martes, agosto 04, 2020

REFLEXIÓN 323. INJUSTICIAS Y EL ALIENTO DE LA VIDA (Eclesiastés 3:16-22).


Eclesiastés 3:16-22, abarca dos puntos: 
Las injusticias judiciales y personales, 
que no juzgan correctamente. Y la base de la vida, Dios.
*Dios juzgará las acciones del hombre, 
pero en la tierra éste; 
es semejante a las bestias 
en su respiración y fin.

16 Vi más debajo del sol: en lugar del juicio, 
allí impiedad; y en lugar de la justicia, allí iniquidad.
17 Y dije yo en mi corazón: Al justo y al impío juzgará Dios; 
porque allí hay un tiempo para todo lo que se quiere
 y para todo lo que se hace.
18 Dije en mi corazón: Es así, por causa de los hijos de los hombres, 
para que Dios los pruebe, y para que vean que ellos mismos son semejantes a las bestias.
19 Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros, y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad.
20 Todo va a un mismo lugar; todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo.
21 ¿Quién sabe que el espíritu de los hijos de los hombres sube arriba, 
y que el espíritu del animal desciende abajo a la tierra?
22 Así, pues, he visto que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse en su trabajo, porque esta es su parte; porque ¿quién lo llevará para que vea lo que ha de ser después de él? (Eclesiastés 3).


16. Lugar De La Justicia. O sea, el lugar dedicado a la administración de justicia. El cohecho y la corrupción permitieron que la impiedad reinara en los mismos atrios de la dispensación de Injusticia.
Iniquidad. De la misma palabra hebrea traducida "impiedad". En ambos casos es preferible el vocablo "impiedad".  Mediante el término "justicia", Salomón se refiere al juez, que debería ser la encarnación o personificación del proceder justo. La primera expresión indica el lugar; la segunda, la persona que con autoridad ocupa ese lugar.
17. Juzgará Dios. El verbo hebreo "juzgar", aplicado a Dios, expresa el concepto de que él es no sólo el árbitro que decidirá en los casos de los justos y de los impíos, sino también el que ejecutará el castigo.
Lo que se quiere. Ver com. vers. 1. Término hebreo que también se traduce como "complace"
 (Ecl. 5: 4); "contentamiento" (Ecl. 12:1); "quiero" (Isa. 44:28; 46:10); "complacencia" (Mal. 1: 10); "deseable" (Mal. 3:12). 
Lo que se hace. Todos daremos cuenta de nuestras vidas, como la vivimos
Obra. O, "hecho". En el juicio se juzga tanto los hechos como las palabras (Mat. 12:36, 37); pero Dios requiere que la obediencia sea aun de pensamiento (ver 2 Cor. 10: 5; ver com. Mat. 5:22, 28; etc.).
Toda cosa encubierta. La gente puede ocultar de los demás, sus palabras y sus hechos, pero "todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta" (Heb. 4:13). Aun nuestros motivos más íntimos son escudriñados por Dios (1 Sam. 16:7; Sal. 7:9; Jer. 17:10; cf.  Hech. 1:24; Heb. 4:12), quien lee los motivos secretos del corazón humano. Él nos hará responsables por cada rayo de luz de la verdad que haya penetrado en las tinieblas de nuestro corazón (ver Rom. 2:16; 1 Cor. 4:5). En el gran día del cómputo final, entrarán en el reino celestial sólo los que hayan hecho la voluntad de Dios (Mat. 7: 21- 27). Profesar lealtad a Dios y al mismo tiempo desobedecer, aunque sea un solo mandamiento que su sabiduría y amor hayan colocado sobre nosotros, es negar la realidad de dicha lealtad (ver Juan 15: 10; 1 Juan 2: 3-6). Una obediencia menor que ésta equivale a rendir culto a Dios en vano (ver Mar. 7: 7-9), pues en aquel gran día se recompensará a cada persona "conforme a sus obras" (Mat. 16: 27: cf. Apoc. 22:12).

18. Por Causa. Una mejor traducción de toda la cláusula 
sería sencillamente: "Acerca de los hijos de los hombres".
Pruebe. "Purifique", "elija", "examine", "ponga a prueba". En Isa. 52: 11, esta forma verbal se traduce "purificaos"; en Dan. 11:35, "ser depurados", y en Dan. 12: 10, "serán limpios". Así expresa Salomón el deseo de que Dios pruebe a la gente como una medida disciplinaria, a fin de limpiarla y purificarla 
(ver Job 5: 17; 23:10; com. Ecl. 3:19).
Para que vean. Hay esperanza de que las personas reconozcan su condición pecaminosa e impura.
Bestias. Generalmente se traduce "ganado". Deriva de la raíz "ser mudo", y se relaciona con una palabra arábiga que significa "estar impedido para hablar", "tener un impedimento en el habla".
19. Lo Que Sucede. "Lo que sucede" (2 veces) y "suceso" derivan de una palabra hebrea que significa "ocasión", "suerte", "fortuna", "destino": del verbo "encontrar", "hacer frente", "suceder". En Rut 2:3 se ha traducido "aconteció"; en 1 Sam. 6:9, "ocurrió"; en 1 Sam. 20:26, "habrá acontecido algo"; 
y en Ecl. 9. 2, 3, "acontece".
Mueren. El inescrutable fenómeno de la muerte acontece a todos los seres vivientes, sean humanos o animales. El salmista dice que "el hombre no permanecerá en honra; es semejante a las bestias que perecen" (Sal. 49: 12). En lo que atañe a estar sujeto a la muerte, la gente no es superior a las bestias.
Respiración. Heb. rúaj. Cuando la deja el aliento de vida, muere la criatura viviente, ya sea hombre o animal (ver com. vers. 21; 12: 7).
Ni tiene más. Todas las criaturas vivientes, sin distinción, mueren cuando cesa la respiración. Las consecuencias físicas de la muerte son las mismas. En lo externo, el ser humano no parece ser superior; pero Dios lo redimirá del poder de la tumba, según la Palabra inspirada (1 Cor. 15: 51-58).
20. Un Mismo Lugar. Es decir, la tumba (ver Job 7:9, 10).
Polvo. Ver Gén. 2: 7; 3: 19; Dan. 12: 2.
21. ¿Quién Sabe? Sin la sabiduría divina, nadie lo "sabe". Se conoce el destino del cuerpo -vuelve al polvo mediante un proceso de desintegración-, pero la sabiduría humana no puede asegurar qué sucede con el "espíritu" o "aliento", excepto que "vuelva a Dios que lo dio" (ver com. cap. 12: 7). "¿Quién sabe si el hálito de los hijos del hombre sube arriba y si el hálito de las bestias desciende abajo hacia la tierra?" (BC)
Espíritu. Heb. rúaj, "respiración", tal como se traduce en el vers. 19. El principio de vida no pertenece al reino físico, al de la carne, pues es de Dios y vuelve a él (cap. 12: 7). En el vers. 27, rúaj se traduce como "espíritu". Nótese que tanto los humanos como los animales son animados por un mismo rúaj. Luego, si el rúaj o "espíritu" o "hálito" humano se convierte en una entidad consciente e incorpórea después de la muerte, también debe suceder lo mismo con el rúaj de los irracionales. Pero en ninguna parte de la Biblia hay indicio alguno de que después de la muerte continúe viviendo un "espíritu" consciente e incorpóreo; ni tampoco hay ningún cristiano que atribuya esto a los animales. 
En el vers. 21, Salomón pregunta dubitativamente quién sabe quién puede probar lo que el rúaj humano ascienda y que el del animal descienda. Salomón desconoce un proceso tal y duda de que alguien lo sepa. Pero si no es así, que lo pruebe. Es importante distinguir entre el uso de rúaj para denotar el aliento literal (Job 9:18; 19:17) y su uso figurado para referirse al principio de la vida (Gén. 6:17; 7:22), como es en este caso. El uso figurado de rúaj para significar "vida" es similar al uso figurado de "sangre" (ver com.  Gén. 4: 10; 9: 4).
22. Alegrarse En Su Trabajo. Es decir, encontrar contentamiento y satisfacción en lo que le ofrece la vida. Esta es la perspectiva normal para la persona que no tiene una fe firmemente basada en las cosas eternas.
¿Quién Lo Llevará Para Que Vea? Lo que está más allá de la tumba escapa a los alcances del conocimiento de los seres humanos, quienes tampoco pueden hacer que un muerto salga de su sepulcro. Sólo Dios puede hacerlo (ver 1 Tes. 4: 14- 18). Hay cristianos que, a semejanza de los saduceos de la antigüedad, no tienen fe en la resurrección futura. 
Pero Dios es Dios de "vivos" (Mat. 22: 23-32), y los "hijos de Dios" (1 Juan 3: 1,2), 
vivirán de nuevo y eternamente. Jesucristo ha asegurado la vida eterna más allá de la tumba.
 (1 Cor. 15:16-22; 2 Tim. 1:10). 3CBA/Ministerio Hno. Pio

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