martes, agosto 25, 2020

REFLEXIÓN 366. JUICIO CONTRA LAS MUJERES DE JERUSALÉN 2 (ISAÍAS 4:1).

Isaías 4:1. Es la culminación de los males y el juicio a las mujeres de Sion. Es la continuación del capítulo 3:16-26. (Donde se juzga a las hijas de Sion. Jóvenes que imitaron la perversidad de sus madres y padres). En especial desde los vers. 25,26. Donde dice: “Tus varones caerán a espada, y tu fuerza en la guerra. Sus puertas se entristecerán y enlutarán, y ella, desamparada, se sentará en tierra”. En el 4:1. Se da una gran necesidad por lo varones que escasean porque fueron muertos o fueron llevados cautivos por los asirios. Es posible aplicarlo también fuera de éste cumplimiento histórico. En forma simbólica a lo espiritual. Entre Cristo y su iglesia salvando algunas excepciones.

Pero leamos el texto: 1 ECHARAN mano de un hombre siete mujeres en aquel tiempo, diciendo: Nosotras comeremos de nuestro pan, y nos vestiremos de nuestras ropas; solamente permítenos llevar tu nombre, quita nuestro oprobio. Isaías 4. 

1. Siete Mujeres. Los mejores varones hebreos habrían caído "en aquel tiempo" -cap. 3: 24-26- ante las armas asirias, o habrían sido llevados cautivos. Para cada soltero habría, por lo tanto, varias mujeres solteras. Estas pedirían a los pocos hombres que quedaban que se casaran con ellas. Varias de esas mujeres, que habían vivido en la lujuria y el ocio, arrogantemente despreciativas por su embriagante esplendor, se acercarían a un mismo hombre pidiendo la protección y el consuelo que les podría proporcionar el matrimonio. Declararían que estaban dispuestas a sufragar los gastos de su ropa y alimento, responsabilidades normales del hombre en Israel (Exo. 21: 10). En un país donde la poligamia ya era común, tal situación la aumentaría en forma notable.

Algunos han aplicado directamente la iglesia de hoy esta situación descrita en el vers. 1, sugiriendo que la expresión "siete mujeres" representa a los cristianos nominales, y "un hombre", a Cristo. Explican que esas mujeres se aferran del cristianismo, no con sinceridad (cf.  Mat. 25: 1-13), sino superficial e hipócritamente, y sólo por lograr ventajas personales. Las "siete mujeres" se proponen "comer" de su propio pan y no del que "descendió del cielo" (Juan 6: 32-33); y "vestirse" con sus propias ropas -los "trapos de inmundicia" de Isa. 64: 6-, en lugar del perfecto manto de la justicia de Cristo (Mat. 22: 11-12).  Aplicado en esta forma, Isa. 4: 1 sirve para hacer resaltar el valor de la sinceridad en la vida religiosa, en contraposición con la justicia propia y la hipocresía.

Otros han comparado a las "siete mujeres" con algunos grupos religiosos cristianos que tienen "apariencia de piedad", pero niegan "la eficacia de ella" (2 Tim. 3: 5). Las aplicaciones figuradas de las palabras de Isaías pueden tener algún valor espiritual. Siempre es posible que las declaraciones de un profeta puedan tener, además del primario, un sentido secundario. Sin embargo, no hay ningún comentario inspirado de este pasaje que lleve al estudioso de la Biblia a hacer esta aplicación secundaria. Por eso, los autores de este Comentario sólo le atribuyen a este pasaje sin sentido histórico e inmediato.

El Mensaje de Isa. 3: 16-4:1 se dirigió originalmente al pueblo de Jerusalén que vivía en los días del profeta (ver pp. 27-40), según se deduce claramente del contexto. En aquel tiempo. En el día descrito en el cap. 3: 24-26. No se interrumpe el pensamiento entre los cap. 3 y 4. La división de capítulos hecha en este punto tiende a oscurecer el sentido del cap. 4, que debe ser considerado como continuación del cap. 3. En los comentarios de 1 Sam. 4: 1; 24: 1; 2 Rey. 7: 1; 11: 21; 24: 20, se notan casos similares de divisiones erradas. En el cap. 4: 1, Isaías describe el clímax del castigo divino sobre las irregeneradas hijas de Sión.

Quita nuestro oprobio. En el hebreo el verbo está en imperativo. Las mujeres hebreas consideraban que no tener hijos era vergüenza y oprobio, un castigo por el pecado (Gén. 30: 23; 1 Sam. 1: 6; Luc. 1:25). Las mujeres de Judá deseaban ser madres, y rogaban a los hombres que habían quedado que fueran sus esposos. 4CBA/Ministerio Hno. Pio


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