4).
El
título de Qohéleth en griego y en latín ha sido Eclesiavté, que posiblemente sea
una traducción de Qohéleth. El significado es algo similar. Qohéleth deriva del
Heb. qahal, "convocar a una asamblea", cuya forma sustantivo
significa "reunión", o "congregación". En griego, la palabra que significa "congregación"
deriva de la raíz verbal kaléÇ "llamar", cuya forma sustantivo es
ekk'lesía, "iglesia".
Eclesiástico deriva de ekkl'sía.
*Aunque
Salomón ocupó un lugar eminente entre los reyes hebreos, tanto en sabiduría
como en prosperidad temporal, RELATA en
Eclesiastés la inutilidad de todas estas ventajas para lograr la felicidad
verdadera y estable. ¿Y
cómo alcanzará el hombre la felicidad? Cooperando con su Creador
y cumpliendo así el propósito divino para la existencia humana.
El
predicador una vez que medita en la incertidumbre de la felicidad, Discurre
Sobre La Desgracia Real Que Llena El Mundo. Para un mundo lleno de angustia, el
"sabio" no propone una especie de "bienestar social" como
la solución de las desigualdades o injusticias humanas. Cuando Concluye Su Presentación, El
Predicador Presenta Una Serie De Sugestiones Prácticas. Como
individuos, debemos prestar toda la ayuda posible a los pobres y a los
dolientes; pero lo más importante es que rindamos a Dios el corazón y los
afectos, que le obedezcamos, y así nos prepararemos para el juicio final. El Eclesiastés proporciona así una
sana filosofía de la vida, del propósito de la existencia del ser humano, de su
deber y de su destino.
Con La Exposición de sus experiencias personales, Salomón procura
guiar a otros por el camino de la fe en Dios. Describe la tiranía que hay en el mundo, las injusticias, los fracasos
que podrían debilitar la fe del ser humano en su Creador. Pero no se puede despreciar ni posponer en
forma indefinida el día de la retribución. Aunque persistan por
un tiempo las desigualdades, éstas a menudo son medidas esencialmente
disciplinarias. Por lo tanto, el deber y
la felicidad final de toda persona consisten en hacer frente a la vida con la
determinación de aprovechar al máximo sus oportunidades. Dios se encargará del futuro.
EN EL LIBRO DEL ECLESIASTÉS se presenta al pueblo de Dios, no como una nación
escogida, sino más bien como una asamblea de individuos que se reúnen bajo la
dirección del Qohéleth, el Predicador. El debate de la asamblea concierne a los intereses del individuo como
miembro del grupo, responsable ante Dios directa y personalmente. El Eclesiastés proporciona así una transición
adecuada del Israel según la carne al Israel según el espíritu. La enseñanza de
Salomón, rey de Israel, cuyo nombre significa "paz" -pero que él no
halló en si¡ propia vida personal hasta bien avanzada su vejez-, fue incluido
con toda propiedad por los judíos en la sección final del AT como la
culminación adecuada de la filosofía de la vida, ilustrada mediante el trato de
Dios con su pueblo en los tiempos antiguos.
Cuando
Salomón perdió de vista la fuente de la sabiduría, gloria y
poder que el cielo le había otorgado tan bondadosamente, las tendencias
naturales le dominaron la razón. La confianza
en Dios y en la dirección divina imperceptiblemente cedió el lugar a una
creciente confianza propia y a la búsqueda de sus propios caminos. A medida que
Salomón subordinaba la razón a su propia inclinación, se le embotaba la
sensibilidad moral, se le endurecía la conciencia y se le pervertía el juicio.
LA DUDA ATEÍSTICA Y LA INCREDULIDAD que le endurecieron el corazón también debilitaron
sus principios morales, degradaron su vida y finalmente lo llevaron a una
apostasía completa. Durante años fue acosado por el temor de que su incapacidad
para apartarse de la insensatez terminaría en una ruina completa (ver PR
36-57).
SIN EMBARGO, en el ocaso de
su vida su conciencia al fin despertó, y Salomón comenzó a comprender la
realidad de su insensatez y a verse a sí mismo como Dios lo veía: "un rey
viejo y necio" que "no admite consejos" (cap. 4: 13). Se acercaba el tiempo de su muerte,
y no hallaba placer en reflexionar en su vida malgastada (cap. 12: 1). Su mente
y su cuerpo estaban debilitados por los excesos (vers. 2-5; PR 57). Completamente arrepentido, se esforzó por
reformar su antigua vida extraviada; y con espíritu contrito regresó cansado y
sediento de las cisternas rotas de la tierra para saciarse una vez más en el
manantial de la vida.
Pero La Recuperación del favor de Dios no le restauró en forma milagrosa
la fortaleza física y la fuerza mental de los años malgastados (MC 126j. "El pecado es un tremendo mal, que ha descompuesto todo el
organismo humano, pervertido la mente y corrompido la imaginación" (MC 357), y el arrepentimiento de Salomón
"no impidió que diese fruto el mal que había sembrado" (Ed 46). "No podía esperar que escaparía a los
resultados agostadores del pecado" (PR 57). Sin embargo, recuperó una medida limitada de
la sabiduría que había dilapidado cuando andaba tras la insensatez.
"Por su propia amarga experiencia, Salomón aprendió cuán vacía es una vida dedicada a buscar las cosas terrenales como el bien más elevado" (PR 56).
Gradualmente llegó a comprender la impiedad de su conducta, y buscó la manera de levantar su voz de advertencia que salvara a otros de las amargas experiencias por las que él mismo había pasado
(PR 58-60, 62), y así contrarrestar, hasta donde fuera posible, la influencia nefanda de su locura.
"Por su propia amarga experiencia, Salomón aprendió cuán vacía es una vida dedicada a buscar las cosas terrenales como el bien más elevado" (PR 56).
Gradualmente llegó a comprender la impiedad de su conducta, y buscó la manera de levantar su voz de advertencia que salvara a otros de las amargas experiencias por las que él mismo había pasado
(PR 58-60, 62), y así contrarrestar, hasta donde fuera posible, la influencia nefanda de su locura.
De
esa manera, mediante el Espíritu de la inspiración, Salomón registró para las
generaciones futuras la historia de sus años malgastados, con sus lecciones de
amonestación (PR 57).
EL
LIBRÓ DE ECLESIASTÉS es
"el relato de su insensatez y su arrepentimiento" (PR 62), una
descripción de "los errores que le habían hecho malgastar inútilmente los
dones más preciosos del cielo" (PR 58). "La Vida De Salomón Rebosa De
Advertencias" (PR 60) y contiene mucho que es presentado por la
Inspiración no como un ejemplo para imitar, sino más bien como una amonestación
solemne. Describe
en términos muy gráficos cómo Salomón buscó el placer, la popularidad,
la riqueza y el poder; pero el pensamiento que unifica esta triste narración es el sincero análisis que hace el
autor de los procesos mentales pervertidos con los cuales él había justificado
su conducta extraviada.
Las
partes de Eclesiastés que relatan la experiencia y el razonamiento de sus años
de apostasía no se han de tomar como la expresión del pensamiento y la voluntad
del Espíritu Santo; sin embargo, son un registro inspirado de lo que
verdaderamente Salomón pensó e hizo durante ese tiempo (ver PR 58), y
constituye una seria amonestación contra ese tipo de pensamiento y acción
equivocados.
Por ejemplo: la actitud cínica para con la vida, expresada en
los caps. 2: 17; 4: 2; 7: 1, 28, dista mucho de ser un modelo para el cristiano
(ver caps. 1: 17; 2: 1, 3, 12; etc.). No hay que desvincular de su contexto
pasajes como éstos, para "probar" alguna supuesta verdad que la
Inspiración nunca se propuso enseñar.
Por lo tanto, en el estudio del libro de Eclesiastés es
sumamente importante diferenciar entre el razonamiento sutil y pervertido al
cual se refiere Salomón y el discernimiento más claro que siguió a su
arrepentimiento. El contexto de una declaración a menudo demuestra si Salomón
se refiere al falso razonamiento de años anteriores, o a las reflexiones
depuradas de los días de su arrepentimiento.
El planteamiento del pensar pervertido y de las actitudes de sus años pasados se presenta a menudo mediante expresiones en pasado: "vi", "dije", "busqué", "hice", "di mi corazón", etc. (caps. 1: 13 a 2: 26). Por contraste, las solemnes conclusiones extraídas de la experiencia comienzan a menudo con expresiones como éstas: "he conocido" o "he visto" (caps. 3: 10-14; 5: 13, 18). Además, una nota de cinismo e incertidumbre caracterizan por lo general el pensamiento de sus años anteriores (caps. 1: 18; 2: 11, 14-20; 4: 2, 3; 6: 12; 7: 1-3, 27, 28; 9: 1 1). En cambio, las conclusiones que reflejan los juicios maduros de la vida posterior tienen un tono positivo (caps. 5: 1, 1 O; 9: 1 1; 1 1: 1; 12: 1), y los principios enunciados (caps. 5: 10, 13; 6: 7; 8: 1 1; 1 1: 9; 12: 7,13,14) se confirman en otros pasajes de las Escrituras.
El planteamiento del pensar pervertido y de las actitudes de sus años pasados se presenta a menudo mediante expresiones en pasado: "vi", "dije", "busqué", "hice", "di mi corazón", etc. (caps. 1: 13 a 2: 26). Por contraste, las solemnes conclusiones extraídas de la experiencia comienzan a menudo con expresiones como éstas: "he conocido" o "he visto" (caps. 3: 10-14; 5: 13, 18). Además, una nota de cinismo e incertidumbre caracterizan por lo general el pensamiento de sus años anteriores (caps. 1: 18; 2: 11, 14-20; 4: 2, 3; 6: 12; 7: 1-3, 27, 28; 9: 1 1). En cambio, las conclusiones que reflejan los juicios maduros de la vida posterior tienen un tono positivo (caps. 5: 1, 1 O; 9: 1 1; 1 1: 1; 12: 1), y los principios enunciados (caps. 5: 10, 13; 6: 7; 8: 1 1; 1 1: 9; 12: 7,13,14) se confirman en otros pasajes de las Escrituras.
DEBE notarse también que Salomón usa la
palabra "sabiduría" para referirse tanto a la sabiduría mundana (caps.
1: 18; 7: 12; etc.) como a la verdadera sabiduría (caps. 7: 19; 8: 1; 10: 1;
etc.).
Cuando comenzó a buscar deleites y a vivir insensatamente, esperaba disfrutar de todos los placeres del pecado y al mismo tiempo retener su sabiduría y sano juicio (cap. 2: 3). En medio de su necedad, se creía sabio (cap. 2: 9), pero no se daba cuenta de su AUTOENGAÑO hasta ya pasados muchos años y, como el hijo pródigo (Luc. 15: 17), volvió en sí, pero como un hombre más triste y más sabio (cap. 7: 23). Tal es el engaño del pecado, como lo comprendió Eva para su desazón y amarga desilusión (ver Gén. 3: 5-7). 3CBA
Cuando comenzó a buscar deleites y a vivir insensatamente, esperaba disfrutar de todos los placeres del pecado y al mismo tiempo retener su sabiduría y sano juicio (cap. 2: 3). En medio de su necedad, se creía sabio (cap. 2: 9), pero no se daba cuenta de su AUTOENGAÑO hasta ya pasados muchos años y, como el hijo pródigo (Luc. 15: 17), volvió en sí, pero como un hombre más triste y más sabio (cap. 7: 23). Tal es el engaño del pecado, como lo comprendió Eva para su desazón y amarga desilusión (ver Gén. 3: 5-7). 3CBA
*No hay casualidad, en lo que le vivió Salomón,
en su apostasía. Siendo el más privilegiado y sabio. Ni bien comienza
su reinado, se casa con la hija de faraón, favorable para la política; pero desastroso
para la espiritualidad. Los hechos subsiguientes así lo demuestran. 1 Reyes 3. “Porque dar un paso en contra de los
principios, desencadenará en los siguientes pasos más temerarios”. Y el resto
de su historia es conocida.
La buena política, lo practican hoy las iglesias cristianas con el mundo y sus modas.
De seguro desencadenará en apostasía completa.
La buena política, lo practican hoy las iglesias cristianas con el mundo y sus modas.
De seguro desencadenará en apostasía completa.
El Espíritu
Santo Por medio del apóstol Pablo Dice: 14 No os unáis en yugo
desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la
injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? 15 ¿Y qué concordia
Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? 16 ¿Y qué acuerdo
hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del
Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y
ellos serán mi pueblo. 17 Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos,
dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, 18 Y seré para
vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor
Todopoderoso.
2 Cor. 6. Amen. Ministerio Hno. Pio
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