Isaías 1:28-31. Enseña, que Sólo existe seguridad desde siempre en Dios. No hay nada real y verdadero fuera de Dios; dejarlo es cosechar desgracias y la muerte.
28 Pero los rebeldes y pecadores a una serán quebrantados, y los que dejan a Jehová serán consumidos. 29 Entonces os avergonzarán las encinas que amasteis, y os afrentarán los huertos que escogisteis. 30 Porque seréis como encina a la que se le cae la hoja, y como huerto al que le faltan las aguas. 31 Y el fuerte será como estopa, y lo que hizo como centella; y ambos serán encendidos juntamente, y no habrá quien apague. (Isaías 1).
28. Serán quebrantados. Los que se rebelan contra Dios y participan en el
pecado, perecerán. Rebelarse contra el cielo constituye un desafío contra
Jehová para que demuestre su fuerza, y el resultado será inevitable. La
destrucción con que amenaza es total y segura.
Serán consumidos. Dios es la única fuente de vida; fuera de él no
puede haber existencia. Por haberse apartado de Dios, los impíos sólo pueden
esperar un fin: la cesación de la vida. Todos los que se apartan de Dios
recibirán la muerte eterna en vez de la vida eterna. "La paga del pecado
es muerte" (Rom. 6: 23), y "el alma que pecare, ésa morirá"
(Eze. 18: 4) y sufrirá "pena de eterna perdición", siendo excluida
"de la presencia del Señor" (2 Tes. 1: 9). "Los impíos
perecerán, y los enemigos de Jehová como la grasa de los carneros serán
consumidos; se disiparán como el humo" (Sal. 37: 20). "Todos los que
hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de
los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama" (Mal. 4: 1). "Serán
como si no hubieran sido" (Abd. 16). "Pues de aquí a poco no existirá
el malo; observarás su lugar, y no estará allí" (Sal. 37: 10).
29. Las encinas. Heb. 'elim, palabra que se emplea para designar diversos árboles entre ellos el terebinto y la encina. Los huertos. Cf. cap. 65: 3 y 66: 17. Posiblemente se cultivaban huertos en torno de un árbol central o bosquecillo.
30. Encina. Como morían los objetos de la naturaleza a los cuales adoraban, así moriría el pueblo. Que le faltan las aguas. Ningún huerto puede florecer sin agua. Con Dios está la fuente de vida (Sal. 36: 9), y los que se apartan de él se alejan de la fuente de aguas vivas (Jer. 2: 13). Así como un huerto sin agua se transforma en árido desierto, así también, separado de Dios, Israel se convertiría en un campo desolado. Cuando se apartó del Señor, la Fuente de la vida, Israel selló su destino.
31. Estopa. Los hombres que se consideran fuertes serán consumidos como estopa en el fuego inextinguible que devorará a los impíos. Lo que hizo. Tanto los impíos como sus obras perecerán en el fuego consumidor de los postreros días (2 Ped. 3: 7, 10). 4CBA/Ministerio Hno. Pio
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