sábado, agosto 22, 2020

REFLEXIÓN 353. LAMENTO POR LOS JUICIOS SOBRE JUDÁ. (ISAÍAS 1:5-9).

Isaías 1:5-9. Dios quiere evitar el castigo sobre su pueblo rebelde. Y les hace ver que su condición es desesperada. Pero al margen de la decisión de ese pueblo, siempre habrá un remanente fiel.

5 ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. 6 Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni136 vendadas, ni suavizadas con aceite. 7 Vuestra tierra está destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida por extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños. 8 Y queda la hija de Sión como enramada en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada. 9 Si Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado un resto pequeño, como Sodoma fuéramos, y semejantes a Gomorra. (Isaías 1).

5. ¿Por qué? También podría traducirse como en la BJ: "¿En dónde golpearos ya?" El cuerpo está tan cubierto de lastimaduras y heridas, que el padre se resiste a seguir castigando aunque parezca necesario, y con misericordia prefiere no volver a golpear al hijo cuyas heridas de castigos anteriores no han sanado aún.

Ser castigados aún. El profeso pueblo de Dios se había acarreado calamidades por causa de sus pecados. Cuanto más se hundían en el pecado, tanto mayor peso de desgracias se acarreaban (cap. 5: 18). Isaías procuró razonar con ellos, preguntándoles por qué habían escogido proceder tan neciamente. Se presenta en este pasaje a un hijo que persiste en su rebeldía y, por sus malas acciones, sufre castigo tras castigo hasta que su cuerpo queda totalmente lacerado.

¿Todavía os rebelaréis? Mejor, "si seguís contumaces" (BJ). Isaías afirma aquí que la persistencia en el mal era la razón de los continuos azotes disciplinarios que estaban padeciendo.

6. No hay en él cosa sana. Todo el cuerpo sufre. Dondequiera que Isaías mirara, ya fuera en Jerusalén o en Judea, veía las evidencias de los resultados de la transgresión.

Podrida llaga. Es decir heridas abiertas, purulentas, sangrantes. El pecado es algo detestable que no puede curarse con remedios humanos. Produce, figuradamente, una masa de heridas abiertas, infectadas, llenas de pus, heridas que no han sido vendadas ni suavizadas con "aceite" (el de oliva era comúnmente empleado para este propósito en Palestina). Israel no sólo estaba enfermo por dentro, sino que también eran visibles por fuera los terribles efectos producidos por el veneno del pecado. La nación se encontraba en una situación crítica y desordenada: el paciente estaba a punto de fallecer en su repugnante estado.

7. Vuestra tierra está destruida. Aquí el profeta deja de lado la descripción figurada de la tierra (vers. 2-6) para presentar una descripción literal. El cuadro que aquí muestra indica acertadamente la situación de Judá en el tiempo de las invasiones asirias. Con su acostumbrada implacable crueldad, los asirios habían devastado el país, quemando, saqueando y matando. Muchas de las ciudades fuertes habían sido tomadas; innumerables aldeas, destruidas, y buena parte de la tierra había sido asolada. Parecía que el fin no estaba muy distante.

Asolada. El rollo 1QIsª de los Manuscritos del Mar Muerto (ver t. I, p. 35; t. IV, p. 128) dice: "su asolamiento está sobre ella".

8. La hija de Sion. Es decir Jerusalén (Lam. 2: 8, 10, 13, 18; Miq. 4: 8, 10, 13). Originalmente Sión fue la antigua fortaleza de los jebuseos, la ciudad de David (2 Sam. 5:7; 1 Rey. 8: 1; ver com. Sal. 48: 2), pero más tarde el nombre se empleó con un sentido más amplio para designar toda la ciudad. Con frecuencia se emplea la figura poética de una mujer para designar a una ciudad con sus habitantes (Isa. 47: 1; Sal. 45: 12; Lam. 2: 15).

Enramada. "Cobertizo" (BJ). Esto es, una choza o puesto en el cual permanecía el vigilante de la viña o algún miembro de su familia durante la vendimia. Sin duda, los que moraban en una vivienda tan precaria estaban aislados del resto de la comunidad y carecían de protección. Así fue la situación de Jerusalén durante el período en consideración.

Cabaña en melonar. "Albergue en pepinar" (BJ). Tanto el melón como el pepino son plantas comunes en el Cercano Oriente. Todavía se acostumbra levantar en el campo algún tipo de resguardo para que allí viva alguien durante el verano, a fin de proteger la cosecha contra los ladrones.

Ciudad asolada. Durante la invasión de Senaquerib, Jerusalén quedó literalmente139 rodeada por los ejércitos asirios. Fue la única ciudad que siguió resistiendo cuando ya todo el resto de la tierra de Judá había caído en manos del enemigo.

9. Jehová de los ejércitos. Este es el título divino empleado por los ángeles en la visión que Isaías recibió de la gloria de Dios (cap. 6: 3).Se refiere a Dios como comandante de las huestes o ejércitos del cielo.

Un resto pequeño. Toda Judea, con excepción de Jerusalén, cayó en manos del enemigo. Sólo quedó la capital, aparentemente indefensa y en grave peligro. De no haber sido por este "pequeño resto", la nación de Judá habría llegado a su fin tan ciertamente como ocurrió con Sodoma y Gomorra. 4CBA/Ministerio Hno. Pio

 

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